15
—La bella durmiente ha despertado— decía Izuku mientras se colocaba la corbata de su uniforme, Sumire gruñó.
—¿Qué hora es?— decía Sumire a la vez que se giraba en la cama, quedando de espaldas a Midoriya.
—7:30— nuevamente Sumire gruñó y luego recordó lo que había pasado la noche anterior. El color rápidamente subió a sus mejillas y se escondió entre las sábanas, sentía mucha vergüenza y por alguna razón, quería alejarse de Izuku, hasta que cayó de la cama del peliverde, pero inmediatamente se reincorporó —Estoy bien— decía mientras veía como Izuku se acercaba con una cara de preocupación —¡E-Estoy bien!— se sentó en la cama de Izuku, de espaldas a éste, intentando ocultar su nerviosismo y su probable sonrojo. Llevo sus manos a su cara y ocultó su rostro.
Sumire, al no escuchar a Izuku decidió descubrirse la cara, encontrándose de frente a aquellos ojos color esmeralda que tanto le gustaban.
—Mierda me asustaste— decía Sumire mientras colocaba una mano en su pecho. Sin previo aviso, Izuku colocó su mano en la frente de Midoriya.
—¿Te sientes bien?— preguntó Izuku. Lo que causó que Sumire se sonrojarse más.
—Bien— quitó cuidadosamente la mano de Izuku —Yo bien— pensó en lo que dijo y golpeó su frente —Yo... Eh, bien, si, estoy b-bien...— miró a otro lado y mordió su labio inferior.
"Qué estúpida..."
Ese pensamiento se repetía constantemente en la mente de la pelinegra.
—Izuku— el mencionado prestaba atención a lo que Sumire diría —Emm... Recuerdas... ¿Recuerdas lo que pasó ayer o lo soñé?—
El color rápidamente subió a las mejillas de ambos e Izuku intentaba taparse la cara con sus brazos.
—Tomare eso como un sí— Izuku seguía de frente a Sumire y ambos desviaron las miradas —Hace calor...— torpemente, la pelinegra se levantó de su lugar y se levantó —¿Qué diablos? Por qué soy tan penosa— decía en un susurro. Inhaló profundamente y exhaló, miró a Izuku.
—Izuku—
—Sumire— decían al unísono. La pelinegra río tímidamente.
—Eh... Tu primero— decía Sumire.
—Porque... ¿P-Porque llorabas en... En la noche?— preguntó el ojiverde, mientras se colocaba sus característicos tenis rojos.
—¿Lloré?— preguntó Sumire algo confundida mientras intentaba recordar eso.
—S-Si... M-Me abrazaste...— decía Izuku y al instante, ambos estaban rojos. Sumire estaba muy avergonzada y quería irse corriendo de ahí.
—¿Lo siento?— decía la pelinegra con inseguridad, tomó su ropa e inmediatamente Izuku entendió.
—¡Ah! Eh... Ahorita vengo— decía Izuku mientras salía corriendo de su habitación.
Sumire suspiro y golpeó levemente sus mejillas. Se comenzó a poner su ropa de siempre, y la playera que le había prestado Izuku la dobló y la dejó por ahí. El tono de mensaje de su móvil la sacó de su transe, pues se había quedado mirando hacia la nada. El mensaje era de un número que no tenía agregado y no recordaba haberle dado su número a alguien. Abrió el mensaje.
"Realmente te desapareciste toda la noche eh, me pregunto cuál será la reacción de Shigaraki al saber tu secreto pequeña mentirosa"
La pelinegra simplemente chasqueó la lengua, sabía perfectamente que ese mensaje lo había enviado Dabi. Y como ella no acepto entrenar con el, Dabi piensa que la puede controlar a su antojo, lo preocupante es... Que lo estaba logrando, Sumire no quería morir, mucho menos ahora que conoció a Izuku y que son una pareja. Nuevamente chasqueó la lengua y comenzó a maldecir y a sumergirse en sus pensamientos.
—Suenas a Kacchan— decía Izuku entrando a su habitación con una sonrisa.
Sumire sonrió abiertamente. Izuku sabía cómo hacer que ella se olvidará de sus problemas con una simple sonrisa, eso era una de las tantas cosas que Sumire amaba de aquél chico de ojos esmeralda.
Mientras que Dabi sabía cómo arruinar esa felicidad que causaba Izuku con un simple mensaje.
"¿No contestarás?"
Sumire rodó los ojos.
—Izuku, debo irme, ya sabes... Me necesitan y como soy la mejor— rió un poco y carraspeo —Bueno, el punto es que me necesitan— el mencionado agachó la cabeza.
"Es tan lindo" pensaba Sumire "Se supone que somos una pareja ¿No? Un abrazo no hará daño" al pensar eso, una sonrisa se formó en Sumire.
Abrazó a Izuku y escondió su rostro en el cuello de este. Izuku se sonrojo y nervioso, correspondió al abrazo.
—¿Quieres que te acompañe?— decía Sumire aún abrazando a Izuku, su novio.
El simplemente asintió.
Ambos salieron de la habitación y se encontraron a la madre de Midoriya subiendo las escaleras. Sumire entró en pánico al igual que Midoriya.
—Izuku cariño, está bien, ya sé que es tu novia— decía la mayor, su vista se dirigió a Sumire y ella se tensó —Soy Inko, madre de Midoriya, bienvenida a la familia— la pelinegra sonrió con nerviosismo.
—Mamá, ¿Como sabías que...?— decía Izuku con un notorio sonrojo, su madre, Inko, simplemente río tiernamente.
—Soy tu madre, lo sé todo— decía mientras acariciaba tiernamente la mejilla de su hijo —Puedes venir cuando quieras querida— la mayor simplemente se fue a su habitación esbozando felicidad. En cuanto entró a su habitación, tenía pensado en tener "La plática" con su hijo.
—Tu madre es buena persona— decía Sumire bajando las escaleras con una sonrisa.
Salieron de la casa del pecoso y comenzaron a caminar, de vez en cuando hablaban sobre cualquier trivialidad, riendo y mirándose. Midoriya tomó la iniciativa de tomarse de las manos, aunque cuando lo hizo, el sonrojo se hizo presente en ambos y se podía notar a miles de kilómetros que Midoriya estaba mucho más nervioso que la ojiazul. Pero al cabo de unos minutos, ambos olvidaron el nerviosismo y siguieron platicando. Por dentro, Sumire moría de felicidad y Midoriya sabía que ella estaba feliz, por las innumerables veces que ella le sonreía al pecoso.
Lo único que le molestó a Izuku, fue que varios chicos veían a Sumire y decían cosas como que era bonita y cosas por el estilo. El era consciente de lo hermosa que era Sumire a sus ojos y a los ojos de los demás. Pero simplemente no dijo nada y continuaron con su plática sobre cualquier tema. Más adelante, vieron a Todoroki junto con Iida, Kirishima y Denki.
Sumire los saludo con la otra mano, pues no quería soltar la mano de Izuku.
Kirishima y Denki se miraron y corrieron hacia la nueva pareja. Comenzaron a hacerles preguntas y ambos estaban un poco... Más bien, muy rojos.
—Aún son unos niños— decía Denki con una sonrisa.
—Midoriya, más te vale que tú hayas sido el que dió el primer paso, por qué eso es de hombres— Kirishima río y le siguió Midoriya, pero con una risa de nerviosismo.
—Midoriya podemos hablar en privado— Iida remarcó las palabras "en privado" y alejó a Izuku de su novia y sus amigos.
—¿Qué pasa Iida-kun?— decía Izuku con toda la inocencia del mundo.
—Va en contra de las reglas salir con una villana, como jefe de grupo me opongo a su relación— Izuku frunció el seño.
—¿Te parece peligrosa?— decía el ojiverde mientras señalaba a Sumire, quién hablaba animadamente con Denki, Eijiro y Todoroki, aunque este último solo asentía. Al parecer, Denki había dicho algo gracioso, pues Sumire se encontraba retorciéndose en el suelo riéndose y tomando su estómago con sus manos, se reincorporó y limpió sus lágrimas con un dedo —No es peligrosa, simplemente la obligan a ser algo que ella no quiso ser desde el principio— decía Izuku, defendiendo a la pelinegra.
—Midoriya-kun, no entiendes la seriedad del asunto, de seguro te está usando— Izuku negó.
—No, yo confío en ella— agachó la cabeza —Tal vez por qué no la conoces tanto como yo— Izuku se alejó sin decir palabra alguna y regreso con Sumire.
Ella estaba llorando, de la risa. De vez en cuando le pegaba a Denki para que parara de contar chistes malísimos. Pero el simplemente la ignoraba. La pelinegra notó la presencia de Izuku.
—Dile que se calle— decía limpiándose las lágrimas y conteniendo la risa.
—Esta bien, ya paro, es hora de irnos ¿No?— Eijiro también estaba riéndose y miró su reloj.
—Pero aún faltan cinco— Denki le dió un codazo a Eijiro —Uf que tarde es, ya debemos irnos, tenemos que copiar una tarea— el rubio y el pelirrojo salieron corriendo.
—Adiós— decía Todoroki, tan indiferente como siempre.
La pelinegra y el ojiverde se miraron.
—Eh... S-Supongo q-q-que ya debo i-irme— decía Izuku, Sumire respiró hondo y asintió.
—Bye— se acercó rápidamente a Izuku y plantó un dulce pero corto beso en sus labios. Caminó y se dio la vuelta, levantó una mano a forma de despedida y se fue con una sonrisa.
Izuku aún no procesaba la información. Estaba en un trance. Pero no hay mejor persona para sacar a Midoriya de sus trances que Bakugou Katsuki.
—Oye maldito nerd, muévete, estorbas— no dijo más y siguió con su camino, pero al menos Izuku ya no estaba en su trance.
Pero si estaba rojo hasta las orejas. Y con una linda sonrisa que no podía ocultar.
• • •
Aoyama Sumire había llegado al bar de la liga de villanos, pues de vez en cuando le gusta ir ahí a tomar alguna bebida sin alcohol, pues ella odia el alcohol.
Kurogiri se encontraba limpiando un vaso con un trapo.
Entonces entró Shigaraki, acompañado de Dabi y Toga. Sumire rodó los ojos.
—¡Sumi-chan!— decía Toga abalanzandose sobre la pelinegra, quién puso cara de pocos amigos.
—Hola— dijo a secas mientras intentaba quitarse de encima a Himiko Toga.
Shigaraki encendió la televisión que había en el bar y vió que en los noticieros, solo hablaban de Stein, el asesino de héroes, lo cual, hizo enfurecer al peliazul. Nuevamente, Sumire rodó los ojos.
—Oh... Sumi-chan~— canturreo la rubia —Hueles a enamorada— decía en el oído de Sumire, ella mordió el popote de su bebida.
—Si, últimamente ando enamorada de un integrante de un grupo— dijo tratando de despistar a Toga.
—Oh~— Toga se alejó para ir a algún lado, al baño probablemente, Sumire volvió a tomarle a su bebida, pero un brazo se pasó por su cuello. Miró al dueño de este, y no era nada más y nada menos que Dabi.
Sumire gruñó y miró a otro lado, quitando bruscamente el brazo de Dabi.
—¿Serías tan amable de no joder?— Sumire fingió ver la televisión, como si está fuera la cosa más interesante del mundo.
—¿Por qué lo haría? Pequeña mentirosa— Sumire agarró con fuerza el vaso. Pero decidió ignorar a Dabi, este rió ante la acción de la pelinegra —¿No vas a hablarme?— nuevamente, Dabi pasó su brazo por el cuello de Sumire —Mas te vale no hacer una escena aquí, o tendré que revelar tu secreto— Sumire frunció el ceño, no iba a ser tratada como a Dabi se le dé la gana.
—No tienes pruebas— se giró, quedando frente a frente con Dabi —Ellos saben que puedo aguantar la respiración por mucho tiempo y eso me permite tomar agua o comer, así que— Sumire acortó un poco la distancia con Dabi, pues lo agarro por el cuello de la playa que usaba —Si te atreves a decir algo, no dudaré en matarte ¿Me escuchaste pedazo de mierda?— si las miradas matarán, Dabi ya estaría más que muerto. Sumire alejó a Dabi y se fue a sentar a otro lugar, poniéndose su cubre bocas.
Por alguna razón, a Dabi le gustaba esa actitud de Sumire.
Sumire estaba sentada en un lugar en el que podía ver todo, y veía a Dabi, mientras lo maldecía.
—Quiero irme— decía mientras agachaba la cabeza.
Sacó sus audífonos y se los puso, subió el volumen al máximo.
Era agradable no escuchar la odiosa risa de Shigaraki, la irritable voz de Toga y la insoportable presencia de Dabi. El único que no le caía tan mal era Kurogiri.
No sé molestó ni un poco en mirar si Shigaraki y Dabi estaban peleando, como venían haciendo desde que la rubia y el pelinegro llegaron.
Su móvil vibró y notó que era un mensaje de Izuku, inmediatamente una sonrisa se formó en sus labios. La pelinegra escondió el móvil debajo de la mesa, para evitar problemas, el mensaje de Izuku, prácticamente decía que quería tener una cita con ella, solo que Izuku... Escribió el mensaje con relleno. Y con varías caritas lindas o Kawaii. Mientras escribía la respuesta, veía que nadie se acercara.
Mando el mensaje y se levantó de su lugar.
—¿A donde vas?— preguntaron Dabi y Kurogiri al unísono. Sumire rodó los ojos.
—No tengo por qué responderte, Dabi— decía con una mirada llena de odio —Kurogiri, iré a matar a unas personas que me trataron mal cuando era niña, no tardo—
Antes de salir, Sumire tomó un cuchillo y lo guardó en una de las chamarras de su sudadera negra. Salió del bar con una sombría mirada y una macabra sonrisa.
Obviamente eso era una actuación.
Ocultó el cuchillo detrás de un bote de basura y le puso un periódico encima.
Notó que Dabi la seguía.
Chasqueó la lengua y comenzó a ir por callejones, trepar árboles, saltar rejas, su improvisado plan de despistar a Dabi iniciaba. Pues había llegado a un callejón sin salida, cuando Dabi llegó, ella se giró.
—Oh no, he sido descubierta— decía Sumire con un tono de voz más agudo. Soltó una carcajada —Adios— guiñó un ojo y desapareció, gracias a su quirk de teletransportación.
En un abrir y cerrar de ojos estaba en el lugar acordado; un parque que estaba cerca de la casa de Izuku.
Era de noche y por ello, no había niños corriendo y gritando de un lado a otro. Aún no había rastros de Izuku así que la pelinegra se sentó en un columpio y comenzó a balancearse. Comenzó a cantar una canción que últimamente no podía sacarse de su cabeza.
—If I can touch your heart. I can tell how you feel subete tukurareteiru ki ga shite, na mo nakihito boku igai wa. They're all the same looking like dolls—
La pelinegra cantaba, en su opinión no lo hacía nada mal pero tampoco cantaba bien. Simplemente era algo que hacía cuando no tenía nada que hacer. El único problema era que Midoriya había presenciado su pequeño concierto.
Sumire estaba roja y muy avergonzada.
—¿Viste todo eso?— decía ocultando su rostro con sus manos. Sentia que su cara ardía. Escuchó una afirmación por parte del pecoso. Si antes su cara ardía, ahora estaba en llamas.
—Si... ¡P-Pero cantas bien!— decía Izuku —¡Ah! Yo... Eh... T-Te traje algo— al escuchar estás palabras por parte del pecoso, Sumire quitó sus manos y vió frente a ella un ramo de rosas azules, si, azules. Ella miró a Izuku.
Si Sumire pudiera tener memoria fotográfica, sin duda tomaría una foto de ese momento. Izuku dándole flores, mientras el cerraba sus ojos y se podía ver el leve, pero tierno, sonrojo en sus mejillas que hacían resaltar sus lindas pecas.
—No hacía falta...— decía Sumire a la vez que tomaba las flores y sonreía.
—Yo... Me hubiera gustado darte algo más...— el pecoso agachó la cabeza.
Sumire dejó delicadamente las flores en el otro columpio y abrazó a Midoriya. El inmediatamente correspondió el abrazo.
—Gracias por las flores... Es la primera vez que alguien me da flores— lo que dijo Sumire, hizo sonreír al pecoso. Abrazó más fuerte a Sumire.
Deshicieron el abrazo, quedando a pocos centímetros de sus caras, sus respiraciones se mezclaban. Ambos sabían lo que iba a pasar, y tal vez por eso estaban tan rojos y nerviosos, aunque Sumire sabía ocultar sus nervios.
La pelinegra sonrió y colocó sus brazos alrededor del cuello de Midoriya, mientras que el, nervioso y un poco tembloroso, colocaba sus manos en la cintura de Sumire. Ella rió un poco al ver a Izuku tan nervioso. Pero a fin de cuentas, ellos terminaron uniendo sus labios en un tierno beso.
Wenas noches, hace rato entré en pánico por qué olvidé como se decía cuando das muchas flores (o sea un ramo) y bueno, en mi defensa puedo decir que estoy enferma v:
Espero que les haya gustado el capítulo uwu💕
Y las rosas azules si existen, lo busque en gugul ;v
Igualmente pido disculpas por mi ausencia pero los exámenes me matan :v y me remata que este enferma :v
Ahora procederé a dormir.
(Foto linda de Izuku sonrojado para bendecir sus ojos)
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