Mi querida Lizzy,

Sigo aquí, en este lugar oscuro, donde el día se funde con la noche, y todo se vuelve un caos. Me estoy hundiendo, y por más que intento salir, no encuentro una forma de salvarme. Estoy atrapado en mis propios errores, en mi propio arrepentimiento. No sé si alguna vez podré perdonarme por haberte fallado, pero lo que sé, con toda certeza, es que me haces falta más de lo que jamás imaginé.

Es curioso cómo a veces nos acostumbramos a algo que no sabemos apreciar hasta que ya no lo tenemos. Yo me acostumbré a ser alguien que tú amabas. Me acostumbré a tener tu apoyo, tu sonrisa, tus caricias, tus palabras, y todo lo que hiciste por mí. Tu amor era mi refugio, mi paz. Sin ti, el mundo se ha desmoronado, y todo lo que queda es un vacío que no puedo llenar. Mi alma, mi corazón, mi vida entera, todo se deshace en pedazos, porque tú ya no estás aquí para ayudarme a superarlo.

Cada día que pasa, me encuentro más perdido. Recuerdo esos momentos, esos instantes en los que te sentía cerca, cuando me tomabas de la mano y me decías que todo estaría bien. No sé cómo te tenía a ti, cómo pude ser tan ciego y no darme cuenta de lo que realmente significabas para mí. Me dejé llevar por mis inseguridades, por mis miedos, por mis errores. Y cuando tú te fuiste, me di cuenta de lo mucho que me habías dado, y cómo yo, en mi torpeza, te lastimé.

Lo que siento ahora no es solo arrepentimiento. Es desesperación. Necesito alguien para sanar, alguien que me conozca, alguien que pueda sostenerme como tú lo hacías. Es fácil de decir, pero nunca es lo mismo. No hay nadie más que me haga sentir lo que tú me hacías sentir. Ni siquiera Gemita, ni nadie más. Solo tú. Y ahora que te has ido, todo se vuelve más sombrío. Te fuiste, y me dejaste con esta sensación de vacío, con esta carga que no sé cómo soportar. Bajé la guardia y me dejé llevar por el amor que me ofrecías, y ahora que todo eso ha desaparecido, me siento incapaz de encontrar el camino de regreso.

Cuando me caigo en mis pensamientos, todo se distorsiona. Cierro los ojos y me encuentro recordando cómo me sentía cuando tú me amabas, cuando tú me cuidabas. Y aunque no te tenga a mi lado, sigo sintiendo ese amor en mi pecho, una llama que no se apaga. Aún te amo, Lizzy, más de lo que las palabras pueden expresar. Y aunque me duela, sé que siempre te amaré, incluso si el tiempo y la distancia nos separan más. Siempre serás mi razón, mi vida, mi todo.

Sé que ya es tarde. Sé que he perdido el derecho de pedirte que me perdones, y no te pido que vuelvas. Lo que más quiero es que seas feliz, aunque no sea conmigo. Pero también sé que lo que siento por ti no desaparecerá. No importa cuánto lo intente, siempre estarás en mi corazón. Si alguna vez pensaste que no te valoraba, si alguna vez sentiste que no te apreciaba lo suficiente, quiero que sepas que no fue así. Ahora, después de todo, entiendo lo que perdí, y es una lección dolorosa, pero necesaria. Lo que yo sentía por ti era amor verdadero, el que llega sin previo aviso, el que llega sin ser planeado, pero que te consume por completo. Y ahora, al darme cuenta de esto, no puedo hacer más que lamentar no habértelo dicho antes, no haberte demostrado todo lo que sentía.

Te amé con mi vida, mi alma, mi corazón. Incluso cuando ya no estabas, te amaba. Y aún lo hago. Todo lo que me queda ahora es esta amarga sensación de haber dejado ir lo mejor que jamás me sucedió. Pero si alguna vez te vuelvo a ver, te prometo que te mostraré el amor que te mereces, el amor que no pude darte antes.

Por ahora, solo quiero que sepas que te extraño más de lo que puedo soportar. Estoy aquí, sin saber cómo seguir, sin saber cómo recomponerme. El día se ha ido, y no estás aquí para ayudarme a superarlo todo. Pero si alguna vez, en algún lugar, en algún tiempo, encuentras un rincón en tu corazón para mí, estaré esperando. Y si no, al menos te llevaré siempre en el mío.

Te amo, Lizzy. Te amé y te seguiré amando, aunque ya no estés aquí.

Con todo mi arrepentimiento y amor eterno,

Auron.