Capítulo 5. Ponme a prueba.
Yoongi llevaba unos días muy serio con todo el mundo. Se retiraba pronto cuando llegaban al hotel, se pasaba el día al teléfono y su carácter dulce y amable solo salía a relucir algunas veces con Jimin que se encontraba totalmente frustrado con el comportamiento del mayor. Sammi lo traía por el camino de la amargura preguntándole a cada segundo que le pasaba y cuando el otro no respondía simplemente lo picaba y este se cabreaba más.
Jimin también lo había intentado durante varios días, lo buscaba, intentaba darle conversación mientras trabajaban e incluso habían cenado juntos varios días cuando habían vuelto de las excavaciones, pero las pocas palabras que había logrado de Yoongi solo hablaban de frustración por la tardanza de noticias sobre la nueva excavación y la falta de hallazgos en la que estaban trabajando.
Una mañana de principios de Mayo, Yoongi caminaba cabizbajo ordenando unos mapas en una de las estanterías bajo la pérgola de la excavación de Hadid Saqtara cuando su teléfono móvil irrumpió en el silencio. Dejó todo lo que estaba haciendo y buscó el aparato en su mochila, pero cuando lo sacó, frunció el ceño al ver el nombre de su mentor escrito en la pantalla, así que descolgó enseguida.
-Dime Ibrahim-contestó en tono serio.
-Yoongi, necesito hablar contigo y con Jimin pero no me coge el teléfono, ¿estás con él?-preguntó el hombre.
-Está por ahí en la excavación, estaba ayudando a sacar una vasija que han encontrado esta mañana-explicó con una tonta sonrisa extendiéndose por su rostro recordando como el joven le había gritado alterado a todo el mundo cuando la había visto en uno de los pozos excavados.
-Es urgente, es sobre la excavación, corre, búscalo por favor-pidió el hombre hablando agitado. Yoongi se alteró al oírlo y borró su sonrisa de inmediato para volver a ponerse serio. Inmediatamente dejó las cosas que tenía en las manos para salir a buscar a Jimin.
-No cuelgues-pidió saliendo a zancadas hacia el ardiente calor del desierto.
Yoongi corrió por la explanada tropezando con la arena que se hundía bajo sus pies y divisó a Jimin a lo lejos retirándose el pelo de la frente mientras contemplaba con los ojos muy abiertos como desplazaban la vasija y daba indicaciones a los trabajadores de como colocarla en la caja, para que su fragilidad que había sido acentuada por el tiempo no terminase por destruirla. El mayor corrió a su encuentro y le hizo un gesto para que le siguiese y se apartasen un poco de la multitud. Jimin lo miró confuso pero lo siguió sin rechistar al verlo tan alterado. Sin oportunidad de decir nada el arqueologo volvió a colocarse el teléfono en la oreja y habló bajo la atenta mirada de Jimin que lo miraba sin saber muy bien que estaba pasando.
-Sigo aquí, ya estoy con él-comunicó a su mentor que estaba esperando impaciente al otro lado de la linea. -Pongo el altavoz Ibrahim-añadió.
-¿Jimin?-preguntó el hombre a través del móvil de Yoongi.
-Buenos días señor Osman-saludó Jimin amablemente.
-Hijo, tengo noticias de la excavación y no son precisamente buenas-explicó el hombre al otro lado tan acelerado que parecía que había estado corriendo.
-Dígame señor, ¿en que puedo ayudar?-preguntó el más joven servicialmente.
-Van a denegarla, estoy ahora mismo yendo hacia el ayuntamiento para convocar una reunión urgente ¿podrías estar aquí en una hora?-preguntó el hombre. Se notaba por su voz que se movía de lado a lado y se le escuchaba trastear con papeles y carpetas.
Jimin abrió los ojos, perturbado y asustado por aquella noticia y los fijó en los oscuros de Yoongi que sujetaba el móvil con tanta fuerza que parecía que iba a partirlo. Este asintió silencioso.
-Señor, salimos ya mismo hacia allí-afirmó Jimin.
-Corre chico, aún podemos salvarla-aseguró el arqueólogo. Después escucharon la señal de que había colgado el teléfono.
-No tenemos tiempo que perder, tenemos casi una hora hasta allí, llamaremos a Sammi por el camino-comentó el arqueologo mayor mirando hacia todos lados por si veía a la chica.
-Pues vámonos ya-determinó Jimin. Sin pensarlo agarró a Yoongi de la mano y tiró de él hasta donde se encontraba el todoterreno que había quedado aparcado a las afueras de las excavaciones. Cuando se montaron y Yoongi arrancó el coche todo se quedó en un absoluto silencio durante un rato hasta que Jimin lo interrumpió llamando a Samara que chilló y pataleó todo lo que quiso al otro lado del teléfono. Tras calmarla un poco Jimin colgó el móvil y lo guardó en el bolsillo de sus pantalones.
-No quería que volvieses a pasar por esto-aseguró Yoongi sin quitar la vista de la carretera.
-Estoy bien, de verdad, si necesitan más pruebas de que tienen que darnos esa bendita excavación se las daré-dijo simplemente el más joven.
-Te ves confiado, tienes la certeza de que vas a conseguirlo-afirmó Yoongi retirando un momento la vista de la carretera para posarla en el chico que se sentaba a su lado.
-Lo haré-sentenció con firmeza.
-Jimin, ¿y si no te la dan?-preguntó Yoongi agarrando con fuerza el volante.
-Tu ponme a prueba, veras como consigo lo que me proponga, esto ya es personal-volvió a añadir confiado. Yoongi asintió sin quitar la vista de la carretera. Después de aquello ninguno de los dos habló durante un rato perdidos en sus pensamientos y cuando volvieron a hacerlo fue para evitar el tema a toda costa. Jimin le habló sobre la vasija encontrada esa mañana y como había decidido mandarla a inspección porque aún conservaba restos de su contenido que habían perdurado en el tiempo.
Casi una hora después llegaron a las puertas del ayuntamiento de El Cairo y Yoongi volvió a dejar tan mal aparcado el coche como siempre lo hacía.
-¿Es que no sabes aparcar?-rechistó Jimin mientras se bajaba del coche apretando los labios en una sonrisa. El arqueólogo se volvió serio con una mueca incrédula en la cara y vio a Jimin intentando no reírse.
-Se aparcar perfectamente, gracias-contraatacó Yoongi cerrando la puerta y deslizando las llaves en el bolsillo trasero del pantalón.
-Pues no lo parece-chinchó Jimin de nuevo.
-¿Estás gracioso?-preguntó Yoongi dando la vuelta por delante del coche para reunirse con Jimin.
-Tu me haces gracia-volvió a pinchar el menor evitando reírse.
-Bueno, me alegra ser tu payaso en momentos como estos-contestó el otro con picardía.
-Voy a conseguir esa excavación vale, ríete un poco-pidió el moreno para intentar calmar al mayor que parecía aún más nervioso que él.
Sin decir nada más ambos se adentraron hombro con hombro por las puertas del ayuntamiento y tras entregar sus identificaciones les indicaron que el señor Osman les estaba esperando en uno de los largos pasillos de la sala de reuniones. Se dirigieron hacia allí y lo vieron con un par de carpetas mirando hacia ellos.
-Han pedido que solo entre Jimin-aclaró el mayor saliendo a su encuentro sin siquiera saludarles y enfilando el pasillo inmediatamente hacia unas puertas dobles al final de este.
-Voy a ir con él, le prometí...-replicó Yoongi adelantándose un par de pasos. El señor Osman retrocedió en su camino hasta donde se encontraban los dos y se quedó muy serio frente al joven arqueologo.
-Escúchame, no los cabreemos, yo voy a estar con Jimin, seré su traductor y voy a interceder por él ¿vale? Quédate tranquilo, voy a ayudarle todo lo que pueda-prometió el hombre.
Ambos jóvenes se miraron e Ibrahim le indicó a Jimin que dejase pasar unos minutos y entrase. Cuando él desapareció Jimin se volvió hacia Yoongi que tenía el ceño fruncido y los labios apretados.
-No te enfades, no pasa nada-aseguró Jimin posando su mano dulcemente en el hombro del mayor.
-Te prometí que estaría contigo en este proceso, no quiero que entres solo a ese nido de víboras Jimin, quiero estar a tu lado-se quejó el rubio apretando un poco los puños a los costados de su cuerpo.
-Yoongi, no pasa nada, no es como si tu no quisieses estar conmigo, ahora solo puedo hacerme cargo yo, confía en mi ¿vale?- pidió con confianza.
-Confiaría en ti a ciegas y lo sabes-declaró el mayor sin apartar la mirada fija de aquellos ojos oscuros que lo atraían como un imán. Jimin se mordió el labio y a duras penas apartó la mirada y agachó un poco la cabeza.
-Está bien, puedo hacerlo-murmuró dándose la vuelta para irse hacia la sala donde había entrado el señor Osman.
-Jimin, espera-pidió Yoongi acercándose a él. Agarró su muñeca y ambos se miraron a los ojos conscientes de las chispas que habían saltado al tocarse. -Claro que puedes hacerlo, tu puedes hacer lo que quieras-apretó ligeramente su muñeca y Jimin asintió respirando nervioso. Tras un segundo Yoongi soltó su agarre y lo dejó marchar. Se sintió cansado y se apoyó con el hombro contra la pared mientras veía al chico marchar y quedarse quieto ante las puertas durante un segundo.
Se volvió hacia él y lo miró, con aquellos ojillos asustados y a la vez confiados. Yoongi asintió en señal de confianza y Jimin imitó su gesto
Tras unos segundos mirándose fijamente que parecieron eternos se armó de valor y traspasó la puerta. Comprobó a un grupo de gente que hablaba alterada en árabe con el señor Osman que intentaba responder a diestro y siniestro. Todos los allí presentes se volvieron hacia él cuando las puertas se cerraron tras de sí con un portazo.
Con una mirada trémula, el círculo se disipó y el señor Osman le indicó que pasase y se colocase a su lado presidiendo la mesa. Dio los buenos días y los allí presentes le respondieron.
-Señor Park, quiero aclararle que está aquí porque el señor Osman me lo ha pedido personalmente, si fuese por este comité hoy mismo se hubiese cerrado esta petición-dijo uno de los hombres en perfecto inglés. Jimin asintió despacio.
-El señor Osman me ha explicado la situación y vengo a pedirles personalmente que nos den esta oportunidad. Se que basarnos en creencias es complicado, pero he estudiado durante mi carrera muchas veces las tormentas de arena del 1235 a.c. De hecho uno de los apartados clave de mi trabajo de fin de carrera trataba sobre este tema y como afectó a la destrucción de patrimonio y esto llevó a los saqueadores de tumbas a perder el rastro de muchas de las tumbas nobles que se ocultaban bajo tierra-explicó con cautela mientras posaba su mirada en cada persona allí reunida. Sabía de sobra que no estaba allí para presentarse otra vez sino para convencer y resolver las dudas que pudiesen surgir pero no pudo evitar tirar de la demostración de su conocimiento para intentar que se fiasen de él. Sin embargo Jimin no vio duda en las caras de todos los altos mandos egipcios allí reunidos, vio incógnita y sobre todo curiosidad y supo en ese momento sin que se lo dijesen porque no querían darles esa excavación. No le creían, y no por que no hubiese aportado datos, sino por prejuicios a creer en alguien tan joven apoyado por otra persona igual de joven que él.
Recordó algo que Yoongi le dijo el primer día y se dio cuenta de como lo tenía presente a todas horas. "No soportan que los jóvenes les comamos terreno".
-He estudiado mucho sobre las tumbas subterráneas de la dinastía de Ramsés II y sé a ciencia cierta que el príncipe Meryatum está ahí en algún lugar donde se extienden las grandes explanadas que crearon las tormentas, y déjenme decirles que puede que sea joven y puede que si, que esté creyendo en una leyenda escrita por un faraón de hace miles de años, pero ¿saben en que más creo? En mi, y sé que está ahí en algún lugar esperándonos y que podría ser el descubrimiento del año-volvió a decir todo de carrerilla sin que le temblase la voz. Ya no recordaba los nervios ni el miedo y solo tenía dos cosas en la cabeza; El nombre del príncipe perdido y el nombre de ese arqueologo esperanzado que lo esperaba tras las puertas de ese lugar.
Tras su discurso algunos cuchicheos se hicieron presentes y sendas carcajadas se elevaron entre los allí reunidos. Jimin alzó una ceja confuso, no creía que fuese tan divertido el asunto.
Ibrahim carraspeó ante sus risas y todos volvieron la vista hacia él. Dijo unas palabras en árabe y se volvió hacia Jimin con una mueca molesta
-Dicen que si no piensas que lo que dice Yoongi son chaladuras-murmuró el hombre mirando con impotencia a Jimin. Este negó inmediatamente con la cabeza y se enfrentó a su público.
-Para nada, creo firmemente en él, es el mejor en estos momentos por mucho que les duela, en su incansable búsqueda ha descubierto cosas que jamás pensábamos que estuviesen ahí y creo firmemente que juntos encontraremos esa tumba, solo les pido un poco de confianza y que nos concedan la excavación para poder demostrárselo-recitó haciendo frente a todas aquellas miradas burlonas que seguían riéndose a su costa. Apretó los puños y si bien era siempre dulce y paciente, notó que comenzaba a cabrearse sin saber muy bien el motivo de su frustración.
-Han dicho algo más ¿verdad?-murmuró Jimin hacia su traductor. Se dio cuenta de como todos lo miraban entre risas y como Ibrahim echaba miradas furiosas a los miembros de aquel comité. -No me lo oculte señor Osman, necesito poder defenderme si quiero hacerme valer-pidió el chico.
-Han dicho que pareces enamorado defendiéndolo con ese ahínco...-explicó el mayor simplemente con algo indescriptible en la mirada. Jimin golpeó el suelo con el pie un par de veces y se enfrentó una vez más a toda la sala.
-No yo...no...pensaba que esto era un tribunal serio-dijo alzando más la voz entre las risas que se acallaron en ese momento. Un hombre alto con una larga barba y ojos almendrados se levantó en el centro de todos los demás y miró a Jimin con seriedad intentando intimidarlo. Dijo algo que el joven arqueologo no entendió y Jimin observó al hombre que parecía dirigir el cotarro. Ibrahim frunció el ceño y soltó un suspiro pesado cruzándose de brazos.
-Dice que ya habían contemplado esta posibilidad, pero que si quieres empezar esta excavación hay dos condiciones, la primera ya la conoces, Yoongi será tu aval y yo os cubriré a los dos y la segunda es que él no puede estar en dos excavaciones a la vez-explicó el señor Osman cruzándose de brazos.
-Eso significa...tengo que hablar con él, no puedo tomar esta decisión por mi solo-explicó Jimin. El señor Osman asintió y apretó su brazo con amabilidad. -Se lo diré-Jimin asintió y dio un par de pasos para ir a hablar con Yoongi.
-Jimin otra cosa más...esto le va a doler...cuando cierra una excavación sin encontrar lo que busca...-empezó a decir el arqueologo.
-Lo sé, intentaré que se apoye en mi-aseguró Jimin con lastima.
-Tiene mucha suerte de haberte conocido, eres una persona increíble-contestó el hombre con una pequeña sonrisa.
-Yoongi se merece todo, es simplemente maravilloso-dijo él tranquilamente. Luego salió por la puerta y sintió que el alma se le caía a los pies cuando vio a Yoongi levantarse de una de las sillas y acercarse corriendo con una mueca esperanzada en la cara.
-Jimin, ¿Qué han dicho? ¿La conceden? Dime que si por favor-pidió Yoongi esperanzado agarrando al chico de las dos manos.
-Ven, no hablemos aquí tan cerca de ellos-dijo Jimin en respuesta agarrándose fuertemente de su mano y guiándolo un poco más lejos de las puertas. El joven arqueologo dudó y lo miró confundido. Se dio cuenta de que algo no iba como tenía que ir ya que Jimin se había aferrado a su mano como si todo dependiese de aquel simple gesto y no había mirado a sus ojos ni una sola vez. Se alejaron unos pasos hacia el centro del pasillo y aunque el calor era agobiante y asfixiante, la temperatura del lugar bajó cuando con lastima, Jimin impactó sus ojos apenados en los de Yoongi, cuyo corazón aleteó sin querer pensando en como destruir a quien hubiese instalado la pena en aquellos ojos tan bonitos. Muy lejos de su pensamiento quedó entonces lo que Jimin tenía que decirle y sin saber porque, quiso entrar a esa sala con ese hombre de la mano y buscar culpables que hubiesen borrado aquella tenue sonrisa que siempre tenía para él. Sacudió la cabeza un segundo y volvió a centrarse en Jimin que lo miraba entre confuso y curioso de sus pensamientos.
-Verás...tienen una condición para ti...-titubeó mirándolo fijamente a los ojos. Yoongi suspiró como si ya lo hubiese dado por sentado.
-Lo que sea, dímelo sin rodeos-pidió dando un ligero apretón en su mano para animarlo a hablar.
-Tienes que cerrar inmediatamente la excavación actual si quieres empezar con Hadid Saqtara 2.0, no puedes estar en dos a la vez y a mi solo no me la van a conceder, te necesito a mi lado si queremos abrir la nueva excavación-expuso el menor. Algo en su corazón se rompió al ver la mueca del arqueologo aparecer en su cara.
-Pero aún...-Yoongi se sintió derrotado, soltó el firme agarre que habían mantenido hasta ahora y se sentó con impotencia en una de las sillas metálicas del pasillo cabizbajo. Jimin sintió el frio de nuevo en su mano y en su corazón. Se acercó a su lado y se puso de rodillas en el suelo frente a él sin importarle ni el lugar ni quien pudiese verlos.
-Escucha...no tienes porque hacer esto, son despiadados y crueles, acabemos donde estamos y ya pediremos esta en el futuro, no tendrán excusas para no dárnosla-explicó el moreno pasándose la mano por el pelo para apartar sus molestos mechones de sus ojos
-Si tengo Jimin, hemos abierto la caja de pandora, si yo ahora no acepto y sigo con la excavación, le concederán tu idea a otra persona, buscaran un nuevo arqueologo que lleve la excavación más al norte, y si encuentran a Meryatum...yo...-contraatacó él mirando a su compañero que lo miraba fijamente a los ojos.
-Es tu decisión, yo solo...-comenzó a decir Jimin.
-Diles que si-contestó firmemente el arqueologo.
-Pero Yoongi...-replicó Jimin.
-Diles que si Jimin, tienes que encontrar a Meryatum y algo me dice que tienes que ser tú-contestó Yoongi muy seguro de lo que decía.
-Tenemos que encontrarle los dos-corrigió el más joven intentado darle un poco de ánimo. Yoongi asintió levemente -Lo siento muchísimo de verdad, si no te hubiese dicho nada...-comenzó a decir Jimin con voz apenada
-No, no te eches la culpa de esto, si no me hubieses dicho nada, el príncipe seguiría perdido así que no cargues con culpas innecesarias-reclamó Yoongi intentando que el joven arqueologo no se sintiese culpable de algo que obviamente no era culpa suya.
-Aún está perdido-rechistó Jimin de nuevo. Yoongi levantó el dedo acusador delante de sus ojos para que se callase.
-Está más cerca que nunca, lo sé, puedo sentirlo-dijo firmemente. Jimin soltó una pequeña carcajada y asintió viendo como una dulce sonrisa se extendía por la cara del arqueologo.
-Claro, estamos a nada de encontrarlo-respondió risueño.
-Ve, enséñales quién manda-animó Yoongi.
-Ven conmigo, hagamos esto juntos, no dejemos que piensen que esto nos afecta-pidió Jimin estirando el brazo hacia el mayor. Yoongi se quedó mirándolo fijamente. Con una pequeña sonrisa tímida asintió y juntos en un cómodo silencio se acercaron a las puertas y las traspasaron para conseguir diversas miradas con diferentes expresiones de incredulidad y de burla en los allí presentes.
-Que hace el aquí, pedimos expresamente su sola presencia, señor Park-dijo el mismo hombre que a su entrada le había hablado en inglés y que parecía ser el único que se manejaba en el idioma. El mayor se tensó a su lado pero Jimin se giró hacia el tribunal entero y Yoongi sintió que se moría cuando con aquella luz que desprendía encaró a todo el mundo sin siquiera despeinarse.
-Esta decisión no era solo mía, así que la he consultado y si le molesta lo siento mucho, pero Yoongi y yo estamos juntos en esto. Venimos a decirles que mañana mismo empezará la clausura de la temporada de Hadid Saqtara, así que estamos listos para firmar los permisos pertinentes para la nueva excavación que llevará el nombre del príncipe que buscamos y no nos vamos a ir de aquí hoy sin empezar esos trámites. Gracias por su atención-sentenció el moreno volviéndose hacia Ibrahim Osman que se encontraba boquiabierto por la increíble muestra de valor del chico.
Un rato después, los tres salían por la puerta después de haber dejado preparados los trámites y firmados todos los papeles para que el gobierno egipcio lo tramitase lo antes posible y poder empezar a buscar la tumba cuanto antes.
-Has estado increíble Jimin, te felicito-dijo el señor Osman sinceramente. El aludido sonrió.
-Ya te digo, nunca había visto a nadie mandar a alguien a la mierda tan educadamente-añadió Yoongi con una sonrisa preciosa que caldeó el corazón de Jimin. -Ibrahim, nosotros nos vamos, estamos en contacto-dijo Yoongi agarrando con cariño las manos de su maestro entre las suyas. El mayor asintió y se despidió de Jimin con el mismo gesto.
-Volvamos a las excavaciones, tenemos mucho que cerrar y Sammi se va a poner como un basilisco, lleva mandándome mensajes todo el rato-dijo Yoongi girando en redondo para marcharse por el pasillo
-Se va a poner como una furia, odia las injusticias por encima de todo-aseguró Jimin girándose también hacia la salida.
-Y que lo digas-dijo Yoongi corroborando lo que había dicho el más joven.
Un poco más atrás, Ibrahim Osman los contempló absorto viéndolos marchar y se preguntó como Jimin conseguía aquel efecto en el joven que había sido su aprendiz. Se preguntó como lo que solo una persona había conseguido con Yoongi se volvía a repetir y pensó durante las horas siguientes en como el implacable carácter de Min Yoongi se rendía imperioso ante aquella sonrisa y aquella valentía inquebrantable de Jimin.
Unas horas después, mientras todos los trabajadores de la excavación comenzaban a asimilar la noticia y comenzaban a prepararse para el inminente abandono de aquella zona Yoongi desapareció dunas arriba para tener un momento de calma y pensar.
Se sentó en la caliente arena y observó la enorme extensión delante de él anaranjada por el tinte del sol que comenzaba a esconderse antes de que los pensamientos y los sueños recurrentes apareciesen en su cabeza.
"-Kadid-murmuró la voz aterciopelada del joven que lo tenía embelesado -Me estas escuchando Kadid-él no supo que contestar, solo siguió su instinto y al tenerlo tan cerca acarició su mejilla con dulzura."
Yoongi sacudió la cabeza confuso recordando uno de sus sueños repetitivos, pero otro pensamiento se introdujo de golpe en su mente.
"-Sitre pequeña...tienes que seguir adelante-murmuró entre lágrimas acariciando los brazos de la joven princesa.
-No puedo Kadid, que va a ser de mi-farfulló ella echa un lio de nervios y lágrimas.
-Pequeña...tenemos que seguir adelante-murmuró él sin poder decir nada más y sin saber como él mismo podría seguir adelante con el cruel destino al que había sido atado.
-No voy a poder volver a verte-dijo la chica en voz baja totalmente apenada.
-Lo se, por eso necesito que hagas algo por mi, tienes que llevarle esto-pidió extendiendo un pequeño rollo de papiro. -Ponlo en una tablilla y pórtalo como ofrenda, es lo único que puedo ofrecerle ya-dijo simplemente para después ambos derrumbarse en la fresca orilla del Nilo."
Yoongi siguió mirando las extensas dunas del desierto mientras recordaba y deslizó sus pálidos nudillos por su mejilla húmeda. Había estado llorando perdido en sus sueños, anhelando algo que no conseguía encontrar, rememorando aquello que cada noche lo atormentaba.
Escuchó a lo lejos la voz de Jimin llamándolo a gritos, así que se secó las últimas lágrimas y se levantó para buscar a su amigo. Cuando lo vio ya estaba escalando por las dunas intentando no resbalarse y sin saber porque eso hizo que Yoongi sonriese a pesar de su tristeza. Agitó la mano y el más joven puso rumbo hacia donde él se encontraba.
-Yoongi, te estaba buscando, ha venido un camión a por algunas de las cajas de clasificación y necesitan tu firma para poder llevárselo-explicó el joven.
-Necesito unos minutos-intentó excusarse. Jimin suspiró un poco frustrado pero con aquellos ojillos dulces que siempre tenía para Yoongi asintió.
-Esta bien, les diré que estas ocupado y que bajas enseguida-dijo dándose la vuelta para volver por donde había llegado.
-No, quédate un momento conmigo por favor, tu presencia me da paz-pidió agarrando a Jimin por la muñeca para evitar que se marchase.
Jimin contempló el agarre de la mano del chico en su muñeca y asintió sentándose a su lado.
-¿Estás bien?-preguntó simplemente. El arqueólogo asintió.
A veces me siento aquí cuando termina una temporada, me asusta de sobremanera el paso del tiempo ¿sabes? Hace unos meses empezábamos en Hadid Saqtara esta temporada y ahora estamos a las puertas de la que podría ser la definitiva. Apenas hace un mes que llegaste y todo está pasando tan rápido...-intentó explicarse.
-Lo se, pero te juro que encontraré a ese príncipe egipcio, aunque sea lo último que haga en esta vida-prometió Jimin apretando dulcemente el hombro del chico.
Yoongi sumergió la mano en su bolsillo mientras ambos miraban hacia el horizonte y sintió el tacto de la joya que siempre portaba en su bolsillo. Encontrarían a Meryatum.
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Holaaaaaaaaa :)
Bueno, espero que no os haya petado un ojo con la intensidad de este capítulo! Y ese final! Madre mía ese final...nos dice tantas cosas.
Quiero dedicar este capitulo a mi sol, mi soulmate en la distancia que me hace sus croquis y sus teorías y me da la vida con ellas. Para ti Paqui, espero que esto te aclare algo más el tema.
A los demás gracia por leerme un día más.
Nos leemos en el siguiente capitulo :)
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