xɪ. ꜱᴀɴ ᴅɪᴇɢᴏ
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✨ Capítulo editado ✨
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Los días seguían transcurriendo y sin darse cuenta, ya estaban a mediados de enero. El clima era frío, las ventiscas eran prácticamente heladas acompañadas de la neblina caía al amanecer y la pequeñas capas de nieve que cubrían todo Quántico.
Aumentándole un nivel de estrés al equipo de la UAC, de por si ya estaban bastante ocupados; enfrentado casos difíciles, detallando largos informes, tratando de encontrar un equilibrio entre el trabajo y su vida personal. Como para complicarles aún más la llegada al trabajo, debido a las avenidas principales cerradas por la escarcha, además de los accidentes imprevistos gracias a lo resbaladizo de las calles.
Sin embargo en el caso de los mellizos todo era diferente, sentían un gran carga extra debido a que iban avanzando en sus curso de perfiles que tomaban con el agente Hotchner. Por fortuna fueron asignados a un "mentor" para abordar los aspectos solo lograría comprender gracias a la practica en los casos reales. Gideon supervisaba a Alexandra, mientras que Morgan se enfocaba en orientar a su amigo Eduardo.
Ahora en la época actual, los mellizos se encontraban en casa descansando. Alexandra le estaba poniendo un suéter a su cachorro, debido a que hacía demasiado frío. Por otro lado, su mellizo estaba repasando en su cabeza las palabras correctas para decirle a su hermana que él y JJ los acompañarían a San Diego.
—¿Oye, Lexie? ¿Pudiste convencer a Hotch para que te dejara ir a San Diego? —pregunto Eduardo jugando nerviosamente con sus dedos.
—Sí, finalmente accedió, tuve que firmar algunos permisos donde se declaraba que Spencer estaría a cargo de mí y vigilaría que no escapara —menciono Alexandra mientras miraba a su hermano con cierta curiosidad.
—Esa es una buena noticia.—respondió el azabache tomando un pequeño respiro.—Oye, enana . . . quiero disculparme por burlarme de tu disfraz mal hecho, pero tienes que comprender que era horrible.—comenzó a reír entre sus disculpas, provocando que ella le aventara un cojín.
—Cállate, quise intentarlo.—la melliza se quejo entre risas también, recordando lo disparejo que le había quedado.—Para tu información compre un disfraz . . . no quiero arriesgarme a hacer el ridículo enfrente de todos.
—Al menos te diste cuenta que no eres buena en manualidades.—Eddie se sentía más relajado como si esa platica le diera luz verde para confesar.—Lexie . . . cambiando de tema, tu sabes que JJ y yo estamos saliendo . . . aún no hemos llegado a ser algo más oficial. Queremos mantener las cosas tranquilas por ahora.
—Ya lo sabía no son muy discretos que digamos.—la castaña contesto encogiéndose de hombros antes de pensar que quería escuchar algo de apoyo.—Pero me alegro por ti.
—Gracias . . . pero . . . también quería decirte que nos uniremos a su viaje, es que . . . queremos salir y si solo vemos los dos van a sospechar . . . ya hablamos con Reid y estuvo de acuerdo.—informo Eduardo esperando que no descubra su mentira.
—¿Disculpa? —pregunto Alexandra confundida, intentando organizar las palabras que había escuchado.
—Queremos tener un espacio donde podamos estar solos y disfrutar sin esa preocupación de que alguien nos vea. Es un pueblo pequeño, las cosas se podían salir de control muy rápido, si nos ve algún agente del FBI podría causar un problema.—se sinceró Eddie recordando esa cita fallida que tuvieron hace unas semanas.
—Si me permites te daré mi opinión . . . lo que sienten el uno por el otro es lindo y no deberían preocuparse por lo que los demás puedan decir.—murmuro Lexie sintiendo que si alguien es importante, jamás debería de ser oculto.
—Es curioso que lo digas, tu jamás me hablaste de tu novio hasta que nos metió en la cárcel.— comento Eduardo sintiendo que su comentario estuvo fuera de lugar, pero era algo que aún no podía dejar pasar.—Solo piensa . . . ¿Qué diría Hotch o Strauss?
—Bueno, en ese momento tenía mis razones.—la castaña intento defender su punto antes de comprender porque quería ocultarlo—Claro . . . el reglamento, no se permiten relaciones amorosas en el trabajo, pero ¿Desde cuándo te importan las reglas?
—Desde que ella puede salir afectada por mis acciones.—el azabache contesto de manera agresiva, como si ella jamás su hubiera preocupado por alguien en esa situación.—Algo que deberías aprender.
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El día tan esperado había llegado, los nervios podían sentirse en el ambiente era una nueva experiencia para los mellizos. Alexandra tuvo que aceptar que su hermano lo acompañara solo para que dejarla de molestarla todos los días. Además de que a cambio del 'favor', el mellizo llevaría a Nova a la casa Penélope para que ella pudiera cuidar al cachorro en su ausencia.
Sin embargo el ambiente cambio cuando llegaron al aeropuerto. Todo era un caos, estaba lleno de personas que iban o venían, las filas para abordar estaban atascadas, siendo golpeados un par de veces por las maletas de los otros pasajeros. Mientras que en las pantallas se mostraban los destinos y horarios, podían escuchar como anunciaba vuelos y llamadas de último minuto.
En la sala de espera, Lexie y Spencer encontraron un lugar para poderse sentarse, ella estaba en su teléfono, embobada en lo que fuera que estuviera haciendo, aunque su mirada se desviaba de vez en cuando hacia las pantallas, buscando actualizaciones sobre su vuelo.
—¿También sabes lo de JJ y tu hermano?—preguntó Spencer, captando la atención de Lexie.
—Creí que era un secreto.—Alexandra frunció el ceño ligeramente, sorprendida por la pregunta.
—Bueno . . . ella es mi amiga y me lo contó. Supongo que quería una segunda opinión o tal vez solo alguien que la escuchara.—menciono el castaño mientras miraba de lejos a la pareja que se estaba abrazando, preguntándose internamente si eso estaría bien.
La mirada de Alexandra siguió a la de su amigo encontrándose que estaban hablando en voz baja en el otro lado de la sala. Estaban concentrados en su conversación, sosteniendo en su rostro una expresión que dejaba en claro que estaban discutiendo algo importante.
—¿De qué crees que están hablando? . . . Se ven serios.—comentó Reid acercándose un poco más a su amiga.
—Creo que tienen 'problemas en el paraíso' . . . ayer discutieron por teléfono o algo así.—Lexie menciono, recordando la 'platica' que su hermano estaba teniendo.—Escuché a ese idiota . . . prácticamente estaba gritando. Colgó cuando me vio entrar y le dije que si volvía a gritarle a JJ lo golpearía.
Spencer solo se quedo en silencio ante la idea de que el mellizo le gritara a su amiga al igual estaba intentando imaginarse como se vería Lexie pegándole a Eduardo, ella era más bajita y se veía tierna parándose de puntitas para tomar las cosas. Mientras que en la otra parte de la sala de espera estaba Eduardo hablando con JJ, respecto a lo que paso.
—Termine la llamada en cuanto vi que Lexie estaba en casa.—mencionó Eduardo con una mezcla de frustración y preocupación en su voz
—Creo que deberías decirle a tu hermana.—JJ murmuro con comprensión atrayéndolo en un abrazo.—No puedes decidir por ella.
—¿Qué le digo? . . . ¡Oye!, el idiota que nos envió a prisión está en el teléfono y que crees quiere hablar contigo.—el mayor de los Rivera comento con rabia ante la repentina aparición de ese hombre.
—No necesitas usar esas palabras, pero tienes que ser honesto con ella.—la rubia se separo un poco retrocediendo un par de pasos para acariciar su cabello.—Ella es tu otra mitad, tu versión femenina. No tienes que ocultarle nada y sobre todo si este tipo está tratando de contactarla.
—Alexandra es bastante ingenua . . . ¿Y si ese hombre logra enamorarla de nuevo? ¿Y si termino en la cárcel por su culpa, otra vez? . . . No quiero que él se acerque a ella.—dijo el mellizo con un tono furioso mientras pasaba una mano por su cabello, visiblemente preocupado.
—Eddie, esto no se trata de ti.—contesto Jareau viendo el ligero resentimiento que aún tenía con el tema de manera inconsciente.—Se trata del bienestar de tu hermana, es ella quien tiene que decidir cómo quiere manejar esta situación, lo que puedes hacer es estar ahí para apoyarla.
—Si . . . supongo que tienes razón, hablara con ella cuando regresemos, no quiero que este tema la distraiga.—Eddie tuvo que ponerse de acuerdo del lado de la chica.
—Creo que es lo mejor.—concordó JJ sonriéndole con ternura. Siempre había admirado como 'cuidaba' a su hermana.
En ese momento antes de cualquier intercambio de palabras, la voz de un altavoz resonó en el pasillo, anunciando que su vuelo estaba a punto de abordar. Y un par de horas después, por fin llegaron a San Diego.
El contraste de ambiente era bastante notable, el aire cálido y salino. El sol iluminaba las calles llenas de vida y actividad. La visita sería breve, pero estaban decididos a aprovechar si tiempo al máximo. Sin perder más tiempo se dirigieron a un pequeño hotel, sabían que solo pasarían una noche, pero eso no les impidió apreciar la comodidad del lugar.
La 'pareja' no perdió el tiempo, dejaron a los 'cerebritos' en el lugar antes de salir corriendo al parecer iban a ir a la playa. Mientras que Alexandra se apresuró a ponerse su disfraz ya que la convención seria en una hora y no querían llegar tarde. Así que cuando termino de alistarse se dirigió a la recepción del hotel para esperar a su amigo, sintiendo una mezcla nerviosa pero emocionada sobre vivir esa nueva experiencia. Sin embargo, su sonrisa desapareció cuando vio al genio con su ropa casual.
—¿Y tú disfraz, Spencer?—preguntó Lexie confundida, recordaba que irían de la mujer maravilla y de Superman.—Teníamos un acuerdo, ¿Qué paso?
—Tal vez no lo recuerdas, pero hace una semana me hiciste una broma en la oficina, preguntaste si me vengaría . . . Así que perdón por tardar tanto —dijo Reid entre risas, revelando la verdadera razón
—Eso es muy inmaduro y cero gracioso de tu parte.—contesto Lexie rodeando los ojos, viendo que fue timada.—Me engañaste todo este tiempo . . . e incluso fuimos por el disfraz juntos.
—Solo fue para no levantar sospechas, lo regrese al día siguiente.—reconoció Spencer viendo la mueca de su amiga antes de que voltear los ojos en blanco con diversión.—Pero, si me permites podría ser el guardaespaldas de la mujer maravilla.
—Voy aceptarlo, pero me ofende muchísimo.—murmuro Alexandra pensando cual podría hacer una propuesta justa.—Además de que quiero un helado de chocolate.
—Sabes . . . creo que tienes un problema con el chocolate.—bromeo el castaño recordando que normalmente era ella quien vaciaba las maquinas expendedoras.—Pero si, esta vez tenemos un trato . . . de nuevo, señorita.
Los dos no perdieron el tiempo y se dirigieron a la convención, notando que había más personas de lo que habían imaginado. Todos iban vestidos con elaborados disfraces que representaban personajes de cómics o hacían referencia a la televisión y el cine.
Con cada paso que daban, el chico compartía diversos datos interesantes sobre cualquier cosa que consideraba importante y a medida que exploraban los diferentes stands de la convención, algo capto la atención de Spencer haciendo que se separara unos minutos de su acompañante para poder formarse y comprar un cómic, mientras su amiga lo esperaba a lo lejos, observando las demás exhibiciones.
Alexandra se quedo observando como Spencer conversaba con los chicos de la fila, la forma en que sus ojos brillaban cuando hablaba de sus cómics favoritos y la pasión con la que discutía con otros fanáticos. Era como si un aura de entusiasmo y conocimiento lo rodeara, haciendo que su presencia fuera magnética para todos a su alrededor. A medida que pasaba el tiempo, Lexie notó que su atención se centraba cada vez más en en su "amigo".
—Mierda . . . creo que si me gusta.—pensó Alexandra sintiendo aquel revoloteo que tenía cada vez que veía a su ex novio.
Su mente solo se centro en la sonrisa tímida del chico cada vez que chocaban 'accidentalmente' o en forma en que ponía atención a cualquier detalle que ella le platicara. Su corazón latía un poco más rápido cada vez que se cruzaban las miradas y compartían una sonrisa. Era como si el tiempo se detuviera cuando estaba cerca de él.
—Maldito Eduardo, tenía razón.—murmuro la melliza antes de morder sus uñas como si esa fuera la solución de lo que estaba sintiendo.—Le debo veinte dólares . . . bueno eso si se entera.
Estaba tan sumida en sus burbuja, notando como sus pensamientos viajaban de la aceptación, hasta la negación. Cuestionándose, si tal vez se estaba haciéndose una película romántica en la cabeza y su amigo en realidad no sentía nada por ella. Jamás había dado señales de un interés amoroso hacía ella, solo hasta que sintió un pequeño empujón reacciono.
—¿Estás bien, Lex?—preguntó el castaño tocando suavemente su frente, en búsqueda de algún golpe de calor.
—Si . . . sí, claro . . . super bien . . . ammm seguimos nuestro recorrido entonces.—Lexie sonrió suavemente y comenzó a caminar de manera rápida.
—Ok.—Spencer contesto no muy convencido, pero siguieron adelante.
Mientras que en otro lado de San Diego la pareja estaba en la playa, disfrutando su cita lejos de los ojos ajenos, el sol pintaba el cielo con tonos cálidos y dorados. La brisa marina acariciaba suavemente sus rostros mientras caminaban por la orilla, dejando que sus pies se hundieran en la arena suave y tibia.
—¿Quién iba a pensar que tendríamos un día tan perfecto para nuestra cita en la playa?—comentó JJ sintiendo la calidez del atardecer, haciendo una pequeña comparación al frio de Quántico.
—¿Así que ahora es una cita?—pregunto Eduardo con un tono burlón mientras negaba con la cabeza.—Siempre llamas a estas salidas como actividades para conocernos.
—Bueno Eddie, en ese momento era importante mantenerlo informal, ¿no crees?, además no quería asustarte con la palabra "cita".—la rubia le lanzó una mirada juguetona antes de darle un pequeño empujón.
—Aja . . . claro . . . lo que tu digas. Pero solo asegúrate de que haya suficientes actividades para "conocernos" en el futuro.—menciono Eddie siguiendo la broma entre risas.
—Tendré en cuenta tus recomendaciones, para futuras salidas.—Jareau murmuro antes de detenerse en seco para mirarlo fijamente.— ¿Crees que estamos yendo muy rápido?
Eduardo se tomó un momento para considerar su respuesta, era cierto que apenas llevaban conociéndose unos meses, pero no podía negar la química que tenían. Caminaron en silencio por un momento, escuchando el sonido de las olas rompiendo en la orilla. Finalmente, miró a JJ con sinceridad.
—Me gustas, no lo voy a negar. Eres una persona increíble y me siento afortunado de pasar tiempo contigo. —confesó el mellizo con un tono de voz tranquilo pero sincera. —No sé si estamos yendo rápido o lento, pero no me gustaría que te sientas presionada. Quiero que estés cómoda, quiero que esto funcione. Así que te esperaré el tiempo que sea necesario, incluso si llegamos a ser viejitos y estemos arrugados.
—Gracias, Eddie.—JJ miró lo miro entrecerrando los ojos en un intento de no sentir el sol en la cara.—Me gustas mucho también, y aprecio tu paciencia. No quiero arruinar lo que tenemos, tomando decisiones apresuradas.
—Entonces, dejemos que las cosas fluyan y veamos a dónde nos lleva el tiempo.—Eduardo le sonrió mientras se acercaban más a las orillas, sintiendo el agua fría en sus pies.—Por ahora disfrutemos de este día perfecto en la playa.
Pasaron un rato más junto a la costa, conversando y disfrutando del momento. Hablaron de temas triviales, compartieron anécdotas y se rieron de sus ocurrencias. La cercanía entre ellos se sentía natural y cómoda, como si fueran piezas que encajan a la perfección.
—Sabes, siempre he admirado tu manera de mantener la calma . . . incluso en situaciones complicadas —Jennifer comento sin conocer sus arrebatos con la melliza, aunque no era siempre tenía que admitir que aún guardaba algo de rencor.
El mellizo le dio una sonrisa forzada, agradecido por sus palabras de amabilidad. Sin embargo, la mención de su habilidad para 'mantener' la calma logro amargarlo un poco, al recordar la razón por la cual la había desarrollado.
—Supongo que es gracias a mi madre.—Eduardo intento explicar con una mezcla de melancolía y sinceridad en su voz.
—Ohhh, claro sí . . . ella te enseñó a ser un niño ejemplar—bromeó la rubia intentando aligerar la atmósfera.—¿Eras un niño de mamá?
—No, creo que siempre nunca fue así.—Eddie continuó, tomando un respiro antes de continuar hablando de su pasado.—Siempre fuimos una familia 'normal', a pesar de que no teníamos una figura paterna, mamá era quien cuidaba de nosotros, hasta comenzó a actuar raro, murmuraba cosas sin sentido, se escondía debajo de la mesa y . . .
—Ed, no tienes que contármelo si no quieres.—Jennifer le aseguro tomando su mano sin saber el contexto de su pasado.
—Tranquila, para mi es importante que lo sepas . . . no quiero empezar con el pie izquierdo.—el mellizo menciono intentando hacer contacto visual.—Al inicio creíamos que estaba jugando o fingiendo para hacernos reír, hasta que una vecina la vio . . . estaba a nada de saltar de la azotea, logro bajarla y llevarla al doctor. Fue ahí donde nos dijeron que tenía esquizofrenia. No recuerdo de que tipo, pero nos dieron la opción de internarla . . . Claro con un costo bastante elevado.
El mayor de los Rivera tomo la mano de JJ con más fuerza como si buscara algo que lo ayudara aferrarse a la realidad.
—Tuvimos que madurar muy rápido aunque de manera desproporcionada, porque Lexie se hizo cargo de cuidarla, ella era un poco más centrada.—el azabache soltó un suspiro al recordar esos momentos.—Mientras que yo . . . solo buscaba ser niño, seguir jugando, viendo la televisión . . . No me preocupaba el futuro, pero todo cambio ese día . . . quería ir a un partido con mis amigos así que me escape, pero unos minutos después comenzó a llover. Así que no tuve otra opción que regresar a casa, cuando llegue . . . todo estaba desordenado, las muebles volcados, pedazos de vidrio en el suelo. Corrí buscando a mi hermana, creí que habían entrado a robar lo poco que teníamos, pero . . . ella estaba en una esquina del cuarto llorando mientras que el cuerpo de mi madre estaba enfrente de ella.
La rubia abrió los ojos sorprendida ante lo que estaba escuchando, sabía que habían pasado muchas dificultades en su vida, pero jamás algo así, solo abrazo a su casi pareja como si pudiera absorber el dolor que sentía el chico.
—La policía no quiso buscar un familiar lejano que nos pudiera cuidar, necesitaban cerrar el caso rápido, así que solo se llevaron el cuerpo y nos mandaron a hogares temporales.—Eddie confeso sintiendo las lagrimas acumularse en su rostro.
—Lo siento mucho.—JJ acaricio su mejilla sintiendo un dolor compartido, no hubiera pensado que ese chico rudo y sarcástico había pasado por eso.—No puedo imaginar lo que sintieron en ese momento.
—Alexandra nunca me conto lo que pasó esa noche, solo sé tenía pesadillas todo el tiempo. Decidí no atormentarla más y solo confortarla. Esa es . . . fue la razón por la que nos volvimos criminales, queríamos burlábamos de la policía de Nevada por si hacer su trabajo, por darse la vuelta cuando ocurría algo.—Eduardo confeso recordando a su hermana llorar por las noches.
Pasaron un par de minutos en silencio se instalo entre ellos, acomodando sus ideas. Poniendo una balanza todo lo que había hecho por ella, todo lo que había sacrificado, las veces que pudo tener una vida propia. Y sin embargo, ella lo único que aporto fue casi 30 años de prisión.
—Le prometí a mi madre que cuidaría a mi hermana hasta cierto punto.—recordó el azabache considerando si ya era tiempo de dejarla ir.
—No me cabe duda de que has sido un gran apoyo para Lexie.—respondió JJ con una sonrisa creyendo que se refería a dejarla ser independiente.
—Solo te pido algo . . . no me mires como un bicho raro o que esto sea un motivo para que te alejes de mi.—le pidió Eduardo besando el dorso de su mano.—Me gusta estar contigo y la verdad no se que hacer en estos casos, nunca fui muy social.
—Aprenderemos sobre la marcha y no me alejare de ti, más bien estaba pensando que para la próxima cita podríamos ir a Minnesota para que conozcas a algunos familiares.—propuso la rubia buscando eliminar esos malos pensamientos.
Eduardo soltó un largo suspiro, sintiéndose aliviado por la respuesta de la chica. Por primera vez había compartido su 'secreto' con ella, temiendo que su confesión podría alejarla o terminar con lo poco que tenían.
—¿En serio?—preguntó el mellizo con su voz cargada de emoción, era un gran paso.
—Sí, en serio . . . Ellos me han escuchado hablar mucho sobre ti y creo que sería bueno que los conocieras.—Jennifer murmuro antes de darle un beso juguetón en la mejilla.
—Bueno, creo que entonces Minnesota será nuestro próximo destino—Eddie noto que eso era lo que quería a partir de ahora.
—Me gustaría que supieras que esto es importante para mí.—admitió JJ siendo consiente de que nunca había hecho algo así.—Sé que nuestras vidas pueden ser complicadas, pero quiero que sepas que estoy dispuesta a compartir una parte de mi mundo contigo.
En ese momento, Eduardo se inclino hasta la altura de la rubia con un movimiento suave y delicado la atrajo. Depositando un beso suave en sus labios dejando a la chica sorprendida. Haciendo que cerrara los ojos y disfrutara del momento. Cuando se separaron por falta de aire, logro ver el sonrojo en el rostro de JJ.
—Esto aún no es un sí, oíste Eddie.—informó JJ, sus ojos brillando con emoción mientras volvía a acercarse y le daba otro beso. Esta vez el beso fue más prolongado, y ambos se sumergieron en la sensación única de estar juntos en ese lugar tranquilo y hermoso.
—Lo sé, pero ya no resistía.—confeso el mellizo antes de agarrarla por la cintura.
Al caer la noche, los cuatro se centraban en sus respectivas habitaciones, tratando de descansar un poco después de un día lleno de emociones tanto altas y bajas. Las chicas compartían una habitación, mientras que Spencer y Eduardo otra. En el momento que la melliza estaba a punto de confesar lo que sentía por Reid, la rubia se adelanto.
—Tengo algo que necesito decirte.—confeso Jennifer esperando no afectar la amistad que tenían.
—¿Qué ocurre? ¿Esta todo bien?—Alexandra pregunto con curiosidad, aunque ya tenía una idea de hacía donde iba.
—Hace unas horas . . . cuando estábamos en la playa . . . Estaba hablando con Eduardo y bueno . . . terminamos besándonos.—confeso la rubia notando como quería reírse su amiga.
—¡IUG! . . . Sin detalles por favor.—bromeo Lexie ante la confesión de su amiga, mientras hacia una mueca de disgusto.
—Sé que es complicado, tu eres mi amiga y el es tu hermano, pero quiero que sepas que fue algo inesperado y . . . —Jennifer empezó a explicarse con rapidez tratando de dar mejor su punto de vista.
Antes de que pudiera terminar su explicación, se escuchó un golpe suave en la puerta. Haciendo que ambas mujeres se voltearon para ver a Eduardo de pie allí con una expresión algo tensa.
—Perdón por interrumpir.—el mayor de los Rivera se disculpo con una pequeña sonrisa.—Pero, necesito hablar con Lexie.
—Si claro, ahora regreso.—la castaña le aviso a su amiga mientras iba saliendo de la habitación.
Se quedaron un par de segundos en silencio, como si ambos buscaran las palabras correctas para comenzar a hablarse o explicar muchas cosas.
—No te preocupes, ella ya me dijo del beso . . . estoy feliz de que seas feliz.—dijo Lexie con una sonrisa suave y sincera.
Eduardo le devolvió la sonrisa, agradecido por la comprensión de su hermana. Había estado preocupado de que pudiera sentirse incómoda o preocupada por el beso entre él y su amiga, pero su reacción positiva lo tranquilizó.
—Gracias enana. Pero eso no era lo que te quería decir.—informo el azabache suspirando con resignación antes de continuar.—Esta semana he estado recibiendo un par de llamadas por parte de Jackson.
La mención del nombre de su exnovio hizo que la chica se tensara ligeramente. Aunque había intentado dejar atrás ese capítulo doloroso de su vida, el recuerdo de intento de hombre aún estaba presente, como una herida que tardaba en sanar.
—¿Con él peleabas por teléfono?—preguntó Lexie mirando a su hermano con seriedad, odiaba que le ocultaran cosas.
—No sé por qué decidió aparecer después de tanto tiempo, pero dijo que quiere aclarar algunas cosas. Tengo su número aquí.—Eddie estiro un pedazo de servilleta con el numero telefónico escrito.
— No quiero hablar con él, no quiero escuchar sus excusas, no quiero verlo. Solo quiero seguir adelante.—Alexandra regreso el pedazo de papel con firmeza en su voz.—Creo que tienes razón, si siento algo por Reid, en la convención . . . le pregunte por si tenía algún interés de salir con alguien poniendo como excusa que jamás habíamos hablado de eso y evadió mi pregunta, ¿Tú crees que sienta algo por mi?
—Creo que si lograste que se sintiera cómodo con el contacto físico, tal vez en unos meses puedas conquistar su corazón de hielo.—comento Eduardo sin querer romper la ilusión de su hermana.
—Así será, te lo apuesto.—dijo ella con seguridad antes de echarse mentalmente un par de porras.
—Spencer es un buen tipo, pero a veces puede ser un poco torpe en esas cosas.—el azabache comento con un tono bromista mientras apretaba las mejillas de su hermana.
—No hagas eso sabes que me duele.—se quejo la castaña antes de que él la apartara con algo de brusquedad en sus movimientos.
—Deberías de dejar de ser tan princesa, no eres tan delicada como crees. —Eduardo se molesto antes de darse la vuelta y dejarla ahí en medio del pasillo.
Alexandra solo agacho la mirada pensando que posiblemente se estaba volviendo más sensible, debido a que anteriormente se enfrentaba a situaciones peligrosas al igual que llegaba a jugar rudo con su hermano. Tal vez el nuevo ambiente la estaba convirtiendo en una chica 'normal' y estaba siendo muy quisquillosa ante algunas cosas.
Espero les haya gustado
No olviden votar 🙏
Si gustan que los capítulos no sean tan largos, se aceptan sugerencias
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