Sick boy

Desperté por el calor... un raro calor, la mitad de mi cuerpo se sentía caliente y la otra tenía frío, sé que el calentamiento global cambiaba el clima tan salvajemente pero esto era demasiado... o eso pensé, me gire para ver al radiador humano a mi lado, su respiración estaba entre cortada y estaba bañada en sudor, pase mi mano por su frente, tenía fiebre.

—Hey —lo desperté— tienes fiebre amor

Ander me miró con sus ojitos cansados, analizando un poco la situación

—Creo que si —suspiró— me duele un poco la garganta.

Asentí, de seguro había sido por haberse dormido en la sala, me levanté para ir por el maletín, con Ander lo tomado no siempre funcionaba así que lo tuve que inyectar.

—Para ser alguien que no siente eres muy chillón —lo regañe guardando las cosas.

—Sabes que si siento —señaló sobándose su pompita— poquito pero siento

Negué para colocarle los trapos húmedos sobre su frente, quitando el exceso de cobijas que tenía en la cama.

—Abrázame —pidió extendiéndome los brazos.

—No, sabes que eso aumentará tu temperatura —me negué.

—No me importa —gruñó cual niño pequeño.

—A mí sí —negué besando su frente.

—Bueno... al menos dame la mano —pidió.

Sedi recostándome a su lado para darle la mano, el cabron se fue acercando poco a poco a mí con sus intenciones de que lo abrazara.

—Te prepararé de desayunar —bese su frente para huir— duerme un poco.

—Quiero unos waffles con huevito y tocino —pidió mirándome cansado.

—Pues tan mal no te siente verdad cabron —me burle.

El moreno solo me sonrió, podía estar engañándom era muy bueno para eso, aún así calenté un poco de sopa que teniamos guardada, aunque no le pareció.

Terminamos por ir al doctor pues no íbamos arriesgarnos a que se complicara como era de costumbre con él, la verdad es que Ander tiene pelea con los hospitales, bueno Ander se pela con todos, si no es con los doctores es con las enfermeras, si no es con ellas es con sus fisioterapeutas o los camilleros... empiezo a creer que el problema es Ander...

—Bueno no es bacteriano así que solo necesitarás medicamento para los síntomas —lo calmó el doctor— y mucho reposo.

—Ya ves —señaló irritado— por tus tonterías me haces venir.

—Dijo el que me mandó al hospital por escuchar un ruido raro en mi corazón —le recordé irritado.

Una risita tonta salió de él para tomar mi mano.

—Igual es bueno que hayas venido dado que faltaste tu última consulta —lo acusó el doctor mirándolo arqueando la ceja.

Mire con molestia al cabron el cual me dió otra sonrisa tonta, me había prometido venir solo con la excusa de que era un adulto responsable...

—No vuelvo a confiar en ti —gruñí

—Me lo merezco —aceptó— pero estoy bien no.

—Me faltan estudios pero me parece que sí —asintió el doc— te reagendare espero que ahora sí vengas

—Claro que lo hará —asentí cruzándome de brazos.

—Lo prometo —asintió el moreno recargando su cabeza en mi hombro.

Bufé, estaba enojado pero dentro de mí ya me lo sabía, al salir con los medicamentos nos fuimos a casa de Sofía.

—No sé lo digas quieres —me pidió nervioso.

—Oh claro que lo haré —sentencié no muy contento— sabes hay una línea muy corta entre la audacia y la estupidez y tu la saltas como si fuera una cuerda de saltar.

—En eso estás equivocado porque yo no puedo saltar —me dijo listillo.

Mi carita le hizo saber lo encabronado que estaba, trato de rogar los últimos minutos de su vida hasta que cruzamos el umbral de la puerta de su casa y se nos olvidó a los dos ante la presencia de las personas en esa casa.

—¡Tío Jake! —exclamó el moreno contento.

—Mi sobrino favorito —le dijo él con una sonrisa.

—Oye —gruñó la beba que estaba en sus piernas.

—Lo siento mi niña te gana por antigüedad —estableció besando su frente para luego ir abrazar a su sobrino, el moreno sonrió victorioso sacándole la lengua a su hermana

Su tremenda brutalidad podía incomodar a cualquiera, a mi me gustaba eso de él.

—¿Vino el tío Harry? —preguntó el moreno molestando a su hermana que había llegado a su lado para pelear... tenían que ser Macotelas.

—Claro que sí, ah que lindo se escucha eso —Saludó Harry saliendo de la cocina

Apesar de que lo vea por lo menos dos veces por año siempre me ponía nervioso, aún no me caía la ida que aquel jugador que tanto admiraba y veía en televisión era parte de mi familia.

—¿Como estás Aslan? —me saludó chocando manos— viste mi último partido.

—Si... si claro —contesté nervioso

—No me dejo ver la final de Ru Paul por ese estúpido partido, sin ofender tío —se disculpó el moreno

—Para nada —dijo riendo.

—Si bueno y yo estoy pintada o que —se quejó Sofia que estaba ahí parada, la verdad es que no la había visto.

Ander era un niño consentido, y cuando estaba enfermo su hermana no se media, lo entendía después de todo lo que pasó.

Después de comer los adultos se pusieron a platicar hasta que el tío Jake y Sofía empezaron a pelear realmente por algo que no era de mi interés, Ander se había quedado dormido con su sobrina en sus brazos y Dani había salido con Mark a pasear

—Quieres ir a lanzar unos pases, será mejor que huyamos antes de que estos dos empiecen a lanzar cosas —me dijo Harry

—Yo... si, me gustaría —asentí.

El tío Harry soltó una pequeña risita para irnos al parque que estaba cerca de la casa, empezamos a lanzar pases uno tras otro, mi niño de doce años estaría muerto de emoción de saber que estaba jugando con Harry Scavo.

—Eres muy bueno Aslan —me halago— Andy me dijo que solías jugar.

—Gané las Nacionales dos veces en la liga infantil y llegué al mundial a los doce —conté orgulloso.

Había llegado al mundial... pero nunca lo jugué pues fue el día que murió mi padre

—Quien lo diría de seguir jugando tal vez podrías haber sido mi competencia —sonrió

—No tengo tanto talento —señale.

Mi tío Harry negó para lanzarme el balón

—¿Por qué dejaste de jugar? —preguntó lo que esperaba no hiciera

—Mi padre falleció —explique— entré en depresión y bueno el basquetbol es algo que solíamos hacer juntos, si no estaba él no le veía sentido hacerlo —conté.

El tío Harry asintió botando el balón, realmente era muy guapo, era todo un atleta y aquellos ojos verdes traía vueltas locas a sus admiradoras... y a mí un poco.

—Yo también perdí a mi padre sabes —contó lo que ya sabía— sin embargo nunca dejé de jugar, papá quería que fuera jugador profesional y lo logré... bueno en su ideal también quería que tuviera una esposa y muchos hijos, pero no le podía cumplir todo.

Negué divertido, papá solo quería que fuera feliz... pero no podía sin él.

—Tal vez en otra vida pude ser como tú —afirmé.

—Yo juego con una pelota todo el día Aslan, tú ayudas a curar personas y hacerlas sentir mejor —dijo pasando su brazo por mi hombro— ambos hacemos lo que nos gusta... eso es lo más importante.

Realmente no me lamentaba haber dejado el basquetbol, mi sueño no era ser jugador profesional y el de mi padre tampoco... el solo quería verme feliz sin importas que.

—Eso supongo —Asentí.

Una llamada por su teléfono nos hizo volver, al llegar mi tío Harry y el tío Jake se fueron pues tenían una agenda muy ajustada.

Sofía había preparado su sopa especial para su hermano, al despertar su puso a comer con la nena a su lado.

—Mi papá dijo que tu... tu eres el hermano de mi mamá —dijo la pequeña comiendo.

—Así es —aceptó más centrado en su sopita.

—Igual nani —cuestionó ella comiendo su sopa.

—Es correcto —prosiguió el.

—Entonces porque le dicen mamá soso — relaciono— es mi mamá no tu mamá.

Ander la miró indignado para ver a Sofía que miraba la situación con terror.

—Mamá soso tu hija anda de envidiosa —la acusó el mayor.

—Mamá dije a Andy que no sea chismoso —se enojó la nena.

Sofía solo supuró para sentarse a su lado mirándome en busca de ayuda.

—A mi ni me mires yo tampoco entiendo su situación actual —aclaré comiendo la sopita.

—Mira mi amor —dijo sentando a su hija en sus piernas— si Ander y Dani son mi hermanos, pero yo los cuidé desde que eran muy chiquitos porque nuestra madre no podía hacerlo, así que los adopte y ahora son mis hijos.

—Ah como mi amiga Yésica que tiene dos papis porque fue adoptada —relaciono.

—Exactamente, los tres son hermanos ahora —simplificó.

—Está bien —asintió ella.

—Pero me quiere más a mí —atacó Ander.

—No es cierto —le dijo la nena— verdad mami que me quieres más a mí.

Sus hijos la miraron expectante.

—Quiero más a Cas así que ahora coman —ordenó ella.

Tuvieron toda una discusión hasta que nos fuimos a casa.

Por la noche he le volvió a subir la temperatura a mi moreno por lo que decidí meterlo a bañar, coloque la tina en el baño para meterme junto con el, su cuerpo estaba lleno de cicatrices contando con el gran metal que tenía en su columna, sus piernitas eran sumamente delgadas, pero en realidad todo el lo era.

—¿Cómo te sientes? —pregunté besando su frente.

—Me siento mejor —afirmó jugando con el patito de su tina una ligera sonrisa se hizo en su rostro.

—¿Qué pasa? —le pregunté confundido.

—Me acordé de la primera vez que me besaste —mencioné.

—¿Yo te besé? —señalé incrédulo.

—Si... eso hiciste —tomó mi mandíbula acercándose a mi — te acercaste así y me besaste.

—No, no te confundas —dije tomando su mandíbula jalándolo a mi— tu me besaste así —dije acercándome a su rostro lo suficiente pero sin besarle, algo que hizo que me besara primero.

—Lo ves, justo así —sonreí.

—Bien jugado leoncito, bien jugado —me abrazó con fuerzo.

Nos quedamos otro rato así hasta que se le bajó la fiebre, lo llevé a la cama para dejarle su pijama en lo que preparaba la cena, al regresar seguía encuerado.

—Ander vístete de una vez —bufé.

—Pensé que podíamos hacer otras cosas...

—Buen intento —bufé— vístete de una que si no ahora te dará hipotermia.

—Amargado —gruño poniéndose los calzoncillos.

Negué para dejarle la cena y acostarme a su lado.

Mi moreno rodó para jalar su mano sobre mí para encajar su cabeza en mi hombro.

—Gracias —susurró.

—Y eso? —pregunte.

—Por cuidar de mi —me miró— por amarme.

—Como no hacerlo —dije acariciando su cabello.

—Bueno tengo mal carácter, soy algo molesto, me encanta joder y la razón siempre la voy a tener yo —afirmó— no son los mejores atractivos.

Me quedé pensando para besar su frente.

—También eres inteligente, audaz, la persona con más resiliencia que conozco y me amas con locura—señale— es lo que más me enamora de ti, solo eso necesito para amarte

Mi niño me llenó de besos para abrazarme.

—Solo te necesito a ti para ser feliz —me abrazó con fuerza— y a tu culito —aseguró apretando mi nalguita.

Negué para besar su frente.

—Tu si que no tienes remedio —me quejé.

Amaba a este cabron con mi vida... tanto que de cada beso termine con un terrible resfriado yo también.


Pero bueno tenemos nuestro primer capítulo del 2025 y solo me queda decir  ¡FELIZ AÑO NUEVO!

Ya se me andaba olvidando publicando jiji pero bueno espero se la hayan pasado bien, nos vemos la siguiente semana 🫶🏻

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