Hoy estábamos celebrando el cumpleaños número 22 del primo de mi novio. El ambiente era tan bello, se podían ver personas felices por todos lados, incluso yo fingía estarlo, cuando la realidad era totalmente diferente.

Y, ¿cómo estar feliz cuando tu novio está coqueteando con otra en tu propia cara? TaeHyung y la otra chica, la cual desconocía completamente, se estaban riendo y tocando, para él es como si yo no existiera. No me estaba teniendo ni el más mínimo respeto.

Realmente estaba cansado de todo esto, no podía aguantar más. TaeHyung era muy atractivo, claro que iba a tener a muchas personas detrás de él. A mí no me seguía ni el viento, y eso es lo que más me traía inseguridad.

Me sentía horrible, no entendía como una persona tan bella como él podía estar con alguien tan feo como yo. No le traía nada bueno, ni siquiera mi personalidad era buena.

Yo no me amaba a mí mismo, y si no podía hacerlo, ¿cómo podía amar a otra persona? TaeHyung no merecía esto.

Por eso creo que lo mejor es terminar con él. Esta relación no funciona, siempre hay peleas que se arreglan con sexo cuando no debería ser así. Lo amo, pero cada vez estoy cayendo a pedazos por su culpa y la mía propia. No quiero seguir aguantando como él sigue coqueteando con otras personas y escuchar llamarme celoso o exagerado cuando le reclamo. Ya no más.

Estoy decidido, pero aún así me es muy difícil, realmente lo amo y me es complicado soltar una relación de más de dos años. Así que decidí esperar, aferrarme a la más mínima esperanza de que todo va a cambiar. Si él deja a la chica, entonces seguiremos juntos y trabajaremos para mejorar nuestra relación. Si sigue coqueteando con ella, entonces doy todo por terminado.

¿Qué creen que fue lo siguiente que pasó?

Exacto, siguió coqueteando con ella.

Y no solo eso, pude ver como ambos se dirigían a otro lugar. Creo que es suficiente, esto es la gota que colmó el vaso. No me voy a dejar humillar así.

—HoSeok, ¿estás bien? —escuché una dulce voz llamándome y sonrío al darme cuenta que se trataba de EunHa, la hermana de TaeHyung.

Oh Dios mío, seguramente esto también será doloroso, las cosas entre ambos cambiarán al momento en que termine con él. Después de todo es su hermana, la chica que lo apoya en todo. Quiero tener la esperanza de que seguiremos con nuestra hermosa amistad, pero en serio lo dudo.  Después de todo, ¿cómo sería capaz de seguir hablando con la persona que le va a romper el corazón a su hermano? Es una lastima que nuestra amistad termine en el mismo momento que me separe de TaeHyung, pero es algo que inevitablemente va a pasar. Lo siento EunHa, pero no puedo seguir con tu adorado hermano.

—Estoy bien noona, no te preocupes —tomo un poco de gaseosa antes de seguir hablando, preparándome para despedirme de ella e ir a buscar a TaeHyung para romper con él—. Tengo que ir a buscar a Tae. Adiós, no olvides que te quiero mucho —me despido abrazándola, cuando nos separamos puedo notar lo confundida que está.

—Dios, no te despidas así. No es como si alguno de los dos se fuese a morir —ríe un poco.

Alzo los hombros, también río un poco antes de decir: —Nunca se sabe.

Noona, en realidad habrán dos cosas que morirán hoy: mi relación con TaeHyung y nuestra amistad.

Claramente no soy capaz de decírselo, ella se enterará después por su propia cuenta, o por la versión de su hermano, la cual probablemente sea llena de resentimiento y rabia hacia mí.

Dejo de pensar en eso, tampoco miro hacia atrás donde probablemente noona siga viéndome confundida. Simplemente me voy, hacia mi objetivo, pasando por todos los cuartos que veo.

Llego a una puerta negra. Realmente no creía que estuviera allí, así que simplemente paso de ella. Pero, algo me detiene, escucho suaves murmullos que me hacen abrirla.

Me encuentro con una imagen que podría ser dolorosa para mí. Podría serlo, pero no lo es. Ya me esperaba que eso pasará, así que era imposible decepcionarme a este punto.

—No es lo que parece —TaeHyung habla, quitándose a la chica de encima. Quiero reír por lo cliché de la frase, pero simplemente lo miro sin una pizca de emoción.

—Nuestra relación no funciona, nunca lo hizo y nunca lo hará —lo miro, notando que sus labios están rojos al igual que los de la chica, la cual, por cierto, tenía la cabeza gacha, seguramente avergonzada por la situación—. Hasta aquí llegó todo, terminamos.

Salgo del lugar corriendo. Escucho los llantos de él, rogando que me detenga. Pero yo no puedo mirar atrás, mejor dicho, no quiero hacerlo. Estoy cansado de todo, definitivamente esto es la despedida.

Veo como todos los invitados de la fiesta salen a la par que yo, aunque claro, hay una diferencia: ellos caminaban tranquilamente, algunos riendo y hablando de lo buena que fue la fiesta. Yo hacía lo contrario, corría esperando jamás ser atrapado nuevamente en la toxicidad de una relación.

Y así fue como la fiesta se acabó, al mismo tiempo que mi relación tóxica.