Capítulo 17. Promesas.
Sammi se había pasado casi todo el vuelo con un tic nervioso sin parar de mover la pierna consiguiendo que Jimin se desesperase por momentos.
-Sammi por dios-volvió a quejarse el chico cuando su amiga le pisó por octava vez desde que habían salido de Egipto. La chica le pidió perdón y se volvió hacia la ventanilla por donde había pasado la mayor parte del viaje mirando. Jimin negó con la cabeza y sin que su amiga se diese cuenta sacó una bonita foto de ella para que pudiese recordar aquel momento. La subió a su Instagram dejándola preparada para que se publicase cuando volviesen a tener conexión a internet.
-¿Crees que se alegrará de que vaya por sorpresa?-preguntó la chica de pronto volviéndose hacia su amigo. Él abrió los ojos incrédulo.
-¿Hombre pues tu que crees?-contestó Jimin con una pregunta irónica.
-Es que no le he avisado, igual está ocupado con las clases o tiene cosas que hacer-comenzó a decir ella buscando todas las excusas que se le ocurrían.
-Por dios, si ese hombre dejaría plantado al mismo presidente de Corea por ti-rechistó Jimin cruzándose de brazos. Su amiga agachó la cabeza tímidamente y luego sonrió un poco.
-A ti se te está pegando lo exagerado de Yoongi-se quejó. Jimin le hizo burla y juntos se rieron en voz alta haciendo que los pasajeros de delante los mirasen por entre los asientos.
Se escuchó un crujido en la megafonía e inmediatamente el piloto anunció la hora local, la temperatura y el fin del trayecto. Dio las gracias por escoger aquella aerolínea y pidió a todo el mundo que se abrochasen los cinturones para el aterrizaje.
El corazón de Sammi se hizo pequeñito con ella abrazando su mochila e hizo reír a Jimin por el gesto nervioso de su rostro.
Una vez tomaron tierra ambos agarraron sus equipajes de mano y salieron del avión por la pasarela de embarque conectada con la terminal. Volvieron a encender los datos en sus móviles y un sinfín de mensajes abordó los dos teléfonos.
-Hobi ya está esperando-anunció con una sonrisa mirando su móvil Sammi se quedó estática un segundo y luego empezó a dar vueltas como una loca.
-¿Puede saberse qué haces?-preguntó el chico confuso. Ella se dirigió hacia uno de los escaparates cerrados de una de las tiendas internas del aeropuerto y se agarró la coleta que había llevado durante el trayecto para deshacerse de ella dejando caer su larga melena desperdigada por su espalda.
Vio su reflejo cansado en el cristal y suspiro frustrada. -Estoy hecha un asco-se quejó. Jimin rió bajito y la sujetó por los hombros.
-Ese chico de ahí fuera te ha visto en tus peores momentos, ni por un momento creas que en cuanto te vea cruzar esa puerta va a reparar en nada más que no sea que la chica de la que está enamorado y con la que lleva una relación a distancia de lo más extraña, está frente a sus ojos y puede abrazarla y besarla sin kilómetros de por medio-dijo firmemente. La chica pestañeó abrumada por aquellas palabras. -Sammi, Hobi te quiere, despeinada, cansada o en vestido de gala, te quiere porque eres tú y lo demás da igual-sentenció. Sammi asintió un poco insegura y se agarró fuertemente de la mano de Jimin.
-Mi vida está a punto de cambiar para siempre-afirmó la chica mirando a los ojos a su amigo. Este sonrío y asintió.
-Cambios como este siempre son buenos-añadió tranquilamente. Juntos se encaminaron de nuevo tirando de sus maletas por la terminal hasta la zona de salidas. Entre los cristales pudieron ver la gente que se agolpaba esperando a sus seres queridos y los múltiples reencuentros que se daban entre familiares y parejas al otro lado.
Juntos cruzaron las puertas acristaladas y sin terminar de digerir que ya estaban en Corea, Jimin vio a su amiga salir disparada hacia delante entre la gente abandonando a su suerte la pequeña maleta que había llevado. Sonrió cuando vio el cuerpo de su amiga impactar con un sorprendido Hobi que la miraba con los ojos desorbitados sin comprender muy bien que estaba pasando.
Jimin negó con la cabeza y se agachó para recoger la maleta de su amiga y acercarse hacia ellos entre la gente que los miraba sonriente.
-Pero ¿Qué haces aquí? No me habías dicho que venías-chilló Hobi emocionado apartando un poco a la chica para mirarla a los ojos como si aún no creyese lo que estaba pasando.
-Era una sorpresa-murmuró ella emocionada abrazándose de nuevo al chico que la cogió con fuerza entre sus brazos. Jimin sonrió, pero no pudo evitar echar de menos a Yoongi mientras los veía allí colmándose de abrazos y cariño y su corazón latió acelerado de solo pensar en el hombre que se había quedado en Egipto.
Durante largos minutos se abrazaron perdidos el uno en el otro como si tuviesen la intención de fundirse y cuando se separaron, Jimin los contempló enternecido.
-Jimin, perdona-se disculpó el chico apartándose de Sammi que sonreía con las mejillas invadidas por un bonito color rosáceo.
El joven negó y se acercó hasta el mayor para fundirse en un cálido abrazo lleno de palmadas en la espalda.
-¿Qué tal ha ido el viaje?-preguntó separándose del chico. Jimin se encogió de hombros y sonrió.
-Alguien estaba tan nerviosa que no ha parado de pisarme en todo el vuelo-explicó el arqueólogo fulminando con la mirada a su amiga.
-¡Que no me delates!-gritó ella hacia su amigo. Los tres rieron y Hobi la sujetó contra su costado.
-Hemos conseguido ocultarte la sorpresa entre todos-declaró el más joven complacido. Sammi asintió con una sonrisilla.
-No me lo esperaba la verdad, de hecho le mandé esta mañana un mensaje y como no me contestó pensaba que estaban ocupados con algo de la tumba o así- explicó el chico. -Por cierto, enhorabuena Jimin, a Yoon y a Sammi ya les di la enhorabuena por privado, pero a ti no tuve oportunidad-felicitó el mayor.
-Gracias Hobi-contestó el arqueólogo sinceramente.
-Entonces contadme, ¿Cómo así estás aquí?-preguntó Hobi mirando a la chica.
-Fue una decisión de última hora, iba a quedarme con Yoongi por si me necesitase en la excavación, pero el insistió en que viniese a verte-explicó con aquella sonrisa tan bonita.
-Le daré las gracias-afirmó. Jimin sonrió. De repente un gritito escandaloso retumbó en el aeropuerto. Todo el mundo se volvió hacia el dueño de ese grito.
-Park Jimin- escuchó a lo lejos por encima del alboroto propio del aeropuerto.
El aludido sonrió hacia la pareja que miraban absortos a un par de chicos morenos que acababan de pasar por las puertas del aeropuerto y a quienes todavía había gente que miraba de reojo por el grito que uno de ellos había pegado.
Jimin miró a Sammi y dejó las dos maletas que aún sostenía para caminar a paso rápido hacia los dos muchachos que caminaban de la misma manera hacia él.
-Maldito Jimin, como te hemos echado de menos-murmuró su mejor amigo cuando se encontraron en mitad de la terminal y se abrazaron fuertemente. Un par de brazos tatuados los abrazó a los dos y Jimin sintió que realmente había estado demasiado tiempo lejos de ellos. Cuando se separaron Tae volvió a abrazarlo como si no llegase a creerse que estaba allí.
-¿Acaso no tienes a tu novio para que me hayas echado tanto de menos?-chinchó el mayor de los tres. Impredeciblemente Taehyung se echó a reír.
-Si, pero él no me abraza como me abrazas tú-contestó teatralmente.
Los tres se echaron a reír y caminaron hacia la pareja enganchados de los brazos como cuando eran más jóvenes y Jungkook y Taehyung empezaban a salir. Saludaron a Sammi y Hobi y Jimin se dispuso a presentarlos a todos.
-Chicos, ella es Sammi, por fin la conocéis en persona-presentó Jimin a la chica. Esta se adelantó un par de pasos y entre los dos la sumieron en un cálido abrazo.
-Bienvenida bonita-dijo Taehyung simplemente. Ella sonrió con cariño y se apartó para presentar a Hobi.
-Jungkook y Tae, el es Jung Hoseok, es mi....-comenzó a decir. A medida que avanzaba con aquella frase se quedó trabada sin saber qué decir. ¿Qué eran? ¿Qué eran en aquellos momentos?
-Soy Hobi-se presentó saliendo en su ayuda.
-Encantado-contestó Tae con una enorme sonrisa inclinándose hacia el chico.
-Tenéis una manía muy fea de no saber que sois en este grupo-soltó Jungkook de repente. Sammi y Hobi se sonrojaron completamente y el más joven recibió un pisotón de su novio que sonreía sin mirarlo.
-Eh, ese era mi pie-se quejó. Jimin rió por la estúpida escena.
-Bueno, estoy agotado del viaje, me gustaría ducharme y luego descansar un rato-dijo intentando cambiar de tema y salvar la situación.
Todos asintieron conformes y juntos se encaminaron hacia las puertas de salida pero cuando iban a salir, Jimin retuvo un segundo a Sammi.
-Supongo que te vas con Hobi ¿no?-inquirió el chico acercándose a su amiga. Esta se volvió hacia él un poco incomoda.
-¿Te importa?-preguntó. Jimin negó con la cabeza.
-Si no te ibas tú te iba a echar yo-bromeó el chico. Ella rió y lo abrazó con cariño.
-Hobi, ¿Dónde tienes el coche?-preguntó Jungkook con confianza.
-Lo he dejado en el parking ¿vosotros?-contestó el aludido con la misma confianza. Sammi y Jimin se sonrieron encantados de ver aquel buen rollo entre ellos.
-También, vamos juntos hasta allí-sugirió el mayor. Todos asintieron y se encaminaron hacia el mismo lugar.
Jimin miró a Sammi y Hobi que andaban a trompicones agarrados de las manos como dos adolescentes tonteando y agarrándose a cada segundo. La chica soltó un gritito cuando Hobi le hizo cosquillas y la elevó en sus brazos como si fuese una muñeca.
-Míralos, son adorables-comentó Tae a su lado. Él asintió sonriendo. Ver a Sammi así de contenta le hacía infinitamente feliz.
-Si lo son, le haré una foto para el recuerdo-dijo Jimin bajando la voz y dirigiendo la cámara de su móvil hacia ellos que reían ajenos a todo. Sacó la foto e inmediatamente trasteó con sus redes sociales para subirla.
-Y nosotros, ¿podemos hacernos una foto para el recuerdo?-preguntó Jungkook poniendo su barbilla en el hombro del chico para ver la foto.
-Todas las que quieras-respondió dándole un golpecito cariñoso con la cabeza. Jungkook sonrió y se apartó de su hombro.
-Pero tienes que subirla y presumirnos como presumes a tu novio y a tus nuevos amigos-interrumpió su otro amigo. Jimin miró a Tae que se sonrojó violentamente y sonrió un poco avergonzado por lo que había dicho.
-¿Estás celoso?-preguntó intentando no reírse.
-Como un mono-respondió su novio risueño.
-Anda, ven aquí-pidió echándole un brazo por encima para atraerlo junto a él. -Chicos, ¿nos hacéis una foto?-preguntó hacia la pareja interrumpiéndolos. Sammi lo miró con una sonrisa y saltó de los brazos de Hobi para acercarse a ellos y sacarles una foto.
Inmediatamente escribió una frase graciosa y la subió enseñándosela a su amigo que sonrió enormemente.
-Por cierto, no os he dicho pero mañana llegan Jin y Nam a ver a la familia antes de volverse a Nueva York, ¿os apetece salir a comer y así os los presentamos?-interrumpió Hobi acercándose a donde estaban los tres amigos con Sammi de la mano. Ella abrió los ojos dejando ver su felicidad ante la noticia.
-Por mi estupendo-dijo Jungkook mirando a su novio que asintió al igual.
-Será genial volver a verlos-sentenció Jimin con una sonrisa.
Cuando llegaron al coche de Jungkook se pararon en seco y Hobi les avisó de que su coche se encontraba un poco más alejado. Todos comenzaron a despedirse y Sammi se abrazó a su amigo.
-Pásalo bien, pero no demasiado eh-murmuró el arqueologo en su oído. Ella chascó la lengua y rodó los ojos.
-Que no seas básico, te digo siempre-reclamó la chica dándole un golpe disimulado en el hombro. Él rió y se separó de ella para despedirse de Hobi.
-Nos vemos mañana chicos-se despidió este de todos mientras volvía a coger la maleta de Sammi para arrastrarla tras ellos.
Los vieron marchar agarrados de la mano hacia un coche rojo al final del parking antes de meterse en el monovolumen negro de Jungkook.
-Voy a avisar a Yoon de que hemos llegado, con este lío ni me he acordado-dijo poniéndose el cinturón.
Su amigos asintieron y comenzaron a discutir sobre qué harían esa noche. Mientras tanto, Jimin sacó el móvil de su bolsa y tecleó rápidamente un mensaje para Yoongi, que si no estaba despierto en ese momento, se despertaría enseguida. Avisó también a su padre y le prometió que lo visitaría al día siguiente después de terminar con los trámites en la universidad.
-¿A dónde vamos?-preguntó el joven después de un rato dejando el móvil apoyado en el asiento. Tae se volvió hacia él con una sonrisa.
-A mi casa, es más grande y hay habitación para ti para que no tengas que dormir en el horroroso sofá de Jungkook-dijo chinchando a su novio que conducía con la vista fija en la carretera.
-A ver si el que va a dormir hoy en el sofá vas a ser tú-contestó el más joven girando lentamente el volante para meterse por una de las calles con una enorme sonrisa juguetona en sus labios.
-Pues me voy con Jimin-contestó el mayor haciéndose el ofendido. Jimin solo pudo reír en el asiento de atrás. Ellos siempre estaban igual y los había echado mucho de menos.
Llegaron a la casa de Tae bien entrada la noche y mientras Jimin se instalaba en el cuarto de invitados y se daba una ducha, sus dos amigos pidieron la cena y buscaron una película para ver en Netflix.
Pasaron la noche acurrucados los tres en el sofá comiendo y riendo mientras veían una pésima película de acción. Cuando acabó la película simplemente apagaron la tele y Jimin se dedicó a contarles con todo detalle sus aventuras en Egipto con Yoongi y Sammi y ellos se dedicaron a rememorar historias del pasado y de cuando Jimin pensaba que carrera no le llevaría a ningún lado.
Casi a las dos de la mañana todos empezaron a bostezar y aunque el Jet lag seguía haciendo estragos en Jimin, los tres se retiraron a sus habitaciones.
En la oscuridad de la noche, Jimin se dedicó a contarle a Yoongi mediante mensajes como había sido su viaje y los reencuentros y el mayor se dedicó a escuchar con atención todo lo que su príncipe tenía para contarle.
De pronto, un mensaje de Sammi irrumpió en su móvil dándole un buen susto.
-Jimin, tenemos que hablar-había escrito su amiga que permanecía en linea esperando una respuesta.
-¿No deberías estar con Hobi?-preguntó extrañado porque le escribiese a esas horas.
-Se está duchando-escribió la chica. Inmediatamente el indicador volvió a parpadear dejando claro que seguía escribiendo. -Tengo que pedirte un favor-añadió.
Jimin rodó los ojos y sonrió.
-Sorpréndeme-tecleó rápidamente y Sammi sin perder ni un solo momento comenzó a escribir contándole su plan lo más rápidamente posible antes de que Hobi abandonase la ducha.
Pasaron un rato hablando y cuando se despidieron y Jimin fue a dejar el móvil cargando, un nuevo mensaje llegó iluminando la pantalla en la oscuridad.
-Jimin, necesito que me hagas un favor-leyó el chico. Abrió el mensaje y el chat con Hobi se abrió ante él.
-¿Hobi? ¿No deberías estar con Sammi?-escribió como si hiciese copia y pega de la conversación anterior con su amiga. Vio a su amigo escribir y aguardó un momento hasta que llegó el siguiente mensaje
-Me he escondido en el baño para pedirte que hagas algo por mí-contestó el chico. El arqueólogo suspiró incorporándose para escribir mejor en la cama y leyó con calma lo que le proponía.
Cuando por fin pudo dormir, se dio cuenta de que el día estaba más cerca de lo que había imaginado.
Después de descansar unas pocas horas se encontró de nuevo con los ojos abiertos como platos mirando al techo, demasiado temprano para molestar a sus amigos que seguro que seguían en un profundo sueño.
Había vuelto a soñar, un sueño silencioso con aquellas manos de finos y largos dedos acariciando las suyas y el anillo, aquel anillo que hacía meses que no aparecía por sus sueños. Había sido volver a Corea y volver a soñar con él.
Intentó descansar un rato más contemplando el sol aparecer por el horizonte a través de la ventana de la habitación y un rato después escuchó las risas de sus amigos al otro lado de la pared que parecían haberse despertado. Se levantó y se acercó a la puerta dando un par de golpecitos.
-¿Estáis visibles?-preguntó risueño. Los escuchó volver a reír y la adormilada voz de Jungkook le dio paso.
Los contempló allí entre las sábanas con los pelos alborotados y el recuerdo de su adolescencia con esos dos le provocó tanta ternura que acabó subiéndose a la cama y tumbándose entre ellos mientras los tres reían por tonterías. Se preguntó en qué momento había cambiado tanto su vida, cuando habían dejado de ser aquellos niños para convertirse en aquellos adultos exitosos y enamorados.
Después de un rato vagueando y haciendo el tonto, se levantaron y pusieron en marcha aquel día que pintaba tan ajetreado y alborotado.
-Vamos a la universidad y cuando salgas vamos al trabajo de tu padre-repasó Tae dando un sorbo de su té matutino. Jimin asintió masticando la tostada que acababa de morder.
-¿Y luego?-preguntó Jungkook con la boca llena.
-Amor, no hables con la boca llena-reprendió su novio haciendo reír a Jimin. El aludido intentó no reírse para no desparramar todo el desayuno por la mesa.
-Luego hemos quedado con Hobi y Sammi para comer con ellos y con Namjoon y Jin, y esta noche tenéis que ayudarme con una misión-explicó Jimin después de terminar su café. Sus amigos lo miraron atentamente sin saber de qué hablaba.
-¿Qué misión?-preguntó Tae con curiosidad.
-Os lo contaré en el coche-sentenció levantándose de la mesa para dejar la taza del desayuno en el lavavajillas y luego dirigirse al sofá para recoger su bolsa marrón. Sus amigos hicieron lo mismo y juntos salieron por la puerta para montarse en el coche y emprender el camino a la universidad de Seúl. Tras casi media hora de espeso tráfico, por fin Jimin atravesaba las puertas de su antiguo lugar de estudios en busca del decano Kang.
-Buenos días, busco al decano Kang, soy Park Jimin, había quedado con él de vernos hoy-explicó Jimin a la mujer que atendía en la secretaría.
La mujer sonrió reconociéndolo y se desplazó unos centímetros en su silla para alcanzar el teléfono fijo que reposaba sobre la mesa.
-Señor Kang, Park Jimin está aquí-anunció después de esperar unos segundos a que contestase la llamada. Asintió con el teléfono en la mano y luego colgó.
-Señor Park, pasé, le está esperando-anunció la mujer con una amable sonrisa. El chico asintió y se acercó a la puerta. Golpeó un par de veces por educación y luego abrió la puerta revelando al que había sido su decano durante sus años de estudiante.
-Jimin, siéntate por favor-pidió el hombre con amabilidad.
-Tengo un poco de prisa señor Kang, me marcho mañana de vuelta a Egipto y mi padre y unos amigos me esperan-anunció Jimin queriendo acabar con aquello cuanto antes. El hombre asintió comprensivo.
-Muy bien, entonces seré breve, tengo los papeles para firmar aquí mismo-dijo el hombre sacando un par de papeles del cajón de su escritorio. Le indicó a Jimin donde tenía que firmar y este dejó estampada su firma casi con furia.
-Estupendo, ahora nada os separa a ti y al señor Min de llevar a Corea a lo más alto de la arqueología, mi enhorabuena-declaró el hombre solemnemente
-Gracias señor, una cosa...¿puede darme una copia de todos los papeles que me autorizan como descubridor de la excavación?-preguntó Jimin un poco cortado.
-Voy a enviarlos ahora mismo, no pensé que fuese necesario-dijo el hombre confuso.
-Con todos mis respetos señor, pero el comité no lleva muy bien que dos personas tan jóvenes como Yoongi y yo nos hayamos subido a la cresta de los hallazgos arqueológicos en Egipto, y quieren jodernos como puedan, así que me gustaría, si es posible, llevarles una copia de todos los papeles en regla yo mismo aunque usted los entregue hoy mismo- explicó dejando salir un poco su molestia.
El señor Kang lo miró y luego dejó ir una carcajada. -Será un placer-declaró haciendo sonreír a Jimin.
Minutos después, con los papeles en la mano y habiéndole prometido al decano que se pasaría en cuanto todo aquello pasase para charlar, y que llevaría a Yoongi con él, Jimin salía por la puerta de la universidad para volver a meterse en el coche de sus amigos soltando un suspiro de alivio. Le mandó un mensaje a Yoongi explicándole que ya estaba todo solucionado y luego se despidió de nuevo de él contándole que iba a visitar a su padre.
La siguiente parada fue más corta de lo que le hubiese gustado. Al ser un día entre semana, su padre se encontraba trabajando, así que Jimin solo pudo subir un rato a la oficina donde trabajaba el hombre a hacerle una visita y aprovechar con él la hora de su descanso para tomar algo en la cafetería. Hablaron de Egipto y de Yoongi y Jimin le prometió que la próxima vez se lo presentaría y que tendrían más tiempo para hablar.
Un par de lágrimas resbalaron por las mejillas del hombre cuando le recordó el orgullo que era para él ser su padre y lo orgullosa que hubiese estado su madre de haber seguido con vida. Se abrazaron y tuvieron que separarse demasiado pronto para su gusto.
Jungkook condujo por las abarrotadas calles de Seúl con Tae a su lado gritando palabras malsonantes a diestro y siniestro.
-A veces me das absoluto miedo, Kim Taehyung-aseguró Jimin cuando se bajaron del coche.
-Es que la gente conduce como tortugas, llegamos tarde por su culpa y sabes que odio llegar tarde-dando grandes zancadas por el parking hacia el restaurante. Jungkook y Jimin lo siguieron riendo animadamente.
Al llegar se encontraron con Sammi y Hobi hablando muy acaramelados en la puerta y estos les indicaron que como ya preveían eran los últimos y Jin y Nam se encontraban dentro pidiendo una mesa para comer.
Juntos entraron y vieron a la pareja sentada en una mesa al fondo al lado de una enorme cristalera. El matrimonio se levantó para recibirlos y presentarse.
-Jin, Nam, os presento a mis mejores amigos, Jungkook y Taehyung-presentó señalándolos según decía sus nombres. Ambas parejas se inclinaron respetuosamente y luego todos se mezclaron para sentarse en la mesa.
-No me lo puedo creer-murmuró la chica con una enorme sonrisa. Los miró a todos juntos intentando ponerse de acuerdo para sentarse e inmediatamente se echó a reír bajo la atenta mirada de todos ellos.
-¿Qué le pasa?-preguntó Jungkook mirando confuso a la chica que se desternillaba de risa.
-Es que vais vestidos prácticamente iguales, ¿os habéis puesto de acuerdo?-preguntó intentando respirar entre carcajadas. Hobi negó con la cabeza risueño por la diversión de la chica.
-Poneos que os voy a sacar una foto para el recuerdo y saludad que se la voy a mandar a Yoongi-organizó ella. -Jimin déjame tu móvil que es mejor que el mío-pidió. El chico le alcanzó su teléfono y todos se pusieron en fila para sacarse la foto. Estaban dando la nota, pero aún así posaron con una enorme sonrisa.
Sammi sacó la foto y la miró en el móvil de Jimin con una sonrisa.
Luego todos se sentaron a la mesa a esperar que les llevasen las cartas para pedir la comida.
-Creo que a Yoongi le encantará veros a todos juntos-sentenció. Jimin asintió y mando la foto al arqueologo.
Un rato después, cuando ya habían pedido y estaban centrados en una interesante conversación sobre viajes el móvil de Jimin sonó distrayéndolos a todos.
-Es Yoongi-anunció. Descolgó y sonrió al escuchar el alboroto de las calles egipcias nada más contestar a la llamada.
-Hola cariño-saludó.
-Hola mi príncipe, ¿Cómo estás?-preguntó el mayor. Una sonrisilla se extendió por su rostro al escuchar como le había llamado.
-Genial, estoy con los chicos y con Sammi-explicó. -¿Cómo estás tú?-preguntó haciendo la misma pregunta.
-Yo bien, estaba tomando un poco el aire-explicó el chico mientras se apartaba de la ventana y la cerraba.
-¿Has visto la foto?-preguntó Jimin risueño mientras veía a Jungkook charlar animadamente con Jin.
-Si, la he visto ¿Os habéis puesto todos de acuerdo para vestiros igual?-cuestionó Yoongi pensando si se trataría de algún pacto entre todos ellos.
-Te diría que no ha sido casualidad, pero te mentiría, dijimos de salir a comer, quedamos en algo casual y hemos aparecido todos así-contestó el joven riendo. Noto que Yoongi había puesto el móvil en altavoz ya que su voz se alejó un poco y se volvió a acercar.
-¿Y por qué está tan borrosa la foto?-preguntó Yoongi mirándola de nuevo.
-Sammi que no sabe sacar ni una foto, quizás deberíamos despedirla-chinchó en voz alta para que su amiga lo escuchase.
-¡Eh idiota!-se quejó la chica haciéndole un gesto grosero con el dedo. Jimin le sacó la lengua.
-Hobi sujeta a la fiera-escuchó decir a uno de sus amigos por detrás. Hobi negó con la cabeza y una enorme sonrisa se extendió por su cara.
-Como os coja a todos, ni Hobi podrá salvaros-chilló Sammi haciendo reír a todos los que estaban allí. Yoongi la escuchó y se rió también con las ocurrencias de su amiga.
-Tendría que haber viajado con vosotros-se quejó el mayor. En ese momento, Jimin se levantó de la silla y se disculpó con sus amigos para salir un segundo a hablar con Yoongi.
-Yoon, todos lo entienden, no podías dejar la excavación y tienes que estar allí esperándome, porque cuando llegue desenterraremos a ese príncipe y tu y yo viviremos la vida que nos merecemos, juntos-explicó alejándose un poco de sus amigos para tener intimidad en aquella llamada.
-¿Me lo prometes?-preguntó Yoongi.
-Tendrás que poner un anillo en mi dedo si quieres que te lo prometa-rebatió el joven haciendo que el corazón le rebotase en el pecho. Al otro lado de la linea Yoongi contuvo el aliento y lo dejó salir como una pequeña risita ilusionada.
-Lo haré, no te quepa duda-susurró con aquella voz gruesa que ponía cuando se ponía serio.
Muy lejos de Corea del Sur, en una pequeña habitación de hotel de un pueblecito egipcio que Jimin conocía muy bien, ese arqueólogo que acababa de prometerle un futuro juntos, hacía girar entre sus dedos un anillo milenario dorado con una incrustación brillante de lapislázuli en forma de escarabajo egipcio.
Un par de horas más tarde Hobi se disculpó por tener que dejarlos para ir a dar una clase durante la tarde. Cuando desapareció, Sammi también se disculpó y contándoles que tenía que arreglarse para la sorpresa de aquella noche, se marchó hacia casa de Hobi.
Los demás pasearon durante toda la tarde por las abarrotadas calles de Seúl charlando y riendo mientras escuchaban a Namjoon y Jin contar anécdotas de su luna de miel y escuchaban al mayor quejarse porque no quería volver a Nueva York e incorporarse de nuevo al trabajo.
Entrada la tarde, se sentaron todos en una cafetería y cuando solo faltaba un rato para la cita Jimin los alteró a todos poniéndolos en marcha para que todo saliese perfecto.
-Bien, ha llegado la hora, Hobi sale de la academia en media hora y Sammi está en su casa preparándose-comenzó a explicar Jimin a las dos parejas allí presentes. -Hobi irá directamente a donde he quedado con él para darle la sorpresa a Sammi y Sammi necesita que alguien la recoja para llevarla al lugar donde he quedado con ella para darle la sorpresa a Hobi-volvió a decir el joven.
-Nosotros la recogemos-se ofreció Namjoon con una sonrisa. Su marido sonrió.
-Estupendo, es importante que no sepa que Hobi quiere darle una sorpresa y que actuéis sabiendo que en teoría es ella la única que va a sorprender hoy al otro-dijo Jimin aclarando de nuevo ese punto que debían tener en cuenta. La pareja volvió a asentir como si acataran órdenes.
-Muy bien y ¿a dónde la llevamos?-preguntó el mayor para saber a donde tenían que llevar a la chica.
-Al Bosque de Seúl...se me ha ocurrido prepararles un picnic en una ladera para que cenen viendo las estrellas-explicó el joven sonriente.
-Que romántico te has vuelto desde que estás con Yoongi-chinchó Tae haciendo reír a todos allí.
-Tu a callar, vosotros dos me vais a ayudar a preparar todo, así que todo el mundo en marcha-ordenó Jimin poniéndose en pie.
-Ni acabarnos el café nos deja, se le están pegando muchas cosas de su novio-rechistó Jin ganándose una mirada furibunda del chico.
Inmediatamente todos se pusieron en marcha en sus respectivos coches y después de conducir durante un rato y una parada obligatoria en una tienda donde Jimin había encargado la cena, llegaron a la zona y se dedicaron durante minutos a discutir qué ladera sería mejor y más íntima para la pareja.
-Me tenéis cansado-se quejó dejando tiesos a sus amigos. -Voy a elegir yo y elijo esta-añadió totalmente enervado por aquella conversación. Pasó por delante de sus amigos que se miraron entre sí y se dispuso a colocar un bonito mantel azul sobre la hierba de aquella zona del parque.
-Si señor sargento...madre mía qué carácter-refunfuñó Jungkook por lo bajo.
-Jeon Jungkook, te estoy escuchando-comentó Jimin como si nada mientras colocaba un par de cajas con sushi en el centro del mantel. -¿Venís a ayudarme o lo hago solo?-preguntó refunfuñando.
-¿Estás nervioso?-preguntó Tae sacando un par de copas y dejándolas el lado de los platos.
-No sabes cuantas noches he escuchado llorar a Sammi por esto, solo quiero que todo sea perfecto-dijo encogiéndose de hombros. Su amigo asintió y entre él y Jungkook se dedicaron a colocar todo de la forma más bonita posible.
Jimin miró el móvil cuando un mensaje de Jin le anunció que estaban llegando. Echaron un último vistazo a todo y se retiraron de la zona alejándose hacia donde habían quedado con Jin y Namjoon de verse después de que dejasen a la chica.
Vigilaron el picnic durante unos minutos hasta que vieron aparecer a Sammi a lo lejos ataviada con un bonito vestido largo estampado de flores de colores y un sencillo recogido de trenzas que hacía parecer que llevaba una corona.
A la vez que ella aparecía, Jin y Nam llegaban al lugar de reunión y como si estuviesen viendo una película romántica, Hobi hizo su aparición en la escena contemplando desde lejos maravillado a la chica que esperaba por él.
Como cotillas se quedaron esperando a ver la reacción de los dos y cuando ambos se abrazaron y se besaron frente al atardecer, Namjoon los obligó a recogerse y dejarles intimidad.
-Es irónico que Hobi no sepa que Sammi va a decirle que se muda a Corea para estar con él y ella no sabe que él va a pedirle que formalicen lo que tienen y que sea su novia-comentó el joven dándose la vuelta y encaminándose entre los árboles para dejarles intimidad.
-¡Que susto! Cuando has dicho eso pensaba que iba a pedirle matrimonio-murmuró Jungkook.
-Bueno...no tanto, pero si lleva un anillo en el bolsillo-dejó caer Jimin. Todos le miraron atentos y las sonrisas se extendieron por sus rostros.
-¿En serio?-preguntó Jin entusiasmado. Tae y Jungkook comenzaron a reírse por el ímpetu del chico y Jimin que estaba al lado del mayor se cubrió los oídos dramáticamente. Nam rió también.
-Ya conocéis a Jin, mi marido el ruidoso-comentó Namjoon risueño. El aludido se volvió hacia él y lo miró con los ojos brillantes.
-Madre mía Nam, que bien suena, dilo otra vez que creo que no me voy a acostumbrar nunca-pidió perdiéndose en su propia burbuja. Su esposo lo atrajo de la cintura hacia su cuerpo y compartieron un bonito beso protegidos por la intimidad de la noche.
-Que monos son-gimoteó Taehyung soñador mirando a su novio que sonrió alborotando su cabello.
-¿Tu también quieres un beso, pequeño romántico?-preguntó inclinándose hacia su novio para besarle.
-¡Madre mía! ¡Parad ya todos! -lloriqueó el arqueologo rodando los ojos.
-Tranquilo chico, que mañana ves a tu hombre-replicó Jin separándose de su marido y acurrucándose a su lado. Sus mejores amigos también dejaron de besuquearse y rieron por lo que había dicho el mayor.
-Si tienes necesidad sabes que siempre tienes abierta la puerta de nuestra cama-picó Taehyung poniéndole morritos.
Todos estallaron en carcajadas que se acrecentaron cuando vieron los ojos abiertos y anonadados de Jimin que inmediatamente sacó su móvil y pulsó el botón de audio para mandarle un mensaje de voz a su novio.
-Socorro Yoon, están todos besándose y Tae me acaba de proponer un trío con él y Jungkook, sácame de aquí-gimoteó el chico.
Y entre risas, los cinco se marcharon por la calle alejándose del parque donde habían dejado a Hobi y Sammi para su cita, con Jimin esperando una respuesta de su arqueólogo que no tardó en llegar con aquella voz que calmaba su alma acelerada por la distancia.
Al día siguiente, cada uno se levantó con una emoción diferente. Jimin estaba apenado por dejar de nuevo a su padre y a sus amigos, pero contento e ilusionado como un niño por ver a Yoongi y poder fundirse en aquellos brazos que le daban tanto. También estaba nervioso por la cercanía de la incursión a la tumba que le ponía los pelos de punta y ansioso por volver a Egipto que lo llamaba como si un imán tirase de su cuerpo hacia allí.
Se vistió en silencio y cuando salió a la cocina, Tae lo miró con un puchero.
-No te pongas así, volveré en unos meses-intentó consolar Jimin a su amigo mientras lo abrazaba con cariño.
-Y te volverás a ir-contestó este mirándole significativamente a los ojos. Jimin negó levemente con la cabeza.
-Eso no lo sabes, Tae-declaró un poco más serio.
-Claro que si, vas a ser el arqueólogo más famoso del mundo y nos dejarás para siempre-contestó su amigo teatralizando la situación. Escucharon la puerta del baño abrirse y ambos se volvieron hacia allí.
-¿Ya está el dramático?-preguntó Jungkook saliendo por la puerta con el pelo mojado cayéndole sobre la cara. Tae le sacó la lengua y se volvió de nuevo hacia Jimin.
-Además, mira que hombre más guapo tienes para hacerte compañía, yo estaría bien conforme-comentó Jimin mirando a su amigo. Tae abrió los ojos por aquella respuesta y vio la oportunidad de soltar un comentario que picase a su amigo.
-¿Eso es un sí a lo del trío?-preguntó dejando salir una sonrisa ladeada por su rostro.
-¡Taehyung! Por dios...déjame fuera de tus perversiones sexuales y confórmate con él-gritó alarmado el arqueologo mientras dejaba su maleta al lado de la puerta. Su novio rió en alto.
-Como si fuese poco-añadió este mientras se recogía el pelo frente al espejo.
-Anda vámonos ya que al final pierdo el vuelo y Sammi me mata-replicó el chico echándose por encima el asa de su bolsa marrón para cruzarla sobre su pecho.
-Me cae bien esa chica-dijo Tae encogiéndose de hombros.
-A ti te cae bien todo el mundo-contestó Jungkook antes de salir por la puerta.
-Jungkook no-chinchó el mayor como si ignorase lo que acababa de decir a su chico. Este rodó los ojos y se dejó caer con chulería sobre la puerta de su monovolumen.
-Pues entonces déjalo-bromeó Jimin guiñándole el ojo al más joven que sonreía de brazos cruzados apoyándose en su coche.
-Cuando tu dejes a Yoongi y pueda declararte mi amor-replicó su amigo saliendo hacia el coche agarrándose del brazo de Jimin.
-No puedo más con él-sentenció este dejando caer los brazos inertes a lo largo de su cuerpo. Jungkook sonrió de nuevo y agarró la maleta de su amigo para ir a meterla al maletero y así poder ponerse en marcha hacia el aeropuerto.
Muy lejos de allí, en el profundo desierto de Hadid Saqtara, Yoongi contemplaba las lejanas dunas con las piernas encogidas contra su pecho y un dolor intenso palpitando bajo sus costillas. Extrañaba a Jimin, lo extrañaba tanto, como Kadid dentro de su cuerpo extrañaba a Ahmet, y la lejanía con él en aquel punto de su vida solo les hacía daño a los dos.
Sacó de su pantalón su móvil y lo desbloqueó para mirar la hora. Jimin y Sammi tendrían que estar ya en el aeropuerto a esas horas de la mañana, probablemente despidiéndose de sus amigos y de Hobi, esperando cabizbajos el avión que les alejase de sus seres queridos y los devolviese a Egipto.
Observó la foto de Jimin en su fondo de pantalla. Su rostro perfecto contemplaba de reojo muy serio en la pantalla y le hizo recordar el día que le pidió que le hiciese esa foto. "Así, como que no me doy cuenta" había dicho. No había dudado un segundo en que aquella foto en la que salía tan guapo sería su nuevo fondo de pantalla. Se habían reído después de tomar la foto y luego se habían escondido en su habitación para besarse y amarse hasta la saciedad, lejos de todo, lejos del desierto y lejos de ese mundo que se encontraba a su alrededor que veía su amor como un pecado. Acarició con un suspiro la foto ¿Le dolería el alma por estar alejados tanto como le dolía a él? ¿Estaría pensando en él?
Pasó un buen rato mirando a su príncipe plasmado en su pantalla, inerte y precioso como cada recuerdo que tenía suyo y no tuvo que esperar mucho tiempo hasta obtener su respuesta sobre si Jimin había estado pensando en él.
Un mensaje cortito pero conciso apareció allí en medio de la pantalla y la sonrisa de Yoongi se escapó sola de sus labios.
Sin pensarlo ni un momento desbloqueó el móvil poniendo el patrón, ansioso por escuchar la voz de su chico y pulsó el botón de llamada al lado del nombre de Jimin. Espero un par de tonos de cortesía hasta que el joven contestó al teléfono.
-Hola Yoonie-ronroneó el chico alejándose un poco de sus amigos. Aquella voz juguetona le puso los pelos de punta aún en la calurosa noche egipcia.
-Mensajitos diciendo que me quieres...que romántico, Minnie-chinchó Yoongi mordiéndose el labio para evitar dejar salir una carcajada. Escuchó un bufido por parte de su chico y supo que le entraría al trapo.
-Y tu eres un borde de mierda, la verdad, última vez que te escribo que te quiero-contestó tranquilamente con una sonrisa cruzando su rostro.
-No veo la hora de que llegues y pueda cerrarte la boca a besos-contraatacó el arqueólogo mayor en un susurro adoptando aquel tono grueso que lo volvía loco de remate. Un jadeo salió de sus labios y se frotó la cara para recomponerse.
-¿Ah si? A ver si voy a encerrarte en alguna tumba imbécil-amenazó haciendo reír al mayor.
-Yo también te echo de menos mi príncipe-susurró casi inaudiblemente el mayor. Escuchó al joven contener la respiración por un momento y supo que le había escuchado perfectamente, pero justo cuando Jimin fue a contestar la voz metálica de la megafonía llamando a embarcar lo interrumpió.
-Escucha...voy a dejarte, estamos a punto de embarcar, vete a dormir y cuando te des cuenta estaré ahí comiéndote a besos mi amor-prometió Jimin.
-¿Estás nervioso?-preguntó Yoongi con curiosidad intentando retenerlo un poquito más.
-Como nunca, pero me prometiste que no te alejarías de mi lado y vamos a hacer esto juntos así que es algo que me reconforta la verdad-confesó haciendo que el estómago de Yoongi se llenase de molestas mariposas.
-Si...-contestó simplemente.
-Yoon...tengo muchas ganas de verte-añadió el joven. Yoongi soltó un suspiro y sonrió en la inmensidad de aquel desierto.
-Y yo a ti cariño, estaré ahí esperándote cuando llegues-aseguró el mayor.
Su corazón acelerado rebotó como un idiota con la risita tímida que escuchó al otro lado de la linea. - Tened buen viaje, Jimin-deseó.
Se despidieron y Yoongi colgó la llamada. Volvió a mirar la foto de Jimin y temió desgastarla si seguía mirándolo con aquella intensidad.
Un par de días y todo se destaparía. Para bien o para mal, los secretos que guardaba aquella tumba quedarían al descubierto.
-Bonito anillo-dijo Jimin cuando ya se habían sentado en el asiento del avión. Sammi miró un segundo por la ventanilla y luego estiró la mano delante de sus ojos y de los de Jimin.
-Es una promesa-dijo la chica con un nudo en la garganta. Jimin asintió y se acomodó en el asiento mientras su amiga volvía a dirigir su mirada melancólica a la pista de aterrizaje que estaban a punto de abandonar.
De eso iba la vida, de promesas, promesas de vidas juntas, de futuros. Promesas al fin y al cabo.
Hola a todos :)
Bueno, ya estoy aquí con un capítulo más. Escribir este ha sido un caos, teníamos muy poco tiempo y tenían que pasar muchas cosas, así que espero que no os haya resultado una locura.
He descubierto lo mucho que me gusta escribir sobre Sammi y Hobi, me otorga un placer infinito verlos felices y ya les tocaba, así que aquí están. Por otro lado no sabéis como me he reído escribiendo al Taekook y sus insinuaciones hacia Jimin. Son graciosísimos.
Y bueno pues llegados a este punto que os voy a decir del Yoonmin, estamos a punto, a punto de caramelo...ya sabéis.
Intentaré escribir el siguiente capítulo lo más rápido posible porque me muero porque lo leáis.
Espero que os haya gustado y como os digo siempre.
¡Nos leemos en el siguiente!
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