Viejos amigos

Si tuviera una moneda por cada vez que me han apuntado a la cabeza con un arma tendría dos monedas, que no es mucho pero es raro que se así, en mi mente no había miedo de morir... tenía miedo de que Ander lo viera, ya estaba muy traumadito no quería traumarlo más.

—Beck —me llamó el hombre frente a mí con la voz temblorosa.

—Soy Aslan Caswell —pronuncié mirando el coche de reojo— mi papá es Beck Jones.

El hombre frente a mí soltó una pequeña risita para bajar el arma y guardarla.

—Este no es lugar para ti niño, vete de aquí —ordenó pasando frente a mi, era pequeño.

—Vine a ver donde se crió papá —expliqué.

—A él no le gustaría que estuvieras aquí —señaló abriendo la puerta. 

—Si bueno a mí no me gustó que se muriera entonces creo que estamos a mano —aclaré.

El hombre soltó otra risa negando mientras abría la puerta de la casa

—No solo heredaste su rostro, también su encantador carisma —se burló— ¿vienes solo?

—Mi novio está en el auto —contesté mirando el coche. 

—Pues entren, este lugar no es bueno para ustedes —apuró— y mete el coche en la cochera si no quieres que te lo roben

Asentí, como dijo metí la vieja camioneta de mi abuelo para luego entrar a la casa con Ander que al parecer ni enterado de lo que había pasado hace unos segundos pues estaba jugando con su teléfono, al entrar la casa... se veía bien, siempre había imaginado otras cosa, pero era probable que la hubieran remodelado, las paleras eran de un tono cálido y los muebles parecían ser nuevos, todo estaba completamente limpio y tenía un ambiente hogareño.

—Así que tu eres el famoso Ash —me dijo mientras dejaba las bolsas de compras en la mesa.

—Aslan —corregí— pero aún no me dice quien es usted y porque vive en la casa de mi papá.

—Me llamo Jason —se presentó— amigo de tu padre

—Pomi —cuestione recordando el nombre.

El hombre no pudo evitar reírse más, mediría 1.70 tal vez, su cabello era de un tono entre castaño y rubio, vestía una camisa y un pantalón negros, con el logo de la empresa con letras que decían guardia de seguridad.

Jason había sido parte fundamental en la vida de papá, un buen amigo aunque estuvo por poco tiempo en su vida, siempre solía hablarme de él.

—¿Pomi? —me pregunto Ander

—Decía papá que se parecía a un pomeranian, siempre te imaginé... diferente —cuestione

—Si, yo también esperaba que salieras lindo como tú madre, en su lugar eres una copia de él, mis condolencias —se burló.

—Bueno pero aún no nos dice que hace viviendo aquí —se adelantó Ander.

—Era un fugitivo, maté un hombre en mi adolescencia cuando por fin dejé de correr volví aquí, tu padre me dejó quedar, dijo que quemara la casa y construyera una nueva, pero solo me alcanzó para remodelarla —explicó— ¿por qué quieres la casa de papi?

—Y yo para que quiero esta pocilga —bufé mirándola— quédatela, solo venía a ver cómo era este lugar, pero no queda nada de cómo era o si.

El hombre se quedó pensando por un momento.

—Ven sígueme —ordenó dirigiéndose a la primera habitación de la planta baja.

Aquella habitación parecía congelada en el tiempo, las paredes despintadas de todos lados, había una sola pequeña cama vieja, un par de libros aún en un librero, no había ni rastro de polvo, era como ver el pasado de papá.

—Como dije no me alcanzó para toda la remodelación —se dirigió al librero para sacar un álbum de fotos.

Aquel álbum me lo tendió, era negro, se veía algo viejo y desgastado, estaba roto de algunas partes en grandes letras ponía Becket, papá odiaba que lo llamaran así, incluso de grande se logró quitar el nombre dejándose solo con Beck.

—Es todo lo que dejó tu padre —explicó el hombre — te daré tiempo a solas.

Asentí para sentarme en la cama, Jason tomó del mango de empuje de Ander para sacarlo, su peor error.

—Oye cabron quien te dijo que podías empujarme —se empezó a pelear

—Discúlpame por tocar tu carruaje alteza —le continuó él.

Al salir de ahí me quedé a solas para mirar el álbum, las primeras fotos eran de papá cuando era bebé, conectado a miles de tubos, en algunas con enfermeras, una que otra con Jessica, con forme iban pasando las fotos podía ver la ira que tenía papá, muchas de las fotos que tenía con su madre estaban rayadas, rotas o incendiadas, como si quisiera que esto nunca existiera, papá tenía un pequeño álbum de fotos en casa, no más de 30 fotos de su infancia... ahora veía que aquí estaban las demás.

Cerré el álbum para observar la habitación, una esquina con trazos de quemadura en ellas, a papá le encantaba incendiar cosas no era secreto... un par de paredes tenían hoyos de golpes que se veían perfectamente hechos por puños... su habitación estaba destrozada igual que su corazón, era la habitación de una persona que no conocía, por lo que salí de la habitación para ver a mi novio charlando con ese hombre mientras jugaban cartas.

—¿Ya lo embaucaste? —me burlé mirando a mi moreno.

—Nos conseguí un lindo remolque —afirmó Andy con una sonrisa.

—Aún no pierdo —aclaró el hombre

—Yo creo  que si —dijo bajando el juego.

—El niño juega con su abuela desde que tiene uso de razón —expliqué.

—Jugaba cartas mientras tomaba leche nido —se burló

El hombre sacó las llaves para dárselas sin más.

—No tienes porque hacerlo —afirmé acercándome a mi moreno.

—Si tranquilo hombre —lo calmo Ander ordenando las cartas.

—Tu padre me dio esta casa, es justo que yo le dé a su hijo una —me lanzó las llaves— además mi esposa la odia.

La puerta se abrió dejando entrar a una mujer, cabello pelirrojo largo, probablemente unos centímetros más alta que su esposo con unos ojos verdes enormes, llevaría ya unos ocho meses de embarazo pues estaba por explotar, y de la mano una niña de tal vez siete años con una cabellera rubia como la de su padre, la niña soltó la mano de su madre para salir corriendo para abrazar a su padre quien la levantó en brazos para cargarla.

—¿Papá quienes son ellos? —preguntó la nena

—Es el hijo de tu tío Beck —explicó besando su mejilla.

La nena sonrió para saludarme con la mano, creo que apesar de vivir aquí... tenía una vida feliz.

Después de una pequeña charla nos fuimos a casa, gracias a dios la camioneta de mi Abue podía jalar la pequeña casa rodante, aunque eso no le dio mucho gusto a mi abuelo en cuanto nos vio llegar.

—¡Qué fueron a donde! —me gritó el abuelo

—A ver la casa de papá, tranquilo estaba Jason ahí, él nos acompañó hasta la salida —lo calme. 

—Me van a dar un infarto —se quejó sobándose la sien exasperado.

—Lo siento Abue pero es algo que tenía que hacer —expliqué cansado abrazándole.

Mi abue me abrazó para besar mi frente y respirar un poco.

—Vamos mi niño cámbiense para la cena —me pidió

Asentí para irme a cambiar, Ander ya estaba acostado en la cama mirando su teléfono, estaba por chismear con su hermana como cada noche rigurosamente, bese su mejilla para bajar a inspeccionar nuestro nuevo remolque.

Era pequeño pero estaba bien cuidad, tenía una pequeña cocina, con un comedor para dos, un baño y al fondo una habitación con una pequeña cama, con un par de arreglos y estaría adecuado para que pasara la silla de Andy.

En la parte trasera de la casa de mi Abue había un pequeño jardín, aún con un par de juegos que mi abuelo me había comprado, también una parrilla que habían construido los hombres de esta casa, no tarde en poner la leña y encenderla.

Tome el álbum para sin más aventarlo al fuego, no podía quemar su casa sin embargo aquel viejo álbum que le causaba tanto dolor si podía hacerlo, mi padre ya no era esa persona.

—Me debo preocupar por tener alguien más con piromanía en esta familia —señaló el abuelo llegando a mi

—Bueno culpa a papá él me lo heredó —dije burlón— no es nada solo quería quemar algo de papá.

Mi abue pasó su brazo por mi hombro para ver cómo se incendiaba juntos, vimos cómo lentamente se apagaba sin decir más, subimos a cenar mientras platicábamos de cualquier cosa, a la hora de dormir Ander no se estaba quieto en su cama dando miles de vueltas.

—León —me llamo Andy

—Ya duérmete carajo —me queje, era la tercera vez que me despertaba.

—Como quieres que me duerma si estás en esa cama, ten necesito aquí —se quejó haciendo drama.

Bufé para levantarme y acostarme a su lado para que dejara de chillar, el moreno sonrió para encajar su cabeza en mi pecho.

—Así está mejor, ya tenía frío —se quejó.

Tenía razón estaba helado, lo apreté más a mi pecho para que se calentara.

—Ya casi nos vamos —señale— hay algo que quieras hacer mañana

—Quiero conocer tu casa, donde creciste —pidió besando mi frente, le había dado largas estos días.

—Que incistencia —me quejé.

—Yo te mostré mi casita de California —me echó en cara— tu hogar habla mucho de ti, quiero conocerlo.

—Mi hogar es donde estás tú —romantice con una sonrisa burlona.

—Aww que lindo León —se burló besando mis labios— aún así me llevarás.

—De acuerdo —besé su frente — lo que mi niño pida

Con una sonrisa el niño terminó por quedarse dormido en mi pecho, tenía razón un hogar habla mucho de uno, la casa donde vivió mi moreno con su madre hablaba mucho... la casa era diminuta, nada adaptada a las necesidades no solo de Ander si no de sus hermanos, apesar de que ya casi llevaba la mitad de mi vida en Boston mi verdadero hogar siempre estuvo en Kansas, donde mi padre me vio nacer, donde vivían mis abuelos, donde mis padres se conocieron... donde más he sido feliz.

Después del desayuno lo llevé a mi casa, aquella casa era de color azul, con grandes ventanas, al frente había un pateo con una cerca blanca.

—Así que aquí creció el pequeño león —dijo animado.

—Así es —asentí— vamos antes de que alguien me vea y tenga que fingir una conversación—bufé abriendo la puerta.

Las primeras escaleras eran cortas por lo que subir fue fácil, al entrar la sala estaba conectada con el comedor, con grandes ventanas que daban al pateo trasero donde había una pequeña alberca, al mudarnos solo nos habíamos llevado lo importante, los muebles se habían quedado pues papá siempre me decía que aquí era mi hogar, listo para cuando regresáramos.

—Si que eres un niño rico —bufó Ander con molestia

—Ya supéralo Ander —negué.

—Quiero un tour —pidió emocionado.

En la planta baja se concentraba el comedor, la sala, una gran cocina y un pequeño estudio donde papá preparaba sus clases, me encantaba estar ahí pues me dejaba ayudarle con sus clases.

Cargué a mi hombre para subir al segundo piso donde estaban las otras habitaciones, directo a mi habitación lo solté en mi cama, llena de postres de basketball y un tablero frente a mi cama para lanzar el balón siempre que quería.

—Que fifas eres —bufó él

—Eso no... olvídalo —me negué

—Es linda —me calmó —me confirma una vez más que eres todo un mimado.

—Si lo era, no soy el único —afirmé.

Andy me sonrió para jalarme y besar mis labios.

—Eso es lo que quieres no, cojerme en todas mis casas —vi sus sucias intenciones

—Ehh atrapado —aceptó acostándome a su lado.

Lo abracé con fuerza mirando sus ojos castaños.

—Ander... cuando acabemos la universidad, me gustaría regresarme a vivir aquí —confesé.

El moreno se quedó pensando por un largo minuto.

—Si es lo que quieres, lo haremos —aceptó.

—Pensé que me dirías que no... —mencioné nervioso

—Como lo dijiste, mi hogar es donde estes tú, Boston, California o Kansas, por mí está bien conque vivamos juntos... será difícil separarnos de nuestras familias pero el cambio es bueno —aceptó— además aún nos quedan un par de años para eso.

—Cierto —sonreí— tengo dos años para convencer a tu hermana, o robarte —afirmé, iba a ser más fácil robármelo.

—Sellemos el trato como me gusta —sonrió— tengo tu consentimiento para tener relaciones sexuales.

—Lo tienes, yo tengo tu consentimiento —pedí

—Claro que lo tienes —sonrió.

Metí mi mano bajo su playera acercándome a él besando sus labios, bajando mi mano hasta introducir mi mano por sus pantalones sosteniendo su pene, una ligera mordida sentí en el labio pero lo dejaría pasar por esta ocasión, él me rodeó con sus brazo para besar más mis labios, entrelazando sus dedos en mi cabello.

—Te amo —dijo entre besos

—Amarás más lo que te voy hacer —le guiñe bajando lentamente por su pecho hasta su pene.

Me comí cada centímetro de su cuerpo hasta que acabamos agotados, después del último tour nos fuimos a casa...

Cinco horas de avión pero llegamos, al llegar ahí estaba nuestra familia para recibirnos, éramos una gran familia.


Ahhh Pomi está de vuelta por lo menos por un capitulo 🥺

No importa donde estén mientras estén juntos su hogar es ahí 🫶🏻💕 pero claro Aslan desea tanto regresar a casa 🥺

Nos vemos la siguiente semana para el último capítulo del año 😍

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