ᴠɪ. ᴘʀɪᴍᴇʀ ᴀᴄᴇʀᴄᴀᴍɪᴇɴᴛᴏ
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✨ Capítulo editado ✨
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La tarde transcurrió entre risas e historias. La pequeña Lexie congenió muy bien con Penélope; como dicen, a menudo los extrovertidos adoptan a los introvertidos, y este fue el caso. El resto del equipo llegaría a Quántico después de la hora de trabajo, por lo que tendrían que informarle a Hotch lo que había sucedido con Erin Strauss al día siguiente. No era un tema que se pudiera resolver con un simple mensaje de texto o una llamada rápida.
Unas cuantas horas pasaron cuando la jornada había terminado, así que los agentes que se quedaron en Quántico comenzaron a salir de las oficinas, dirigiéndose al estacionamiento. Hasta que el genio de la tecnología saco su celular, informándole al resto de sus compañeros que JJ estaba organizando un pequeño pastel para celebrar del cumpleaños del genio, así que tendrían que llegar temprano para ayudar a decorar.
—Awww, una pequeña celebración para animar el ambiente. — comentó Penélope entrelazando el brazo con la melliza.
—Eddie . . . ¿Crees que deberíamos comprarle algo? —Alexandra le preguntó de manera discreta a su hermano.
—Bueno . . . no hemos hablado mucho con él, pero si supongo que sería una buena idea. —comento Eduardo reconociendo que, de todos los agentes, el genio era el único con el que no había entablado una conversación.—Pero que podría querer.
—Podrían regalarle algo que jamás tuvo, por ejemplo: cuando era niña moría por un kit de medicina—Penélope recordó su infancia jugando con un estetoscopio. —¿O ustedes que querían?
—Una pista de carreras o tal vez un balón de baloncesto. —informo Morgan pasando a un lado de las chicas
- Quería una varita mágica como las de Harry Potter o un kit de magia - respondió Eduardo, recordando que cada rama que encontraba la usaba para "lanzar" sus hechizos.
- Yo siempre quise un perrito, lo pedía en mi cumpleaños, en Navidad, a Santa e incluso a los Reyes Magos, pero nunca sucedió - contestó Lexie con melancolía.
—¿Por qué? ¿Alguien era alérgico o simplemente tu gusto cambio? —preguntó la rubia interesada en la vida de la nueva integrante.
—Bueno . . . cuando éramos niños vivíamos en una pequeña casa y no teníamos dinero para cuidarlo. —Alexandra comento con nostalgia, recordando que dormían en un viejo sofá.
—Después de que nuestra madre falleciera, fuimos puestos en el sistema de hogares temporales y siempre que Lexie llevaba un perrito no la dejaban entrar. —el mellizo informo despeinando el cabello de su hermana.—Se quedaba horas afuera hasta que se daba por vencida.
—Y cuando tuvimos nuestro departamento en las Vegas, no quise tener uno, sabía que si nos arrestaban iba a terminar en la perrera y probablemente lo hubieran sacrificado. —explicó Lexie mientras caminaban a sus autos.
—Tal vez ya es hora de que tengas uno. Vas por un buen camino . . . así que te lo mereces—Morgan animo a su nueva amiga, notando que Eduardo volteaba los ojos en blanco.
—Creo que voy a pensarlo, pero gracias. —la castaña contesto sonriendo, mientras se despedía de todos y subía al auto con su hermano.
Antes de llegar a su hogar, Alexandra tuvo la idea de pasar por alguna tienda para encontrar algo que regalarle a su compañero, el que casi no hablaba con ellos.
Entrando al lugar, una anciana los saludó desde el mostrador; ellos simplemente levantaron la mano en respuesta al saludo, no eras las personas más sociales del lugar. Dentro del lugar encontraron las estanterías llenas de objetos curiosos y regalos únicos.
Alexandra examinó algunos libros de misterio mientras Eduardo se detenía en la sección de juegos de mesa.
—¿Qué opinas, Lexie? —preguntó Eddie sosteniendo un rompecabezas de madera en sus manos.
—Creo que es una buena opción, aunque tal vez lo armé en tiempo récord, necesita algo que desafíe su mente. —respondió la melliza, pensando en una mejor opción.
—Sí, supongo que tienes razón. Entonces . . . ¿Qué opinas de esto? —pregunto el mellizo mostrando un juego de "Trivial Pursuit" de edición retro.
—Es perfecto Eddie. —respondió Alexandro intentando tomar el objeto que tenía su hermano entre las manos.—Estoy segura de que se divertirá con todas las preguntas y datos que curiosos que desconocía.
—¡Ah . . . no!, busca tu regalo, este es mio. —informo Eduardo mientras lo llevaba a caja a pagarlo.
Sin tener otra opción la castaña comenzó a explorar las estanterías durante un tiempo, mientras Eduardo esperaba dentro del auto. Hasta que encontró un libro sobre enigmas y acertijos matemáticos, supo que era la mejor opción para una persona que adora aprender todos los días.
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A la mañana siguiente, los mellizos se apresuraron a llegar a la UAC para ayudar con la decoración que JJ llevaría. Sin embargo, se retrasaron un par de minutos debido al tráfico del día.
—Llegamos tarde, pero seguro. —saludó Eduardo a los presentes, quienes ya estaban poniendo globos en el escritorio de Reid.—La tercera avenida era un caos total, además de que olvidamos envolver los regalos ayer . . . ¿Y JJ?
—Fue a por el pastel, no debe tardar. —contestó Elle, acercándose a la melliza para ponerle un gorrito.
—Gracias . . . pero arruina mi estilo. —Alexandra intento quitárselo, pero recibió un manotazo de parte de la chica.—Ok . . . Ok . . . Está bien . . . ¿En qué podemos ayudar?
—Tú—Morgan señaló a Eduardo antes de dirigir su vista a la mesa donde estaba todo—Ayúdanos a acomodar esto. JJ trajo desechables, refrescos y algunos dulces. Y tú—señaló a Lexie y luego a la dirección de Hotch. —Ve a hablar con Hotch . . . Me preguntó cómo les había ido, pero no quise comentar nada.
Los mellizos intercambiaron una mirada antes de asentir con la cabeza. - Estaré bien. Además, Strauss me incomodó a mí. Se portó bien contigo, así que tranquilo - dijo Alexandra tratando de tranquilizar a su hermano.
Mientras los demás se dedicaban a acomodar, Lexie caminó hacia la oficina de Hotch. Tocó un par de veces la puerta hasta que escuchó que le decían que podía entrar.
Al cruzar el umbral de la puerta, logro encontrar al agente Hotchner organizando y firmando algunos papeles.
—¿Cómo les fue? —preguntó Hotch directamente, esperando una respuesta franca.
—Fue . . . incómodo, no sé ni por dónde empezar. —respondió Lexie tratando de mantener la calma.
Hotch dejó de lado los papeles - Te escucho. ¿Qué fue lo que pasó? - dijo Hotch. Él conocía a Strauss y sus métodos.
—Comenzó con preguntas sobre mis gustos, pero las uso para perfilarme . . . Vinculó mis habilidades con mis métodos de robos. —informo la melliza recordó exactamente sus palabras.— Insistió en que le contara sobre la muerte de mi madre y me dijo que . . . Usted no dejo que leyera nuestros expedientes, pero . . . ¿Por qué?
—Alexandra ¿Sabes cuál es la diferencia entre un líder y un tirano? —pregunto Aaron como una metáfora para contestar su pregunta inicia.
La melliza solo lo miro con un rostro confundido, sin entender a donde quería llegar su jefe, ¿Cómo eso iba a contestar lo de sus expedientes?, Así que solo negó con la cabeza.
—Un líder te guía, inspira y motiva. —el pelinegro comenzó a hablar antes de darle un pañuelo para las lágrimas que bajaban lentamente. —Suele ser empático, escucha las opiniones de los demás, promueve la colaboración y se preocupa por el bienestar de su equipo.
—Creo que ya entendí . . . Usted es un líder y Strauss una tirana. —Lexie asintió concordando con el comentario mientras tomaba el pañuelo.—Disculpe . . . no suelo ser sentimental, pero creo que he reprimido tanto mis emociones que simplemente encontraron una salida.
—Nunca pidas perdón por lo que sientes. —dijo Hotch brindando una pequeña sonrisa, reconociendo algunas actitudes similares en ella.—Erín tiende a abusar de su poder, es egocéntrica y se enfoca en sus propios intereses. El miedo es su mejor herramienta para mantener el control.
—¿Quiere decir que si ella hubiera leído nuestro expediente hubiera tenido control sobre nosotros? —cuestiono Alexandra recordando los detalles del reporte de la muerte de su madre.
—Así es . . . Eduardo siempre había cuidado de ti, pero ese día no logro hacerlo . . . Debes de entender que no fue tu culpa . . . ustedes eran solo unos niños. —aseguro Aaron intentando borrar toda duda de su cabeza.
—Yo no quería que las cosas fueran así, fue un accidente y si él se enterara me odiaría toda la vida . . . Y le agradezco que no haya compartido nada de nuestro pasado con nadie. —confeso la castaña sintiendo el arrepentimiento de sus actos en el pasado.—Solo necesito unos segundos para estar bien.
- Puedes desahogarte cuando te sientas lista, no cuando te presionen así que trata de tranquilizarte, respira y sal a comer una rebanada de pastel, puedes hacer tiempo aquí para no ayudar a decorar. - reconforto Hotch a la melliza - Si me disculpas tengo un asunto que resolver.
Hotch cruzó el pasillo decidido, su mente centrada en la conversación que había tenido con Alexandra y la que estaba a punto de tener. Al entrar en la oficina de Strauss, encontró a la agente ocupada con algunos papeles. Levantó la vista al notar la presencia de Hotch.
—¿En qué puedo ayudarte, Hotchner? —preguntó la rubia con un tono que no ocultaba su impaciencia.
—Directora Strauss, necesito hablar con usted sobre lo que sucedió en la sesión con los mellizos . . . precisamente con Alexandra. —aclaro Hotch de manera directa, sin apartar la mirada.
—Parece que te has tomado el papel de figura paterna muy en serio. —contesto Strauss con un tono lleno de burla.
—Esto no tiene nada que ver con un papel paternal. Se trata de la forma en que tratas a los miembros de este equipo. —Aarón menciono manteniendo su expresión seria.
-No puedes negar que tienes un interés especial en esos dos. ¿Es porque compartes una historia de pérdida similar? ¿O solo estás buscando redimir tu falta de vida familiar al cuidar de ellos?
—Se trata del respeto y profesionalismo. Los mellizos son parte de este equipo, merecen ser tratados por igual. —menciono Hotch, él no iba a caer en su juego de sacarlo de sus casillas.
—¿Qué les prometiste? ¿Un hombro en el que llorar cuando se sientan abrumados por su trágico pasado? —Erín trataba de mostrar el verdadero interés que tenía por los chicos.
—La razón de mi presencia en su oficina, es para asegurarme de que mi equipo funcione de manera eficiente y respetuosa. Que nadie se sienta incomodo o acosado. —el pelinegro trato de regresar al tema principal.
—Bien, Hotch, si tanto te preocupan, ¿Por qué no les das un tierno abrazo y les lees un cuento para dormir? —Strauss lo miro de una manera desafiante.
—Solo lo diré una vez . . . si no puede respetar a todo el equipo, tendremos un serio problema. —Hotch finalmente perdió su paciencia ante el tono burla de Strauss.
—¿Un problema? ¿Qué vas a hacer? ¿Reportarme?, tu protegida te metió la idea de ir a recursos humanos ¿cierto? —la rubia alzó una ceja de manera desafiante.
Hotch mantuvo su mirada intensa. - Haré lo que sea necesario para asegurarme de que este equipo funcione correctamente y en armonía. Y eso incluye reportar el comportamiento inapropiado de cualquier miembro, incluyéndote a ti.
Strauss y Hotch se miraron en un enfrentamiento silencioso durante unos momentos antes de que ella finalmente dejara escapar un suspiro exasperado.
—Muy bien, Hotch . . . Considera esto como una lección aprendida, no volveré a tocar temas personales con ellos, pero no te hagas ilusiones de que has logrado ser su gran protector. —Erín estaba segura de que en cualquier momento los mellizos escaparían.
Sin esperar algún otro intercambio de palabras Hotch se dio la vuelta para salir de la oficina de Strauss, sintiendo una mezcla de frustración y alivio. Sabía que había hecho lo correcto al defender a su equipo, pero también entendía que lidiar con personas como Strauss no era fácil.
Por otro lado, todos estaban esperando a que llegara el genio a las oficinas y tan pronto como entró, todos comenzaron a cantar y aplaudir. Se podía percibir cierta incomodidad en él; tal vez no estaba acostumbrado a situaciones así.
—¿Cómo la estás pasando? —preguntó Gideon cuando noto que Spencer se acercaba a él al igual que Hotch.
—¿Puedo quitarme esto? —cuestiono Reid ante la incomodidad de traer un gorro en forma de pastel.
—No, creo que va con tu estilo. —bromeó Aarón viendo la interacción que tenía el genio con todo el equipo. —Creo que quieren hablar contigo.—murmuro señalando 'discretamente' a los mellizos.
—Reid . . . Spence . . . Dr. no sé cómo decirte, bueno . . . decidimos traerte un pequeño regalo—menciono Alexandra torpemente mientras estiraba la caja envuelta.
—Si . . . así es . . . espero que te guste. —dijo Eduardo entregando su regalo antes de desviar su mirada a su jefe.—Quiero dejar claro que no lo robamos.—añadió con un tono lleno de diversión, regresando al escritorio por más pastel.
—Ustedes no debían, no es que . . . bueno yo no . . . lo que quiero decir es que no esperaba algo así, gracias lo aprecio. —contesto el castaño con una sonrisa nerviosa.
—Denada, espero que te guste . . . fue difícil encontrar algo que combine contigo. —bromeo Alexandra notando como Hotch y Gideon compartían miradas mientras los señalaban 'discretamente'.—Bueno iré por más dulces antes de que Morgan se los termine.
—Es la primera conversación más larga que han tenido. —murmuro Jason, esperando que no haya escuchado el genio.
—Bueno . . . la última vez comenzó a tartamudear, al menos esta vez fue diferente. —respondió Aaron notando la sonrisa boba de Reid.
—Se dieron cuenta de que me dijo Spence, ¿Por qué será? — pregunto Spencer confundido ante la situación.
—Sera porque no se puede hacer más corto tu nombre. —respondió Hotch provocando una sonrisa de su amigo.
Un agente se dirigió a Hotch informándole que tenía una llamada por la línea dos, disculpándose de los presentes opto por retirarse mientras los demás comían pastel y Spencer abría sus regalos, no pedio ni un segundo ante de iniciar a resolver los acertijos que venían en el libro que le dio Lexie. Ese ambiente se desvaneció cuando Hotch los mando a la sala de juntas.
Eduardo seguía devorando su pastel hasta que apareció en pantalla una mujer sin vida y de inmediato lo hizo a un lado, al parecer una nueva amenaza, el caso era de un hombre que violaba y luego mataba a mujeres de una clase alta, JJ presentaba los detalles mientras todos ponían atención y hacían anotaciones. Hotch finalizo la sesión con la típica frase "En el Jet dentro de 10 minutos". Al pobre mellizo se le desaparecieron las ganas de seguir comiendo y no quedo más que dejar su pastel.
—Tenemos información limitada por el momento, así que es mejor dividirnos en equipos para que podamos abordar diferentes aspectos del caso. —informo Hotch atrayendo las miradas de todos los miembros.—Gideon, Reid y Alexandra, quiero que se enfoquen en establecer un perfil del agresor. Investiguen un posible historial criminal, busca patrones en su comportamiento y traten de entender su motivación.
- Aun no hemos iniciado los cursos de perfiles - contesto Alexandra
—Tranquila, aprenderás en la marcha. —explico Gideon haciéndole una seña de que se acercara a ellos.
—Es que . . . hablan de cosas que no entiendo y siento que aún no estoy lista. —murmuro Lexie acercándose a los dos agentes.
—Bueno . . . podría recomendarte algunos libros que podrían ayudarte, para cuando inicies tu curso de perfiles. —comento Spencer anotando de manera rápida 'pocos' títulos de interés.
—Gracias, es que cuando te escucho hablar de todos esos datos y estadísticas es muy . . . —las palabras de Alexandra fueron interrumpidas por el genio.
—¿Raro? —respondió Reid viendo como la melliza se reía y negaba con la cabeza.
—Increíble que recuerdes todo a la perfección . . . yo ni siquiera recuerdo que desayune ayer. —contesto la castaña con una gran sonrisa, provocando la risa de su compañero.
—¿Terminaron ya?, el perfil es importante. —Gideon se unió a la conversación haciendo que ambos jóvenes sonrieran apenados.
Después de que el Jet aterrizara, todo el equipo se dirigió a sus actividades asignadas por Hotch, recopilando la información del forense y de las escenas del crimen. Concluyeron que el ignoto era alguien que pasaba desapercibido, con un trabajo ambulante o alguno que tenga un auto de por medio.
Así que Gideon propuso ponerle una trampa para provocar al sospechoso, presentando al imitador como el verdadero asesino con la esperanza de que se entregara o dejara un mensaje que les ayudara a localizar al verdadero culpable.
—¿Crees que es extraño que conozca esa conversación sobre la muerte? —Spencer le preguntó a Elle, sin despegar la vista de la melliza, quien no había parado de preguntar sobre el tema.
—Creo que todo lo que sabes es extraño. —la agente Greenaway respondió con un tono de burla.
—¿Es por eso que nunca tengo citas? —cuestiono Reid ante los comentarios que le habían hecho con anterioridad.
—¿Alguna vez has invitado a una chica a salir? —pregunto Elle viendo que el genio negaba con la cabeza.—Bueno, esa es la razón por la que no tienes citas.
En ese momento el teléfono comenzó a sonar, todos los agentes lo rodearon esperando obtener una nueva pista para el perfil mientras que Penélope estaba conectada desde Quántico lista para rastrear la llamada, lo único que dijo fue "manténganlo en la línea por 30 segundos" para encontrarlo.
El hombre comenzó a hablar a decir que era su misión, que no dejaría que alguien más se robara su obra, que la policía lo estaba subestimando y les iba a demostrar que era imparable, que mañana habría otro cuerpo, que aún le quedan muchos párrafos por escribir, para luego colgar. Penélope suspiro e informo que no logro rastrearlo, que por un motivo revotaban las señales telefónicas.
—Sabes, es la primera vez que estamos solos. —comento Spencer volteando a ver a la melliza en el asiento del copiloto.—Bueno . . . no es como si vigiláramos todos los días.
—En realidad . . . no soy una persona muy social. —'confeso' Alexandra con un tono bajo, pero era claro que ya todo el equipo se había dado cuenta.—Siempre he estado solo con mi hermano y todo es nuevo para mí.
—Pero . . . es raro, digo eres alguien diferente a mí, sería fácil tener amigos. —menciono Reid notando las diferencias entre personalidades.
—Creo que cuando te la pasas huyendo de la policía no tienes tiempo para algo duradero o estable. —informo Alexandra recordando brevemente a Richard.—Pero mírame ahora, estoy haciendo vigilancia contigo y unos lindos binoculares como toda una espía o una acosadora.
—Estadísticamente la probabilidad de ser acosado por una mujer es relativamente baja y en caso de que lo sea optan por monitorear a sus víctimas en el entorno digital. —informo Reid revisando su celular en búsqueda de alguna novedad sobre el ignoto.
—¿Todo eso venia en el libro? —pregunto Alexandra confundida sobre el regalo que le dio.
—No, son cosas que aprendo en mi tiempo libre . . . ¿Tú que hacías en tu tiempo libre?—el genio intento indagar a una manera de ampliar la conversación.
Alexandra solo saco una moneda antes de echarla al aire, al regresar a su mano ahora tenía dos, confundido Spencer puso más atención ante los movimientos de la chica. Ella deposito una de las monedas en su mano antes de repetir la acción terminando con tres centavos.
—¿Cómo es que . . . ? ¿Qué es lo que ganas? ¿Apostaban o que . . . ?—intento preguntar el castaño viendo como ella reía.
—Lo aprendí a los quince, no es nada del otro mundo, pero si fuera tu cuidaría mejor mi reloj.—Lexie estiro el objeto que le había quitado de su muñeca cuando dejo la moneda en su mano.—Un buen mago jamás revela sus secretos.
La atención del castaño se desvió a su teléfono cuando comenzó a sonar, notando el nombre de Gideon en la pantalla, quien le informo el lugar donde posiblemente se encontraba el ignoto y sin dudarlo comenzó a manejar al lugar indicado.
El equipo se reunió en la calla donde encontraron la camioneta vacía lo que indicaba que tal vez ya tenía a su víctima.
—Debemos de dividirnos para buscar en todo el vecindario.—indico Hotch antes de señalar las calles que estaban conectadas.
—Busquen algo inusual . . . una puerta abierta, ventana rota, cualquier cosa.—comento Jason tratando de encontrar la manera de acorralarlo.—Rivera ninguno de ustedes tiene un arma, no intenten enfrentarlo.
—Solo díganos la dirección e iremos enseguida.—dijo Aarón manteniendo contacto visual con los hermanos.
Eduardo inicio a correr por alguna calle principal, hasta que se detuvo cuando encontró una reja abierta, así que sin dudarlo decidió entrar al lugar. Encontrándose un bebé llorando de manera desconsoladamente y supo que había llegado al lugar correcto. Compartió la ubicación con el resto del equipo.
Recordando la orden de Hotch el mellizo estaba listo a esperarlos. pero al escuchar el grito de ayuda de esa mujer, optó por ignorar la indicación. Subió rápido las escaleras para intentar salvar a la víctima.
—Un paso más y la mato.—condicionó el hombre, apuntando con un arma a la mujer.—O mejor aún, te mato a ti.—en un abrir y cerrar de ojos el arma paso a él.
—Wou . . . espera.—Eduardo trataba de pensar rápido, ya que lo único que llevaba era un par de esposas y su celular.—¿Sabes la pena que pueden darte si matas a un oficial?, si tú me matas . . . ellos encontraran la manera de desaparecer todo lo que has logrado.
—No estoy jugando.—el hombre se limitó a decir listo para disparar.
—Yo tampoco, sé lo que buscas . . . ver tu nombre en periódicos, que la gente reconozca lo que haces, si tú quieres . . . puedo ayudarte . . . tengo una amiga que puede darte la atención de la prensa, solo tienes que cooperar.—el mellizo intento hacerle entrar en 'razón', motivándolo con las mismas ambiciones que tenían cuando eran criminales.
—¿Lo prometes? ¿Todas las cámaras enfocadas en mí?—preguntó el hombre esperanzado mientras bajaba su arma.
—Si, lo prometo.—el Rivera mayor confirmó, viendo como el hombre soltaba el arma para poderse arrodillar.
Sin dudarlo Eduardo corrió a esposarlo al ignota y al salir de la casa se encontró con los demás miembros del equipo. Notando la cara de su hermana llena de preocupación que en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en una mirada furiosa.
El mellizo entendía a la perfección el cambio de actitud de Alexandra, no tenían más familia más que ellos mismos. Solo se acercó para abrazarla como señal de que estaba bien, pero dentro de él había algo un pequeño logro y sin ayuda de nadie. Se imagino que si hubiera hecho los robos solo jamás lo hubieran arrestado.
Después de asegurarse que todo el equipo estuviera bien, se dirigieron al Jet. Morgan estaba con Eduardo, él estaba regañando al mellizo además de darle consejos en que hacer y que no ante esas situaciones.
—Casi lo olvido.—Jason dejo un lado el juego de ajedrez, dejando Reid confundido mientras sacaba un pequeño sobre de su bolsillo.—¡Feliz cumpleaños! Espero que te guste.
—Gracias, es uno de esos días raros cumpleaños donde recibo regalos.—respondió Spencer, abriendo el sobre.—Son entradas para "Una noche acuática". Creí que no te gustaban esos lugares.
—Prefiero pasar mi tiempo en otro lugar, pero estoy seguro de que te divertirás.—el agente contestó con una sonrisa.
—¿Iré solo? —preguntó el castaño con un rostro lleno de confusión.
- Puedes invitar a alguien, tal vez a una persona que esté redimiéndose, que tenga por apellido Rivera y le gusten los animales - mencionó Gideon mientras miraba a Lexie - hablo de Alexandra. No quiero que invites al Rivera equivocado - rio Gideon.
—Pero . . . ¿Qué le digo?—cuestiono Spencer con un tono nervioso, sintiéndose extraño en invitar a alguien con quien apenas ha cruzado un par de palabras.
—Solo es una salida al acuario, no vas a pedirle matrimonio.—Gideon bromeo viendo como el genio iba al asiento de Alexandra.
En ese momento y sin dejar que el genio ordenara sus ideas Gideon le hizo una seña para que Elle cambiara de lugar con Reid, dejando a la melliza sola. Spencer se acercaba sonriendo nerviosamente.
Después de tartamudear un par de veces y compartir algunos datos sobre animales, finalmente la invitó. Alexandra con algo de duda y entusiasmo por visitar un lugar de agrado hacia ella acepto. Hacía mucho tiempo que no salía con alguien y Spencer era su nuevo amigo, así que pensó, ¿por qué no?
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