10
La luz de la luna entraba por la ventana de Izuku, quién se encontraba vendando el abdomen de Sumire, el cual estaba lleno de cicatrices. De vez en cuando miraba a la pelinegra, y rápidamente volvía a lo suyo, estaba extremadamente nervioso y trataba de no temblar -por los nervios- pues era la primera vez que veía a una mujer así.
Quería preguntarle cómo fue que se hizo tantas cicatrices, pero, pensaba que iba a tocar un tema delicado para ella o algo similar.
Mientras tanto, la pelinegra miraba hacia el techo, no quería encontrarse con aquellos ojos verdes. Sentía vergüenza de su propio cuerpo. Sentía vergüenza de ella misma...
—Listo— dijo Izuku guardando algunos algodones en el botiquín.
Sumire se puso su playera y su característica sudadera negra —Gracias— la pelinegra estuvo apunto de irse, pero Deku la detuvo —¿Pasa algo?— preguntó, mientras miraba con confusión a Izuku.
Izuku dudó algunos segundos, pero miró decido a Sumire —¿Como... Como te hiciste las cicatrices?— preguntó mirando a otro lado.
—Algunas las hice yo, otras me las hicieron— Izuku miró a Sumire, la cual estaba inexpresiva, como si no le importara.
—¡No debes auto lastimarte!— replicó Izuku.
Sumire se molestó un poco —¡Se que está mal!— notó que alzó la voz y agachó la cabeza —Lo se perfectamente...— apretó sus puños, hasta que los nudillos se tornaron de un color blanquecino.
—No lo vuelvas a hacer... Por favor— Izuku miró con lágrimas en los ojos a Sumire, ella no supo cómo reaccionar, estaba sorprendida.
—Izuku... Yo...— Sumire tardó en encontrar las palabras adecuadas y cuando finalmente encontró algo que decir, Izuku la interrumpió.
—¡Solo prometelo!— ahora Izuku era quien alzaba la voz, esto tomó desprevenida a Sumire, causando un pequeño sobresalto.
Sumire se quedó observando a Izuku.
Sabía que no era algo que pudiera cumplir, ya que, siempre algo malo pasa o pasará en su vida. Y ese algo será tan malo que ella volverá a lesionarse. No tiene un quirk que sea ver el futuro, pero no hay necesidad de tener ese quirk, ya que eso... Eso es como una ley, siempre que crees estar perfectamente bien, algo malo pasa y vuelves a quedar mal.
Odiaba su vida.
Tal vez, si volviera con los Hirahara tendría una mejor vida, llena de lujos, pero a ella no le interesa la ropa de diseñador ni el maquillaje carísimo. Igual no perdía nada con intentarlo, pero estaba bien con lo poco que tenía.
—No puedo prometer algo que no cumpliré...— dijo.
Izuku al inicio la miró con tristeza y en seguida su mirada se tornó seria —Entonces trataré de ayudarte para que no lo vuelvas a hacer—
—Izuku, soy un caso perdido, no hay nada en que me puedas ayudar—
—¿Y si te ayudo con tu quirk?— preguntó esperanzado.
—Sería buena idea, pero si de alguna forma no lo logro controlar... Tú...— Sumire agachó la cabeza e hizo una mueca.
—Yo confío en ti y sé que eso no pasará— Izuku colocó sus manos en los hombros de Sumire y le sonrió.
La pelinegra pensaba que no había persona más linda que aquel chico de cabellos verdes oscuros y despeinados y con unas lindas pecas. Todo de Izuku era lindo a los ojos de Sumire.
El tiempo se les fue volando, ambos comenzaron a hablar sobre sus quirks, sobre los pro's y los contra's de los quirks que poseían. De vez en cuando, Sumire pensaba en decirle a Izuku sobre lo que descubrió de su familia, pero no estaba segura de si le iba a creer o no. Decidió contarle al respecto en otra ocasión.
Y de la nada, Izuku e Sumire comenzaron a organizar una salida entre amigos.
—¿Y que piensa Iida de que me junte con ustedes?— preguntó Sumire, ya que estaban organizando ir a un McDonald's a platicar sobre lo primero que se les ocurra.
—No tienes que preocuparte por el— la alarma de Izuku sonó, indicando que era hora de irse arreglando para ir a la Yuuei —¿Quieres volver a acompañarme?— preguntó Izuku mientras sacaba su uniforme del clóset.
—La pregunta ofende, tonto— Sumire soltó una pequeña risa y cuando quedó cerca de Izuku le dió un golpe amistoso —Entonces más tarde te veo—
En esta ocasión, Sumire e Izuku fueron sorprendidos por su madre, la cual había entrado por la puerta de Izuku, aparentemente venía a despertar a su hijo, Sumire no evitó pensar que Izuku tiene una maravillosa madre.
Mientras tanto, Midoriya Izuku estaba muy rojo, su madre no sabía de qué Sumire hablaba con el durante las madrugadas.
—Mi hijo está creciendo— la madre de Izuku irradiaba felicidad, mientras que Midoriya irradiaba nerviosismo —Sumire ¿Cierto?— la pelinegra asintió —¿Podrías ayudarme a hacer el desayuno?—
"Sumi, ayúdame a preparar el desayuno"
El rostro sonriente de su hermana mayor, Reiko y el tono dulce y amable de su voz de hicieron presentes en la mente de Sumire.
La pelinegra sintió una nostalgia enorme, así que simplemente asintió y salió de la habitación, dejando a Izuku.
Mientras bajaba las escaleras junto con la madre de Izuku, está comenzó a observarla de pies a cabeza y constantemente asentía.
Una vez llegaron a la cocina, comenzaron a preparar el desayuno, la madre de Izuku se dirigía amablemente hacía Sumire, de vez en cuando, hablaban sobre cocina o sobre desde hace cuánto tiempo Sumire sabe cocinar.
Una vez terminado el desayuno, la madre de Izuku le ofreció jugo de naranja, lo aceptó con gusto, se quitó el cubre bocas y comenzó a beberlo y al ver que estaba dulce, siguió bebiendo.
—¿Entonces ya tuvieron su primera vez?— preguntó la madre de Izuku, Sumire casi se ahoga con el jugo, pues la pregunta la tomó desprevenida, tosió un par de veces y negó con la cabeza.
—Solo soy una amiga— respondió volviéndose a colocar el cubre bocas.
—¿Entonces se puede saber que hacías en la habitación de Izuku? No estoy enojada, al contrario, estoy feliz de que este haciendo amigos— inconscientemente Sumire sonrió.
—Su hijo... Es como el amigo que nunca tuve, y lo veo en las madrugadas para desahogarme...— habló Sumire, mientras, tímidamente se fue a sentar al sofá que se encontraba en la sala.
—Izuku siempre fue asi...— Sumire comenzó a sumergirse en sus pensamientos, la voz de la madre de Izuku se hacía lejana y solo se escuchaban murmullos.
"Me quité el cubre bocas y nadie murió"
Pensó. Su mirada estaba fija en la madre de Izuku. Solo veía como sus labios se movían.
"Pasó lo mismo con los animales del otro día, ¿Será que mi quirk está fallando? Ahh, no comprendo que es lo que está pasandome. Será mejor que Shigaraki y Kurogiri no se enteren de esto o me matarán, ¿Esto estará relacionado con aquel chico que maté y toda esa información? No lo sé, que fastidio tener tantos problemas..."
—¿Sumire?— la voz de Izuku la sacó de su trance y la nombrada lo miró —Vamos— Izuku se despidió de su madre de forma cariñosa, la pelinegra sonrió ante el acto de Izuku.
—Hasta luego— Sumire se despidió haciendo una leve reverencia y salió.
—Ven cuando quieras— la madre de Izuku se despidió moviendo la mano y sonriendo.
Iban caminando tranquilamente, sin decir palabra alguna, Sumire seguía pensando en lo que pasó con su quirk minutos antes. Obviamente, Izuku notó esto, pues Sumire constantemente chocaba con algunas personas y hacía una leve reverencia en forma de disculpas. Por suerte faltaba poco para llegar a la Yuuei.
"Cuando está pensativa, tiende a ser muy distraída"
Pensó Izuku para más tarde anotarlo en su libreta dedicada a Sumire.
—¿Esta todo bien?— preguntó Izuku.
—No— la pelinegra respondió cortante —Mi quirk... Tiene fallas— el interés en Deku se hizo presente.
—¿A que te refieres?— Deku se paró enfrente de Sumire.
—Verás...— Sumire se pasó un mechón detrás de la oreja —Hace rato, tú madre me ofreció un jugo de naranja y no pensé en las consecuencias que pudo traer y me quite el cubre bocas...— miró a Izuku —¡No tenía malas intenciones con ella! Solo pensé que sería descortés rechazar el jugo...—
—Ya veo...— Izuku puso la mano en su mentón —¿Es la primera vez que pasa esto?—
—No... Es la segunda vez que pasa— Sumire jugueteaba con sus dedos —Cuando ocurrió esto por primera vez fue cuando debía matar a alguien y el lugar en el que vivía habían muchos perros y gatos callejeros, las personas murieron pero los animales no— Sumire miró la hora en su móvil —Se te hará tarde—
Midoriya Izuku comenzó a murmurar cosas incomprensibles para Sumire, solo podía escuchar la palabra "quirk"
—¿Izuku?— la pelinegra pasó su mano por la cara del mencionado pero no reaccionaba.
—¡Oye maldito nerd! ¡Cállate!— de la nada, apareció Katsuki Bakugou, gritando como siempre, Sumire rodó los ojos —¿Ah? ¿¡Que haces tú con el nerd!?— gritó.
—¡Ka-Kacchan!— Izuku finalmente reaccionó sobresaltandose por la inesperada presencia del rubio cenizo.
—¡Te hice una pregunta!— Kacchan miraba con odio a Sumire, ella simplemente se giró dandole la espalda, acto que hizo enfurecer a Bakugou —¡No me ignores mientras te hablo!— las manos de Bakugou comenzaron a desprender humo.
—Tres palabras, que te importa— aún de espaldas, Sumire levantó su dedo corazón.
Bakugou estaba explotando —¡Maldita emo de mierda!—
Sumire soltó una gran carcajada —¿Ese es tu mejor apodo?— se giró cruzándose de brazos y sonriendo de lado.
Ese tipo de actitud de Sumire, de alguna forma cautivaba a Izuku.
Bakugou tenía todas las intenciones de darle un puñetazo en la cara a Sumire y eso hizo, no se contuvo por el simple hecho de ser una chica.
—¡Kacchan detente!—finalmente, Izuku intervino —¡Sumire! ¿Estás bien?— Izuku preguntó mientras tomaba entre sus manos el rostro de la chica.
Sumire, de alguna forma se sentía confiada y con unas enormes ganas de patearle el trasero a Bakugou.
—Oye musulmán— Katsuki, quién ya estaba varios pasos adelante de Izuku y Sumire, se giró, apretando los puños —¿Eso es todo lo que tienes?— Sumire amaba hacer enojar a las personas.
—¡¡Maldita emo!! ¡¡Te mataré!!— Sumire comenzó a reír, se le hacía tan cómico la forma en la que Bakugou pronunciaba las palabras "te mataré" pero para su mala suerte, mientras ella reía, Katsuki logró quitarle el cubre bocas, Izuku quedó muy sorprendido al igual que la pelinegra —¿Esto es importante para ti?— Katsuki tenía entre sus manos el cubre bocas de Sumire.
"¡No tenía malas intenciones!" Sumire recordó sus propias palabras, las cuales le dieron la clave para controlar su tan peligroso quirk.
—¡Kacchan devuelve eso!— gritó Izuku.
—¡No te metas en esto maldito Deku!— Kacchan replicó con otro gritó mientras miraba a Izuku.
—Nunca te descuides— Sumire se teletransportó a espaldas de Bakugou y le dió una patada en su espalda, logrando dejar a Katsuki en el suelo —Y eso es mío— Sumire le arrebató de las manos su cubre bocas.
Tanto Sumire como Izuku no notaron la presencia de Denki, Eijiro y Todoroki.
Inmediatamente, el rubio y el pelirrojo se acercaron a Sumire felicitando a esta, Katsuki enojado, se levantó con intenciones de volver a golpearla pero Aizawa, pofesor de la Yuuei, lo detuvo y se lo llevó a la dirección.
—¡Aparte de bonita eres fuerte!— habló Eijiro. Este comentario hizo sonrojar a Sumire levemente.
—¡Si si!— Denki asentía —¡Eres asombrosa! Y en mi humilde opinión, creo que te ves mejor sin el cubre bocas ¿No es así Eijiro?— el mencionado asintió.
Sin previo aviso, Denki se tomó una foto junto con Sumire y Eijiro.
Mientras tanto, Todoroki miraba a Izuku, quién parecía molesto.
—¡Ver a Sumire sin cubre bocas es algo que no se verá todos los días!— Eijiro pasó su brazo por el cuello de Sumire e hizo el signo de amor y paz. Denki tomó otra foto.
Izuku ya no se contuvo y alejó a Sumire de Eijiro y Denki, quienes se miraron cómplices.
—¿Que pasa?— preguntó Sumire, confundida por el comportamiento de Izuku.
—¡Solo... Solo que-quería decirte que peleas bien!— dijo Izuku, nervioso y sonrojado como casi siempre. Denki y Eijiro golpearon sus frentes.
El rubio y el pelirrojo habían comprendido lo que pasaba entre Sumire e Izuku, nuevamente se miraron cómplices.
—¡Oigan! ¿Que les parece si mañana vamos a un McDonald's?— sugirió Denki.
—¡Si! ¡Que también venga Todoroki!— Todoroki Shouto los miró con un semblante frío, pero a pesar de eso, asintió —¡Genial!— de pura casualidad, iba pasando Ashido Mina, una gran amiga de Eijiro y Denki —¡Oye Mina!— la chica de cabellos rosados se acercó a ellos y los saludo.
—¡Ella es Sumire, una nueva amiga!— habló Denki, Mina miró a Sumire.
—¡Es tan linda!— dijo alargando la "a" —¡Soy Ashido Mina!— ambas se presentaron y se cayeron bien.
Eijiro invito a Mina. Entonces, se organizaron para verse saliendo de la escuela e ir a él McDonald's. Sería la primera vez que Sumire salía a algún lugar con amigos y ahora, una nueva amiga; Ashido Mina.
Mientras tanto, Amane miraba con furia a la pelinegra.
N/A: Sumire mide 1,64, por lo que es un poco más bajita que Izuku jiji y por favor admiren la foto en multimedia owo
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