Capítulo 2. Entre las dunas.
Cuando sonó el despertador, Jimin llevaba ya unos minutos con los ojos abiertos de par en par y la misma sonrisa del día anterior plantada en la cara. Había dormido como un niño entre las suaves sabanas de la enorme cama que había explorado de lado a lado durante toda la noche y casi podía asegurar que había mantenido la misma sonrisa durante toda la noche. Apenas recordaba haber soñado nada, aunque se había levantado con el mismo resquemorcillo en el pecho que siempre y que le dejaba con aquel sabor agridulce de no saber porque soñaba siempre lo mismo. Agitó la cabeza y apagó la alarma convencido de que si seguía sonando iba a despertar a todo el hotel y teniendo en cuenta que muchos de los que allí se hospedaban eran turistas, dudaba mucho que quisiesen levantarse tan temprano.
Las 7:30 de la mañana. Tal y como se lo había indicado Sammi el día anterior y tal como ponía en los manuales que había leído tan fervientemente antes de acostarse, las excavaciones comenzaban a las 8:30 para aprovechar el frescor de la mañana en el desierto.
Contempló todo por un momento a su alrededor y salió de la cama directo a la ducha y mientras el agua resbalaba tibia por su cuerpo y se enjabonaba el pelo, recordó la petición de Yoongi del día anterior, así que terminó de asearse y salió solo con una toalla enroscada en la cintura y el pelo aún goteando para dirigirse al escritorio. Sacó su cuaderno, aquel donde apuntaba todo y donde hacía sus bocetos y decidió que ese sería el lugar adecuado para redactar la lista que el arqueólogo le había pedido, así que lo posó sobre el escritorio, pasó un par de paginas más allá de su ultimo dibujo y numeró unas líneas del 1 al 10 limitando así las posibilidades de todo lo que pretendía en aquel viaje a solo las más importantes.
En el número 1 apuntó dormir bajo las estrellas en medio del desierto y rió cuando terminó de apuntarlo porque realmente había soñado con aquello muchas veces y aunque podía parecer una tontería era una de las cosas que deseaba hacer en su tiempo libre. Paseó la mirada por la página numerada e hizo un par de amagos con la pluma para escribir pensando bien en lo que quería poner. Al final dejó algunos huecos en blanco y cuando llegó al último punto mordió su labio inferior y sonrió conforme con lo que llevaba escrito. Cerró la pluma y se dirigió con una sonrisa al armario donde el día anterior había colocado su ropa para sacar un atuendo apropiado para su primer día de trabajo. Cuando acabó de vestirse se miró en el espejo, cogió su bandolera marrón y la llenó con todo aquello que creyó necesario, bolígrafos, lapiceros y cuadernos y por supuesto la preciada cámara instantánea que Jungkook y Taehyung le habían regalado en su último cumpleaños y sin la que no salía de casa. Volvió a mirarse al espejo y pasó nervioso las manos por su pelo un par de veces mientras pensaba en hacerse un par de selfies que subió de inmediato a su Instagram.
Unos minutos más tarde mientras salía animadamente hacia el restaurante del hotel y respondía un mensaje de Taehyung que le deseaba suerte en su primer día, se encontró con Sammi esperando para entrar a desayunar.
-Buenos días Sammi-saludó el chico alegremente sobresaltándola.
-Eh Jimin, buenos días, que energía de buena mañana, yo aún estoy medio dormida-dijo la chica reprimiendo un bostezo perezoso. Jimin rió entusiasmado.
-¿Desayunamos juntos?-propuso como si hablase con una amiga de toda la vida. La chica volvió a esbozar aquella sonrisilla que no quitaba nunca y que caldeaba el corazón.
-Claro, Yoongi no tardará en aparecer en unos minutos, lo esperaremos en la mesa-afirmó ella tranquilamente mientras ambos le enseñaban sus identificaciones al camarero que les había indicado que podían pasar. El chico perdió el color un segundo al oír el nombre del arqueólogo, pero luego lo recuperó sonrojándose violentamente por lo que había escuchado la noche anterior. La chica rió por su sonrojo ajena a todo lo que Jimin había escuchado tras aquella puerta.
-Tranquilo, en serio, es tan normal como tu y como yo, a veces es un poco gruñón y está obsesionado con su trabajo, pero creo que tiene motivos, si quieres saber más, pregúntale cuando tenga su café entre manos y te lo contará sin problemas, de todas formas, ahora eres parte de todo esto y parece que le caíste bien-explicó la chica todo de carrerilla. Jimin parpadeó ante la cascada de palabras que había brotado de labios de la chica y luego asintió tímidamente un segundo mientras dejaba su bandolera en la mesa que iban a ocupar. Ambos se dirigieron juntos a la maquina de zumos con sus respectivas bandejas y luego pasearon por la mesa central del buffet llenando sus platos con huevos fritos, pan de pita y un poco de hummus.
Unos minutos después volvieron a la mesa y como había dicho Samara, mientras tomaban asiento, vieron aparecer por la puerta al arqueólogo que los divisó y se dirigió hacia ellos con semblante serio.
-Buenos días-saludo escuetamente. Ambos le sonrieron y le devolvieron el saludo. -Voy a coger el desayuno y me siento con vosotros- añadió dejando en la silla una bolsa parecida a la de Jimin. Dicho aquello se dio la vuelta y unos minutos después volvió a aparecer con un plato con algo de fruta y una taza de café en sus manos. Se tiró en la silla con desgana después de dejar lo que traía en la mesa.
-¿Estas bien?-preguntó la chica con evidente preocupación dejando de untar el pan que tenia entre las manos.
-Si, tranquila, solo estoy cansado...han vuelto los sueños otra vez...-explicó Yoongi con la mirada fija en su taza de café.
-Llevabas meses sin ellos, ¿estás seguro de que te encuentras bien?-volvió a preguntar con el mismo tono. Él asintió.
-Es solo que revivirlos otra vez me ha tenido en vela durante toda la noche- volvió a decir él. Jimin sintió un pinchazo al reconocer ese sentimiento y recordar el sueño que le acechaba desde tan joven. La mesa se sumió en un silencio atronador y pasaron minutos donde solo se oían los cubiertos y los ruidos externos de la gente que desayunaba en el restaurante.
-Te entiendo bien-dijo Jimin de repente irrumpiendo en el silencio. Los dos le miraron y Yoongi clavó su rasgada mirada en él. Tragó saliva y continuó hablando. -Yo...tengo un sueño recurrente desde hace muchísimos años, siempre es lo mismo y aunque no se repite todas las noches, cuando lo hace me atormenta porque no se lo que significa-explicó hablando tranquilamente. El arqueólogo despegó los labios para hablar pero se vio interrumpido por Samara que se abalanzó sobre Jimin eufórica.
-¿En serio? ¿Tu también?-preguntó. Jimin asintió tímidamente bajo la atenta mirada del otro chico que no le quitaba los ojos de encima. -¿Puedo saber con que sueñas?-volvió a preguntar la chica.
-Sammi...-advirtió Yoongi.
-Tranquilo, no me molesta, es algo muy normal, son unas manos, se siente muy real como si me acariciasen de verdad. Cuando mi madre murió pensé que eran sus manos, pero luego me di cuenta de que eran más masculinas, por eso no entiendo muy bien que significa...-comentó Jimin con nostalgia.
-Oh Jimin...lo siento muchísimo-balbuceó la chica ante la mención de su perdida.
-Lo siento Jimin...-dijo el rubio también.
-Tranquilos, la echo de menos pero estoy bien, pasó hace mucho tiempo-aseguró el chico cubriendo esa espinita clavada en su corazón por la perdida de su madre.
-Eso no quita que siga siendo duro, perder a alguien se queda en tu corazón para siempre-aseguró Yoongi con un pinchazo intenso en su corazón.
-Si que lo es-admitió el moreno con nostalgia. Samara lo abrazó delicadamente con tanto cariño como se abraza a un amigo de toda la vida y cuando se separó de él, le sonrió con dulzura. Él le devolvió la sonrisa.
-Bueno, ¿vais a contarme el planning de hoy?-preguntó intentando cambiar de tema. La chica comenzó a hablar y Jimin se centró en su incesante parloteo mientras terminaba su desayuno, sin darse cuenta de como la oscura mirada de cierto chico se clavaba en él y en su sonrisa sin piedad.
-¿Yoon?-preguntó la chica sacándolo de sus pensamientos unos minutos después. Sacudió la cabeza y se encontró con sus dos acompañantes mirándolo extrañados.
-Le decía a Jimin que le ibas a contar el porque exacto de esta excavación, pero estabas en la luna-explicó la chica.
-Perdón, estaba distraído...como bien leíste en los informes que te dejé, busco una tumba, una tumba importante, aunque no se exactamente donde se encuentra, pero se que está ahí, en Hadid Saqtara, en algún lugar...-explicó con lentitud.
-¿De quien es?-preguntó Jimin con mucha curiosidad.
-Es de...un príncipe egipcio, alguien que desapareció en la época de Ramsés II. Por los escritos que hemos encontrado en su sepultura parece ser su hermano, uno de los príncipes reales que murió muy joven por algún tipo de enfermedad que el faraón consideró un castigo divino-siguió explicando el joven arqueólogo. Jimin abrió la boca exageradamente ante la historia y su corazón latió con rapidez.
-Increíble, ¿y tenemos ya alguna pista que nos diga que estamos cerca?-preguntó esperanzado mirando a Yoongi fijamente que analizaba su expresión.
Él negó lentamente y desvió la mirada momentáneamente a su café mientras Samara se removía incomoda. Volvieron a quedarse en silencio pero el arqueólogo habló de nuevo.
-No nos queda mucho tiempo para que nos cierren esta temporada en las excavaciones pero se que está ahí y...-murmuró avergonzado. Escuchó a Jimin deslizar su silla haciendo eco de un molesto chirrido por toda la sala.
-La encontraremos-dijo Jimin interrumpiendo el monólogo de Yoongi. Los dos pares de ojos allí presentes se plantaron en él. -Yo te ayudaré a encontrarla si es tan importante, para eso estoy aquí-prometió Jimin mirando al chico fijamente. Una sonrisilla ilusionada asomó en sus labios.
-Muy bien, pues no perdamos el tiempo que no nos sobra, vayámonos ya-dictó Samara saltando ilusionada de la silla con esa energía que la caracterizaba.
Yoongi sonrió y se puso en marcha también para depositar su bandeja en el carro de bandejas usadas que había cerca de uno de los ventanales del comedor. Observó a sus compañeros hacer lo mismo y se fijó en Jimin y en esa permanente sonrisa ilusionada que le recordaba tanto a si mismo cuando empezó con todo aquello.
Cuando pasó por su lado para recoger su bolsa mientras Samara ya había empezado a salir por la puerta Yoongi lo agarró del brazo y lo miró a los ojos. -Gracias Jimin, gracias por venir-dijo sinceramente.
-Estoy encantado de estar aquí-aseguró el más joven con una radiante sonrisa que hizo sonreír también al chico.
Se dirigieron todos juntos hacia la salida y se montaron en un todoterreno blanco lleno de arena por todos lados. Salieron del pueblo charlando animadamente y tardaron unos 15 minutos en llegar a las inmediaciones de Hadid Saqtara donde todo el mundo los saludó a su llegada. Yoongi le indicó a Jimin por donde podía empezar y durante esa mañana se dedicó a desenterrar lo que parecía un pozo lleno de ajuar funerario, que por su ubicación y su contenido parecía robado.
Pasó toda la mañana pensando en la conversación con Yoongi y en donde podría encontrarse la dichosa tumba y se dio cuenta de que definitivamente aquella no era una pista de nada, más bien parecía por algunos fragmentos de tela que había adherida a los objetos que habían sido saqueadas de algún lugar, transportada en un saco y abandonadas después a su suerte.
Unos minutos antes de la hora de comer Jimin pidió ayuda a un chico que pasaba por allí para desenterrar una nueva figura funeraria con cabeza de chacal que había aparecido en el mismo pozo. El chico le pasó todo lo que le pedía y entre los dos haciendo palanca cada uno de un lado consiguieron sacarla con mucho cuidado. Acunó la escultura en sus manos y la miró con devoción. Anubis lo miró con ojos vacíos y la oreja partida y descubrió un pequeño arito colgando de la oreja intacta que toquiteó con sumo cuidado y una sonrisa en la cara.
-Eres simplemente maravilloso-murmuró hacia el dios petrificado. El joven que había ayudado asintió complacido sin dejar de mirarlo también. A lo lejos vio aparecer a Sammi que venía casi corriendo intentando no tropezar y que cuando llegó a su lado admiró el descubrimiento como si fuese una joya preciosa.
-Jimin, Yoongi me ha pedido que te buscase, hay una reunión ahora en la carpa y quiere que estés presente-indicó la chica recolocando su sombrero. El chico miró la estatuilla que tenía en sus manos y alzó la mirada para mirar al joven que le había ayudado a sacarla. -Ponla a salvo y avísame si encuentras el pedazo que falta ¿vale?-dijo en un perfecto inglés pasando la escultura con sumo cuidado a las manos de su ayudante.
El muchacho asintió servicial y Jimin se levantó sacudiendo las rodillas que llevaba llenas de arena. -¿Sobre que es la reunión?-preguntó mientras caminaba junto a Samara escalando un par de dunas.
-Parece que a Yoongi se le ha iluminado la bombilla con la conversación de esta mañana y como eres su nuevo aprendiz y mano derecha te quiere ahí con él-explicó la chica mientras caminaban bajo el intenso calor. Jimin se abanicó y respiró entrecortado mientras se quitaba el sudor de la frente.
-Madre mía, podríais haber colocado la carpa un poco más lejos, si te descuidas nos vamos a lo...más hondo...del desierto...-se quejó Jimin. Perdió la voz según hablaba y se daba cuenta de lo que estaba diciendo mientras se quedaba quieto en medio del camino. Samara se paró también.
-¿Jimin? ¿Qué haces?-pregunto ella mirándolo extrañado. El corazón de Jimin comenzó a golpetear con fuerza en su pecho y miró a la chica como si hubiese visto un fantasma.
-Joder Sammi, pues claro, ya lo tengo-gritó él empezando a correr hacia la carpa. Agarró a la chica de la mano y la arrastró hacia el lugar irrumpiendo en la carpa donde ya todo el mundo estaba reunido.
Abrieron los ojos al ver al chico entrar de esas formas y miraron a Samara que seguía agarrada de la mano del nuevo como si la estuviesen juzgando. Jimin miró directamente a Yoongi haciendo muecas y gestos que el arqueólogo intentaba descifrar pero que no consiguió en ese momento. -Mucho jeroglífico y a mi no me entiende-pensó Jimin fastidiado.
-Perdón por la tardanza, estábamos desenterrando una pieza de ajuar, por eso he tardado tanto-se excusó colocándose al lado de Yoongi en la mesa central de la carpa que estaba llena de mapas y papeles.
-No te preocupes, acabamos de empezar, te cuento-lo tranquilizó el rubio.
Le pusieron al corriente de todo, pero 10 minutos después nadie se ponía de acuerdo y Jimin contemplaba como el semblante serio y abrumado de Yoongi volvía a aparecer y sin saber muy bien porque aquello le rompió el corazón en pedazos.
-Si alguien tiene algo que decir, es el momento-dijo el rubio dejando la palabra a todos los presentes. Nadie dijo nada, de hecho los más mayores no parecían muy conformes de estar allí y se notaba que querían marcharse a seguir con sus quehaceres.
Jimin levantó la mano educadamente y todos los presentes se le quedaron mirando incrédulos.
-Dinos, Jimin-dijo Yoongi con una sonrisa enternecida, dándole paso para hablar. El chico se aclaró la garganta y asintió despacio.
-Según lo que he leído en los informes de la excavación nos encontramos en el segundo perímetro explorado y las excavaciones siempre se han ubicado hacia el sur ¿verdad?-preguntó aún un poco inseguro por lo que estaba a punto de decir.
-Así es-confirmó Yoongi mirándolo intensamente como si solo estuviesen hablando ellos dos.
-Creo que no vamos a encontrar mucho más hacia donde vamos...he estado observando el perímetro y el desierto se hace cada vez menos hondo, nos acercamos más al pueblo y a este paso como sigamos excavando en esa vamos a llegar a la capital sin haber encontrado la tumba-dijo tranquilamente mientras hacía una pausa mirando a todo el mundo.
-Pero la sepultura de Ramsés II se encuentra en el Valle de los Reyes y señala la tumba del príncipe Meryatum al sur de su lugar de descanso, en Hadid Saqtara-se quejó uno de los allí presentes de los que Jimin no recordaba el nombre.
-Si, si, lo se pero...si era uno de los príncipes hermanos del gran faraón y murió tan joven, quizás en aquel entonces el desierto era mucho más pequeño perimetralmente hablando, quizás ubicasen su tumba mucho más al norte y con la gran expansión del desierto y la evidencia de las grandes tormentas de arena ocurridas en el año 1235 a.c. sabemos que las tumbas que han aparecido nombradas y ubicadas en el periodo de tiempo en el que Ramsés reinó, puede que el gran faraón ubicase a su hermano más al norte de lo que hemos calculado, la tumba del príncipe seguiría estando al sur de la de Ramsés, pero a la vez estaría mucho más enterrada en el desierto, aunque solo es una idea, no digo que sea así claro...-explicó gesticulando con las manos como si un mapa en 3D se extendiese ante sus ojos. Todo el mundo se quedó callado y algunos murmullos comenzaron a escucharse cuando la sonrisa de Yoongi se extendió casi victoriosa por su pálido rostro.
-¡Claro que si! ¡Jimin, eres un genio! ¿Cómo no me he dado cuenta antes? hemos estado buscando en el lugar equivocado todo este tiempo. Pediremos permisos y tiraremos de los fondos que ha recogido esta excavación para poder financiar la otra-empezó a explicar Yoongi emocionado Jimin sonrió ampliamente viendo al arqueólogo así de contento. Un carraspeo incomodo los interrumpió.
-No van a concedértelos Min, las excavaciones aquí ya han comenzado y nos quedan unos meses para terminar, no te van a dar nuevos permisos sin terminar una temporada-reprochó el señor Abdel desde el otro lado de la mesa.
-Quizás a mi no...pero a alguien nuevo...a alguien con mi aval-murmuró girándose hacia Jimin que se encontraba a su derecha. El más joven abrió los ojos exageradamente y se encontró con seis pares de ojos mirándolo fijamente. Quiso hacerse pequeñito y desaparecer pero la voz de Yoongi a su lado llamando su atención lo devolvió a la realidad y no le dejó achantarse delante de toda esa gente que lo miraba como si estuviese viendo un alienígena.
-¿Yo?-preguntó en un murmullo. Yoongi asintió sin borrar aquella sonrisa de su cara.
-Eres mi aprendiz y mi mano derecha, si yo te avalo como arqueólogo y te cedo parte de los fondos, nos concederán esos permisos-volvió a explicar como si Jimin no hubiese entendido nada.
El más joven se quedó en silencio con la vista clavada en la alfombra que cubría la arena cálida del desierto con la mente alborotada y dando vueltas a mil por hora. ¿Él? volvió a preguntarse.
-¿Podemos hablar un segundo...a solas?-preguntó rompiendo por fin su silencio mirando a Yoongi como si nadie más estuviese en aquel lugar. Nadie hizo mención de moverse, así que el rubio asintió agarrando al otro chico del brazo y dirigiéndose a la salida.
Salieron al sofocante calor del desierto que parecía aumentar por momentos y se alejaron caminando en silencio por la extensión unos metro más allá para que nadie los escuchase. Jimin se volvió enseguida hacia Yoongi y se miraron unos segundos totalmente serios.
-Creo que te has vuelto loco, Yoongi, con todos mis respetos-espetó Jimin sorprendiendo al mayor que esbozó una sonrisa.
-Sé perfectamente lo que he dicho-aseguró este cruzándose de brazos.
-Llevas años buscando esa tumba, tu mismo has dicho esta mañana que tienes razones de peso para querer encontrarla y ¿ahora quieres que pongamos la excavación que podría hacernos encontrarla, bajo mi nombre? ¿Qué pasará si la encontramos?-preguntó afligido gesticulando nerviosamente con las manos.
-Es lo mejor, yo te avalo y tu lanzas tu carrera, encontramos esa tumba y nadie va a volver a dudar jamás en darnos un permiso, excavaremos Egipto de arriba a abajo si queremos, pero no puedo hacerlo solo, te necesito en esto-explicó el arqueólogo más mayor acercándose hacia su compañero.
-¿Te has vuelto loco?-Volvió a preguntar el moreno.
-Escúchame, Jimin, es la única manera, llevará el nombre de los dos si la encontramos, será un lanzamiento grandísimo para tu carrera y también llevará mi nombre, te estoy ofreciendo ser mi socio en esto, no renunciaré jamás a la tumba pero necesito un socio y no se me ocurre nadie mejor en estos momentos-explicó Yoongi intentando hacerle entrar en razón. Jimin se quedó en silencio pero no tardó en intentar buscar otra excusa. Él que pensaba que su aventura en Egipto iba a ser un camino de rosas y al segundo día ya se encontraba en líos.
-¿Sammi?-preguntó el chico intranquilo. El mayor negó con la cabeza.
-Sammi no aceptará, es una gran arqueóloga pero no cree en encontrar la dichosa tumba-excusó el otro. Aquella discusión vista desde fuera hubiese parecido una guerra de excusas a ver quien conseguía salirse con la suya y Jimin se vio perdiendo en cuanto imagino un enorme hallazgo con su nombre junto al del arqueólogo más famoso de los últimos tiempos.
-Pero soy tan nuevo en esto, apenas me conoces...-intentó excusarse para no caer en la tentación de dar un si rotundo.
-Hay algo que me dice que lo vas a hacer bien, y yo no te dejaré, estaré a tu lado todo el rato, te lo prometo y te daré una semana de vacaciones en Navidad para que la pases con tu padre y tus amigos-aseguró Yoongi intentando convencerlo de todas las maneras.
-¿Me estas chantajeando?-preguntó incrédulo.
-Te estoy suplicando Jimin, tengo que encontrarle...tengo que encontrar esa tumba-pidió en una suplica que derrotó finalmente la negativa de Jimin. Este suspiró frustrado y se paso las manos por la cara embadurnándose de pequeños granos de arena.
-Esta bien, lo haré, pero yo te diré donde excavar y me ayudarás esta noche a preparar el informe de petición para la excavación y obviamente mañana me acompañaras a donde haga falta para entregarlo-sentenció el moreno ante la mirada abrumada del mayor que estaba intentando analizar todo lo que el chico le decía.
-¿Esta noche?-preguntó sorprendido. Jimin asintió despacio.
-Esta misma noche, utiliza tus influencias para que nos den las citas para mañana, trabajaremos en ello para poder solicitarlo mañana mismo, no tenemos tiempo que perder y tardarán unos meses en concedernos los permisos. Mientras tanto trabajaremos aquí para terminar la temporada con éxito y que no nos retiren los fondos-explicó Jimin contándole lo que se le había ocurrido.
-Ya me estoy arrepintiendo de haberte dado el mando de la nueva excavación-se quejó Yoongi con una sonrisa tirando de sus labios.
-¿Quieres la tumba verdad?-contempló al arqueólogo fruncir el ceño y luego asentir seriamente. -Pues déjame demostrarte de lo que soy capaz, desde hoy tu y yo somos socios y buscamos lo mismo-añadió con seguridad estirando el brazo con la palma extendida. Yoongi lo miró por un segundo y estrechó la fina mano de Jimin entre la suya mientras su corazón se estremecía por el contacto sin saber muy bien la razón.
Ambos se miraron un segundo eterno como si se leyesen la mente y luego se dieron la vuelta para volver a entrar a la carpa y terminar de armar el plan.
Esa tarde cuando Jimin llegó a su habitación se metió directo a la ducha y pasó más tiempo de lo normal bajo el agua, pensando en como había llegado a meterse en ese embrollo.
Al salir de la ducha mandó algunos mensajes a sus amigos por el chat grupal que compartían y aunque sabia que ambos estarían durmiendo plácidamente para esas horas no pudo evitar echarlos un poco de menos.
Más tarde se colocó unos pantalones negros y una camiseta con sus converse negras favoritas y bajo a cenar al restaurante. Cenó solo en silencio acompañado de su móvil mientras contemplaba las fotos que Taehyung había subido de Jungkook despatarrado en el sofá de su apartamento jugando a algún juego de aquellos que le gustaban al menor y sonrió con nostalgia.
Cuando terminó, dejó la bandeja en el carro, se despidió del camarero que estaba en la entrada y subió a su habitación. Suspiró agotado al cerrar la puerta incluso pensó en echarse un rato pero cuando se quiso dar cuenta era hora de ponerse con el informe y de que Yoongi y Sammi acudiesen a su habitación para comenzar con el trabajo.
Abrió su portátil, hizo un par de fotos para sus redes y comenzó a teclear hasta que llamaron a la puerta y aparecieron los dos arqueólogos charlando como si no les esperase una noche en vela por delante.
-Bien, he estado pensando y creo que nos hará falta esto-comentó Yoongi ya dentro de la habitación extendiendo un enorme rollo de papel sobre la cama del más joven que se acercó y contemplo sorprendido el enorme mapa del desierto y la zona de Hadid Saqtara.
-¿Que te parece?-preguntó el arqueólogo mirando intensamente a Jimin como si esperase que le señalase el lugar exacto de la tumba. El moreno levantó la cabeza dramáticamente y miro a la chica que se encontraba al lado de Yoongi para después clavar sus ojos en los de él.
-Me parece que necesito muchos rotuladores de colores y un café-murmuró. Todos se quedaron en silencio y al segundo rompieron a reír en el silencio de la habitación.
Les esperaba una noche demasiado larga por delante.
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Hola a todos :)
Ya estoy aquí con este segundo capitulo. Estoy segura de que ya empezáis a tener vuestras teorías. En fin, me encanta leeros jajaja
Quería daros las gracias por la increíble acogida que ha tenido el fanfic y también por vuestros comentarios en el Spin off de Bullets.
Vengo a contaros también que quiero darlo todo en este fanfic que es muy especial para mi, así que voy a ir creando una lista en Spotify donde voy a ir incluyendo todas las canciones que aparezcan en el fanfic, y tendrá el mismo nombre que este.
Así que nada, espero que os haya gustado y nos leemos prontito en el siguiente.
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