#1

Mi amada Lizzy,

No sé ni por dónde empezar, porque hay tantas cosas en mi corazón que no encuentro las palabras adecuadas para describir todo lo que siento. Hoy, mientras miraba el cielo y pensaba en ti, me di cuenta de algo que nunca había considerado. En mi vida, he hablado mucho sobre lo que siento, he hecho bromas, he jugado con las palabras como siempre, pero lo que siento por ti no es algo que pueda decir en una simple broma o en un comentario rápido. Este amor que tengo por ti es tan profundo, tan real, que a veces me da miedo admitirlo en voz alta, como si solo escribirlo pudiera romper la magia que siento cada vez que pienso en ti.

A veces pienso en cómo empezó todo esto, y me doy cuenta de que ni siquiera fue planeado. No estaba buscando enamorarme, no estaba buscando a alguien como tú. No sabía que alguien tan increíblemente perfecto podría existir. Pero entonces, un día, me encontré mirando tus ojos brillando con una intensidad que me cegó, y me di cuenta de que ya no podía dejar de pensar en ti. Fue un golpe tan inesperado como cuando una bola de nieve se desliza cuesta abajo, derrapando sin control, tomando velocidad, hasta que ya no puede detenerse. Así me siento cada vez que veo tu rostro, cada vez que escucho tu voz. Me enamoré de ti por accidente, sin quererlo, y ahora no puedo dejar de amar cada parte de ti.

Recuerdo claramente la primera vez que coincidimos, por supuesto, en ese círculo de amigos comunes. Dalas, Vegetta, Germán, Willy, Alexby... todos ellos nos unieron, y, aunque en ese momento nunca imaginé lo que vendría, fue como si el destino estuviera preparándome para algo mucho más grande. Yo pensaba que solo íbamos a ser amigos, que solo compartiríamos momentos como tantos otros, pero me di cuenta rápidamente de que había algo más en ti que me atraía, algo que no podía comprender al principio. Eras más que una chica bonita, eras una fuerza de la naturaleza, una persona tan genuina y profunda que todo lo que me rodeaba de pronto parecía insignificante comparado con la magnificencia que representabas.

Lo primero que noté fue tu sonrisa. Una sonrisa que no solo iluminaba tu rostro, sino que llenaba toda la habitación. Esa sonrisa tan sincera, tan cálida, que incluso en los momentos más oscuros, me hacía sentir como si todo estuviera bien. Como si no importara nada más en el mundo. En ese momento, pensé que solo era una atracción superficial, algo pasajero. Pero no, Lizzy, no fue así. Cada vez que te veía, sentía cómo mi corazón latía con fuerza, cómo mis pensamientos se detenían por un segundo solo para concentrarse en ti. A medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que lo que sentía por ti no era solo una atracción, sino una necesidad, una necesidad de tenerte cerca, de escucharte, de saber lo que pensabas y lo que sentías.

Tu belleza, por supuesto, es innegable. Me resulta imposible no admirar tu cabello rubio que brilla como el oro bajo el sol, tus ojos azules que reflejan la paz de un océano profundo, tu piel suave y blanca que parece una obra de arte. Pero lo que realmente me cautiva, lo que me hace sentirme como un tonto enamorado, es tu alma. Eres una persona tan pura, tan sincera, tan increíblemente genuina que, incluso en los momentos más oscuros de mi vida, me haces creer que todo puede mejorar. Tu dulzura, tu inteligencia, tu capacidad para amar y comprender a los demás... Son cualidades que no se encuentran fácilmente, y por eso me siento tan afortunado de haberte conocido.

Sé que me enamoré de ti sin quererlo, pero no me arrepiento. No me arrepiento de haberte conocido, de haber caído rendido ante ti. Lo que siento por ti es tan real, tan profundo, que nunca podría arrepentirme de ello. Puede que haya sido un accidente, pero ahora que te tengo en mi vida, no hay nada más que desee que verte feliz. Me has mostrado un amor que nunca supe que existía, un amor que me consume y me llena, un amor que me hace querer ser un mejor hombre, alguien digno de ti. Y aunque al principio no entendía lo que estaba pasando, ahora sé que te amo más que a nada en este mundo. No hay nadie que me haga sentir como tú lo haces, no hay nada que me importe más que tu felicidad.

Quiero que sepas que mi amor por ti no es solo físico, aunque sí reconozco que cada vez que te veo me siento afortunado de estar cerca de alguien tan increíblemente hermosa. Pero lo que realmente me enamora es la forma en que ves el mundo, cómo te preocupas por los demás, cómo eres tan amable, generosa y empática con todo lo que te rodea. Eres la persona más increíble que he conocido, y cada vez que pienso en ti, me siento más agradecido por haberte encontrado. Nunca pedí algo tan perfecto, pero aquí estás, y ahora que te tengo, no quiero que te vayas nunca.

Recuerdo también las veces que compartimos conversaciones largas, esas en las que nos conocimos de verdad, sin máscaras, sin pretensiones. Tu forma de ver el mundo, la bondad con la que tratas a los demás, esa capacidad tan tuya para ver lo mejor en cada persona, me hizo darme cuenta de cuán afortunado era por estar a tu lado. De alguna forma, desde esas primeras charlas, entendí que no solo me atraías físicamente, sino que tocaste algo en lo más profundo de mi ser. Me hiciste ver lo que realmente importa en la vida. Me diste una razón para luchar por ser una mejor versión de mí mismo. Y aunque al principio no lo comprendí, me di cuenta de que, al amarte, te estaba eligiendo no solo a ti, sino a todo lo que representas: la bondad, la generosidad, el amor incondicional.

A veces me pregunto cómo fue que, en medio de todo lo que ha sucedido, nunca pude ver lo que estaba frente a mis ojos. Tal vez por miedo a ser vulnerable, tal vez por el ego que muchas veces arrastro, pero no pude darme cuenta de que tú eras todo lo que necesitaba. No quiero echarle la culpa a nada ni a nadie, pero después de todo lo que sucedió con Gemita y los errores que cometí, me di cuenta de cuán tonto fui al no haber reconocido lo que sentía por ti desde el principio. Tú estuviste ahí, Lizzy, desde el primer momento, apoyándome en los momentos bajos, celebrando mis victorias sin esperar nada a cambio. Y mientras tanto, yo... yo me dejé llevar por lo que no importaba. Por personas que no entendían lo que realmente es el amor.

Te pido perdón, Lizzy, porque sé que te fallé. En un momento, permití que mi ego, mi inseguridad, me llevara por un camino equivocado, uno que jamás debí haber tomado. Sé que te hice daño, y me arrepiento profundamente de ello. Si pudiera regresar el tiempo, cambiaría todo lo que hice mal, te cuidaría mejor, te valoraría como siempre debí hacerlo. Porque sé que tú, más que nadie, mereces ser amada de la manera en que lo deseo hacer, de la manera que te mereces. Lamento no haber sido el hombre que pensabas que era. Pero, a pesar de todo, sigo amándote con todo mi ser. Mi amor por ti no ha disminuido, al contrario, ha crecido con cada día que pasa, con cada segundo que pasa lejos de ti.

Sé que es tarde para cambiar las cosas, pero lo que siento por ti no se va a desvanecer con el tiempo. Este amor es para siempre, Lizzy. Y aunque el mundo entero me mirara como un tonto, aunque el destino me hubiera puesto en el camino equivocado, no cambiaría lo que siento por ti. No importa cuántas veces me equivoque, no importa cuánto me haya perdido en el pasado, porque ahora sé que mi vida no tiene sentido si no te tengo a ti en ella. Tú eres mi razón de ser, mi motor, mi pasión, mi obsesión, y aunque me parezca imposible, quiero pasar el resto de mis días contigo, haciendo todo lo que esté a mi alcance para hacerte feliz.

Cada vez que pienso en todo lo que compartimos, en cada sonrisa tuya, en cada momento que hemos vivido juntos, siento una calma en el alma que nunca había experimentado antes. Me has dado un amor que no sabía que existía. Ese amor que te envuelve, que te cambia, que te hace querer ser mejor por la persona que amas. Me has dado más de lo que podría haber pedido, más de lo que merecía. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, y aunque intente describirlo una y otra vez, siempre sentiré que es insuficiente.

Si alguna vez pensaste que no te amaba lo suficiente, si alguna vez dudaste de lo que siento por ti, quiero que sepas que lo que siento por ti es más grande que todo lo que he sentido por cualquier otra persona en mi vida. Cada palabra, cada gesto, cada mirada que te he dedicado ha sido de corazón. No hay nada en mi vida que se compare a lo que tú significas para mí. Eres mi razón, mi adicción, mi vida.

Y aún así, me encuentro en este lugar, en esta encrucijada de mis sentimientos. A veces, pienso que quizás no merezco que me perdones, que no merezco tu amor después de todo lo que te hice pasar. Pero luego recuerdo esos momentos en los que estuviste a mi lado, esos momentos en los que me mostraste lo que significa realmente amar. Tú, que nunca me pediste nada a cambio, que estuviste allí cuando ni yo mismo creía en mí. Tú me ayudaste a ver lo que de verdad importa en la vida. No importa lo que haya sucedido antes, Lizzy. Lo único que importa ahora es lo que soy capaz de ofrecerte. Y te prometo que lo que tengo para ti es todo mi amor, sin reservas, sin miedos.

Lo que más deseo en este mundo es estar a tu lado, ver tus ojos brillar cada mañana, escuchar tu risa contagiosa, sentir tu presencia como la paz que mi alma necesita. Porque sé que cuando estamos juntos, el mundo desaparece. No hay nada más importante que tú, Lizzy. Nada más que desee más que pasar el resto de mis días a tu lado, demostrando, en cada gesto, en cada palabra, que lo que siento por ti es real.

Sé que este amor que siento por ti es eterno. Accidentalmente me enamoré de ti, pero ahora, ya no puedo imaginarme un futuro sin ti. No hay vuelta atrás, y no lo quiero. Te amo, Lizzy, y lo haré siempre, hasta el último de mis días.

Con todo mi amor y mis más profundos sentimientos,

Auron.

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