ᴘʀᴏʟᴏɢᴏ
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27 de agosto del 2004
Summerlin, Nevada
El sol comenzaba a asomarse en el cielo despejado de Nevada, pintando el horizonte con tonos anaranjados y dorados. Iluminando el pequeño departamento donde vivían los mellizos Rivera, Alexandra y Eduardo.
A simple vista, podrían pasar desapercibidos entre la multitud; nadie sospecharía que detrás de esas apariencias inocentes y carismáticas se ocultan los estafadores que mantienen a la policía de Nevada frustrada por no poder encontrar ni una pista que los vincule.
No tuvieron una infancia con recuerdos felices, solo tenían a su madre; Regina trabajaba para mantenerlos, pero cuando ella enfermo, comenzaron las carencias. Obligándolos a salir a las calles en busca de algunas monedas para comer y cuidaban a su mamá, pero lamentablemente falleció cuando ellos tenían 10 años.
Después de la muerte de su madre, el gobierno los ingreso al sistema de hogares temporales, donde los tratos no eran muy buenos, ya que la mayoría de las personas que cuidaban de ellos era solo para recibir el cheque que les correspondía, como parte del programa. Así que, al vivir en esas condiciones, ellos aprendieron a confiar únicamente el uno en el otro, construyendo un vínculo único.
Su vida criminal empezó a la edad de doce años, a un inicio eran cosas pequeñas, sacar dinero de los bolsillos de la gente, cartera, mochilas, bolsos, supermercados, tiendas departamentales, hasta el punto donde perfeccionaron sus habilidades para poder entrar a las grandes ligas. Los mellizos robaban desde el anonimato, dejando una firma en cada uno de sus atracos. Alexandra dejaba a la 'Reina de corazones' y Eduardo al 'Rey de diamantes', como usaban cartas de póker en todo momento, la prensa los bautizó como 'La baraja maestra'.
Pero toda su estabilidad en los robos cambio, en un abrir y cerrar de ojos, los mellizos estaban planeando su siguiente movimiento, había una gran subasta que atrajo la presencia de turistas, el blanco ideal para las estafas. Así que decidieron vigilar el lugar, puntos de acceso, los artículos que estarían a disposición e incluso los movimientos de la seguridad privada. Ambos estaban en una cafetería cercana, desayunando mientras hacían algunas notas sobre todo lo fuera de lugar que encontraban. Estaban sumidos en su platica y puliendo detalles del gran robo hasta que escucharon su apodo en las noticias, así que dirigieron su vista al televisor.
—¡Buenos días, Nevada! Hoy les traemos una actualización de su noticia favorita- informó el conductor Mike Rezendes. —Dos escurridizos delincuentes, conocidos como la "Baraja Maestra", han estado haciendo de las suyas en las calles de nuestra ciudad. ¿Y dónde está la policía? ¿Comiendo donas? —comento el reportero entre risas, ya que los ladrones siempre se burlaban del cuerpo policial.
—No solo en las calles, Mike— comentó la conductora Verónica Corningstone—sino también han infiltrado a casas de subastas reemplazado-valiosas obras de arte por piezas falsas e incluso se dice que han entrado a hoteles de alto nivel haciéndose pasar por empleados para tener acceso y robar las pertenencias de valor de los otros huéspedes.
- Muchos aseguran que es la nueva generación de los hermanos Ocean e incluso afirman que tienen algún parentesco - comentó el conductor mientras las imágenes empiezan a aparecer - como recordaremos, Danny Ocean fue arrestado por fraude y condenado por 4 años, mientras que Debbie Ocean también fue arrestada por falsificación y fraude, pero cumplió una condena de cinco años y ocho meses.
—Las autoridades están en alerta máxima, pero hasta ahora, estos delincuentes parecen ser intocables. Algunos hacen teorías de que actúan con tal coordinación y precisión que casi parecen leer la mente del otro— comentaron asombrados mientras mostraban una simulación del robo—Las cámaras de seguridad han captado momentos asombrosos donde, en un abrir y cerrar de ojos, logran desaparecer sin dejar rastro.
—Los ciudadanos de Nevada están asombrados ante la destreza. Las redes sociales están llenas de teorías sobre quiénes podrían ser los cerebros detrás de la "Baraja Maestra", algunos están a favor de sus acciones, diciendo que tal vez hay un movimiento detrás—mientras comienzan a reproducir algunos clips de personas debatiendo en redes sociales sobre su identidad.
—Recordemos que este dúo es bastante impredecible, suele desaparecer por temporadas, se tiene la teoría que rondan en diferentes zonas de Nevada, esto ha sido un obstáculo para la policía, porque cuando creen tenerlos en la mira dejan de cometer actos delictivos, cualquier actualización los estaremos informando. En otras noticias llega una donación de un hermoso ejemplar de oso panda en el zoológico . . . . - continuaron el noticiero con temas generales.
Los hermanos compartieron una mirada cómplice para luego reírse. Eran bastante astutos y sabían que, si robaban todos los días, sería fácil que los atraparan. Así que para ganar dinero de manera "legal", comenzaron a jugar en distintos casinos contando cartas para asegurar su éxito.
—Son un peligro para la sociedad, ¿no lo crees? —mencionó Eduardo con un tono de burla.
—Claro, ahora estaré muy alerta por si tratan de robarme—respondió Alexandra siguiéndole el juego a su hermano. —Aunque el apodo no termina de convencerme.
—Bueno . . . era eso o los Robin Hood modernos—propuso el mellizo restándole importancia al nombre que les habían dado.
—Supongo . . . es un muy buen punto. —concordó la castaña mirando desde lejos la casa de subastas—¿Estás listo para esta noche?
—Alex Petrov, siempre está listo hermanita—aseguro Eddie buscando su identificación falsa, estaba más que listo para interpretar a un 'vendedor potencial'.
—Entonces . . . ¿Cómo va tu acento ruso? —pregunto Lexie con interés, esperando que sus clases hubieran rendido frutos.
- Ничего плохого—contesto su Eduardo con un tono divertido.—¿Adivina que dije?.
- La tuya por si acaso - a pesar de haber tomado un curso Alexandra aun se le complicaba el idioma - Entonces andando.
—No . . . no es nada malo, olvídalo—el mellizo viro los ojos en blanco ante los 'dramas' de la menor—Mejor andando . . . tenemos cosas que hacer señorita Elena Torres.
Como expertos estafadores, aprendieron a suplantar identidades. Cuando se enteraron de que se llevaría a cabo una subasta de arte, Alexandra se haría pasar por una organizadora de eventos española para tener acceso al evento.
Su objetivo fue averiguar qué obras de arte se subastarían para luego reemplazarlas con copias falsificadas. Mientras tanto, su hermano sería un vendedor de arte ruso, quien ofrecería un "valioso" huevo chino de jade pintado a mano.
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La noche por fin llego y ambos estaban completamente inmersos en sus papeles. Lexie sería la encargada de cambiar algunas pinturas y pequeñas esculturas, al igual que dejar sus respectivas cartas de póker.
Mientras que Eddie tendría que encontrar a un vendedor potencial para ofrecer el huevo falso y no tardo nada cuando miro a un hombre alto, musculoso, vestía un traje costoso, media aprox. 1.85 metros de estatura, típica de un playboy que podría comprar un artículo "tan valioso" solo para presumir. Así que solo tenía que alimentar el ego para que pujara por su huevo de jade en la subasta.
Cuando el evento por fin finalizo, los mellizos lograron vender la pieza a un alto precio, además de robar cinco valiosas pinturas, algunas estructuras y decoraciones lujosas. Para que horas más tarde vender los artículos robados con su comprador de confianza en el mercado negro. Realizando todas esas transacciones desde el anonimato, usando sus identidades falsas y depositando el dinero en diversas cuentas bancarias
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Pasaron algunas semanas después del gran golpe, los noticieros cubrían las 24 horas el robo, ya que al parecer el hombre que estafaron era alguien influyente, un empresario reconocido a nivel mundial aumentando el número de policías y espectadores. Sin embargo, ellos solo veían la televisión con diversión, para ellos sus víctimas solo eran personas ricas perdiendo una miseria si lo ponían en comparación con lo que ganaban. Aunque su suerte estaba a punto de cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
El 10 de septiembre del 2004, se convierto en una fecha que jamás olvidarían. Todo era normal, una mañana tranquila en su departamento, compartiendo un desayuno silencioso después de haber decidido tomarse un mes más de descanso en los robos, ya que las calles aún estaban bajo estricta vigilancia y preferían seguir ganando dinero de manera 'legal' en los casinos para mantener un ingreso creíble y no levantar sospechas. Pero de repente, todo cambió cuando un grupo de policías irrumpió bruscamente en su hogar. Gritando acusaciones de un supuesto homicidio. Arrestándolos con brutalidad policiaca.
Fueron escoltados a una patrulla y en el camino, se encontraron con una multitud de reporteros que habían llegado para cubrir la gran caída de los estafadores. La situación se tornaba cada vez más desastrosa, ninguno de los dos entendía que estaba pasando, pero cuando los arrestaron públicamente como los asesinos de un policía encubierto, se dieron cuenta que todo era una trampa. Una estrategia sucia para sacarlos de las calles.
A medida que avanzaba la investigación, se revelaron testimonios contradictorios, evidencias poco sólidas y lagunas de tiempo, lo que sembró dudas sobre la culpabilidad de los mellizos. Parecía que alguien poderoso estaba detrás de todo esto, intentando hundirlos en prisión, pero aún no sabían quién ni por qué. Lo único que era verdad es que había un arma con las huellas de la melliza que "encontraron" en la escena del crimen, lo que parecía incriminarla directamente. Pero ambos hermanos insistían en su inocencia, afirmando que se trataba de una trampa, aunque tampoco tenían pruebas de aquello.
La situación para Eduardo diferente, ya que, tras resistirse a declararse culpable, fue sometido a amenazas, pero no hacia él directamente, sino hacia su hermana Alexandra. La policía le dio un caso hipotético sobre una delincuente en prisión siendo golpeada por otras reclusas por órdenes de los guardias. Era un movimiento muy bajo por parte de la policía, pero funciono para presionarlo, dejándole entender que, si no se declaraba culpable, podrían hacerle daño a su hermana dentro de la prisión.
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Los días pasaron de una manera rápida cuando juicio llego, entre los presentes de la sala, los mellizos reconocieron a dos personas. Uno de ellos era el hombre al que habían estafado esa noche, se dieron cuenta de que todo había sido parte de su venganza. La ira y la sed de justicia brillaban en sus ojos, y los mellizos sabían que enfrentarían las consecuencias de sus acciones.
El otro rostro familiar era quien Alexandra consideraba "el amor de su vida". Un chico con el que compartió su juventud se 'enamoraron' a los 17 años y su amor duro varios años. Aunque ella confiaba en el jamás le revelo su verdadera identidad por el miedo de ser juzgada. Sin embargo, ella comprendió que ese hombre fue quien entrego el arma, ya que él fue quien le enseño a disparar.
Cuando Lexie, escucho todo su testimonio, descubrió la verdad, su amado había sido un policía encubierto, cuyo objetivo era encontrar pruebas que la vincularan con la 'baraja maestra'. Todo lo que habían vivido había sido una mentira, ahora entendía porque él desapareció de su vida sin dejar alguna explicación.
Los mellizos fueron condenados a pasar 30 años en la Penitenciaría ADX, una cárcel conocida por albergar a los criminales más peligrosos y de alto perfil. La noticia fue devastadora, pues habían considerado que, en caso de ser arrestados, su condena sería mucho más corta, pero los cargos fueron diferentes. Mientras esperaban el traslado a la prisión, los mellizos reflexionaron sobre sus acciones y cómo todo había salido mal. Ahora se enfrentaban a un futuro incierto, donde las sombras de su pasado oscuro los atormentarían durante décadas.
El destino les había jugado una mala pasada, la melliza quedo de nuevo con el corazón roto, se culpaba en haber confiado en alguien a quien alguna vez amo, arrastrando a su hermano a todo este caos, tal vez era verdad lo que les dijo la persona que les enseño a estafar 'el amor es una debilidad', no bajar la guardia por un par de ojos coquetos. Ahora solo quedaba esperar a que la suerte sonriera a su favor.
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