xᴠɪɪɪ. ᴀᴅɪᴏꜱ ᴇʟʟᴇ





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La noche transcurría lentamente, como si cada minuto pesara en el aire. Al menos así lo sentía Alexandra, quien estaba completamente confundida por lo que sentía hacia Spencer o James. Le parecía extraño que, después de haber elegido a Lila, su amigo de repente se hubiera fijado en ella. En cuanto a James, él siempre había dejado claro lo que buscaba desde el principio, pero lo malo era que, debido a su trabajo, se veían muy pocas veces.


—Vaya creo que pasaste una mala noche.—comento Hailey notando las ojeras de su hija antes de brindarle una taza de café.

—Si, creo que tuve una mala noche.—murmuro la melliza frotando sus ojos en un intento de despertar más rápido.


Ambas guardaron silencio cuando Hotch cruzo el umbral del comedor, dejando la conversación como si fuera un secreto de chicas. No querían involucrarlo a un drama innecesario.


—Es una lástima que Spencer no viniera, quería ver si seguían hablando tan cerca.—mencionó Aarón con una sonrisa burlona, ajeno al dilema amoroso que rondaba en la mente de su hija.

—Oh, cariño . . . Déjala tranquila, fue nuestra culpa interrumpir ese momento tan "mágico".—Hailey comento acariciando el cabello de la chica, intentando aligerar el ambiente.

—Solo estábamos teniendo una conversación.—Lexie mintió, sintiendo un rubor en sus mejillas, no sabía si sentirse culpable de casi besar a Spencer cuando horas atrás estaba pensando en James.

—¿Una conversación interesante? ¿Eso es lo que estaban teniendo?—cuestiono el azabache con un tono lleno de incredulidad, moviendo sus cejas de manera juguetona.

—Podría jurar que estaban a punto de besarse—comento la Sra. Hotchner soltando una risita, agregando algo de humor para que su hija deje de atormentarse.

—¡BASTA!—Alexandra se quejo cubrir su rostro con sus manos, recordando inconscientemente ese momento.—No quiero recordarlo . . . me muero de vergüenza.

—Tranquila, pero supongo que es momento de que tenga una plática seria con él.—Hotch quería asegurarse de que esta vez su amigo hiciera las cosas bien, no quería ver lastimada a su hija de nuevo.  

—Oigan, oigan . . . tranquilos.—la melliza interrumpió sus adelantos de verlos como una pareja.—Ni siquiera hemos hablado de lo que sea que sentimos, no quiero salir lastimada y tampoco quiero lastimar a alguien más.

—Ella tiene razón, cariño. Dejemos que las cosas fluyan naturalmente. No necesitas ponerte en modo "padre protector" . . . aún.—informo Hailey antes de compartir una mirada con su esposo, como si buscara un asentimiento para continuar.

—Bueno, si es eso . . . creo que antes de que las cosas aumenten de nivel . . . podrían tener una conversación sobre algunas cosas.—Hotch dio luz verde señalando la sala para seguir su platica.


Alexandra los vio bastante confundida, no entendía que 'conversación', pero cuando vio que su 'padre' estaba aguantándose las ganas de reír y su 'madre' tomaba un tono serio, entendía todo. Así que comenzó a negar repetidamente buscando huir de esa situación.


—Oh, no, no, no . . . por favor ¿Cuántos años creen que tengo?, no necesitan contarme el cuento de las "abejitas".—pidió la melliza con un tono lleno de desesperación, intentando levantarse de su asiento, pero fue retenida por ambos adultos.

—Vamos, no será tan malo . . . Trataré de que sea lo menos incómodo —dijo Hailey mientras acomodaba a la chica de nuevo.


Sin tener otra opción, Alexandra tuvo que escuchar la "charla" de la Sra. Hotchner, mientras que Aarón luchaba por contener su risa ante las expresiones que hacía ante las preguntas y consejos que recibía. Era más que evidente que se encontraba en una situación incómoda, a sus 24 años, era consciente de muchos métodos anticonceptivos entre otras cosas. 

Solo quería salir corriendo hacía la casa de su amiga, esconderse de con ella un par de horas o el tiempo suficiente para olvidar todo lo dicho en ese momento. Esperaba que el tinte castaño que le aplicaría esa tarde le ayudara a borrarle algunas escenas incomodas.  

Y en su primera oportunidad, donde ambos adultos se descuidaron, ella termino saliendo por la puerta a toda velocidad, quería llegar en cuanto antes a la casa de Penélope y contarle todas sus penas. 

El ambiente era un contraste evidente a la situación que paso con sus padres, estaba lleno de risas y música de fondo. Creando una atmósfera agradable para ambas, que se encontraban en el sofá, compartiendo una cobija mientras dejaban que Enchanted llenara el espacio, cantaban como si su vida dependiera de eso.


—Hubiera pagado lo que fuera . . . enserio lo que fuera, para ver tu cara en ese momento.—la rubia comento antes de revisar los aluminios que traía su amiga en el cabello.—Ahora resulta que tus padres son sobreprotectores.

—JA, JA, muy graciosa—menciono Lexie con sarcasmo antes de rodar los ojos en blanco.—Fue raro, creí que me hablarían de algunas reglas para presentar algún novio en el futuro.

—Bueno, al menos tienes a alguien que se preocupa por ti.—murmuro García recordando que en su caso no tiene a nadie.—¿Sabes? . . . Tengo que confesarte algo

—¿Qué es? ¿Volviste a salir con ese chico de la zapatería?—pregunto Alexandra arqueando una ceja con curiosidad.

—Bueno, últimamente he estado organizando algunos asuntos personales y médicos.—informo Penny antes de mirarla fijamente.—Te he puesto como mi persona.

—¿Tu persona? ¿A qué te refieres?—cuestiono la melliza sin entender del todo, pensando si acaso su amiga se uniría a la lista de pretendientes.

—Es que . . . en caso de que alguna emergencia pase o me pase algo te llamaran.—confeso la rubia tomando la mano de su amiga para darle un gran apretón.—Confío en ti de una manera especial, lo suficiente como para saber que estarás ahí cuando te necesite.

—Siempre estaré ahí para ti Penny.—la castaña se acerco para abrazarla, asegurándose de no mancharla de tinte.—También eres mi persona, no sabes lo que agradezco que aparecieras en mi vida, normalmente las chicas se burlaban de mi por no tener padres o vivir en hogares temporales, pero sé que si te hubiera conocido antes seriamos imparables.

—Hubiéramos hecho un dúo criminal imparable.—bromeo la rubia dando a entender de que tal vez Eduardo se hubiera quedado afuera de sus planes.—Pero cariño, regresando a temas más serios . . . quiero que sepas que no importa lo que pase, siempre estaré aquí.

—Más te vale, porque sabes mucho de mi.—confeso la melliza haciendo una cara seria, solo para bromear.—Es amistad o muerte . . . tu decides.


Ambas chicas soltaron una gran carcajada ante lo dicho, para Penny era un difícil tomar enserio las palabras de su amiga. Debido a que conocía el lado tierno que habitaba dentro de ella.

Mientras la conversación iba avanzando, dejaba una sensación de emoción y confianza en el aire. Aunque habían compartido momentos difíciles en sus vidas, también habían encontrado una amistad que les daba la fortaleza para superar cualquier adversidad. 

Juntas, habían creado una conexión que iba más allá de la amistad, se consideraban la persona de la otra, hermanas a pesar de no tener algún lazo sanguíneo, quien diría todas las amistades y cosas buenas les ofreció la vida después de prisión.





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Transcurrieron un par de días, donde todo era prácticamente normal o al menos entraba en el parámetro aceptable debido a su trabajo. Sin embargo, el nuevo caso de un violador en Ohio, logro volver la oficina en un caos total. 

Al parecer el ignoto había cambiado de método, a tal grado que aún inicio se creía que eran dos diferentes ignotos, hasta que el equipo de la UAC logro conectar los puntos y descubrir que se trataba de uno solo. Este hombre las esperaba en su casa para poder atacarlas, dejando antes  un escalofriante mensaje de voz y a pesar de que obtuvieron su ADN, la policía no encontró nada en el sistema. 


—¿Estas bien?—Alexandra se acerco a Elle, notando como se había alejado del equipo. Tal vez algo afectada debido a su propia experiencia.—¿Quieres podemos tomarnos un par de minutos y platicar? . . . No estas sola.

—Todo esta bien, niña.—respondió Greenaway tomando su distancia con la melliza, no quería verse débil o vulnerable.—Solo es el cansancio, tengo un par de horas atrasadas de sueño, pero nada que no pueda controlar.

—Bueno, de todos modos prefiero estar contigo.—menciono Lexie queriendo estar para ella, porque presentía algo más grave de solo 'cansancio'.—Desde tu regreso no hemos tenido la oportunidad de hablar . . . así que creo que podría ser una buena idea.

—Podría ser, pero primero atiende tu romance adolescente y luego hablamos.—murmuro Elle señalando el escritorio de su amiga, notando que Spencer había dejado algo en su lugar.

—¿Qué?—pregunto la melliza notando la misma imagen que su compañera había visto, aún no habían hablado de lo que sentían y esos detalles solo complicaban todo.—Eso lo veré luego, lo importante es saber como estas . . . ¿Elle?


Cuando la chica volvió su mirada hacía donde estaba su amiga se dio cuenta que había huido de ella, así que de manera 'discreta' corrió hacía su escritorio, encontrando un libro de poemas que Reid le había comprado, acompañado de una barra de su chocolate favorito. No logro contener la emoción y soltó un chillido lleno de entusiasmo antes de brincar en su lugar.


—Creí que no era nada 'serio'.—la voz de Hotch resonó desde su espalda haciéndola detenerse de manera abrupta.

—Ohh, eso . . . no es nada.—mintió Alexandra intentando recuperar la compostura, cambiando su rostro a uno más serio. Haciendo movimientos exagerados de elegancia para acomodar su cabello.—Me emocione . . . solo por el chocolate.

—Voy a fingir que te creo.—bromeo Aarón guiando a la chica hacía el estacionamiento del lugar, tenían aún la investigación del ignoto pendiente.—¿No ibas a salir con el otro chico?

—¿James?—pregunto la melliza con un tono bajo, casi como si hablara consigo misma.—Ohh, bueno, sigue en Seattle, como trabaja en seguridad privada, su extensión se prolongo otro mes más.

—¿Hace cuanto no lo vez?—cuestiono el azabache intentando saber que probabilidades tenía el genio con su hija.

—Dos semanas, hablamos por teléfono e incluso nos mensajeamos.—informo Alexandra con un tono de voz nervioso.—Aunque por nuestros horarios no logramos coordinar nuestras platicas.

—Lex . . . se que te prometí no intervenir en tu situación.—expreso Hotch 'entendiendo' la falta de habilidad de su hija sobre temas amorosos. Sien embargo tenía que recordarle en donde estaban.—Prometimos no tener ningún tipo de favoritismos o tratos especiales. Así que dedica tu atención al caso.

—Entendido, 'Sr.'—bromeo la castaña, haciendo un gesto de saludo militar antes de correr hacía sus demás compañeros.


Horas más tarde el equipo logro encontrar al único sospechoso que lograba tener una conexión física con las víctimas, por medio de una clínica de fertilidad. Así logro obtener los datos de las mujeres y poder atacarlas con una razón 'justificada', ayudarlas a engendrar un bebé.

El equipo decidió actuar de inmediato y al no tener suficiente tiempo tuvieron que optar por la idea de poner un cebo, así lograrían evitar cualquier tipo error. 

Alexandra fue la voluntaria de ir encubierto, debido a sus experiencias pasadas sería bastante fácil engañar a ese hombre, aunque no todo mundo estaba de acuerdo con eso, su hermano y Hotch fueron los principales personajes en estar en contra de esa opción. Sin embargo tuvieron que ceder, ya que no creían que Elle estuviera lista. Aunque hubo otra persona que no apoyo esa idea y fue gracias a que Morgan se encargó de poner a Penélope al tanto de lo que sucedía. 


—Si . . . Aló.—Lexie contesto la llamada telefónica entrante intentando no moverse tanto mientras la caracterizaban.

—¿Acaso se te safo un tornillo o solo enloqueciste? . . . Mujer, sabes lo peligroso que es, las miles de posibilidades de que termine mal.—menciono Penélope del otro lado de la línea, visiblemente angustiada.

—Estaré bien lo prometo—aseguro Alexandra agradecida por la preocupación de todos, pero debían de respetar su decisión.

— Lexie, no seas héroe, eres mi persona, te necesito viva, tu me haces ser valiente —confeso la genio de las computadoras a su amiga.

—Penny, estaré bien . . . llevo años practicando.—informo la melliza sintiendo toda la confianza del mundo en sus habilidades.—Si logre engañar a la policía por años . . . con este sujeto será pan.

—Necesito hablar con alguien que te haga entrar en razón.—pidió la rubia mientras buscaba  algún contacto en su dispositivo que la sacara de su estado de terquedad.—¿Por qué tienes que parecerte a Eduardo en estas situaciones?

—AUCH, . . . ¿Qué daño te he hecho para ese desprecio?—se quejo Alexandra antes de escuchar como su amiga finalizaba la llamaba, posiblemente intentaría hablar con Hotch.

—Listo terminamos.—informo la maquillista retrocediendo un par de pasos para que los demás la vieran.—Hice lo mejor que pude.

—Lo siento, pero no te vez de 35, ni siquiera de 30.—menciono Gideon mirando directamente a la chica. 

—Tiene razón, no te acercas al perfil de las victimas.—confirmo Hotch algo aliviado de no enviarla como señuelo.

—Se dará cuenta que es una trampa.—secundo Spencer intentando no mirarla a los ojos para no delatar su felicidad.

—La niña tiene 24 años, es lógico que no se vea del perfil, iré yo.—menciono Elle acercándose a ella para intercambiar ropa.—Déjenos solas.

—No es buena idea, por lo que viviste, no queremos revivir algún trauma.—comento Aarón preocupado de que sufra algún episodio.

—Puedo defenderme, puedo hacer esto sola, no soy una niña pequeña que necesite ser cuidada a cada paso estaré bien.—menciono Greenaway antes de jalar a la chica hacia otra habitación para hacer el intercambio.


Sin otra opción, tuvieron que aceptar, debido a que estaban contra el tiempo. Le explicaron lo que tenía que hacer y cómo actuar, asegurándole que no se preocupara, ya que ellos estarían en una camioneta afuera. 

Pasaron horas hasta que llegó el ignoto listo para acechar el hogar, así que le dieron una señal para que saliera y darle el acceso sin problemas, pero el pánico se apoderó de la agente. Lo que hizo que se acercara al hombre sacando su arma para amenazarlo y arrestarlo. Nada salió de acuerdo con el plan, debido a que no tenían pruebas contra de él, tuvieron que dejarlo libre, 

Situación que dejo a Elle furiosa y aunque quisieron razonar con ella, decidió irse a tomar un respiro. Creían que todo iba a estar bien, pero horas más tarde, el equipo fue notificado de que habían encontrado a Elle en un callejón donde el ignoto había sido asesinado. Según su versión  ella le disparó al sospechoso al sentirse amenazada, juro que se encontraron por casualidad y él quería hacerle daño, por lo que no tuvo más remedio que matarlo. Nadie creía esa versión, pero preferían confiar en su compañera antes de poner en duda sus palabras. Strauss le dio un par de días fuera de servicio, en lo que terminaban las investigaciones.


—¡ANDERSON!—Alexandra se acerco al agente que los auxiliaba en algunos casos, quería saber si él tenía información de su amiga.—Se que llevas el caso de Elle y soy consiente de que no puedes hablar de eso con nadie, pero . . . es que . . . quería saber ¿Cómo esta ella?

—¿No le notifico su padre?, perdón el agente Hotchner.—pregunto el hombre notando la confusión en el rostro de la chica.

—¿Acaso ya regreso?—cuestiono la melliza con un tono entusiasta, había intentado localizar, pero jamás contesto sus llamadas o abrió la puerta cuando fue a visitarla.—¿Dónde esta?, no la he visto.

—Mmmm, lamento ser yo quien se lo diga señorita.—murmuro Anderson mordiéndose el labio nerviosamente, conocía el temperamento explosivo que podía tener la castaña, pero no podía dejarla así.—La agente Greenaway firmo su baja definitiva . . . dejo la unidad.

—¿Qué? . . . Es broma, ¿Verdad?—pregunto la melliza sintiendo un nudo en su pecho, entendía que su amiga fuera poco sentimental, pero creía que se merecían un adiós.—¿Desde cuando?

—El agente Hotchner recibió el comunicado la semana pasada.—confeso el hombre viendo salir al susodicho de la oficina, quien al darse cuenta de lo que hablaban decidió regresar.

—¿Sabes si dejo algún contacto?—pregunto Alexandra con la esperanza de lograr despedirse de ella, a pesar de que su amistad empezó casi a golpes la había llegado a estimar bastante.

—Tratare de averiguarlo, pero no prometo nada.—contesto el azabache antes de alejarse de ahí.



Alexandra estaba furiosa, pero no sabía exactamente con quien. Porque por un lado entendía a Elle, nadie superaría tan rápido un trauma así mientras que con Aarón, habían acordado no hablar sobre trabajo fuera del lugar. Y aún no tenían luz verde para avisarle al equipo sobre la partida de su amiga; todo debía mantenerse confidencial.








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