32

Sumire despertó, con un terrible dolor de cabeza, miró a su alrededor, se encontraba en un lugar que no conocía. Estaba sentada en una silla, con las manos bien amarradas detrás de su espalda, tenía un pañuelo en la boca y, lo peor de todo, era que no traía su playera, por lo que su brasier color gris estaba al descubierto.

Y ella sentía, por primera vez en mucho tiempo, ganas de huir, de que todo terminara de una maldita vez.

Observó con detenimiento su entorno, era una habitación bastante descuidada, había una cama vieja, un espejo roto, una ventana a dos metros de altura, y varías manchas de sangre en una pared. Oh, y qué sorpresa, una cámara filmando todo.

Podía escapar en cualquier momento, eso era cierto. Pero, el miedo podía más en ella.
Por ende, le era imposible usar sus quirks.

Analizaba una y otra vez la manera en la que pudiera escapar. Pero, sus mil y un planes no servían de nada si no conocía a fondo este lugar.

Al pasar las horas, Dabi entró por la puerta, llamando la atención de Sumire.

-Finalmente despiertas- dijo Dabi, colocándose justo enfrente de Sumire, mirándola con superioridad.

Sumire no podía decir nada, lo único que podía hacer era darle una mirada envenenada.

-Vamos, no me veas así- Sumire rodó los ojos, Dabi sonrió y le quitó el pañuelo que le impedía hablar.

-Hijo de tu puta madre- dijo Sumire, haciendo reír a Dabi.

-¿En serio Sumire? Si te das cuenta que está totalmente indefensa ¿No?- Dabi se posicionó detrás de ella.

-Piensa lo que quieras, yo me iré de aquí pronto- Sumire miró al suelo.

Dabi colocó una de sus manos en el hombro de Sumire, provocándole escalofríos. El ojiazul se acercó al oído de Sumire y susurró: -Puedo hacer contigo lo que quiera, menos matarte- sonrió sinicamente -Son órdenes de Shigaraki-

-Que se meta sus putas órdenes donde no le llega la luz- espetó la fémina.

-Ah, es por eso que me gustas tanto- Dabi fue bajando lentamente su mano, recorriendo cada parte del brazo de Sumire.

Ella estaba conteniendo las lágrimas.
Quería que Izuku viniera a salvarla de una vez y que evitara esto. Su respiración se estaba acelerando.

-No me digas que la gran Kysen tiene miedo- Dabi, con su mano libre, hizo el cabello de Sumire a un lado, y se acercó al cuello de ella.

Sabía lo que iba a pasar a continuación.
Así que, cuando Dabi estuvo a la altura perfecta, Sumire hizo su cabeza hacía atrás, haciendo que la naríz de Dabi sangrara. Aprovechó que el pelinegro estaba quejándose, dándole la espalda a la fémina, para teltransportar en sus manos, un pedazo de vidrio que vió horas antes, cortó lo más rápido que pudo las cuerdas que mantenían su manos atadas y tomó a Dabi por su chaqueta.

-Hazme algo, y te juro que no sales vivo, pedazo de mierda- Sumire miró furiosa a Dabi, lo pateó lo más fuerte que pudo, sin embargo, el rió.

-Ya veremos- susurró el pelinegro.

Sumire, pensó que había ganado y que finalmente podía ir hacia dónde está Izuku, estaba a pocos centímetros de la puerta, cuándo Dabi la acorraló contra esta.

-¡Kurogiri! ¿Está bien si me divierto un poco con esta zorra?-

Sumire comenzó a desesperarse ante las palabras de Dabi, pero antes de que ella pudiera hacer algo, volvió a ser inyectada por aquel líquido amarillento.

Se iba a repetir aquella historia de hace algunos años, y nuevamente, ella estaba indefensa, y en esta ocasión, inconsciente.

• • •

Sumire estaba tirada en el suelo cuando ella despertó, tenía un horrible dolor en las caderas.

Dabi la había violado.

Se reincorporó, sin embargo, el dolor era tan inmenso, cayó de rodillas al suelo. Cubrió su cara con sus manos y comenzó a llorar en silencio.

-Odio esto...- susurró, para después abrazarse a sí misma.

• • •

Izuku estaba más que preocupado, no sabía nada de Sumire. No respondía sus llamada, ni sus mensajes. Y solo habían pasado 15 horas desde la última vez que la vió.

Algo en el, le decía que ella estaba en problemas.

Se la pasaba murmurando para sí mismo, intentando dar una explicación que no fuera riesgosa a la repentina desaparición de Sumire.

Todos en la clase 1-A notaban lo preocupado que estaba Midoriya, toda la clase entera estaba preocupada por Sumire, incluso la clase 1-B. Pero era como si se hubiera esfumado, nadie sabía nada de ella.

Izuku se encontraba caminando de un lado a otro, murmurando para sí mismo, con la mirada pérdida y su semblante era de tristeza.

-¡Puta madre! Cálmate maldito nerd, la vamos a encontrar- gritó Katsuki, quién, aunque no lo aparente, también estaba muy preocupado por la pelinegra.

-¡Cómo quieres que me calme si el amor de mi vida puede que esté en peligro, kacchan!- gritó furioso Deku, desconcertando a todos los presentes.

Denki, a pesar de ser un infiltrado, no sabía nada sobre la repentina desaparición de su mejor amiga, Sumire.
Sin embargo, tenía la ligera sospecha de que la liga de villanos estaba detrás de esto.

-Midoriya, sé que es difícil, pero intenta calmarte- dijo Shouto, colocando su mano en el brazo.

-No... No puedo calmarme- Izuku, un poco enojado, subió hacía su habitación y se acostó en su cama.

Se echaba la culpa de la repentina desaparición de Sumire. Si tan solo hubiera estado con ella unos diez minutos más, esto no habría pasado.

• • •

Habían pasado ya tres días desde la desaparición de Hirahara Sumire, los héroes profesionales ya se estaban poniendo al tanto de la situacion, pero, simplemente no tenían pista alguna de donde pudiera estar la chica.

Mientras tanto Sumire, ahora se encontraba con unas cadenas, que le permitían moverse a cierta distancia.

Y Dabi seguía haciendo lo que quería con ella.

-¿No me vas a decir dónde está el puto frasco?- Sumire elevó la vista.

-Te lo dije ¿No? Ni aunque me mates encontrarás ese frasco- Sumire fulminó con la mirada a Dabi, provocando que él le diera una cachetada.

La fémina chasqueo la lengua.
No tenía la fuerza suficiente para pelear. Ni siquiera podía levantarse por su cuenta del suelo.

-Es increíble que después de todo lo que te he hecho sigues con tu actitud de siempre- Dabi tomó entre su mano la cara de Sumire -Eres valiente-sonrio y acercó su boca a la de la fémina, sin embargo, ella hizo a un lado su rostro.

Ahora, Dabi fue quien chasqueo la lengua, se reincorporó y se dirigió a la puerta, no sin antes voltear a ver a Sumire.

-Te vez patética- sonrió maliciosamente.

-¡Cállate de una puta vez!- gritó Sumire, intentando levantarse, pero falló y cayó nuevamente al suelo.

Dabi rió y terminó por salir del cuarto en el cual se encontraba encerrada Sumire.

La pelinegra comía una vez al día, su cuerpo entero estaba lleno de heridas abiertas, moretones y rasguños. Solamente vestía su ropa interior y un blusón bastante viejo que le proporciono Himiko.

Ya no soportaba más esto. Ahora, más que nunca, tenía unas ganas inmensas de morir. Sin embargo, el motivo por el que no había cometido un suicidio, era por que anhelaba tanto que Izuku viniera a rescatarla, podía jurar, que en cualquier momento, su pecoso favorito entraría por esa puerta, le daría un gran abrazo, y saldrían de aquel lugar juntos. Pero, si él no sabía dónde se encontraba ¿De que servía hacerse tantas fantasías?

Tenía que hacer algo para que Izuku supiera donde se encontraba.

Y, por suerte, lo tenía todo planeado. Nada podía fallar.

Sumire sabía, que dos veces al día, incluso tres, Himiko acompaña a Sumire al baño y se queda esperándola afuera del pequeño cuarto. Donde para su suerte, no habían cámaras y sus cadenas eran retiradas.

Solo tenía que esperar el momento indicado.

• • •

-¡Sumi-chan!¡Sumi-chan!- Himiko entró por la puerta, la nombrada sonrió tenuemente -Te curaré esa herida después de que vayas al baño- Sumire asintió, se dirigieron al baño, el cual se localizaba en el segundo.

Himiko dejó pasar a Sumire al baño. Por si acaso, Sumire revisó nuevamente el baño, para asegurarse de que no había ninguna cámara oculta.

Suspiró pesadamente, sintiendo unos terribles nervios. Sin embargo, logró relajarse.
Se sentó en el inodoro, y, con la poca fuerza que tenía, teletransporto a sus manos su movil, lo desbloqueo y entró al chat de Midoriya.

Mandó su ubicación.

No mando nada más y volvió a teletransportar su móvil a su habitación.

Sumire tenía una gran ventaja. Y era que Dabi y Himiko creían que no tenía fuerza suficiente para usar alguno de sus quirks, la verdad era otra.

"Matemos a todos de una puta vez, no tienes por qué esperar a que te rescaten"

Sumire negó con su cabeza, se levantó del inodoro y se miró en el espejo que había en el baño.

Dabi tenía razón, se veía patética.

También Suzuya tenía razón. ¿Por qué esperar a que su príncipe azul venga a rescatarla?
Todo era parte de su plan.

Sabía que Izuku no tardaría más de dos días en llegar aquí, y en ese tiempo, ella tenía que recuperar sus fuerzas a como de lugar. Sabía que no podría vencer a Himiko y a Dabi sola, no en el estado en el que se encontraba.

Abrió la puerta del baño, y ahora acompañaba a Himiko a su habitación, donde le curaba las heridas para evitar que se infectaran. Pues la orden, era que no muriera y que estuviera en perfecto estado.

-Pudiste evitar esto- Himiko sonrió.

Sumire ya no tenía fuerzas para hablar.

• • •

Midoriya se encontraba dando vueltas por su habitación, la preocupación era enorme en el.

Cuándo su móvil sonó por toda la habitación.

Corrió hasta donde estaba su móvil y sin delicadeza alguna lo desconectó.

Era un mensaje de Sumire, dando su ubicación.

Midoriya comenzó a mandar mensajes a lo loco, preguntando si se encontraba bien, quienes la tenían encerrada, pero, fue demasiado tarde.
Vió que en la habitación de Sumire, el móvil cayó sin delicadeza alguna al escritorio de la pelinegra, que se encontraba justo enfrente de la ventana.

No lo dudó más y corrió a avisarle sus demás compañeros.

-¡La encontré!- gritó.

En seguida todos los presentes voltearon a verlo, Denki se levantó de su asiento y se acercó a Izuku.

-¿Donde está?- preguntó -¿Esta bien?-

-Solo me mandó su ubicación- al momento de decir, todos los presentes se amontonaron al rededor de Midoriya, intentando mirar la ubicación.

-Aqui dice... Que en Nichitsu- dijo Izuku, mirando la ubicación de Sumire.

-¿El pueblo fantasma?- dijo Momo, a lo que asintió Deku.

-Nos llevará un día completo llegar ahí- espetó Shouto.

-¿Llegar a donde?- preguntó el profesor Aizawa, haciendo que todos se congelaran.

- Hirahara-san me mandó su ubicación, está en Nichitsu, en la clínica abandonada- dijo el pecoso, acercándose a Aizawa y enseñándole el chat con Sumire y viendo así la ubicación.

-Esto es de gran ayuda Midoriya- el mencionado asintió -Debemos ir lo más pronto posible Yaoyorozu, Kirishima, Jirou, Kaminari y Midoriya, ustedes deberán ir a rescatarla-

Los mencionados asintieron con la cabeza.

-¿¡Ha!? ¡¿Y porque yo no iré!?- protestó cierto chico de ojos color carmín.

-Por que no tienes la licencia- dijo a secas Aizawa, provocando que Katsuki gruñera -Ahora prepárense, debemos llegar lo antes posible-

• • •

Eran las 12 de la noche, o eso pensaba Sumire.
Esperaba que todos estuvieran dormidos.

Fingió levantarse del suelo con dificultad y se acercó a la cama, se acostó y tomo una cobija que estaba ahí de color café, se cubrió completamente.

Teletransporto una peluca negra, una cabeza de un maniquí y unas almohadas, con eso, hizo aparentar que ella seguía ahí. Así, la cámara no captaria nada extraño.

Se teletransporto al baño, pues era el único lugar que tenía una ventana a una altura normal y se podía ver lo que había del otro lado. Miró con detenimiento el paisaje, notó que estaba en un pueblo fantasma. Inhaló y exhaló, se teletransporto a las afueras del lugar en el que la tenían secuestrada.
Por si acaso, teletransporto a sus manos una pistola y una lámpara de mano.

Caminó con sumo cuidado de no llamar la atención, o en su caso, pisar la típica rama que le da a conocer a los malos que hay alguien cerca.

Entró a la primera casa, en unas condiciones terribles. Encontró de todo, incluso revistas pornográficas.

Encontró unas vendas, como le fue posible, las colocó alrededor de su cintura, para cubrir la herida que había ahí.

Siguió con su expedición, encontrando una farmacia.
Entró sin dudarlo, buscó algo que le ayudara.

Sin embargo, escuchó la voz de Dabi, se tiró al suelo, lastimandose, pues una herida, aún seguía abierta, soltó un gemido de dolor.

-Si, la mocosa está dormida- supuso que Dabi estaba hablando con alguien -Si, lo vi desde la cámara- hubo un largo silencio -Que no, entiende que está débil, no se puede escapar- unas ganas inmensas de reír le entraron a Sumire, pero se contuvo -Sigue sin decir dónde está el frasco-

Sumire se fue moviendo por aquella farmacia gateando, con cuidado de no hacer algún ruido extraño. Salió de la farmacia y se fue a ocultar a unos arbustos.

Estuvo ahí un buen tiempo, escuchando la conversación con quién sabe quién. Hasta que escuchó los pasos de Dabi alejarse.

Salió de su escondite y caminó con sumo cuidado.
Cualquier paso en falso, y Dabi probablemente la quemaría viva.

Siguió explorando el lugar, había dos escuelas, un hospital y una mina. Entró a una casa, que extrañamente estaba en buenas condiciones, había una manzana, cereal, galletas y una caja llena de barras de chocolate. Tomó una barra de chocolate, pues eso le daría energía, tomó la manzana y la teletransporto al lugar al cual la tenían secuestrada. Después, entró al baño de aquella casa, donde había pomadas, pastillas y una aguja.
Se tomó una pastilla para el dolor de la herida que aún no cicatrizaba.

Sin embargo, escucho unos pasos acercarse, por el nerviosismo, Sumire dejo caer al suelo un frasco de cristal, e inmediatamente se teletransporto a las afueras del lugar en donde la tenían secuestrada. Ahora debía concentrarse, debía teletransportar la peluca, el maniquí y las almohadas y justo en ese instante, ella debía teletransportarse a aquélla vieja cama.

Para su suerte, lo logró.

• • •

Al día siguiente, el sol se estaba ocultando, Sumire fue despertada por Dabi. Quién tenía una cara de pocos amigos.

-Ahora qué quieres- dijo Sumire.

-Ayer saliste- la ojiazul abrió los ojos de par en par.

-¿Estas loco? ¿Cómo mierda me voy a salir si estoy débil?- gritó Sumire. Dabi la jaló del brazo y la acercó a él.

-Te estaré vigilando, linda- Dabi azotó con fuerza a Sumire.

-Haz lo que quieras, pero ¿Si sabes que hay una puta cámara? ¿O acaso eres tan estúpido que no...- el pelinegro golpeó a Sumire en el estómago, haciendo que ella hiciera una mueca de dolor, sin embargo, se levantó -Eres tan débil-

En ese instante, un integrante que Sumire no conocía, entró corriendo a aquélla habitación, se puso a un lado de Dabi y, después de recuperar el aliento, habló.

-Los alumnos de la clase 1-A están aquí, la buscan a ella- el chico señaló a la ojiazul.

Sumire sintió una enorme felicidad y no pudo evitar sonreír.

-¿¡Pero como es posible!? ¡Maldición! ¿¡Que fallo!?- dijo Dabi, a punto de estallar.

-Digamos que... Di mi ubicación- Sumire se encogió de brazos y sonrió.

-¿Eh...?- Dabi no reaccionó por unos segundos, después, en su mano izquierda había una bola de fuego azúl -¡Eres una perra!- en el momento en el que Dabi lanzó la bola de fuego, Sumire se teletransporto justo atrás de Dabi.

-¡Se supone que estás débil!- dijo el chico, mientras sentía un poco de miedo, Sumire lo miró.

-¿Que te puedo decir?- Sumire salió de aquélla habitación y comenzó a correr, se metió en una habitación bastante pequeña y teletransporto una SKS.

Salió y comenzó a correr hacía la salida. Sin embargo, Dabi le lanzó fuego, y, para su mala suerte, logró quemar a Sumire, en la espalda.

Hirahara, se giró furiosa y comenzó a disparar hacia Dabi, dándole en el hombro izquierdo y una bala le rozó la mejilla.

-¡Shin, ve y matala pedazo de inútil!- Shin, el chico aparentemente nuevo, asintió su cabeza y comenzó a correr hacia Sumire.

Sin embargo, cuando el tal Shin estuvo a una distancia considerable, Sumire activó su otro quirk y Shin cayó al suelo.
Sumire hizo su cabello hacía atrás y se acercó a Dabi, quién a penas se estaba reincorporando.

-¿Últimas palabras?- Sumire apuntó el arma de fuego en la garganta del pelinegro, mirando con odio. Dabi simplemente sonrió.

La ojiazul olvidó por completo a Himiko Toga, quién se acercó hasta Sumire y la apuñaló, sacó el cuchillo y comenzó a sonrojarse. Sumire, por instinto, llevó una de sus manos a su estómago, y vió sangre.
Unas lágrimas amenazaban con salir, sin embargo, Sumire se negaba a mostrarse débil.
Dabi se acercó a Sumire y la estampó contra la pared más cercana, con su mano derecha, hizo fuego y lo acercó a la herida recién hecha de Sumire.
Ella soltó un grito de dolor. Sin embargo, se las ingenió para teletransportarse a seis metros de distancia de Dabi y Himiko. La rubia sacó una pequeña pistola y apuntó hacía Sumire, disparó, dándole en el hombro derecho.

-¡Smash!- Midoriya Izuku entró por una pared, rompiendola y de paso, golpeando a Dabi.

Después, todos los demás comenzaron a entrar por aquel agujero que había creado Midoriya.
Sin embargo, más villanos aparecieron de la nada, unos cinco.

-¡Ve por tu novia!- gritó Kirishima -¡Nosotros nos encargamos de esto!- Eijiro sonrió, el peliverde asintió con la cabeza y fue junto con Sumire, quién estaba en el suelo, recargada en una pared, tomando con fuerza su hombro derecho, maldiciendo a Himiko.

-¡Sumire!- gritó Izuku, al verla llena de sangre.

-Estoy bien, solo...- Sumire miró a Izuku, se veía tan perfecto como siempre, no pudo evitar sonreír -Sabia que vendrías- la ojiazul sonrió de una forma tan hermosa, que al pecoso le entraron unas ganas inmensas de ir y abrazarla, y así lo hizo.

-Huele tan bien el amor- dijo Himiko, provocando que ambos se separen.

Izuku se colocó enfrente de Sumire, protegiéndola y mirando fijamente a Himiko.

-¡Aww, la vas a proteger!- la rubias se sonrojó y miró a Midoriya, después a Hirahara.

Sumire comenzó a reincorporarse y teletransporto una espada a sus manos, cuando estuvo completamente de pie, se colocó a un lado de Midoriya.

-Sumire siéntate, estás muy herida y estás perdiendo sangre- susurró Deku.

Sin embargo, la pelinegra hizo casó omiso a lo que el pecoso decía. Sabía perfectamente que estaba muy herida y que estaba perdiendo sangre, pero, no quería dejar que Izuku peleara solo.
Sumire fue la primera en dar el primer golpe, sorprendiendo a Midoriya por lo bien que se puede mover después de un balazo en el hombro y una apuñalada.

♡♡♡

Hello, bueno nada más quiero decir dos cosas, la primera, sería que no odien a Dabi, el está muy bueno xd
La segunda, es que el fin de acerca y habrá un after ending, así como en Mystic Messenger
Salu2

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