Final Alternativo


Nota: El final alterno de esta historia va del capítulo 1 al 12 de la historia original. Contendrá fragmentos de los capítulos siguientes capítulos, pero re estructurando la narrativa.

Rey suspiró. Sabía perfectamente que no podía engañar a su abuela, así como sabía que se sentiría totalmente decepcionada de ella, pero debía sacar todo el dolor que sentía en su corazón, así que lo hizo. Le contó a Satine todo, su relación con un hombre casado, sin decirle si nombre, y la horrible experiencia que había tenido con Poe.

Satine comenzó a llorar al imaginar a su querida nieta en aquella horrible situación. Rey lloró de nuevo. Al fin sentía que el peso de hacía más liviano, ya que se compartía en ambas.

-Ven con nosotros –le pidió Satine a Rey.

-No puedo hacerlo, acabo de firmar un contrato nuevo y si no cumplo debo pagar una gran indemnización.

-Entonces me quedaré contigo.

-No es necesario, abuela –le dijo Rey para tratar de tranquilizarla -. Sabes que cuando me propongo algo...

-Nada te puede hacer cambiar de opinión –interrumpió.

-Así es.

-Muy bien, entonces no intentaré convencerte –le respondió, ya que sabía que no podía hacer nada para convencerla de lo contrario -. Pero si debes terminar con ese chico, con ambos.

-Lo haré –confirmó con una leve sonrisa forzada –Cambiar de aires es lo mejor que puedo hacer ahora.

La plática entre las dos continuo hasta que regresó Obi-Wan con bolsas de un restaurante de comida rápida muy popular.

Los días que estuvo Rey con sus abuelos, se pusieron al día y le contaron todas las aventuras que había tenido durante su viaje, la ayudaron a empacar y a realizar la mudanza. Afortunadamente el lugar al que se iba a mudar tenía todo lo esencial para vivir, por lo que solo llevó con ella ropa, y sus materiales de pintura, así como los cuadros que le faltaban terminar. Afortunadamente, Finn ayudaría a la joven artista a cuidar su departamento y las plantas con las que no pudo cargar.

Cuando estuvo instalada y el matrimonio Kenobi se aseguró de que estaría bien, regresaron a sus viajes.

-Y recuerda, Rey –le dijo su abuelo –. En seis meses...

-Entregaré mi renuncia.

-Y aquí estaremos para llevarte de regreso a casa y preparar la nueva mudanza.

Rey no estaba totalmente de acuerdo, pero le hacía falta sentirse segura en los brazos de su familia, por ello decidió regresar a vivir con sus abuelos en su enorme mansión. Dejar todo atrás y comenzar de nuevo era lo que necesitaba, además sus abuelos le habían prometido inscribirla en la academia de arte de su elección, una oferta que no podía desperdiciar.

-Si sucede algo, no dudes en llamarnos –le recordó Satine -. Vendremos en cualquier momento.

-Gracias, abuelos –dijo Rey por ultimo mientras los abrazaba a la par.

~~~~~♡~~~~~

Habían pasado varios días, ya comenzaba a adaptarse a su rutina, puesto que no era muy diferente a como vivía en su viejo departamento, incluso ahora podía darse el lujo de tener una mascota, sus amigos y conocidos estaban lejos, así que necesitaba un compañero.

Esa tarde, Rey decidió ir a la tienda de mascotas. Caminó por los pasillos, acostumbrándose al olor de los animales. Le daba ternura cada carita con ojos grandes, se debatía en tener un perro o un gato. Ambos eran demasiado tiernos, quería llevarse a los dos. Finalmente se decidió por un conejo de color negro. Su inconsciente hizo que lo eligiera porque le recordaba Kylo, con esa expresión sería y huraña.

Lo llevo a casa y en cuanto lo colocó en el suelo se dirigió a sus plantas, "creo que fue una mala idea", pensó, "ahora mi hierva buena sufrirá las consecuencias". Sonrió al ver a la bola de pelos negra que masticaba velozmente las hojas verdes de la planta.

"¿Nombre?", volvió a pensar, "necesitas un nombre".

-Kylo -dijo en voz baja para ella misma, al escuchar el leve sonido, la criatura orejona volteó a verla con sus ojos brillantes –Te gusta, ¿cierto? -Rey movió la cabeza en negación -Si te llamarás así, me costará más olvidarlo -sonrió mirando al suelo -Bien Kylo, Bienvenido a tu nuevo hogar.

~~~~~♡~~~~~

Como de costumbre, Rey estaba llevando a cabo su trabajo en el nuevo taller. No se quejaba por los pintores que trabajaban ahí, ya que eran igual o más talentosos de su viejo grupo de trabajo. Mientras terminaban unos trazos ella se dedicó a bosquejar en su cuaderno de dibujo. El contorno de un conejo comenzaba a tomar forma.

La puerta se abrió, cuando Rey levantó la cabeza se encontró con una rubia, alta, de piel blanca, a la que le resaltaba el rojo intenso que cubría sus labios.

-Buenos días, señorita Phasma -dijo Rey mientras dejaba el lápiz en el escritorio –¿En que la puedo ayudar?

-Solo vengo a felicitarla - miró alrededor -, a usted y a su equipo -Rey la miraba sin entender a qué se refería, por lo que la rubia continuó -. Desde que llegó las ventas se han triplicado, además el día de hoy cerré un pequeño contrato con una distribuidora, uno de los mejores tratos que hemos tenido desde que se abrió está sucursal.

- ¿En serio? -dijo sorprendida -Me alegra que mi traslado haya servido de algo.

-Nos cayó...- miró al techo colocando su mano en su barbilla de forma pensativa - ¿Cómo dicen? ¿del cielo?

- No es para tanto, sólo estoy haciendo mi trabajo -la rubia la tomó del hombro.

- Entonces déjame invitarte una copa -Rey dudo de su invitación, pero finalmente aceptó. Después de todo en casa sólo la esperaba su pequeño Kylo.

~~~~~♡~~~~~

Al salir del trabajo, Phasma le dio a Rey una tarjeta con la dirección del bar en el que la vería. Rey decidió ir a casa antes para ducharse y vestirse para la ocasión, no podía llevar su overol de mezclilla a un lugar así.

Después de su baño, se enredó en su toalla y se dirigió a su closet. Esquivo varias veces a su amigo peludo. Buscando entre sus prendas, decidió ponerse un vestido rojo en corte princesa que le había obsequiado su abuela. "Tienes un muy buen gusto, abuela", pensó.

Al caer la noche, tomó un Uber, para que la llevará hasta el Bar. Por fuera parecía muy lujoso, se alegraba de haberse vestido para la ocasión.

Al entrar comenzó a esquivar a la multitud buscando a su jefa. A unos metros una figura alta sobresalió, ya que agitaba la mano para llamar su atención. Cuando la vio le sonrió y respondió el saludo sacudiendo ligeramente su mano a la altura de su pecho. Camino en su dirección. De un momento a otro su sonrisa cayó. En la mesa donde se encontraba sentada había un par de personas que nunca esperaba ver, por lo menos no tan pronto: Hux y Kylo.

Al verlo ahí sentado, sintió que su corazón se detenía. Presionó fuertemente su bolso contra su pecho, quiso dar un paso hacia atrás pero su cuerpo no le respondía. Se quedó petrificada. Sabía que no podía evitarlo para siempre, mucho menos siendo su jefe. Tragó duro y respondió la sonrisa que le lanzó Phasma. Comenzó a caminar en dirección a la mesa. Sonrío cordialmente y miró fijamente a la rubia, que continuaba sentada hablaba con su hermano.

-Creí que estaríamos solas -dijo rey con un tono de voz más bajo de lo normal.

-Pensé que sería más divertido si veníamos más -respondió de inmediato -además hace tiempo que no salía con mi hermano -miró a Hux y le sonrió. Rey suspiró y tomó asiento.

La velada iba demasiado tranquila, incluso Phasma decía que estaba un poco aburrida. Rey no decía nada. Kylo también permanecía callado, sólo bebía una copa tras otra. Rey veía de vez en cuando su teléfono celular ignorando algunos mensajes de su ex novio, quien le pedía una explicación sobre su ruptura. Hux y Phasma se ponían al día, a pesar de ser hermanos hacía tiempo que no se veían.

De repente Rey le sonreí a alguno de los miembros del grupo. Fue una de las noches más incómodas que había pasado. Miró su reloj de nuevo y vio que eran las 11 de la noche. Decidió despedirse y olvidar que esa noche había sucedido. Se suponía que debía olvidar al hombre qué le generaba deseos tan impuros que hacían que ignorara su moralidad. No iba a estar de nuevo con él.

-Deja que te lleve -dijo Phasma.

-No es necesario -respondió ella moviendo las manos en señal de protesta -Pediré un taxi.

-Yo la llevaré, ya debo irme -dijo Hux mirándola de reojo –No me molesta hacer una escala.

-Se lo agradezco -respondió Rey. Mientras caminaba hacía la entrada después de un adiós general.

Kylo sintió celos al ver como Rey se iba con su mejor amigo, celos que tuvo que soportar. Phasma lo notó y en cuanto salieron del Bar, confrontó al pelinegro.

- ¿Qué sucede con Rey? -la pregunta le vino de sorpresa.

- ¿Aqué te refieres?

-Sé que sientes algo por ella... -la rubia golpeo la mesa con la palma de la mano -... no te atreves a decirme que es mentira. He visto como la miras, tu ánimo cambio en cuanto llegó. Cuando Tahiri se entere morirá de dolor.

-Por eso no vas a decirla nada -Kylo tomó su chaqueta y se puso de pie -, he estado tratando de evitarla. No quiero hacerle daño a mi esposa -su tono era entre serio y triste –De haber sabido que ella vendría me habría negado.

El hombre comenzó a caminar en dirección a la salida, Phasma lo siguió y detuvo colocando una mano en su hombro. Lo miró a los ojos intentando comprender lo que sentía.

-Si es tan duro para ti, deberías alejarte.

-Eso intenté...- Kylo miró al suelo -...eso intento.

Salió del bar sin decir nada más.

~~~~♡~~~~

Rey subió al auto de Hux. Se colocó el cinturón de seguridad y mantuvo la vista al frente. Él notó su seriedad, y trató de acabar con el ambiente incómodo que continuaba después de haber salido del Bar. Encendió el auto y comenzó a conducir. Se detuvo en un semáforo, entonces la vio. No como siempre lo había mirado por su talento, ahora con ese vestido rojo parecía más una mujer, una muy bella, con la que alguna vez le gustaría pasar más de una noche. La luz del semáforo cambió de rojo a verde, el seguía sin presionar el pedal del acelerador. Rey lo miró confundida. Sus miradas se cruzaron, al cabo de unos instantes el pelirrojo reaccionó, se aclaró la garganta y continuó su camino.

Rey admiraba el paisaje nocturno que creaba la ciudad. Mil ideas para nuevas pinturas crecían por su cabeza. Los ojos le brillaban cada vez que veía algo nuevo.

- ¿Le agrada el paisaje? -cuestionó Hux en tono arrogante.

-Siempre me he maravillado por las cosas nuevas.

Algunas gotas de lluvia comenzaban a caer sobre el parabrisas creando una mezcla de colores en combinación con las distintas luces de las calles.

-Imagino que debe ser excitante vivir en una nueva ciudad.

- Si, lo es. Él cambio me vino perfecto.

- ¿Puedo preguntarle algo?

- Ya lo está haciendo.

-¿Por qué no quiere ver al hombre que las contactó en su empresa? -Hux miraba la calle, atento esperando una respuesta. Rey se quedó sin palabras, su rostro dejó ver su tristeza -No me diga que está enamorada de él.

- ¿Me creería si le digo que no tolero las diferencias creativas que hay entre nosotros? –respondió tratando de cambiar el tema. Hux la vio curioso, sabía que no era la verdad. Ella miró a sus piernas, negó con la cabeza y decidió hablar un poco más sincera -Quizá este comenzando a sentir algo por él. Es un hombre talentoso y muy bueno para dar críticas constructivas. He aprendido mucho de él. Pero es mejor para mi alejarme, después de todo él es un hombre casado.

-Si algo he aprendido en mi vida- dijo de inmediato -es que uno siempre debe luchar por lo que ama, así el objetivo parezca inalcanzable.

- ¿Estamos hablando de las mismas personas? -el pelirrojo soltó al aire una leve sonrisa.

- Si, aunque no soy un bien ejemplo. Siempre he luchado por el amor de una mujer. Me temo que estoy en una situación similar a la de usted, señorita, y voy perdiendo.

Rey medito unos segundos, y analizó las palabras que le acababan de decir.

-No entiendo por qué, si usted es un hombre igual de talentoso, y si me permite decirlo, igual de apuesto.

Las mejillas de Hux se ruborizaron levemente al escuchar a Rey. Sintió un ligero flechazo en el pecho.

Frenó de nuevo en el siguiente semáforo. Hizo todo lo posible por mantener su vista en el camino, pero no pudo evitar voltear a ver de nuevo a la chica. Sus miradas se cruzaron de nuevo, por lo que Rey apartó la suya en dirección al camino.

En silencio continuaron el camino hasta llegar a la entrada del edificio en el que vivía Rey.

-Gracias por traerme –dijo Rey antes de bajar del auto.

-Te acompañaré arriba –le dijo Hux. Rey lo miró intrigada, lo que causó un poco de pena al pelirrojo –Solo para asegurarme de que llegaste con bien.

-No es necesario, gracias.

Hux meditó unos segundos y se resignó al rechazo.

-Al menos envíame un texto para saber que entraste con bien a casa.

-Lo haré –dijo antes de bajar del auto –Muchas gracias por traerme.

Hux le sonrió y se despidió con un ligero movimiento de su mano.

~~~~♡~~~~

Kylo comenzó a conducir por la ciudad. Dio varias vueltas, tomó diversas rutas, pero todas lo llevaban a donde mismo. Al nuevo departamento de Rey. Se estacionó en frente. Apagó el motor y se dejó caer en el asiento. Miró el techo tapizado del auto, no podía dejar de suspirar. Buscó en la guantera una cajetilla de cigarrillos. Miró de nuevo a la calle y decidió bajar del auto. Se recargó en el frio metal y encendió un cigarrillo. El humo se mezclaba con el frio de la noche mientras veía a al balcón de la muchacha.

Después de unos minutos decidió ir a buscarla.

~~~~♡~~~~

La noche incómoda terminó cuando Rey entró sana y salva a su departamento y envió el texto que Hux le había pedido. Saludó a Kylo, que permanecía dormido en su cama. Le sonrió levemente y fue a la ducha. De camino se quitó los zapatos dejándolos botados en la sala. Al entrar dejó caer al suelo el vestido que le había dado su abuela. Comenzó a llenar la bañera, le colocó algunas sales de baño. Mientras esperaba fue a su cocina, tomó una copa y una botella de vino. Llevó los objetos consigo al baño. Antes de que se llenará la tina sonó el timbre. Se negó a abrir, puesto que sólo había dos personas que se atreverían a ir a su casa a esa hora de la noche, y no quería ver a ninguno de los dos. Volvió a sonar el timbre. Él pequeño Kylo se levantó de su cama y dio pequeños saltos hasta la puerta, comenzó a roer la madera. Sonó el timbre una tercera vez, está ocasión el pitido fue más prolongado. Se hartó, se puso su bata de baño y fue hasta la entrada, movió al conejito negro y abrió sin mirar quien era.

Al abrir la puerta no estaba tan equivocada. Era Kylo.

- ¿Qué haces aquí?

-Necesito verte –dijo con desesperación –. Necesito tenerte.

-No –respondió Rey sin dudarlo.

-Al menos déjame hablarte.

-Bien –dijo Rey resignada. Sabía que si no lo dejaba entrar no se iría -. Cinco minutos.

Ambos pasaron. Tomaron asiento en el comedor y Rey sirvió dos tazas de café. El conejo había regresado a su lugar para dormir plácidamente. Kylo y Rey guardaban silencio. Ambos miraban sus tazas y no decían nada.

-El tiempo se está agotando –se aventuró a decir Rey sin levantar la mirada.

-Rey, siento algo por ti -levantó la mirada y se encontró de nuevo con esas ventanas color café –No sé si es sólo algo momentáneo o es algo que sentiré toda mi vida. Hasta ahora sólo he sentido la necesidad de correr a tus brazos, sin embargo, el miedo de arruinarlo todo contigo o con Tahiri me detiene. Deseo averiguar si esto es tan fuerte como para hacerme romper mi matrimonio -se puso de pie y se paró junto a Rey que no dejaba de verlo, ya tomó de la barbilla, se inclinó y le depositó un beso delicado en los labios -. Saldremos, conviviremos, haremos más de lo que hacíamos, y si funciona terminaré con mi esposa ¿Qué dices?

Rey comenzó a temblar frunció los labios para tratar de controlarse, sintió como algo se rompió en su interior. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, que apretó para tratar de detener el llanto. Kylo no sabía que era lo que le pasaba. Al cabo de unos segundos Rey decidió responder a la propuesta del hombre.

- ¿Escuchas lo que me estás diciendo, Kylo? –dijo Rey con una mezcla de dolor y furia.

-Creí que era lo que querías, que intentáramos estar juntos.

-Kylo, estás jugando a la "tarta llena de crema".

- ¿Qué? –dijo con una clara mirada de confusión en su rostro. No entendía a lo que Rey se refería.

-Es una analogía –explicó -, Cuando una tarta se cae, siempre cae del lado de la crema, pero ¿qué pasaría si la llenamos toda? No sabe de qué lado caer, pero tampoco puede quedar flotando en el aire, así que de cualquier lado que caiga, queda un lado intacto. Tú, Kylo, eres esa tarta y Thairi y yo somos la crema. Si esto no resulta bien sabes perfectamente que ninguno de los dos dirá nada.

-No es lo que trataba de decir, Rey. Yo...

-¡NO!, es suficiente...

Rey se puso de pie y se dio la vuelta.

-Terminaré mi contrato ahora.

-¿Qué estás diciendo? –dijo confundido.

-Termina mi contrato ahora, pagaré la indemnización.

Kylo trató de abrazarla, pero ella se negó con todo el dolor de su corazón a dejar que ese hombre la tocara.

-No seas irracional.

Ella volteó a verlo. Sus ojos estaban llenos de decisión.

-Justo la razón le ganó al corazón, pero es suficiente –dijo ella con convicción -. Sabes fue tan bonito imaginar que era posible caminar juntos todo el tiempo, pero esta rutina me enseñó lo que realmente somos.

~~~~♡~~~~

3 años después...

El tiempo había pasado. Después de que Kylo dejo a Rey esa noche no supo nada más de ella. Lo último que le había sabido era que había entregado los documentos de su departamento como parte de la indemnización por haber roto su contrato.

Había decidido ir de viaje al extranjero para ver a su madre. Al llegar a Alderaan fue recibido con los brazos abiertos por la mujer que había dado la vida. El estrechó a la pequeña mujer entre sus brazos, sabía por lo mucho que había pasado si hijo.

-Beny... -le dijo de forma maternal –Te extrañé.

-Es Kylo ahora, pero también te extrañé.

Leia lo tomó por una de sus orejas y lo bajó hasta su altura.

- ¿Qué hice yo para merecer que me hicieras esto?

-Ou... madre, duele.

-Si tu padre te viera, si supiera que sigues sin usar tu nombre...

Kylo sufría no solo por el jalón de orejas que estaba recibiendo, también por el recuerdo de su padre.

-Bien, cámbiate –dijo la mujer mientras lo soltaba –Vamos a ir a un evento.

-Madre, me gustaría descansar.

-Tu tío Luke va a inaugurar una exposición de arte, debemos ir –dijo más como una orden que como una sugerencia.

Después de un rato, llegaron a una de las galerías más famosas. Podía recordar cómo iba a esa clase de lugares con su familia cada vez que su tío inauguraba una nueva exposición. Eran buenos momento y aunque le gustaba el arte no era capaz de pintar, por lo que se hizo crítico y fundó junto a sus amigos aquella distribuidora.

Caminaron por la pasarela. Podía reconocer a grandes personalidades de entretenimiento, a empresarios y a lo lejos a Rey.

~~~~♡~~~~

Era una tarde de un 28 de cualquier mes. Rey miró nerviosa el reloj que colgaba de la pared. Una ligera lluvia comenzó a caer a pesar de haber sido un día de sol. Se arrepintió por llevar aquel vestido corto. Cerró los ojos y recordó a su amor. Le dolía todo lo que había pasado a lado de Kylo, él no la vería en ese momento. Miró de nuevo el reloj y se puso de pie para comenzar a aminar ausente de todo a su alrededor. No podía creer que estuviera a punto de inaugurar esa exposición. Mientras caminada, comenzó a recordar cada detalle de su historia con ese hombre. Cada vez que la hizo estremecer.

-¿Nerviosa? -cuestionó su maestro.

-Ansiosa, maestro Luke.

-Tranquila, estoy seguro de que se pelearán por la pintura del conejo... ¿Cómo dijiste que se llamaba?

-Maestro, ¿Kei ha estado incontables veces en su taller y el mío y sigue sin recordar su nombre?

-Es que me recuerda a alguien.

Luke le ofreció su brazo a su talentosa estudiante. Ella lo recibió y caminaron juntos para recibir y saludar a los invitados antes de el corte de listón. Entre toda esa gente estaban sus amados abuelos, quienes la apoyaron aquella noche. Aún recordaba como los llamó llorando y esa misma noche dejó aquel departamento. Como a los pocos días tomó la decisión más difícil de su vida, dejar la casa de sus padres para saldar la indemnización. Como dejó todo atrás en cuestión de días y fue a vivir con sus abuelos a Alderaan. Como eligió la Academia de Arte Especializada de Alderaan que dirigía Luke, para estudiar y como trabajó con su viejo maestro de nuevo hasta perfeccionar su trabajo y como el día de su graduación sería su primera exposición.

Después de un rato saludando gente, vio que había llegado la amiga de su madre, Leia Organa, por lo que caminó en su dirección, sin embargo, se detuvo en seco al ver a Kylo parado a su lado. Sintió como su garganta se le secaba y formaba un nudo su estómago. Suspiró y sonrió. Aún no lo superaba por completo. Ese hombre había dejado totalmente marcado su corazón y su alma.

Rey fue sacada de su ensimismamiento con la ayuda de su abuelo, que la abrazó por el hombro.

-Sé que estás nerviosa –le dijo en voz baja -, pero este es tu momento. Estoy orgullosos de ti.

-Gracias, abuelo.

-Vamos, es hora.

Se llevó a cabo la ceremonia de inauguración en voz de Luke, quien presentaba de forma adecuada a su más talentosa alumna.

En el evento, Rey trataba de ignorar la mirada fija de Kylo. Fingía que no lo conocía para nada.

Al cabo de unos minutos, las personas comenzaron su recorrido por la sala de exposiciones, entre ellos Kylo, que no quería molestar a Rey.

Satine y Obi-Wan fueron por su nieta. La abrazaron para felicitarla por si éxito. Detrás de ellos estaba la amiga de la familia, quien también fue a abrazar a la joven artista.

-Muchas gracias, Leia.

-Por cierto, ¿recuerdas a mí Beny? –Rey no sabía a qué se refería -. Mi pobre hijo se divorció hace unos años –dijo ella dramatizando un poco sus acciones –Y al final, la chica se casó con su mejor amigo. Aun así, mi Beny fue lo suficientemente maduro como para aceptar y dividir sus sentimientos de su trabajo.

-Leia –dijo Satine -, ¿Qué estas tratando de decirle a nuestra querida Rey?

-Nada, nada –dijo para tratar de calmarlos –solo que, si hubieran seguido juntos como en su infancia, las cosas pudieron haber sido diferentes.

Obi-Wan se tocó la frente como si le doliera, mientras pensaba en lo que decía Leia.

-Solo fueron amigos de niños, Rey ni siquiera lo recuerda –explicó el anciano -, deja de actuar como casamentera, que es la noche de nuestra nieta.

Todos rieron ante los celos del abuelo. Un ligero recuerdo paso por la mente de Rey.

-De hecho –dijo Rey -, si recuerdo un poco, abuelo. Recuerdo a un niño que me ayudaba a tomar los pinceles de Luke en su estudio.

-Ah, así que eran ustedes –dijo Luke que acababa de llegar al grupo.

Rey sonrió traviesa sin voltear a ver a su maestro.

-¡Ah! Ahí estas Beny, ¿Recuerdas a Rey?

Ahora Rey si estaba un poco intrigada de volverse a encontrar con aquel niño, por lo que volteó, aún con aquella sonrisa, que cayó cuando vio a Kylo Ren. Rey trató de fingir su sorpresa. Leia notó que había algo entre ellos, por lo que decidió actuar y se llevó a su hermano y sus amigos.

-Dejaremos que se pongan al día.

Obi-Wan miraba al hombre con odio, pero no lo dejarlo quedarse. Satine consideró que sería buena idea dejar a su nieta reencontrarse con el niño crecido del que alguna vez fue inseparable.

-Felicidades por tu exposición –dijo él.

-Gracias –dijo ella dudando, pero las palabras divorcio retumbaban en su mente –¿Ya viste todas las salas?

-No.

- ¿Quieres que las veamos juntos?

-Sería un honor verlas en compañía de la artista.

Caminaron juntos por las distintas salas. Halaban sobre lo que había pasado después de que ella se fuera. Al parecer, Kylo se hizo más distante de todos, se había dado cuenta de que había perdido al amor de su vida, que quería recuperarla, pero no lograba encontrarla en ningún lado. Después de un tiempo, decidió pedirle el divorcio a su esposa y después de firmar los documentos, ella se casó con Hux, con quien ya había iniciado una relación durante el trámite.

Por su parte, Rey se había reencontrado con su viejo maestro, quien la invitó a retomar sus estudios de arte en la academia que dirigía. Con el tiempo su maestro y algunos patrocinadores habían decidido que el ese día sería si primera exposición.

La pareja llegó a la última sala, una que contenía una pequeña exposición titulada "Memoria de un ayer".

-Sabes –dijo Rey a Kylo mientras caminaban por la sala –Para crear esta colección, paseé por mi mente y encontré aquel rincón que te dejé.

Kylo miraba las pintoras, unas le trasmitían dolor, otras alegrías, otras una profunda tristeza y una en especial, amor. Esa pintura le transmitía un amor que no había sentido antes. En ese momento reafirmó que sentía amor por Rey, y solo perderla le dejó claro lo que había en su corazón. Él debía iniciar de nuevo, quería comenzar de nuevo y dejar todo atrás. Las mentiras, las confusiones y el dolor. Todo quedaría atrás.

Frente a esa pintura, Kylo se paró frente a Rey, le extendió la mano...

-Mucho gusto en volverte a encontrar, Rey –ella le siguió la corriente y le acepto el saludo -. Mi nombre es Ben Solo. 

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