Ambos se acostaron sobre la cama, se taparon con una sábana. Ren la abrazaba, ella jugaba con sus manos, las comparaba con las suyas.

-Creo que tendremos que estar juntos en secreto y dejarlos así - dijo Rey -Todo en secreto.

-Termina con Poe -ordenó Ren a Rey.

Ella volteó a verlo, se preguntaba porque quería que terminará su relación con su novio. Su corazón se sobresaltó.

-¿Por qué haría eso?

Rey miraba sus intensos ojos cafés.

-Porque quiero que seas sólo mía -dijo Ren enredando sus brazos en Rey. La castaña sintió que se le formaba un nudo ligero en la garganta.

-Pero tú no serás sólo mío...- respondió Rey casi en un susurro.

Ren se quedó sin palabras. Solo podía admirar a la muchacha que compartía su lecho. Rey se incorporó en la cama cubriendo su pecho con la sábana que la cubría. Él le miró la espalda y pasó su dedo por los omoplatos y la columna de Rey. Ella se estremecía con cada rose en su piel. Poco a poco sintió como crecía la humedad entre sus piernas.

Al notar su reacción, él se colocó tras ella, comenzó a besar delicadamente cada parte de su espalda. Rey disfrutaba sus caricias, su respiración cada vez era más agitada.

-Kylo... -dijo Rey entre suspiros -Kylo...- lo volvió a llamar.

- ¿Qué sucede, Rey? -le susurró en el oído mientras pasaba si lengua por el lóbulo de su oreja.

-Es hora de que te marches... -volvió a decir Rey -Es tarde.

Ren la recostó sobre él y la miró a la cara, sonrió socarronamente.

-Hoy me quedaré toda la noche -le dijo Ren.

Vio atentamente sus ojos, el cruce de miradas hizo que Rey se sonrojara un poco.

Esa noche estuvieron juntos de nuevo, una y otra vez.

Acordaron ser amantes, sólo amantes como al inicio y terminar cuando uno sintiera más que solo atracción sexual.

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Ren se fue al avistarse los primeros rayos de luz solar. Ella se arregló para ir a su trabajo, hubiera querido quedarse a descansar, pero el deber llamaba. Debía ir a instruir a los artistas de su taller.

Antes de ir por el subterráneo, pasó a la cafetería de siempre. Se dirigió directo a la barra y pidió un croissant y su café para llevar. Mientras esperaba la saludó Finn, quien desayunaba sentado al lado de una ventana. Rey camino hacía el y tomó asiento en una silla libre.

- ¿Cómo va todo? -preguntó Finn.

- Muy bien, voy camino al trabajo -respondió Rey -No debo llegar tarde.

-Entiendo -dijo Finn llevándose un bocado a las boca - ¿Y con Poe?

- ¿Qué?

- ¿Cómo va todo con Poe?

-Va... bien - respondió Rey -Muy bien de hecho.

-Espero sea cierto -dijo Finn -Anoche se la pasó bebiendo y quejándose -al escuchar eso Rey se puso un poco sería, le dolía saber que le hacía daño a Poe, pero en esa circunstancia no podía terminar con él y menos con el capricho de Ren al pedírselo.

- ¿Qué dijo? - preguntó Rey en voz baja.

-Solo tonterías, pero aun así eran quejas.

- Lo lamento.

-No te preocupes por eso, solo trátalo bien.

-Eso haré -mintió Rey tras un suspiro.

La mesera depósito unas bolsa de papel y un basó de cartón con su café sobre la mesa. Rey agradeció y le dio una sonrisa a la mujer.

-Es hora de que me vaya.

Finn asintió, Rey tomó sus cosas y se despidió de su amigo agitando la mano.

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Rey estaba sentada en su escritorio. Tenía muchas cosas en la cabeza, entre su aventura con Kylo y su relación con Poe no sabía qué hacer. Estaba totalmente confundida, "Tal vez si debería terminar con Poe", pensaba, "pero tampoco quiero que Kylo piense que voy a obedecer sus caprichos". Miró alrededor para ver como trabajaban los artistas, suspiró ampliamente y se puso de pie, acomodó su falda.

-Saldré un momento - advirtió a los hombres y mujeres que formaban su equipo de trabajo -. Continúen con el paisaje trasero, cuando vuelva continuaremos -ordenó.

Salió del taller y se dirigió al baño, estaba completamente sólo. Rey se paró frente al espejo, se miró unos segundos, abrió el grifo de los lavabos y colocó sus manos en el chorro del agua. Veía como se le escapaba entre los dedos, volvió a espejo y suspiró. Se lavó rápidamente el rostro, debía refrescarse para continuar su jornada. Se secó con las toallas de papel y salió al pasillo.

Mientras caminaba de regreso al taller vio como Kylo salía de las salas de juntas. Sus miradas se cruzaron, Rey se quedó estática, sin decir nada. Él se acercó a ella y la tomó del brazo, miró alrededor, sólo estaban ellos. Rey estaba confundida. Ren la llevó hasta un cuarto de servicio, hizo que la chica entrará, después entró él asegurándose de que nadie los hubiese visto.

Ren comenzó a besarla con desesperación, sujetaba el rostro de Rey contra el suyo, la chica forcejeo un poco para que le permitiera respirar.

- ¿Qué sucede, Kylo? -susurró Rey.

-Te necesito, ahora- le dijo al oído. Ella sabía a qué se refería.

El hombre la sentó cobre una mesita de madera que estaba en el cuartito. Le quito de un tirón su braga y la arrojó al suelo. Se besaban repentinamente mientras el desabrochaba su pantalón y sacaba su miembro.

Rey tragó saliva. Sentía la adrenalina del momento. Le aterrada que fueran descubiertos.

Kylo introdujo su miembro en la chica, ella lo abrazó don sus piernas, dejó salir pequeños gemidos, él la besó pasa hacer el menor ruido posible. La cargo y recargó en la pared libre, ella lo abrazaba por el cuello, no despegaba sus labios de los de Ren más que para respirar.

Él llegó al clímax, pero continuó para complacerla a ella, al cabo de unos segundos ella lo alcanzó. Dejó salir el aire de sus pulmones de golpe, como si le hubiesen pegado en el estómago.

Ren regresó a Rey a la mesa, la sentó delicadamente, aún estaban agitados. Trataban de tranquilizarse mientras se arreglaban la ropa.

-Me puedes dar mis...- dijo Rey señalando a su braga.

Él obedeció, y sonrió mientras Rey arrebataba la prenda de su mano. Ren se rio burlonamente. Rey siseo para callarlo, no quería ser descubierta con su jefe.

- ¿Qué ocurrió? -preguntó Rey en voz baja.

Ren la miró y arquero la ceja, Rey suspiró.

-No te conozco tanto, pero sé darme cuenta cuando algo anda mal -dijo Rey mientras colocaba las manos entre sus piernas y se encorvaba.

-Estaba estresado -respondió Kylo mirando a la puerta dándole la espalda -Resultado de una larga reunión de negocios.

Rey torció la boca y miró al suelo, se sintió utilizada. Bajó de la mesa. Volvió a arreglar su ropa, inspeccionó su cabello y fue hasta la salida. Tomó la perilla y la giró para abrir la puerta levemente, antes de abrirla por completo dijo:

-Que hagamos esto no significa que me puedas utilizar para quitarte el estrés cuando quieras -ahora lo sabía, si Poe supiera lo que hacía con Ren, seguramente se sentiría como ella en ese momento.

Salió del cuarto y caminó y unos pasos. El pasillo continuaba igual de solitario que unos minutos atrás. Ren salió tras ella, dio largas zancadas hasta llegar a su lado, caminó junto a ella.

-Lo siento -dijo sin mirarla. Esas palabras no hacían que se sintiera mejor.

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Ren la acompañó por el pasillo que daba a al taller de Rey. Caminaban en silencio. Rey no quería hablar, ahora tenía mucho más en que pensar.

Sin que se dieran cuenta, Hux los observaba. Arquero la ceja, se preguntaba porque estaban juntos en ese momento, si Ren no se codeaba con sus empleados, a menos que fuera necesario.

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