19
Han Solo, conocido contrabandista. Uno de los mejores decían aquellos que lo conocían. Sé retiró de sus turbias negociaciones al conocer a su esposa. A pesar de eso muchos lo buscaban para realizar tratos con él. Tratos a los que se negaba a participar por el bien de su familia.
Un día, lo contactaron, era Jabba, su antiguo jefe. Le pedía un favor. Debía llevar a unas personas en su viejo avión de carga, se lo pedían como un favor masa que de negocios como de amistad. El accedió ya que su viejo amigo Lando iba a ser partícipe de tal acto.
- Así nos podemos cuidar más espaldas.- le dijo Lando con su pícara sonrisa.- sé que no tengo que pedirte que lo hagas, no eres la clase de persona que se queda a cuidar de un adolecente malhumorado.
- Tienes razón, pero…- meditó unos segundos su respuesta -Aunque siempre he sido un pésimo padre, Leia y Ben me necesitan.
- Sólo un viaje por los viejos tiempos.- sugirió Lando -Vamos, recogemos a la esposa y a la hija de los moradores y las traemos aquí. Termina nuestro trabajo y nos pagan. Han se quedó pensativo, no podía arriesgarse tanto por un trabajo que probablemente le iba a quitar todo, sin embargo el instinto de aventura fue más fuerte que su instinto como padre.
Iba a ser siempre igual, un lobo aventurero en busca de nuevas cosas, nuevas experiencias, ahora no solamente lo iba a ser por la paga sino por hacer el favor a su antiguo socio Jabba del Clan de los Hutt.
El trabajo Fue como se planeó entraron y salieron sin ser detectados, dejaron a las mujeres en la ciudad en la que vivían Han y Leia, donde habian formado una familia y un hogar. El secreto de quiénes eran esas mujeres se lo guardó hasta el día en que su hijo llevó a la hija de los moradores para presentarla como su novia y después como su prometida, cuando supo que formaría parte de su familia debía informarle a su esposa quiénes eran y qué es lo que había hecho para ocultarlas de los carteles enemigos.
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Había pasado el tiempo y Jabba volvió buscar a Han, esta vez tratando de chantajearlo para que hiciera un nuevo trabajo. Amenazándolo con delatar a su nuera a los carteles enemigos para que acabaran con ella, con su hijo, con su esposa, en resumen con toda su familia. Para hacer crecer la amenaza secuestro a Leia.
No iba a permitir que eso ocurriera, sin embargo no podían ir a la policía . No debían hacerlo, solamente iban a hacer crecer el problema y acortar el tiempo que tenían para salvarla, decidió acudir a su cuñado y a sus dos amigos landó y Chubaca y por supuesto a los Kenobi.
En poco tiempo idearon un plan para rescatarla sin arriesgar a su hijo y a su nuera. Todo marchó al pie de la letra sin embargo no contaban con que el líder de los moradores de las Arenas estaba involucrado, las cosas comenzaron a ir de mal en peor. Leia tuvo que tomar la decisión asesinar a líder de los Hutt. Creyeron que también el líder de los moradores había muerto, pero no fue así, solamente fue gravemente herido y no supieron que había sobrevivido hasta el día en qué estaban teniendo una platica placentera en una cafetería en medio de la ciudad charlando sobre el pasado.
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-¿Quiere venganza o algo Así?- preguntó Rey sal no saber como iba a ayudar a su familia. Ella era una artista, no peleaba ni hacía cosas violentas. ¿cómo iba a ayudar a alguien siendo como es?
-Es lo que suponemos.- Respondió Obi-Wan – No sólo por lo que le hicimos a él.
- la muerte de Jabba trajo perdidas millonarias a contrabandistas de especias, caza recompensas y muchas personas más. Después de cinco años creímos que todo se había olvidado.
-Esas cosas no se olvidan.- dijo Luke pensativo.
- Por ahora debemos desaparecer.- las palabras de Satine sonaron serias -Nadie sabe que estamos aquí, así que no te afectará, hija. Nuestro avión sale en la mañana. Luke, Leia. Vengan con nosotros.
Leia asintió, Luke no hizo nada.
-Y tú, hijo. Deberías ir con Tahiri, si su padre la encuentra… no sé que pasará. Debes cuidarla como has prometido.
-y así será, madre.- Respondió serio.
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Por la madrugada todos dejaron a Rey sola en su departamento. No sabía si hacía bien dejando a sus abuelos solos en esto ó no. Tampoco sabia como iban a afectar estos hechos su relación con Kylo Ren. Ahora sólo debía continuar su rutina, no llamar la atención y esperar.
El tiempo comenzó a pasar, no tenía mensajes de sus abuelos o de Kylo. El año que había prometido trabajar en esa ciudad estaba llegando a su fin. Ni ella, ni Ren se enviaron mensajes. Tal vez, por el momento, era mejor así. Y si no llegaban a tener una relación, sería mejor, no tendrían que dar largas explicaciones a sus familiares, ni excusas tontas. Aunque Claro, tenían una justificación: el cariño que una vez sintieron en su infancia creció.
Rey permanecía supervisando su última producción. Al día siguiente regresaría a su departamento. Todos lo sabían, incluso algunos de los pintores le dieron algún obsequio de despedida.
-Y esto es todo.- dijo ella mirando el último cuadro, un bello paisaje nevado, con grandes cuevas -Con esto terminamos la producción.- aplausos sonaron en toda la sala, Pashma estaba entre los trabajadores.
-Muchas felicidades a todos, y gracias por su arduo trabajo.- dijo la rubia a todos los presentes -Creo que no hablo sólo por mi al decir que me gustaría que estuvieras más aquí.- dijo a Rey.
-Lo sé, pero debo regresar a mi hogar. Debo decir, que me la pasé maravillosamente aquí y que extrañaré a todos y cada uno de ustedes.
La despedida duró un par de horas, le hicieron una pequeña fiesta. Trataba de parecer feliz con el detalle pero pensar que regresaría y vería a Ren después de una charla tan tenebrosa sobre carteles del crimen y no saber nada de él en meses la hacía temblar. Trataba de pensar que todo estaba bien, que estaban a salvo. Tampoco sus abuelos se habían comunicado con ella, aunque seguía recibiendo el dinero que le enviaban mes con mes, por lo menos eso le aseguraba que estaban bien.
Se despidió de todos en la reunión, y fue directo al que había servido como su casa por un año. Entró como siempre, pero ahora no fue recibida por su conejo Kylo. Dejó sus cosas sobre la mesa más cercana y fue a buscarlo. Notó que su estudio estaba abierto, suspiró pensando que de nuevo había comido pintura. Buscó su teléfono para llamar al veterinario en caso de que fuera necesario.
Cuando entró se encontró con alguien que daba la espalda a la puerta. Este era alto con cabello corto color negro. No lo conocía. Sé quedó petrificada.
-¡Vaya! Pero si ya llegó tu dueña.- dijo el hombre que traía cargando al conejo.
-¡Tú … tú ¿Quién eres?!
- No me conoces niña…
- Eso es un hecho.
-Mi nombre es Rotta, Rotta The Hutt.
Al escuchar ese nombre sintió pánico, uno que no había sentido nunca. No sabía de lo que era capaz el líder de un cartel criminal. Él caminó hasta ella, se agachó un poco para mirarle bien la cara. Rey tragó duro, puso mirada firme, no debía demostrar que tenía miedo.
-Eres muy bonita.- susurró mientras acariciaba su mejilla, Rey trató de no temblar -Tengo malas noticias para ti. Serás mi prisionera hasta que encuentre a tu familia.
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Notitas llenas de Love.
Ya lo sé, lo sé. Esto tomó un cambio muy radical 😓😓. No me arrepiento de nada 😅😅. Espero que sigan disfrutando de esta historia 😁😁. Y como me tardé un poco en subir el capítulo les traigo una sorpresa. Tan tan tan..... es el primer capítulo del nuevo fanfic que estoy escribiendo u se los dejaré aquí abajo. ↘⬇↙
Capítulo 1
Era su primer día en la Academia Jedi del maestro Luke Skywalker. Se sentía desorientada, todos la veían como a una extraña, después de todo era muy raro ver a alguien sensible a la fuerza que proviniera de Jakku. Caminaba por el predio de la Academia, nunca había visto un lugar así, parecía tener todos los ecosistemas juntos en un solo planeta, con áreas boscosas de un lado, selva del otro, y unas pradera llena de flores de todos colores que era atravesada por un río. De todo, eso fue lo que más llamó su atención. Se quitó las botas que le habían dado en la Academia y corrió hacía el verdor. Quería sentir esa sensación en sus pies desnudos. Mientras corría reía, aunque dentro aún le dolía haber dejado aquel planeta desértico, donde la habían abandonado. Sin darse cuenta tropezó con alguien que descansaba en la hierva, haciéndola caer y a esa persona, creándose un gran dolor en la cabeza.
De inmediato, el muchacho se incorporó. Tomó asiento en su lugar se sobó el golpe y miró con molestia a la niña que yacía acostada sobre la hierva, aún seguía riendo. Se puso se pie y limpió su ropa.
-¡Ten cuida mocosa!- le gritó a la niña.
-Lo siento,- dijo con su voz infantil –no te vi.
El muchacho se puso de pie, acomodo su traje tradicional blanco, y su trenza que lo identificaba como padawan. La niña se asombró al ver como el mango de un sable de luz colgaba de su cinturón.
-Woa…- dijo la niña mientras sus ojos se habrían de par en par. El chico notó eso, soltó una risita santurrona.
-Pareciera que nunca hubieras visto el césped.- dijo él.
-Nunca lo había visto, vengo de Jakku.- él se sintió un poco mal por su comentario anterior. Sabía por sus padres que ese planeta era un enorme desierto.
-Y… ¿que te pareció?- preguntó, debía ser amable ahora.
- Creo que es mi nuevo color favorito.- dijo mientras recolectaba algunas flores. Tomó una que se distinguía de entre todas, tenía unos pétalos que de negro pasaban a púrpura. Se la ofreció al chico. – Ten, es para pedir disculpas.- él la tomó, un pequeño rubor creció en sus mejillas.
- Gracias.
El sonido de una campana se comenzó a escuchar, ambos voltearon en dirección a la Academia y sus viejas estructuras, era hora de regresar. Caminaron juntos, la niña traía entre sus manos las florecillas que había recolectado y el chico traía las suya atorada en la ebilla en su cinturón, justo a lado de su sable. Un hombre mayor los esperaba. Miraba atento al par, parecen hermanos, pensó, sin duda les espera un destino juntos.
-Buenas tardes, joven Solo.- dijo el viejo.
-Buenas tardes, maestro Lor.- el muchacho se inclinó en señal de respeto.
-Veo que ya conociste a tu nueva compañera.- miró hacía la niña y le sonrió. Esta le dio un par de flores al viejo, el las recibió con gusto. -Su nombre es Rey. Y es hora de que se vaya a preparar para dormir.
-Si, maestro.- dijo la niña mientras caminaba en dirección a sus botitas.
-¿Cuántos años tiene?- preguntó el muchacho. Al viejo le intrigada el interés que tenía por la pequeña niña.
Ambos observaban como la pequeña se sentaba sobre el suelo y procedía a ponerse sus botas.
-Cinco años, la descubrí en Jakku. Sus padres la abandonaron al ver que era diferente. Ellos ignoraban sobre la existencia de los jedi, al ver sus habilidades decidieron deshacerse de ella.- lo miro fijamente, el muchacho la veía con curiosidad -Sus padres no son como los tuyos, joven Solo, trátala bien, hazme ese favor.
-Lo intentaré.- respondió, le sonrió a Lor San, y comenzó a caminar en dirección a su cabaña.
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A la mañana siguiente, la pequeña Rey se puso de pie y fue directamente a la ducha, sentía como el agua caía en su pequeño cuerpo. Nunca creí poder bañarme así, pensó mientras cerraba la perilla.
Fue de inmediato al closet que estaba repleto de trajes iguales, para su entrenamiento. Tomó uno y se comenzó a vestir. Cuando terminó escucho como tocaban la puerta de su habitación. Era Lor San Tekka, quien iba por ella para presentarla formalmente al grupo.
-¿Todo listo?- preguntó el hombre.
- Sí.- salió animada, y comenzó a seguirlo.
-Como te dije al inicio, las reglas son básicas, no puedes salir del área de la escuela, tienes que estar lista antes de las ocho de la mañana, hora estándar. Entre otras cosas que poco a poco irás aprendiendo.
-Entiendo.
-Tampoco seas tímida, ¿recuerdas que te dije el día que te conocí?
-Si.- dijo la niña mientras veía cada detalle de la vieja estructura -Dijo que todos aquí eran mi nueva familia.
-Exacto.- respondió el con una sonrisa en los labios.
Entraron a un gran salón, donde habían varias mesas. En ellas estaban sentados varios niños de diferentes especies. No sabía de que planeta eran cada uno de ellos, a su corta edad no sabía distinguirlo. Se sorprendió al verlos, pero tuvo la prudencia de no dejarse sorprender tanto, no quería parecer grosera. Una mesa en especial llamó su atención, estaba el chico del campo de flores sentado, comiendo, rodeado de otros seis estudiantes. Quiso ir con él, pero Lor no se lo permitió, debía conocer a su maestro, el famoso Luke Skywalker.
Continuaron caminado hasta llegar donde un hombre con una enorme túnica, este volteó en cuanto lo llamo Lor. Al verlo Rey continuó con su asombro al encontrarse con esos hermosos ojos azules, a pesar de ser mayor seguían manteniendo un toque de inocencia. La niña abrió la boca, estar en presencia del famoso héroe de la Resistencia era algo que ni una niña podía asimilar.
-Es ella ¿cierto?- dijo el maestro Skywalker.
- Así es. La fuerza es intensa en ella.- dijo Lor mientras colocaba su mano en el hombro de la niña.
-Bienvenida a tu nuevo hogar Rey.- dijo Luke mientras extendía su mano, la niña la tomó. Luke la dirigió hasta el centro del salón. Se aclaró la garganta, todos callaron y prestaron atención -Buenos días a todos -dijo mirando fijamente a su sobrino, después desvió la mirada -, el día de hoy se une a nosotros Rey, la más pequeña de nosotros, y espero que la traten del mismo modo que a los mayores.
Al terminar, todos regresaron a lo suyo. Luke dejó sola a la niña en medio de todos. La niña fue a una mesa que se encontraba vacía y tomó asiento. En cuanto lo hizo un droide le sirvió sus alimentos, en seguida comenzó a comer sintiendo el cosquilleo que le provocaba la comida Real, aquella que no sólo eran porciones que se tenía que ganar intercambiando viejas piezas de naves. Si alguien la hubiese descrito, habría dicho que un montón de estrellas salían de sus ojos.
A lo lejos, el joven Solo la miraba, y sonreía encantado al ver las reacciones de la pequeña niña. Bajaba la mirada para simular aquella sensación de gracia que generaba en él. Una de sus compañeras, twi’lek, lo notó, y golpeó su hombro para burlarse de él.
- Ya noté que te gusta la pequeña Rey.- le dijo en el oido.
- No bromees con esas cosas, Nefereth. Es sólo una niña.
La twi'lek se burló de él. Sus lekku se movieron al compás de sus risas.
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Al terminar de comer, Lor fue donde la niña, y la dirigió hasta un salón de entrenamiento. Comenzó a darle clases personales para ponerla al corriente. Debía alcanzar el avance de todos en poco tiempo para incorporarse al grupo. Mientras le enseñaba posiciones de batalla, le daba lecciones De historia y filosofía jedi. La niña, a pesar de su edad, comprendía rápidamente todo lo que le enseñaban.
En el umbral de la puerta, se encontraba una mujer recargada, está miraba atentamente el entrenamiento de la niña.
-Lor.- el hombre volteó y se inclinó al verla, está sonrió e hizo una movimiento con la mano. Se incorporó.
-Miss Jade.
-¿Esta es la nueva niña?- lo vio por encima del hombro de Tekka.
- Así es.
-Si no te molesta, me gustaría encargarme yo de ella.
-¿Está segura, Miss Jade?- cuestionó él hombre dudando.
-Claro que sí.
Rey sólo observaba a los adultos hablar. Tardaron un poco, por lo que decidió tomar un báculo y comenzar a practicar algunos de los movimientos que le acababan de enseñar. Ambos la vieron, y Lor, resignado decidió dejar que la pelirroja enseñará a la niña.
-Rey.- la niña se detuvo al escuchar su nombre. Caminó hasta el origen de la voz – Esta es Mara Jade, ella te enseñará en mi lugar.- Rey asintió -Has caso a todo lo que te diga.
Al terminar de decir esas palabras, el hombre tomó su capa, se la colocó y salió del salón.
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Este apenas está en proceso, quiero terminarlo antes de comenzar a subirlo para que no me pase lo mismo que en otros proyectos. Espero que este avance les haya gustado, espero sus comentarios como siempre.
Recuerden que los/las quiero con todo mi corazón ❤❤❤ y que la fuerza los acompañe.
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