Closeteros
Aún recuerdo cuando Jason y yo empezamos a salir, éramos unos niños apenas que no sabían nada de relaciones, menos lo duro que sería salir como pareja gay frente al mundo y aún con eso no me arrepentiría nunca de haberlo hecho.
Sin embargo con Leon... joder tenía tanto miedo, no es que el hecho de que ahora salir cambiara nuestra relación, ni siquiera el miedo de lo que dijeran los demás eso me venía valiendo madres... excepto una persona... mi chica, estaba aterrado de que me descubriera.
Habíamos sido súper discretos y aunque según Xim ya éramos amigos otra vez se me hacía un hueco en el estómago cuando estábamos los tres juntos.
—Esperas a alguien —dijo león susurrando en mi oído.
—Claro un chico blanco medio culon, algunos dicen que es guapo pero ciertamente muy impuntual —me queje esperando en la rampa.
—Ah yo también busco a alguien, es más o menos de este tamaño —señaló mi altura que era cerca de su hombro— y sumamente molesto.
—Eh solo soy chaparro por la silla pero en la cama no soy tan pequeño —me queje
Realmente no lo era, estaba en mi uno setenta y crecería más probablemente.
—Si tu lo dices —murmuró empujándome para subir.
—Que no hay besito para mi —me quejé.
—Estamos en la escuela —señaló lo obvio.
—Pero quiero un beso —me quejé.
—Y yo estabilidad emocional pero no todos tenemos lo que queremos —se burló.
Gruñi para cruzarme de brazos.
—Y si vamos a la biblioteca...
Vi su cara juzgándome sobre mi.
—Mal lugar —bufé— qué tal el elevador.
Otra mirada más... no había lugares buenos en este lugar.
—Bueno me vas a cojer en algún momento o...
—¿Quién te va a cojer? —preguntó Xim llegando
—Tu hermano —respondí molesto.
Elle me pellizco molesta.
—Auch —me queje— pues tú preguntaste.
La morena negó para abrazarnos a los dos.
—Me alegro tanto de que estén juntos otra vez —dijo ella aferrada al abrazo
—Que... no estamos juntos —dije nervioso
—Se refiere a que ya no estamos peleados idiota —me corrigió el león.
—Ah eso si —asentí— ni que pudieras estar conmigo soy mucho para ti.
—Quisieras —remarcó.
Xim negó riendo para dejarnos solos.
—Si sigues así nos atraparán —me golpeó la cabeza
—Me agarró desprevenido pero no volverá a pasar —asentí— entonces lo de cojerme...
—No empieces de urgido —me regaño— además el doctor dijo que nada de esfuerzos pesados aún te estás recuperando
—Pues que planeas hacerme —dije poniéndome rojo.
El león se puso rojo dándome una mirada pícara para reírse e irse dejándome atrás.
—Aslan que planeas —lo seguí.
La clase era demasiado aburrida y estaba seguro de que el león coincidía conmigo pues estaba más centrado en su teléfono.
Decidí ponerme un poco juguetón presionando su pierna para ir subiendo, una sonrisita burlona se hizo para detener mi mano y sostenerla.
—¿Qué haces? —preguntó apartando mi manita riendo
—Nada solo estoy aburrido —sonreí— y dado que tú no puedes hacérmelo a mi no veo porque no.
El chico solo sostuvo mi mano durante la clase, al salir del salón tomó el control de mi silla
—Eh qué haces —me queje
—Vamos al baño —dijo empujándome
—Pero no tengo ganas —reclame confundido.
—Si, si tienes — insistió.
—No claro que no —negué
El blanquito solo puso los ojos en blanco a lo que entendí.
—Claro que tengo que ir al baño —asentí.
Las ventajas de estar en el programa especial es que teníamos nuestro propio baño, y claro está el que era para los de silla de ruedas eran más amplios.
Nos metimos al baño a lo que Cas empezó a desabrochar mi pantalón.
—Sucio león —dije gustoso— me encantas.
—Más te va a encantar lo que te voy hacer —me guiño.
El chico me bajó los pantalones para sentarse en mis piernas y empezar a besarme.
—Hay que ponerte caliente un poco —señaló
—Pero si caliente ya estoy —asentí
Después de comernos el león fue bajando poco a poco hasta llegar a mi pene.
—Comí piña ayer —le guiñe.
El blanquito sonrió me gustaba verlo desde arriba pero verlo abajo me gustaba más.
—Todo bien chicos —interrumpió el entrenador Hale— que hacen los dos en el mismo baño.
—Yo... tuve un problema y Aslan me está ayudando —dije nervioso
—En que te esta ayudando Ander —dijo sospechoso
—Tuve una incontinencia si, quiere detalles o seguir humillándome —me quejé
—No era mi intención tómense el tiempo que necesiten —nos calmó para salir.
Los dos suspiramos, para vernos, el chico se levantó.
—Que me vas a dejar así —me queje
—Si no te traigo pantalones nuevos sospechara —mencionó— será para después.
Bufé molesto para terminar en lo que el iba por los pantalones, al regresar no podía quitarme la molestia.
—Quiero más Aslan —pedi cambiándome.
—No es mi culpa, quien empezó con que fuera secreto —insistió cruzándose de brazos.
—Ya sé solo que... siento que estoy en el closet otra vez —suspiré— no es tu culpa solo... me siento así
El blanquito asintió.
—¿Que tal si te invito a comer hoy? —me animo.
—Me parece bien —acepte
El chico beso mis labios antes de salir del baño, me comuniqué con mi hermana para que no pasara por mi.
Andy 👨🏽🦽
Iré a comer con leon te veo en la tarde 👍🏽
Soso 🐻
Más te vale que sea comida y no a él 🤨
Andy👨🏽🦽
2x1 😉
No le pareció pues me llamó molesta, al final me dejó pues no le quedó de otra.
—Mañana es mi recital —dijo Xim mientras desayunábamos— y espero verlos ahí
—Claro que estaremos ahí —aseguré
—Gracias, es my importante para mí —sonrió mirándome— cariño porque traes otro pantalón
—No preguntes —negué avergonzado
—Se hizo pipí —añadió león riendo
—Oye —gruñi— no me exhibas quieres
—Es normal a todos nos pasa —me abrazó— me alegro así no seré la única que se orinó en los pantalones en la escuela.
Negué un poco avergonzado aunque era mentira si me había pasado varias veces, otro problema más de una mala médula.
Al salir de la escuela olvide mi teléfono así que volví por él para al volver ver a Xim hablándole muy cerquita a león para darle un beso en la mejilla e irse.
—¿Que te dijo? —pregunté confundido
—Nada importante —negó— nos vamos.
Asentí, grata fue mi sorpresa cuando llegamos al restaurante de su madre.
—Pensé que iríamos por hamburguesas —me quejé
—Soy pobre pero aquí como gratis —asintió orgulloso.
—Y tu mamá sabe lo nuestro...
—Tu le cuentas todo a tu mamá...
—Está muerta —le recordé.
El chico lo analizó bien para asentir
—Mi error —admitió— tu hermana los sabe no es así.
—Yup —asentí— tenía que asesorarme para salir contigo.
El chico negó para que entráramos al restaurante, ahí estaba el castaño del otro día.
—Que vivan los novios —dijo emocionado
—No que no se lo habías contado a tu madre —gruñi
—Acaso el tiene cara de mi madre —aclaró arqueando la ceja— y se supone que era secreto tío Eliot
—Lo siento mi niño me emocioné —se disculpó— venga la comida de hoy va por mi cuenta —dijo feliz
—Tu tampoco pagas la comida de aquí —le recordó
El hombre asintió, ciertamente era guapo.
Yo esperaba una mesa cualquiera, no creí que comeríamos en un area privada
—Quieres ocultarme también aquí —dije burlon
—Podemos comer afuera si quieres —arqueó las ceja
—A la mierda que no, sabes cuándo volveré a comer en un privado, nunca —dije pasándome a una de esas elegantes sillas.
Nos llenamos de un festín digno de nosotros dos.
—Podemos continuar con lo que dejamos hace rato como postre —sonreí pícaro
—No quiero darle porno a mi madre —señaló la cámara.
Mire la cámara para saludar y besar al castaño.
—Bueno ya nos exhibiste —negó
—Tarde o temprano iba a saberlo niño de mamá —me burlé.
La puerta se abrió dejando entrar a su madre
—Más temprano que tarde —susurre espantado
—Hola Andy cómo estás —saludó la madre de León— nos tenías muy preocupados.
—Ya estoy mucho mejor perdón por las molestias —me disculpé.
—Nos alegra que estes bien —dijo acercándose a su hijo— listo para irnos, puedes llevar a Andy si quieres
—No ire —afirmó jugando con su popote
—Aslan por favor —pidió susurrándole— ya lo habíamos hablado y prometiste que esta ves si vendrías.
El chico se limitó a bajar la cabeza y negar.
Su madre suspiró para besar su mejilla e irse.
Nos quedamos un momento en silencio
—¿A dónde no me quieres llevar? —pregunté rompiendo el ambiente
—Con mi papá —contestó como si nada.
Me quedé pensando un momento
—No me refiero a matarte —me calmó.
—Gracias a dios porque empezaba a tener miedo —suspiré— entonces a qué.
—Hoy es el aniversario de la muerte de mi padre, así que mamá siempre me lleva a comer a donde era su lugar favorito, básicamente hacemos las cosas que le gustaba hacer —explicó sin verme.
—Suena bien, porque no lo haces —dije confundido
—No me apetece recordar que ya no está —señaló mirándome— mamá puede hacerlo si quiere.
—Y dejarás que lo haga sola —insistí.
El blanquito me miró serio
—O podríamos ir a mi casa ya que está sola —me incitó acercándose para jugar con mi cabello
—Aunque me encantaría no me sentiría bien sabiendo que es en el aniversario de la muerte de tu padre —dejé en claro.
El chico bufó con molestia.
—Me vas a obligar no es así —señaló con molestia.
—Así es —asentí—así que vamos —apresuré.
El chico se resistió un poco pero ante mi encanto nadie.
Llegamos a una cadena de restaurantes de comida mexicana, un poco ofensivo contra mi cultura por esos benditos tacos con tortilla dura pero lo dejaría pasar.
—Este era el restaurante favorito de tu padre —dije asombrado
—Aja, también en uno de estos fue la primera cita de mis padres —asintió.
—Bueno seguimos en nuestra primera cita —le guiñe
El chico negó riendo, al entrar ahí estaba su madre sola.
—Hay lugar para dos más —dije acercándonos
La mujer nos miró para asentir y sonreír, estuvimos hablando por un largo rato sobre el padre de Aslan, un gran hombre al parecer que me hubiera encantado conocer, sin duda se hubiera llevado bien con mi padre.
—Me alegra de que estes saliendo con mi hijo —dijo ella.
Mire al blanquito que solo me dió una sonrisa burlona.
—A mi igual me alegra, tuvo que casi perderme para que reconsiderara sus sentimientos— le miré ofensivo.
—Ya está hablando de más mejor lo llevo a su casa —negó.
—Tranquilo mi hermana ya está por llegar ustedes tienen planes —asenti— gracias por las dos comidas señora Caswell
—Gracias a ti amor —dijo la mujer besando mi frente.
Aslan me llevó hasta la salida para esperar a mi hermana.
—Mierda olvide mi mochila —bufé mirando mis cosas.
—Sabes no pierdes la silla solo porque vas en ella —negó— ahora vuelvo.
—Que tal un besito para la espera —sonreí.
El chico bufó para dármelo, bien que quería.
—De saber que serías tan cursi y exigente me lo hubiera pensado dos veces —gruñó con molestia para irse
Mientras esperaba esa voz conocida me llamó.
—Andy... tu... —dijo la voz para mirarme con la boca abierta
—Mierda —susurre
Estaba muerto...
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