xᴠɪ. ¿ɴᴜᴇᴠᴏ ᴀᴍᴏʀ?
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✨ Capítulo editado ✨
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Casa de Eduardo.
La noche de la cena familiar.
El ambiente de esa noche era gélido, viendo el vapor de las respiraciones en el aire. Spencer iba caminando por la avenida principal con una caja de pizza en una mano y algunas películas que del interés de la melliza en la mochila.
Había sentido que ellos ya no estaban juntos desde que comenzó su relación con Lila, quería sorprenderla, la nostalgia lo había llevado a planear esa noche especial, con la esperanza de revivir la conexión que tenían.
Tocó el timbre, sintiendo un nudo de emoción en su estómago, no era la primera vez que tenían una velada así, pero sentía que era especial. Un par de minutos después la puerta se abrió y fue Eduardo quien salió a recibirlo con una expresión mezclada de confusión y sorpresa al verlo allí.
—Hola . . . siento aparecer a esta hora, pero . . . ¿Está Lexie? Quería tener una noche de películas, como solíamos hacer antes.—menciono Spencer para justificar su visita, pero algo en el rostro del mellizo le hizo saber que algo iba mal.
—Reid, lamento decírtelo que Alex ya no vive conmigo. Hace cuatro meses tuvimos una pequeña discusión y le 'sugerí' que se mudara.—informo el azabache antes de entender la gravedad del asunto.—Creí que estaba viviendo contigo, tú eras su amigo, sabía que no se iba a sentir tan sola porque estarías con ella.
—No tenía ni idea, no ha estado viviendo conmigo . . . si así fuera no estaría aquí buscarla. ¿Por qué tuvieron una discusión? ¿Qué pasó?—el castaño intento averiguar un poco más del tema mientras que también se preguntaba porque no acudió a él.
—Escucha era lo mejor para todos créeme, todas las personas que la rodeaban ahora son más felices . . . su ex novio es sargento de su unidad, tu sales con una actriz y yo bueno . . . sigo vivo.— el azabache soltó como conclusión antes querer cerrar la puerta
—¿Cómo puedes decir eso? ¿Qué tipo de persona eres?—cuestiono el castaño molesto, usando su pie como barrera para evitar que cerrara la puerta.
Eduardo salió de la casa furioso, era increíble como a pesar de que su hermana ya no vivía ahí, los problemas la seguían. JJ al ver lo que iba a pasar corrió detrás de él, interponiéndose entre ambos hombres para evitar los golpes.
—¿Quieres juzgarme? Hazlo, no me importa . . . Pero ¿Qué hay de ti? También la abandonaste, la dejaste de lado por tu nueva novia. . . Le rompiste el corazón y te marchaste sin pensarlo.—dijo Eddie de manera rápida, pero segundos antes se arrepintió de confesar lo que sentía Lexie por Spencer.
—¿De qué estás hablando?—cuestiono el castaño creyendo que había escuchado mal.—¿A qué te refieres?
JJ solo miro seriamente a su pareja, haciéndole saber que había cruzado otro limite más. Debía ser decisión de su hermana confesar sus sentimientos o no. Empujo suavemente al mellizo para tener un poco de espacio.
—Todos sabíamos que Alexandra estaba enamorada de ti. Era evidente para todos menos para ti, aparentemente.—confirmo la rubia esperando que ese drama terminara pronto.—Te diré lo mismo que le dije a Eduardo, no esperen que ella los reciba con los brazos abiertos.
Reid solo retrocedió, sintiendo que el suelo se movía bajo sus pies. Las piezas comenzaban a encajar y se dio cuenta de que quizás había sido ciego ante las señales que Alexandra le había estado enviando.
—No lo sabía . . . -murmuro el castaño recordando cada pequeño detalle que ella tuvo con él.
—Da igual, solo vete, ya te dije que ella no esta aquí . . . tal vez este con alguien del equipo.—respondió Eduardo dando la vuelta para regresar a su casa.
El genio se quedó en estado de shock por un par de minutos, tratando de procesar todo lo que le habían dicho. Jamás había mirado de esa manera a su amiga, pero eso explicaba muchas cosas, como: el hecho de que nunca quisiera conocer a Lila, habían dejado de hablar como antes y que ella se alejara. ¿Acaso la conexión entre ellos se había perdido y él nunca lo notó?
Sin pensarlo mucho comenzó a caminar hacía su antiguo domicilio, esperaba que estuviera ahí, quería hablar con ella, disculparse y tratar de hablar los sentimientos que tenía por él. Pero en cuanto llegó sintió un nudo en el pecho al ver el letrero de "en renta" en la entrada. Quiso llamar a sus amigos para averiguar si alguien sabía algo de ella, pero ya era tarde y no quería despertar a nada
Veía un contraste entre ambas mujeres, por un lado Alexandra sacaba a relucir su mejor versión y no le importaba si eso significaba hacer el ridículo en publico. Recordó una noche en la que se encontraron bajo la lluvia para luego correr por toda la cuadra, riendo a carcajadas mientras se empapaban. Y por otro lado, con Lila parecía estar en una especie de actuación. Con ella, se veía forzado a representar un papel, a ser alguien más para encajar en el mundo de los reflectores en el que ella vivía. Era consciente de que ella era una actriz y que su entorno requería una cierta imagen, pero poco a poco eso empezó a sentirse agotador.
Sin embargo, el sonido de su celular lo saco de sus pensamientos, revisando el mensaje que había recibido.
"Amor, lo siento. No podré ir este fin de semana a Quántico, tengo grabaciones pendientes, tal vez sea el siguiente, Te quiero Lila"
—No de nuevo . . . Contesta . . . Contesta—murmuro el genio intentando contactarse con su novia, necesitaba saber si lo que tenían aún era real, necesitaba poner las cosas en claro o terminar esa relación.
Quería volver a ser él mismo, sin forzar nada, sin actuaciones. Quería a Alexandra de nuevo en su vida, que sacara nuevamente su mejor versión y esta vez, no dejaría que se escapara. Conocía los sentimientos
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Casa de la familia Hotchner
Después de la llamada que tuvo Alexandra con James se quedo pensando si salir con él sería la mejor decisión, no solía ser una persona que iniciar una relación para sanar un corazón herido, pero tampoco quería pasarse toda la vida esperando a que Reid la eligiera. Así que se escaparía más tarde para pedirle un consejo a su mejor amiga.
Estaba pensando en todos los escenarios que pudieran ocurrir cuando se volvió a recostar en su nueva cama, disfrutando de lo frío de las sabanas, acurrucándose más a su cachorro. Imaginaba en los 'pros y contra' si elegía salir con el amigo de Morgan. Sin embargo, salió de su burbuja de concentración cuando escucho algo de ruido en la planta baja.
Con un suspiro largo tuvo que salir de la cama para acoplarse en su nueva dinámica familiar, además de que su estomago estaba gruñendo de hambre.
—Vaya, que enorme sonrisa . . . creo que amanecimos de buenas.—Hailey llevo su atención hacía las escaleras, notando el buen animo de la melliza.
—Buen día familia.—murmuro Alexandra sintiéndose extraña usando esa palabra en plural de nuevo.—Y sí, en realidad dormí de maravilla. ¿Y ustedes?
—Creo que si ignoramos los ronquidos todo bien.—bromeo Hotch antes de mandarle una mirada juguetona a su esposa. Por cierto ¿madrugaste? escuché tu teléfono por la mañana. ¿Con quién hablabas a esas horas en un domingo?
—¡OYE! Yo no ronco.—la Sra. Hotchner trato de defenderse ante las 'falsas' acusaciones, antes de prestar anterior ante la pregunta que le hizo a la chica.—Aarón . . . Deja ese modo sobreprotector para después, la vas a espantar.
—Ohhh, bueno . . . respecto a eso . . . alguien me invito a salir.—confeso la rubia notando como las miradas iban hacía ella.—Cuando vivía con Eduardo . . . solo desaparecía por horas o días, pero ahora que vivó con ustedes ¿Cómo funciona esto? ¿Les pido permiso, les aviso o solo me voy?
—Eres una adulto, no necesitas pedir permiso como si fueras una adolescente.—informo Aarón queriendo saber quien era el chico y que podría averiguar de él. Necesitaba saber que esta vez no terminara con en corazón roto.—Solo avísanos para no preocuparnos si no te vemos por aquí
—Tranquila, sabemos que necesitas tu espacio y hacer otro tipo de cosas que aquí no puedes.— menciono Hailey viendo como su esposo hacia una mueca ante lo dicho, era información que no necesitaba saber.
—Gracias . . . es que . . . esto es territorio desconocido para mi y quiero asegurarme de respetar su confianza.—aseguro Alexandra visiblemente aliviada.
—Lo entendemos, solo recuerda que la comunicación es clave. Si tienes planes o hay algo que crees que debamos saber, te escuchamos y apoyamos en lo que sea que necesites.—Hotchner menciono recordando que suele cerrarse ante situaciones difíciles.
—Somos una familia y nos cuidamos mutuamente. No estas sola, no importa si es un problema grande o pequeño, lo resolveremos.—aseguro la mujer con una sonrisa, notando un pequeño momento de vulnerabilidad en la chica.
La conversación siguió retomando algunas cosas que debería considerar y respetar en la nueva dinámica familiar. Unos minutos más tarde James se comunico con ella, reprogramando su cita debido a que necesitaba regresar a Seattle por algunos documentos faltantes para terminar su de su transferencia a Quántico.
Así que aprovecha ese espacio libre para visitar a su amiga. Por un momento, sintió que estaba haciendo las cosas bien y esperaba progresar en todos los aspectos. Ya había acordado una cita con James, y las personas de quienes menos lo esperaba le brindaron un lugar en su familia. Aunque siempre había creído que las segundas oportunidades eran innecesarias, pues pensaba que si alguien falla una vez volverá a hacerlo en algún momento, pero en el fondo sabía que solo necesito eso para cambiar su vida.
—¡CIELO, YA LLEGUE!—grito la melliza esperando una reacción divertida por parte de su amiga.—Siempre quise decir eso, porque . . . ¿Qué diablos paso aquí?
—Ohhh, había olvidado que te di una llave de emergencia.—murmuro Penélope mientras seguía acomodando hojas de papel por toda la pared.—Es un árbol de decisiones.
—¿Un árbol de decisiones?—Lexie repitió esa oración, sin entender el punto de hacer eso.
—Si . . . salir con James puede llevarte desde un tintineó de bodas.—informo la rubia señalando un dibujo antes de caminar hacia el otro extremo mostrando un escrito.—Hasta decidir que es mejor opción internarte en un convento.
—¿Cuántas horas le invertiste a esto?—pregunto Alexandra viendo una 'rama' que hablaba sobre como viviría una apocalipsis en pareja.
—Pfff, como unos quince minutos.—mintió la rubia, no quería decirle que estaba en su etapa de 'casamentera'.
—Supongo que abarcaste cualquier posibilidad.—murmuro la melliza antes de dejarse caer en el sofá.—Bueno, creo que tienes mucho que exponer.
Penélope soltó un chillido lleno de emoción, tenía enfrente a su sujeto de pruebas o como mejor lo conocen su 'conejillo de pruebas'. Alexandra estaba dispuesta a seguir su loco plan para poder ayudar a su amiga a decidir por su mejor opción.
Sin embargo antes de comenzar con su gran y elaboraba explicación el timbre de la casa sonó. Interrumpiendo el momento de diversión.
—Un segundo.—grito García mientras trataba de esquivar las hojas para llegar a la puerta. Acomodándose su cabello antes de abrirla, por si acaso era Morgan.
—García, siento mucho molestarte en tu fin de semana, pero . . . —Spencer entro sin esperar alguna invitación y en cuanto cruzo miradas con la melliza suspiro de alivio.—Lex . . . no creí encontrarte tan rápido.
—Reid . . . no sabía que me estabas buscando.—comento Alexandra algo confundida ante la presencia del chico.
—¿Ahora soy 'Reid' y no 'Spence'?—bromeo el castaño provocando una sonrisa tonta de parte de la chica.
—Bueno, Spence . . . ¿En que puedo ayudarte?—preguntó Lexie queriendo saber que traía entre manos.
—Oh, no nada. Es que . . . Fui a buscarte a casa de Eduardo y me dijo que hace meses no vives ahí.—explicó el castaño intentando ignorar las miles de hojas que decoraban el lugar.—¿Estas bien? ¿Necesitas un lugar donde quedarte?
—Ella esta bien, vive aquí conmigo—Penélope intervino asegurarse que Eduardo sea el primero en enterarse de la situación de su amiga.
—Eso me deja más tranquilo.—mencionó Spencer con su conciencia más tranquila, por un momento creyó que la chica vivía en la calla.
—Aunque la verdad me sorprende que te hayas enterado después de meses.—dijo Alexandra sin rodeos, tratando de dejar en claro que si noto su distancia.—¿Qué fue lo que te hizo buscarme?
—Bueno, es que Lila no pudo venir y fui a verte para . . . —intentó explicar el genio cuando su 'amiga' lo interrumpió de repente.
—¡DETENTE!—pidió la melliza cansada de esa situación.—No voy a seguir siendo tu segunda opción. Te eh apoyado en todo, pero decidiste alejarte de mí . . . trate de ser comprensiva e incluso trate de justificar tus acciones. Pero no voy a quedarme sentada hasta que tu novia te vuelva a dejar plantado para que quieras retomar nuestra 'amistad'.
—Chicos, ¿Por que no mejor dejamos esta incomoda conversación para otro momento?, no es el lugar adecuado . . . Además me hacen sentir incomoda.—murmuro la rubia esperando seguir con su exposición.
Por un segundo el castaño iba a ceder a la petición de García, pero al ver como Alexandra rodó los ojos en blancos supo que tenía que hablar para reparar las cosas. Se acerco a ella hasta quedar a su lado antes de mirarla a los ojos.
—Déjame tratar de remediar nuestra amistad, solo una segunda oportunidad, prometo que seré un mejor amigo, te apoyare en todo lo que necesites, solo elígeme, bueno. . . no, no quise decir . . . yo . . . bueno entiendes . . . no quise dar a entender otra cosa.—Reid intento concentrarse en lo importante de lo situación y evitar que su mente se vaya hacía otra dirección.
Lexie llevo su atención hacía su amiga que le hacía ojos de cachorro herido para que aceptara y dejar de hacer una escena dramática, así que tuvo que darse por vencida mientras asentía.
—Supongo que no tengo otra opción.—murmuro la melliza no muy convencida ante la presión de Penny.
—Tranquila, esto es borrón y cuenta nueva.—aseguro el castaño muy seguro de reavivar su amistad.
—Bueno, creo que ahora que todos somos amigos.—García llamo su atención con un par de aplausos.—Spence, puede ayudarnos a decidir si es buena idea que salgas con James.
—¿Saldrás con alguien más? . . . Me refiero si . . . ¿Estas segura? ¿No es un asesino serial?—Reid pregunto confundido, debido a que haces unas horas se había enterado que tenia sentimientos por él, pero ahora saldrá con alguien más.
Alexandra solo asintió sin decir nada más, no quería compartir ningún detalle sobre su nuevo interés amoroso, ella quería seguir con su vida y esperaba hacerlo sin obstáculos. Provocando que el genio se quedara en silencio como si estuviera pensando en lo que sentía en su pecho.
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Habían transcurrido dos meses desde esa pequeña platica. Durante este tiempo, muchas cosas han sucedido. Como el hecho de que Alexandra había estado saliendo con el amigo de Morgan, aunque aún no eran novios su trato era bastante cariñoso, como si estuvieran construyendo algo solido. Aunque era una interacción bastante intermitente debido a que James desaparecía por un par de días gracias a su trabajo de seguridad.
Por otro lado Spencer había terminado su relación con Lila, puso en una balanza su amistad con la melliza o estar con alguien que lo hace sentir incómodo todo el tiempo, así que esa elección fue bastante fácil. Aunque al inicio ella era distante e indiferente con él. Sin embargo, el seguía luchando para que lo aceptara nuevamente y al parecer iba por buen camino. Aunque todo iba relativamente bien para la Lexie, tuvo que enfrentarse a su doloroso pasado. Como si la vida le hubiera un puesto una prueba de fuego.
—Alex, escúchame, por favor . . . necesitas conocer mi versión de la historia.—informo Jackson mientras perseguía a la chica por el estacionamiento.
—Déjame en paz, ¿Quieres que te vuelva a rociar con gas pimienta?—amenazo Alexandra intentando acelerar su paso.
—Me mintieron, ellos dijeron que solo te darían un par de años . . . Iban a colocar el arma en una casa de subastas.—trato de explicar el castaño bloqueando el paso para la chica.— Juro que no quería que nada de esto pasara.
—¿En serio?—pregunto la melliza con un tono irónico y bastante molesto—Qué raro porque si eso fuera verdad . . . ¿Por qué tu testimonio fue diferente? ¿Por qué aceptaste ese puesto sin problema alguno? ¿Acaso compartías todos nuestros planes con tus compañeros? ¿Se reían de lo que decía?
—No quería que fueras a la cárcel, sabía que querían atraparte por eso me alejé de ti para que estuvieras segura.—el ex oficial encubierto trató de convencerla.—En verdad, quería tener una vida contigo, Alex. Te amo.
—Una vida basada en mentiras, ¿Richard o Jackson? ¿Cuál es tu verdadero nombre?—contestó Alexandra apretando su puño con fuerza, jamás había sido alguien que resolviera las cosas con violencia.
—Alex . . . —intentó hablar Jackson, pero la melliza estaba tan enojada que lo interrumpió.
—Dijiste que nunca te alejarías de mí, pero lo hiciste.—expreso Lexie sintiendo que todo lo que había guardado se estaba desbordando.—¿Por qué me hiciste encariñarme tanto contigo si al final te vas a marchar sin decir nada? . . . Voy admitirlo . . . me dolió, me dolió tanto, pero actué como si no me importara.
La chica se acerco a él dispuesta a enfrentarlo ya no daría media vuelta para huir, esta vez sería diferente. Sacar su nueva versión, aunque muchos pensarán que lo que hacía estuviera mal, sacaría las frustraciones que le causaba Eduardo.
—Una parte de mí seguía esperando que regresaras, que cumpliéramos lo que planeamos. Di lo mejor de mí, estaba dispuesta a sanar contigo, pero terminaste rompiéndome más de lo que ya estaba.—Alexandra no fue capas de contener las lágrimas de rabia, así que poco a poco estaban fluyendo.—Amé cada segundo que pasé contigo. Amé cuando hablabas de que íbamos a huir, que nos casaríamos en algún momento. Cinco malditos años desperdicié contigo.
—No los desperdiciamos . . . aún podemos estar juntos.—confeso el chico sintiendo sus manos temblorosas al verla así.
—¿Por qué me diste esas ilusiones? Pensé que eras sincero. Pero al final, todo fue solo pasajero para ti, una maldita opción para subir de rango en tu trabajo. Fuiste una de las personas más especiales para mí, pero créeme, ahora eres solo un recuerdo que desearía borrar.—finalizo la melliza empujándolo para continuar su camino.
Jackson tomo la muñeca de la melliza, dándole un giro para que lo mirara nuevamente. Creía que tal vez un abrazo ayudaría para tranquilizarla, pero ella estaba tan enojada que no dudo en conectar un golpe en su nariz y luego patearlo.
- Vuelve a querer acercarte a mi y no dudare en que seas a la primera persona a quien le dispare, si vuelves a molestarme a seguirme o simplemente a pararte cerca de mi trabajo te juro que mi padre se enterará de esto y estarás en problemas - dijo la melliza mientras comenzaba a caminar, hasta que se dio cuenta que le había dicho papá a Hotchner.
Al llegar a casa Hotch noto que algo le había pasado, pero ella se negaba hablar, era como si la palabra 'papá' le hubiera dado un golpe de realidad, se dio cuanta del enorme paso que dio y aunque no estaba arrepentida un sentimiento raro la invadía, posiblemente esa calidez familiar que hace mucho no sentía.
El panorama casi siempre era normal, aunque la impaciencia siempre la acompañaba sabía que el cambio de apellido para volverla oficialmente una Hotchner tardaría, pero eso no le impedía buscar el sobre deseado en el buzón cada vez que despertaba. Era como si quisiera validar que estuviera pasando, que no se habían arrepentido.
En la mañana del día siguiente todo se sentía igual que siempre, el canto de las avecillas era el mismo, al igual que el olor a café que inundaba toda la cocina. Sin embargo, por alguna razón Alexandra se sentía nerviosa desde que despertó, como si su pecho le dijera algo que no lograba entender, llevaba jugando cinco minutos con su desayuno, cuando una tos falsa de Hotch llamo su atención.
—Lexie, sabemos que falta un mes para tu cumpleaños, pero míralo como un regalo adelantado.—informo Aarón con una sonrisa en su rostro mientras entregaba una carpeta cuidadosamente decorada.
—¿Es un contrato de arrendamiento?—bromeo Alexandra recordando las bromas que habían hecho últimamente. Sin embargo, cuando abrió la carpeta, sus ojos se cristalizaron al ver que oficialmente, ella ya era una Hotchner.—Pero . . . tú dijiste que podría tardar hasta meses, esto significa mucho para mí.
—Aún no se lo he comunicado a la familia, queríamos que fueras la primera en enterarte. Bueno, la tercera.—explicó Hailey, con una sonrisa mientras observaba la reacción de Alexandra.
—Gracias por hacer esto por mi . . . por arriesgarse a darme su confianza cuando solo era una desconocida para ustedes, por darme una familia, es que enserio . . . yo no . . . ¡AHHHH!—la melliza balbuceó con la voz entrecortada por la emoción. Sus manos temblaban ligeramente mientras sostenía los papeles.—No quiero llorar, odio que la gente me vea así . . . ustedes me hicieron más sensible.
—Te eh visto llorar viendo el Rey León e incluso con Bambi.—comento Hotch con burla antes de revolverle el cabello supuestamente peinado.—Se que te dije que tardaría meses e incluso años, pero me ayudaron a acelerar el proceso.—menciono antes de mirar rápido de su reloj.—Hoy me iré un poco más temprano, tengo que avisar de este cambio en la oficina.
—Me iré contigo de una vez, tal vez tenga que cambiar mi identificación de acceso o ¿Me harán firmar de nuevo mi contrato en recursos humanos?—cuestiono la chica emocionada ante su nuevo estatus.
—¡AGUARDA UN MOMENTO! Tienes que desayunar bien, si hubieras comido antes de hacer una carita feliz a tu avena, te hubiera dejado ir sin problemas. Así que come tranquila y luego te vas.—'sugirió' la Sra. Hotchner antes de volver a darle otro plato de desayuno.
En todo ese tiempo que Alexandra llevaba viviendo con su nueva familia, aprendió que Hailey nunca aceptaba un 'no' por respuesta así que sin otra opción se volvió a sentar en el comedor. Aunque su mente ya estaba pensando en las rutas rápidas que podría tomar para llegar rápido al trabajo y contárselo a Penélope. Sabía que le restaría importancia si solo le mandara un mensaje de texto.
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El ambiente de la UAC se sentía distinto al menos así lo notaba Lexie, mientras caminaba con la mayor tranquilidad en los pasillos, había hecho una pequeña parada para comprar dos cafés en un intento de obtener energías extra.
Comenzó a buscar a la 'Diosa de la información' y no dudo en buscarla a su 'cueva informática', pero al parecer Strauss los había citado a todos en la sala de reuniones. Soltó un suspiro lleno de cansancio era muy temprano para soportar a esa mujer, al entrar al lugar logro ver a todos menos a Hotch, así que creyó que seguía en recursos humanos.
—Señorita Rivera tarde como siempre, adelante tome asiento.—ordeno Erín cuando noto como se quedaba parada como 'tonta'.
Alexandra no quería discutir, así que solo asintió antes de buscar con la mirada un asiento vacío, afortunadamente Spencer le había guardado un lugar a su lado, salvándola de estar cerca de esa mujer que solo quería fastidiarla.
—Gracias.—murmuro la chica entregando su café como recompensa de pensar en ella.—Te debo una . . . bueno quedamos a mano con esto.
La conversación fue interrumpida cuando Strauss comenzó a hablar sobre las relaciones entre compañeros y lo inapropiado que es. Al parecer alguien había descubierto la relación de Eddie con JJ. El sermón que estaban dando era demasiado extenso y aburrido e incluso parecía que estaba durando siglos. Pero cuando finalizo los hicieron firmar una carta donde deslindan a la unidad por cualquier problema entre ellos.
—Todo este show . . . solo para eso . . . ¿Acaso tienen acuerdo para todo?—se quejo la melliza obteniendo una mirada fría de parte de su hermano. Pero al notar como Erín se acercaba para molestarla un poco más intento huir.
—Señorita Rivera, tengo que admitir me preocupo el hecho de que no la vi llegar temprano e incluso le pregunté a su hermano por usted y descubrí que ya no viven juntos.—Strauss fingió sobre el tema de su bienestar con un tono de burla.—Creí que había huido a las Vegas o tal vez de país.
—Cuando quiera saber algo de mí, venga directamente conmigo. No debería tener miedo de hacerlo.—Alexandra respondió, esta vez iba a dar pelea, no iba a permitir que pasara lo mismo que en esa sesión.
—Su respuesta es demasiado valiente.—dijo la rubia, alzando una ceja de manera desafiante.— Me pregunto si está realmente en posición de dar ese tipo de consejos. Después de todo, parece que su vida familiar está un tanto . . . desordenada.
Alexandra sabía que había llegado el momento de soltar la bomba, como se lo había prometido a su amiga. Eduardo sería el primero en enterarse sobre su cambio de apellido, pero ahora que estaban todos reunidos, sería como matar dos pájaros de un tiro.
—Parece que Recursos Humanos aún no le informa, ¿Cierto?—preguntó la melliza con un tono lleno de sarcasmo.
—¿Piensa reportarme otra vez Srta. Rivera?, ¿Ahora dirá que forcé a su hermano para sacara de su vida?—la rubia comento con una sonrisa victoriosa, solo ella conocía cuanto daño le había hecho esa chica e iba aprovechar cualquier situación para lastimarla.
—Bueno, viendo que ellos aún no le han pasado el comunicado, creo que lo hare yo . . . A partir de este momento, oficialmente llevare el apellido Hotchner.—informó Alexandra con aires de superioridad.
Esas palabras llamarón la atención de todos sus compañeros, sabían que Aarón trataba de brindarle apoyo en todo lo que pudiera, pero adoptarla era algo totalmente diferente a lo que tenían en mente. Lograron captar las expresiones de Erín, claramente mostrando su molestia ante tal confesión,
—¿Así que el gran Aaron Hotchner la tomó bajo su protección?—menciono la rubia en un tono bajo, como si se lo dijera a si misma. Sabía que en ese caso tendría que ser más cuidadosa con lo que le decía a la melliza.—Interesante movimiento, supongo que eso explica muchas cosas . . .
—No hay nada que explicar . . . directora Strauss, las decisiones que tome no son asunto de nadie.—aseguro Alexandra sin romper el contacto visual.
—Es 'bueno' ver que tiene una pizca de seguridad en sus palabras, pero no olvide que todos tienen historias y secretos de fondo. Y no es tan sencillo borrar el pasado, no importa que tan rápido quiera correr su pasado la seguirá a donde vaya.—expreso Erín tratando de sembrar una mezcla de dudas en ella.
—Se que jamás podre borrar mi pasado . . . a diferencia de usted, no necesito esconderme detrás de la autoridad para sentirme poderosa.—Alexandra se burlo de manera indirecta, aunque por dentro quería arrancarle los ojos.
—Creo que veremos cómo se desempeña en su nueva identidad, si antes la tenía bajo una lupa en estos momentos seré más exigente, no quiero algún trato especial.—la directora uso la carta de intereses de conflicto como ultimo recurso antes de abandonar la sala de conferencias.
La chica volteo a ver a Penélope con una sonrisa, sentía que había ganado una batalla mano a mano contra un oso, pero antes de decirle algo más, fue sujetada fuertemente del brazo para sacarla de ese lugar, escuchaba algunos miembros del equipo quejarse y forcejear intentando detener al Eduardo, quien la llevaba a una oficina vacía.
—¿Qué demonios te pasa?—pregunto el mellizo visiblemente furioso al saber que ya no compartían un apellido.
—¿Ahora decides hablarme? . . . Han pasado meses y ni siquiera volteas a verme en el trabajo. No tienes la cara para preguntarme nada.—dijo Lexie mientras intentaba salir, pero fue detenida por su hermano.
—¿Odiabas tanto a mamá que decidiste cambiarte el apellido? ¿No fue suficiente matarla?—Eddie cuestiono bloqueando la puerta para que nadie entrara o saliera.
—No quieras jugar con esa carta, lo que paso fue un accidente, pero tu nunca lo vas a entender, tú elegiste excluirme de tu vida.—Alexandra le recordó todas las cosas malas que le había hecho.
—Y cambiarte el apellido, ¿Es parte de renunciar a tu pasado?—cuestiono el mellizo, cegado por la molestia de ver que ella ya no lo necesitaba tampoco.
—Fuiste tú quien me corrió de la casa, fuiste tú el que ya no quiso hablarme, él que se fue de mi vida. No vengas a querer hacerte la víctima.—expreso la melliza evitando el contacto directo, quería ser lo más fría posible.—Estoy tomando el control de mi vida, algo que debí hacer hace mucho. Tú decidiste seguir adelante sin mí, ¿por qué no puedo hacer lo mismo?
Eduardo respiró profundamente, su enojo parecía mezclarse con una tristeza profunda. A veces no lograba entender todo lo que sentía, era como un interruptor que se prendía y apagaba de manera aleatoria.
—Fue difícil alejarme de ti.—murmuro el azabache sintiéndose relajado ante la avalancha de emociones que sentía.
—¿Y crees que ha sido fácil para mí? . . . Me sentí abandonada, te necesitaba, pero ahora sé que merezco ser feliz.—confeso Alexandra notando su lucha interna entre abrazarlo o abofetearlo.—Estas enfermo y tu terquedad de que todo esta bien, no te deja verlo.
—No lo estoy, sabes que así soy.—Eddie negó rotundamente ante la idea de presentar algún síntoma de bipolaridad, debido a que en el fondo temía que fuera el inicio de la esquizofrenia hereditaria por su madre.
—Engáñate las veces que quieras, pero si continuas así terminaras solo.—murmuro Lexie con media sonrisa esperando que ya la dejara salir.
—¿Y si en algún momento quiero regresar a tu vida?—pregunto Eduardo mirando a su hermana
—Te quiero, pero me lastimaste, no quiero que pienses que es venganza o que sientas que esto es un púdrete en el infierno, pero tengo que pensarlo bien antes de dejarte entrar en mi vida de nuevo, no quiero que a la mera hora decidas abandonarme otra vez.—expreso la chica notando que había bajado su guardia y logro hacerlo de lado.—Por cierto . . . si vuelves a jalonearme así te juro que te romperé la nariz, otra vez.
Ambos hermanos permanecieron inmersos en sus propios pensamientos y motivaciones para llevar a cabo sus acciones. Mientras Eduardo se alejó de ella para estar "protegido", Alexandra se sumergió en la oscuridad hasta que los Hotchner aparecieron en la imagen y la sacaron de esa depresión.
El mellizo se quedo en silencio en medio de la oficina vacía sintiéndose perdido, como si todas esas barreras de excusas se hubieran esfumado. Era como una bola de nieve que crecía en cada mal trato que le hacía a su hermana, pero ¿Cómo podía reparar algo cuando ni siquiera sabía en que punto estaba?, no sabía que era lo que quería en ese momento, si necesitaba a su hermana cerca porque la quería o solo para sentirse menos solo.
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