I'm fine

Las clases se cancelaron por una semana por obvias razones, no hable de lo sucedido y hasta donde mi hermana sabía yo solo me quedé oculto para no provocarle un infarto.

Pero la escuela como linda que es nos hicieron tomar terapia con psicólogos especializados en trauma... vaya mierda.

—Puedes quedarte otro día más si quieres —me dijo mi hermana.

Negué desayunando unos chilaquiles.

—Yo no me siento muy bien, quédate a cuidarme quieres —insistió Dani que había estado como chicle a mi toda la semana.

—No —besé su frente— escuchen entre más me tardé entre se me hará más difícil, además hoy regresan Xim y Aslan así que estaré bien.

Mi hermana aceptó para besar mi mejilla, al dejarme se podía sentir una vibra muy distinta.

Nos hicieron entrar por la entrada principal por lo que bye a mi rampa favorita.

Al llegar ya estaba león peleándose con el policía de la entrada.

—No me lo voy a quitar es mi aparato auditivo me viene valiendo verga si suena su estupida máquina —gruño.

—Que también me van a quitar mi silla —señale arqueando la ceja.

El policía suspiró para dejarnos entrar.

—Espero no traigas un arma —bromeé.

El chico solo puso los ojos en blanco.

—Aún no estas para bromas, entiendo —asentí.

Xim llegó para abrazarnos a ambos.

—Ah me alegra verlos —dijo sin soltarnos— ya fueron con la psicóloga, es muy linda.

Ambos negamos... grave error pues nos obligó a ir casi a rastras... bueno a mi a empujones en realidad.

—Aslan que bueno que te veo —dijo el psicólogo habitual de la escuela— estaba por ir por ti.

—Púdrase —gruño molesto.

—Igualito a tu padre —negó— venga te ganaste una cita conmigo gracias a tus lindas palabras.

El hombre se llevó a león, me quedé afuera esperando con Xim a mi lado.

—¿Hablaste con tu hermana de lo qué pasó? —me preguntó.

—No se debe enterar nunca me oíste —la miré serio.

—Andy...

—Ves es por eso que no te cuento nada —me queje.

La chica bufó para poner los ojos en blanco.

—Ya me acorde porque estaba molesta contigo —gruño

—Y yo porque no te cuento nada —bufé

—Claro no fuera Aslan porque a él todo le cuentas gruño, Aslan esto, Aslan aquello... todo Aslan —dijo en un ataque de celos.

Me empecé a reír un poco lo que hizo que me llevara un golpe.

—Acaso son celos lo que escucho yo —añadí burlón.

—No... —dijo cruzándose de brazos.

—Estas celosa de mi relación con leoncito —insistí.

—Tal vez —bufó— porque a ti si te cuenta todo y a mí no...

—Pues... compartimos traumas supongo —me excusé.

Ella bufó, como le decía que cuando estaba a su lado sentía que podía confiar en alguien.

La puerta de la oficina se abrió dejando salir a Klaus con la psicóloga con una paletita en mano.

—Perra —sonrió para abrazarme —me alegro de que vengas es la mejor y si te portas bien te llevas una paletita.

—Tentador —dije burlon.

—Pasamos —sonrió la mujer.

Una mujer muy linda de cabello semi rubio y ojos azules preciosos, estaría en sus casi cuarenta pero estaba muy bien cuidada.

—Hola Ander, soy Sunshine Jones seré tu psicóloga por este tiempo te parece — dijo con una sonrisa.

—Es más a la fuerza pero ya que —bufé.

—Ya veo, no te gusta mucho los psicólogos no es así —trato de empatizar— según tus reportes llevas cuatro en él último año.

—No soy muy fan de que critiquen mi vida —señale— o peor aún chismoseen en ella.

—Entiendo, yo misma me uní a esta carrera porque el chisme es mi pasión —asintió— pero ve esto como una charla te parece.

—Si sabe que ya pasé por cuatro psicólogos estoy seguro que ya se leyó mi historial como si fuera novela de Wattpad —murmuré.

—Los expedientes me dicen que has vivido pero no me dicen lo que has sentido —explicó m— tal vez es lo que te hace falta, que los saques de ti.

Me empecé a reír ligueramente

—No se porque todo el mundo cree que estoy mal —dije mas para mi.

—Bueno pues porque por lo que has pasado no han sido cosas fáciles —insistió— y te dire algo... es perfectamente normal sentirte mal por lo que te pasó, pero eso no te debe encasillar.

—Soy el chico en la silla  de ruedas viviré encasillado en este posición —confronte la realidad.

—Solo si te ves así —negó.

—Es una realidad —asentí— soy el chico en silla de ruedas pero y que... no hay nada de malo en eso.

—Me gusta esa actitud—sonrió— cuéntame... cómo fue para ti perder la movilidad de las piernas.

—Una mierda —me abrí sin pensar— pero si quiere un recuento de mis traumas, si mi padre murió y yo me quedé en silla de ruedas, nos mudamos a un nuevo país dejando atrás todo... mi madre nos abandonó y recientemente murió y a unas semanas de eso un maldito demente entró a la escuela y me apunto a la cabeza... vaya trauma no cree

—Debió ser aterrador...

—No lo fue —negué sin pensarlo.

—Yo estaría aterrada —afirmó.

—Porque le teme a la muerte, si has estado tantas veces cerca de ella como yo dejas de temerle... tarde o temprano, al final todos vamos a morir —cuestione.

—Sabes el miedo es un sentimiento de supervivencia estoy segura de qué tal vez no tenías miedo de morir... pero no te engañes tenías miedo de algo no es así —me miró.

Me quedé pensando.

—Tenía miedo de mi hermana... de como seria tener que soportar una muerte más, la manera en la que le afectaría a mi hermanito saber que mori, de que mi mejor amiga me viera con el cerebro de fuera —explique para recaer en un punto y empezar a reír— de darme cuenta que estoy jodido por un chico del que mi mejor amiga está enamorada y no haberle dicho —asenti riendo— que ironía no... estaba por morir y yo solo pensaba que me encantaba el chico a mi lado.

La psicóloga sonrió con calma.

—Así que estás enamorado —sonrió ella— cuéntame más de este chico.

—Mm prefiero hablar del adolescente traumado que casi me mata —afirmé.

—Si quieres, puedes hablarme de todo lo que tú quieras —me sonrió— pero algo me dice que tienes más que decirme de este chico más que del otro.

—No, se equivoca —negué.

—No te forzaré Andy, pero quiero que sepas que es un lugar seguro, nada de lo que hables saldrá de aquí así que si no estás seguro de querer hablar conmigo ahora ten la seguridad de que estaré aquí para escucharte —me reconfortó.

Asentí pensándolo bien.

—No es correcto... salir con la persona que le gusta a tu mejor amiga —señale— me gusta... pero a mi mejor amiga también y no quiero lastimarla.

—Así que decides lastimarte a ti —señaló sabía.

—Es más fácil así no es así —dije riendo— y quiero que sepa que diga lo que diga no voy a traicionarla.

—Eres un buen amigo Ander —me sonrió— lo único que te dire en vista de que no quieras mis magníficos consejos es que tengas cuidado, tal vez tu cerebro diga que está mal... pero esta claro que el que manda es tu corazón.

Suspiré para asentir

—Ya me da mi paletita —pedí.

—Claro que si —asintió dándomela— vuelve cuando quieras de acuerdo, después de la segunda sesión subimos a gomitas.

Asentí para salir donde ya me esperaba Xim , casi al mismo tiempo salió el león

—¿Cómo les fue? —preguntó animada

—Una mierda —dijimos al unísono.

—Ahh si están igual de traumaditos —asintió

Asentimos para irnos, se sentía incómodo todo el ambiente... tenía razones

Al parecer que un psicopata entre a la escuela y casi nos mate no era suficiente como para cancelar las terapias.

—Ander Macotela, al parecer sigues con vida —dijo Dana mi Twin de silla— mas te vale aún no te he ganado en las carreras.

—Claramente —asentí— quieres la revancha.

—Obviamente —gruñó— hola cara bonita.

—Dana —saludó Cas asintiendo, no se llevaban muy bien.

—Carol prepara la pista quieres —le dijo Dana a su Carer.

—No, la última vez nos regañaron a nosotros por dejarlos —se cruzó de brazos.

—Por favor una última —insistió la rubia.

Como siempre Carol cedió ante su encanto... no puedo decir lo mismo de mi y el león, el siempre se negaba a mi encanto.

Prepararon la pista para la carrera.

—Sin hacer trampa —le miré— te aprovechas de mi solo porque a ti si te funciona una pierna —me quejé.

—Necesito algo de ventaja contra experiencia —guiño.

Y es que ella tenía una hemiplejia lo que significa que la mitad de su cuerpo no funciona pero la otra si.

Tal vez su silla era eléctrica pero no iba a ganarle a mis bracitos.

—Bien en sus marcas... listos... fuera —dieron inicio.

La cancha de básquet media casi once metros pero por el metro cinco se me empezó a cerrar la chica con su súper silla

—Ah no esta ves no —gruñi

Traté de separarme pero solo logré que mi silla se atorara con la suya y al tratar de separarme el peso me ganó por lo que terminé cayendo

En el suelo empecé a reírme para reincorporarme, la chica llegó a la meta riendo.

El León llegó a mi ayudándome a sentarme en la silla

—¿Estas bien? —me preguntó preocupado

—Lejos de que perdí estoy bien —dije riendo.

—Estas loca Dana pudiste lastimarlo —le gritó el león enojado.

—Tranquilo cara bonita el niño está bien —dijo calmándolo.

—No gracias a ti —gruño.

—Ey león estoy bien —insistió.

El blanquito bufó, los demás chicos entraron para empezar la terapia.

El león no habló conmigo en toda la clase y estaba visiblemente molesto... más de lo normal.

Mientras nos cambiábamos rompí el silencio

—Ey cual es tu problema —hable— sólo era un juego

—Si uno en el que pudiste salir herido —contestó molesto— sabes... eres muy egoísta.

—De que hablas  —dije confundido.

—Tu... debiste de dejar que te cargara y te sacara de ahí —sacó el tema molesto.

—Me vas a reprochar eso bien yo también puedo... debiste salir de ahí con Ximena —gruñi—  pero no lo hiciste... no lo hiciste porque quieres morirte no es así.

—A que viene eso —gruño.

—Tu mismo me lo has dicho, estás tan aferrado a eso que estabas dispuesto a morir ahí para irte con papi no es así —me exalte— me dices egoísta... pero ni siquiera consideraste que hubiera pasado si ese loco si te mataba a mi lado.

El chico se acercó a mí para jalarme de la playera y atraerme.

—Yo solo trataba de protegerte —dijo entre dientes— tu madre tenía razón... las personas se mueren a tú al rededor... y es tu culpa.

—Entonces muérete de una vez que al fin y al cabo es lo que quieres no —dije empujándolo para que se alejara de mi— ve con papi y hazle un favor a todos.

El chico levantó el dedo medio para irse.

No sé qué había pasado... o porque habíamos dicho lo que habíamos dicho.

Solo sabía que la habíamos cagado... y tal vez no había vuelta atrás.

Al menos ya no me preocuparía por hacerle daño a Xim... como siempre solo me había hecho daño a mi

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