ɪx. ᴅᴇꜱᴇᴏ ᴄᴜᴍᴘʟɪᴅᴏ





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Capítulo editado

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En casa de los mellizos, la emoción navideña se podía sentir en el aire. Habían decidido decorar su nuevo hogar y ambos se tomaron su tiempo para comprar su primer árbol de Navidad. Cuando eran niños, vivían con ciertas carencias y jamás habían tenido la oportunidad, pero ahora era diferente.

Sin embargo, las cosas no salieron del todo bien, ya que a Eduardo le pareció divertido añadir nieve artificial al pequeño pino sin leer las instrucciones antes de hacerlo. Como resultado, toda la sala quedó cubierta de nieve, excepto el árbol.

Unas horas más tarde, Alexandra estaba en la cocina horneando un par de postres que se había ofrecido llevar para el intercambio. Aunque tenía un pequeño obstáculo: su mellizo quería ayudarle y se ofreció a leerle las instrucciones del libro, pero se distraía viendo la televisión y se saltaba algunos pasos.


—¿Entonces? —preguntó Lexie mientras observaba a su hermano embobado en la televisión.—¡EDDIE!

—¿Entonces qué?—respondió Eduardo desconectándose de la pantalla de manera rápido.

—¿Cuántas cucharadas se necesitan? —mencionó Lexie mientras señalaba el libro.

—Ah, sí, dos cucarachitas —dio la instrucción volteando a ver la televisión. Rápidamente se dio cuenta de lo que dijo y volvió la vista al libro —¡Ah! Cucharaditas, me asusté —bromeó.

—Eddie, si quieres ver el partido está bien, yo puedo hacerlo sola.—comentó la menor de las Rivera intentando quitarle el libro.

—No, no, no, mejor dame otra cosa que hacer.—contestó Eduardo, apagando el televisor a regañadientes.

—Bueno . . . Entonces mezcla esto en la batidora mientras busco los moldes para las galletas, pero baja la velocidad.—la castaña le pidió intercambiando las cosas, esperando que eso lo tuviera entretenido.

Pero baja la velocidad —dijo el mayor arremedo a su hermana en un tono bajo, esperando que no la escuchara.


Eduardo, con una sonrisa en el rostro comenzó a batir tratando de imitar las instrucciones que su hermana le había dado, al ver que todo iba bien empezó a aumentar la intensidad.


—Oye, Lex.—el azabache llamo la atención de Alexandra mientras señalaba lo que hacia.—Creo que lo estoy haciendo mejor que tu.

—Ya quisieras, pero recuerda bajar la velocidad antes de que . . . ¡Ah!—la melliza se quejo al momento que brinco un poco de mezcla en su cara.


Antes de que Lexie pudiera advertirle a Eduardo, un chorro de mezcla para pastel salió disparado del tazón debido a la alta velocidad de la batidora. Todo se esparció por la cocina, salpicando las paredes, el techo y por supuesto a los mellizos.

Eduardo rápidamente apagó la batidora, sintiendo como su estado de humor cambiaba como una montaña rusa paso de estar molesto por el desastre que hizo a soltar un par de carcajadas cuando vio el rostro de su hermana bañado en mezcla, cosa que provoco que ella también se riera.

—Creo que hemos tenido un pequeño accidente.—dijo el mellizo antes de tomar probar lo que pudo haber sido un excelente pastel.—Pero en mi defensa la batidora estaba fuera de control.

—Tu estabas fuera de control Eddie.—Lexie siguió la broma notando el pequeño cambio de humor de su mellizo.

—Supongo que . . . será mejor comprar un pastel.—Eduardo recomendó siendo consiente de que podía ocurrir otro desastre.

—Si yo creo que sí.—concordó Alexandra antes de tomar un trapo para quitarse la mezcla del cabello.—Bueno tu empieza con el techo y yo las paredes.


El azabache estaba a punto de quejarse ante la idea de tener que ayudar en una labor que debería de hacer su hermana, pero tuvo que ceder recordando que esta vez no tenía algún pretexto para salirse del problema. Cuando terminaron de limpiar la noche ya había caído, ambos apenas podía ponerse de pie, así que decidieron irse a dormir para tener energía para su primera Navidad con amigos.

La mañana siguiente, las oficinas de la UAC estaba llena de actividad. Los miembros del equipo llegaban uno tras otro, cada uno trayendo consigo su regalo correspondiente para el pequeño intercambio, lo dejaban debajo del árbol improvisado de la sala de descanso. Donde se juntaron para beber un café antes de iniciar sus actividades.


—¡Oigan!, Alguien no ha puesto su regalo, somos 9 y solo hay 8 —informó JJ buscando a su alrededor, comprobando su conteo.

—Falta el mío —dijo Spencer —Lo traerán en unas horas, lo prometo.

—¿La paquetería se quedó dormida? —bromeó Morgan mientras le daba un codazo a Eduardo para que lo secundara.

—Creo que lo que Reid quiso decir es que Santa se atascó en el tráfico.—comento el mellizo antes de soltar una carcajada escandalosa atrayendo la atención de su hermana.


Spencer rodó los ojos antes de desviar su atención a Alexandra quien solo le hizo una señal a Eddie para que se callara en un intento de defender al genio, acción que le provoco una ligera sensación de calidez en su pecho. Tratando de ver el lado positivo a la situación.


—¡CHICOS!, tranquilos . . . el intercambio será en un par de horas, aún tenemos mucho papeleo que realizar.—intervino Lexie antes de robarle un pedazo de desayuno de su amiga Elle.

—Supongo que para el próximo año deberíamos de darle una taza de café a santa para que no se quede dormido. —murmuro Greenaway antes de darle un ligero manotazo a la castaña evitando que se comiera su sándwich.—Pobre de quien se quede sin regalo.

—Lo van a traer antes de que termine el día.—explico Spencer ante la acusación de dejar a alguien sin regalo, recordando lo mucho que hizo para cambiar el papelito.

—Y si no llega la intriga me matara. ¿Cómo podré dormir esta noche sin saber qué maravilla de regalo traes, Reid? —Derek se recostó en su silla, fingiendo un dolor en el corazón.

—Muy dramático, Morgan.—el genio se rio, negando con la cabeza, regresando su mirada a la melliza quien no dejaba de reír con Elle.


Eduardo se recostó en su silla, mirando a su alrededor, viendo como su hermana platicaba con una confianza que nunca había visto. A pesar de las dificultades que habían vivido, llegaron al lugar correcto para sanar heridas ahora la Navidad sería un recordatorio de lo importante que era esta nueva familia para ellos.


—Deberíamos hacer una apuesta.—bromeó Elle, captando la atención de todos.—Los mejores regalos se salvan de pagar los tragos la próxima vez.


Risas y abucheos llenaron el lugar mientras todos comenzaban a hablar al mismo tiempo. Expresando sus argumentos que los hacían creer que ganarían.


—Deberían de darse por vencidos, estoy seguro de que voy a ganar.—comentó Morgan con una sonrisa traviesa.

—¿En serio? Porque yo creo que el mío es muy adorable—respondió Penélope, haciendo un puchero recordando que iba destinado a más de una persona.

—Supongo que en esta ocasión aposte a un valor más sentimental que económico, así que eso me da puntos.—Eduardo sonaba muy confiado recordando cuanto tiempo invirtió en buscarlo.

—¡Buuuu!, eso es algo que diría un perdedor.—respondió Greenaway burlándose del lado 'romántico' de su amigo.

—¿Y tú, Lexie? ¿En quién apuestas?—preguntó Reid mirándola fijamente, notando por primera vez los rasgos de la chica.

—Bueno . . . Estoy abierta a escuchar sugerencias.—bromeo Lexie sintiendo un leve sonrojo subir por sus mejillas.


Todo era diversión hasta que escucharon como alguien se aclarara la garganta de manera exagerada, como si se estuviera ahogando con algo.


—No deberían estar llenando sus informes —interrumpió Hotch señalando los escritorios vacíos.


Todos los presentes se apresuraron a regresar a sus escritorios, intercambiando sonrisas y risas mientras reanudaban sus actividades. La presencia de Aarón en la sala había añadido una nota de formalidad al ambiente, aunque su expresión indicaba que también apreciaba la alegría que el equipo compartía.

Hotch se dirigió a la oficina de Gideon, tomando asiento mientras daba un sorbo a su café caliente. Su mirada pasó por cada uno de los miembros del equipo desde lejos, reconociendo que estaban disfrutando de su día.


—Creo que la atmósfera aquí se siente más ligera de lo habitual.—comentó el pelinegro notando como Morgan le ponía orejas de duendecillo a Lexie.

—Supongo que JJ contagio su espíritu navideño, todos se esforzaron en sus regalos.—murmuro Gideon con una sonrisa al recordar como Spencer se había desesperado por con encontrar el 'regalo perfecto.'

—¿Y quiénes son los candidatos para tener el mejor regalo?—pregunto Hotch curioso ante la mirada perdida de su amigo.

—Bueno . . . Tengo mis prospectos, pero todo a su tiempo.—contesto Jason guardando internamente su apuesta.




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Después de varias horas de trabajo, finalmente llegó el momento de hacer la cena en las oficinas de la UAC. Las chicas intentaban organizar a los hombres quienes movían los muebles de un lugar a otro, esperando que estuviera en la posición correcto.

Las mesas se llenaron de comida que cada miembro del equipo había traído para la ocasión. Al igual que Hailey hizo presencia junto al pequeño Jack. El tiempo pasó rápidamente mientras el equipo disfrutaba de la comida y la compañía. 

El pequeño de la unidad se encontraba en los brazos de su padre, observando a todos con ojos curiosos mientras jugueteaba con uno de sus juguetes, era el centro de atención. Las risas y los brindis llenaron la sala, cada miembro del equipo compartía un momento de alegría y gratitud. A medida que la tarde avanzaba, la tensión y el estrés del trabajo quedaban atrás, eran reemplazados por la cálida sensación de amistad.


—Corazones, creo que es hora de los regalos.—propuso Penélope antes de ponerse de de pie.

—Aguarden unos minutos.—pidió Spencer checando su teléfono para mandar un mensaje rápido.—El regalo acaba de llegar.

—Al parecer Santa sí llegó esta noche —bromeó Morgan, ganándose risas de los demás.


Lexie se acomodó en su asiento, dirigiendo su mirada de manera 'discreta' hacía la dirección por donde había salido su amigo mientras una pequeña sonrisa aparecía de manera inconsciente. Eddie le dio un suave codazo a su hermana reconociendo esos ojitos de cachorro enamorado.


—Muy discreta —murmuro su hermano, mientras ella solo negaba con la cabeza.


Spencer apareció con una gran caja con agujeros en forma de estrella en la parte de arriba. Todos miraron caja misteriosa con cierta curiosidad.


—Entonces, ¿Quién empieza?—preguntó el mellizo, intentando averiguar cual de todos esos regalos era suyo.

—Propongo que la organizadora.—mencionó Morgan con una sonrisa traviesa mientras dirigía su mirada a JJ.

—Está bien, supongo que a falta de voluntarios seré la valiente que vaya primero.—dijo la rubia entre risas.—Bueno . . . la personita a la que le toco darle regalo es alguien con un estilo único y lleno de colores vibrantes.


Las miradas se volvieron hacia Penélope, quien soltó una chillido lleno de emoción mientras se abría paso entre sus compañeros pisando a algunos cuantos. Con cuidado quitaba el envoltorio esperando no arruinar nada.


—¡Esto es realmente fabuloso! —exclamó Penélope, abriendo la caja para revelar un conjunto de accesorios de colores brillantes acompañado de unas figuritas para su escritorio.—¡Me encanta! ¡Es totalmente mi estilo!, gracias JJ.

—Me alegro de que te gustara.—se sinceró la rubia abrazando a la genio de las computadoras.—Es tu turno, Penny.

—Bueno, mi regalo no solo es para uno si no para dos personitas.—la reina de la tecnología miro a Hotch quien cargaba a su bebé antes de caminar hacía él.


Hailey soltó una risita mirando a la chica con curiosidad, le dio un golpecito cariñoso en el brazo a su esposo mientras lo incitaba a tomar el regalo.


—Adelante, es todo tuyo.—bromeo la rubia cruzando los dedos esperando que le gustara su selección.


Aarón asintió dejando al pequeño Jack en brazos de su esposa para poder tomar el presente sin tirarlo en alguna mala maniobra, al desenvolverlo se encontró con una pequeña cámara y un álbum con una temática adorable de bebé.


—Pensé que te vendría bien tener una cámara para capturar los momentos especiales con Jack. Y el álbum es perfecto para guardarlos.—Penélope informo esperando una reacción de su jefe.

—Gracias García, lo aprecio de verdad.—dijo Hotch mientras su hijo alzaba sus manitas para sostener el regalo.


El azabache guardo sus obsequios antes de levantarse y dirigirse a Morgan. Sin esperar algún intercambio de palabras le estiro un paquete. Todas las miradas curiosas de los presentes se centraron en la escena que estaba frente a ellos.


—¡Buuuu!, teníamos que adivinar.—Alexandra se quejo en tono de broma mientras acomodaba sus pies sobre las piernas de Elle.

—Sabes . . . le acabas de quitar el misterio al asunto.—agregó Derek siguiendo el juego a su amiga.


Aarón solo negó con la cabeza disfrutando del pequeño momento de relajación después de todo el estrés que le causaba el trabajo. El moreno abrió con cuidado, mientras que todos intentaban descubrir que era, pero la intriga llego a su fin cuando sacó una chaqueta de cuero.


—Es un regalo caído del cielo, alguien la quemo 'accidentalmente' y deje de usarla.—comento Morgan enviándole una indirecta al mellizo, quien solo se encogió de hombros.

—Bueno, creo que esto es parte de tu estilo.—explicó Hotch con una sonrisa ligera, mientras regresaba a su asiento.

—Supongo que . . . ¡Ahora, mi turno! —exclamó el moreno con entusiasmo, tomando su turno en el intercambio.—Entonces . . . la dueña de este regalo intentó iniciar una pelea en su primer día.—bromeó Morgan, lanzando una mirada juguetona hacia Elle.


Greenaway solo se encogió de hombros antes de revolverle el cabello a su amiga, recordando la escena en cuestión.


—Saben que la había derrotado en un par de segundos.—Elle siguió el juego con un tono lleno de aires de grandeza, pero JJ no perdió la oportunidad de unirse a la diversión. 

—Sigue soñando.—la rubia defendió a su amiga siendo consiente de como se podía poner violenta por la ultima rebanada de pizza.


La castaña solo negó con la cabeza antes de abrir el regalo, descubriendo que era un disco de vinil de su banda favorita.


—Vaya Morgan, pones atención.—bromeó Elle, sabiendo que siempre tarareaba esas canciones cuando trabajaban juntos.—Gracias Fortachón.

—¡OIGAN!, no es justo nadie me llamaba así, pero solo llego ese duendecillo y todo cambio.—se 'quejo' Derek sentándose a lado de Alexandra antes de abrazarla.

—Si . . . si . . . si, bueno ammm la persona que me tocó darle regalo le hizo creer a Morgan que existe una conexión de mellizos.—comento Elle, mientras recordaba cómo el moreno había sido estafado por ambos.—Ven, Eddie.—estiró el regalo y abrazó a su amigo.

—Oigan, ¿perdí 25 dólares creyendo que era verdad? —preguntó Morgan, dándose cuenta de que había sido víctima de la broma.

—¡Ohhh, vamos! ¿De verdad piensas que puedo leer la mente de mi hermana?—bromeo el mellizo señalando a Alexandra con complicidad.

—No hay rembolsos, pero si te sirve de consuelo, fue la noche que invitamos los tragos —intervino Lexie con una risa traviesa disfrutando el momento de diversión, antes de ver el guante de beisbol que recibió su hermano.

—Esto es justo lo que necesitaba . . . el próximo año seré un jugador profesional.—aseguro el mayor de los Rivera.

—Bueno, primero sal de la banca.—se burlo Elle recordando la mala puntería que tenía.—Casi le abriste la cabeza a Lexie.


Eduardo negó divertido recordando como tuvieron que llevar a urgencias a su hermana por el golpe con una 'bola perdida', la sangre en su frente lo había asustado un par de horas, pero ahora solo era un recuerdo 'divertido'. Él tomó su regalo antes de dirigirse hacía JJ con una pequeña sonrisa nerviosa, que no pasó desapercibida por Alexandra. 


—Espero que te guste.—dijo Eddie entregándole objeto cuidadosamente envuelto.

JJ aceptó el regalo con una sonrisa. Sus ojos se iluminaron al revelar los libros seleccionados. —¡Son los libros que estaba buscando! ¡Gracias, Eddie! —dijo JJ emocionada, efectivamente algo estaba pasando entre esos dos pensó Lexie.

—Bueno hablabas tan emocionada de eso que intente conseguir toda la colección.—informo el azabache intentando restarle importancia, haciéndole una señal indicándole que estaban en presencia de sus compañeros.

—Si . . . Bien, creo que es el turno de alguien más— sugirió la rubia, consiente de que ya había entregado su regalo.


Alexandra noto que solo faltaban tres personas, así que decidió tomar la iniciativa. Se puso de pie con una sonrisa juguetona en su rostro. 


—Me ofrezco como tributo.—bromeó la castaña mientras se dirigía hacia donde estaba Gideon. —Gracias por tenerme paciencia, por los consejos y ayudarme en los perfiles.—expreso Lexie su agradecimiento, jugando nerviosa con sus manos—Espero que le guste y no pregunte de donde lo saque.


Jason asintió con una sonrisa, tomando el regalo para desenvolverlo con curiosidad ante su comentario 'no pregunte'. Sin embargo lo comprendió cuando encontró un libro antiguo sobre perfiles psicológicos en investigaciones criminales. Era consiente que en una época los mellizos robaban cosas por diversión incluido un rascador de gato a pesar que no tenían gato.

Sus ojos se iluminaron al reconocer el valor del regalo y el esfuerzo que Lexie había puesto en él.


—Alex . . . Lo aprecio de verdad.—murmuro Gideon haciendo que la chica rodara los ojos de blanco por el apodo que usualmente le decía solo para molestarla. Antes de girar su atención al geniecillo del equipo.—Esto es tuyo.

—Ammm . . . Gracias.—Reid dejo la caja que cargaba con mucho cuidado antes de desenvolver el regalo con manos cuidadosas, pero el objeto solo rodo al suelo mostrando una edición antigua de libros clásicos que Spencer había mencionado en una o mas veces de manera casual.

—Que bueno que no fue algo de vidrio.—bromeo Elle intentando ver que era lo que estaba en su caja, pero solo recibió un leve manotazo de parte de JJ.


Todo el equipo volteo a ver a Spencer, quien era el único que quedaba para el intercambio. Así que con manos sudorosas levanto la caja, esperando no hacer un movimiento brusco o agitador para arruinar la sorpresa.


—Si... bueno... mmm... la persona... creo que ya no es necesario, solo queda Lexie —Spencer le sonrió a su amiga notando la pequeña sonrisa que se formaba en sus labios.


Lexie se acercó a la caja, notando que Spencer no la soltaba. La curiosidad la invadió mientras tomaba la tapa de la caja. Lentamente la deslizó hacia un lado y miró dentro de ella. Su respiración se detuvo en un instante, su corazón latía con rapidez. Ahora entendía por qué la caja tenía agujeros, en su interior se encontraba un hermoso cachorrito con un moño azul en su cuello.

Las lágrimas amenazaron con salir, el cachorrito la observaba con timidez, su cola moviéndose con entusiasmo. Era un momento que jamás olvidaría, ese regalo era tanto para su versión adulta, como para su niña interior, no solo era el regalo que había deseado durante toda su vida, sino que representaba el cariño y la atención que Spencer había invertido en ella.


—Spence . . . — murmuró Lexie, su voz entrecortada por la emoción.

—Sé que llevabas años esperando por esto. Quería que tuvieras la oportunidad de tener un amigo peludo y esta era la ocasión perfecta.—el castaño sintió un rubor en sus mejillas ante el acercamiento que tenían


Alexandra tomó al cachorrito con sus manos temblorosas y lo acurrucó en su pecho. Acariciando su cabecita para que la 'confianza' se estableciera entre ellos.

El cachorro de suaves y esponjosas orejas, se acomodó en los brazos de la melliza moviendo su cola con entusiasmo y mientras la miraban con un cariño que llenó el corazón de Lexie. Cuando decidió bajar al cachorro, sin dudarlo abrazó a su amigo quien no dudo en corresponderlo.


—Creo que tenemos el regalo ganador —mencionó Penélope emocionada de ver a su amigo tan cómodo con el contacto físico.


Era evidente que el regalo había sido un éxito, ver a la melliza siendo tan feliz con algo que muchos considerarían insignificante o pequeño era raro e incluso hasta nuevo para todo el equipo. Debido a que normalmente ella se comportaba como su hermano, siempre mostrando sonrisas falsas y a veces sarcásticas, pero en ese momento parecía todo tan real.


—¿Qué nombre tienes pensado para el cachorro?—preguntó Spencer llevando a su amiga al fondo de la habitación para poder sentarse en el suelo.

—Tal vez Nova o Kermit, amaba a los muppets de pequeña —contestó Lexie dejando al cachorro 'correr' libremente por la sala de conferencias.—Aunque acepto sugerencias.

—Bueno . . .  ahora que lo preguntas.—Reid murmuro antes de apoyarse en su barbilla como si pensara en algún perfil para un criminal—Diría que Nova suena como un nombre perfecto para el nuevo miembro de tu familia.

—Nova tiene un buen sonido, además suena a algo nuevo y brillante, ¿verdad?

Spencer asintió con entusiasmo. —¿Quién puede resistirse a un nombre que evoca las estrellas y el misterio del cosmos?

—Sabes . . . Desde hace tiempo quería preguntarte algo. ¿En qué momento pasamos a que al contacto físico? Cuando te conocí, ni siquiera querías estrecharme la mano y ahora te quedas a dormir en mi sofá para ver un maratón de películas.—mencionó Alexandra curiosa ante los cambios que tenía el chico.


El castaño dejó escapar una risa, mientras dejaba que su mirada se perdiera en el interior de la sala por un momento.


—Supongo que, con el tiempo, las personas cambiamos, digo por algo evolucionamos. Supongo que me di cuenta de que hay ciertas formas de contacto físico que pueden ser reconfortantes, incluso beneficiosas. —Spencer dejó suavemente el brazo sobre los hombros de Lexie, permitiendo que descansara en su hombro.

—Siempre que salíamos, tratabas de alejarte de los perros por los gérmenes y ahora veo que estás cargando a Nova. ¿Qué hiciste con el verdadero Spencer? ¿Dónde esta?—bromeó la castaña provocando una risa de su compañero.

— Nova es simplemente irresistible, Además ¿sabías que durante las épocas navideñas es probable que las personas experimenten depresión? Sin embargo, tener una mascota reduce esas estadísticas y aumenta los niveles de dopamina en el cuerpo.—informo Reid defendiéndose del comentario de Lexie.

—¿Así que ahora eres un amante de los perros y los abrazos? ¿Qué sigue hacer la danza de la lluvia?—Alexandra levantó una ceja en tono de burla.

—No te prometo la danza de la lluvia, pero quién sabe, tal vez con el tiempo me vuelva más aventurado.—murmuro el geniecillo tratando de hacer una lista mental de todo lo que había cambiado.

—Bueno . . . Si alguna vez decides bailar bajo la lluvia, yo estaré allí para grabar el momento. —bromeo Lexie ante la respuesta de su amigo

—O tal vez para bailar conmigo —dijo Spencer sin mirarla, Lexie sentía una pequeña sensación en el pecho que prefirió ignorar

—Me parece una buena idea.—contesto Alexandra desviando su atención antes de sentir como sus mejillas se sonrojaban.—Supongo que todos cambiamos con el tiempo.

—Definitivamente —concordó Spencer creyendo que su rostro ruborizado se veía tierno.—Y estoy agradecido de que nuestra amistad haya evolucionado de esta manera.


Reid acomodo un par de mechones rebeldes del cabello de Alexandra antes de pasar su pulgar por la comisura de los labios, quitando un pequeño rastro de tarta de manzana que su amiga había devorado hace un rato. Ambos se quedaron quietos mirándose fijamente, antes de salir de su burbuja escuchando la voz de Eduardo.


—Enana ya es tarde . . . todos se están yendo.—comento el mayor de los Rivera notando como el pulgar de Reid estaba cerca de los labios de su hermana.—¿Interrumpo?

—¿Que?—pregunto Lexie tratando de regresar a la realidad antes de negar cuando logro comprender lo que dijo su mellizo.

—Bueno . . . entonces toma al pulgoso y vámonos.—ordeno el azabache activando su modo protector aunque sea solo un rato antes de restarle importancia.

—¿Quieres que te dejemos en tu casa?—Alexandra le murmuro a su amigo antes de señalar su reloj.—Ya es tarde y hoy llegaste en tren . . . no es que te espié solo note que . . . te vi saliendo de la estación cuando pasamos por ahí . . . no es que vaya . . . tu entiendes.

—Claro . . . yo 'entiendo'.—contesto Spencer con un tono sarcástico antes de ayudarla a levantarse.






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