7

—Yo...– Doyoung se quedó en silencio. Jaehyun simplemente pasó a sentarse al sofá.

—Doyoung.– llamó el menor, sin honoríficos.– te dije que Taeyong no me gusta ya, ¿Acaso lo olvidaste?

Doyoung lo recordó en ese momento y quiso golpearse en la cabeza por lo tonto que fue.

—Lo olvidé.– contestó.

—Sabía que algo extraño estaba pasando.– dijo Jaehyun.– me hizo sentir incómodo, porque nunca tuve que lidiar con una situación así. Creí que esto no iba a pasar ya que...

Jaehyun se quedó en silencio. Doyoung frunció el ceño, ¿De qué hablaba Jaehyun? ¿A qué se refería con que creyó que "eso" no iba a pasar?

—Olvídalo.– dijo Jaehyun.– ni siquiera debería estar molesto contigo, ni con él, ni conmigo. Nadie tiene la culpa aquí, pero igual me siento terrible.

—¿Nunca recibiste una confesión?– preguntó Doyoung.

—No lo sé.– respondió.– esperé una confesión por tantos años que jamás llegó, y pensándolo bien yo fui un cobarde que nunca dijo nada. Creo que nunca recibí una confesión, hasta ahora. No quiero arruinar las cosas igualmente.

Doyoung se quedó callado, era su culpa por darle esperanzas a Taeyong. Él había olvidado que Jaehyun había dicho aquello, pero tampoco podía hablar por el menor.

—Lo siento.– dijo Doyoung.

—¿Por qué?– preguntó Jaehyun.

—Por hacerte sentir incómodo.

—En todo caso, no eres tú quien me hizo sentir incómodo.– dijo el menor.– quiero hacerte una pregunta, ¿Por qué le ayudaste?

—Creí que...eran el uno para el otro.– contestó Doyoung.

Jaehyun asintió y bajó la mirada, luego se levantó.

—Gracias por invitarme, pero tengo que volver a casa, ya es tarde.

Jaehyun se dio la vuelta, Doyoung quiso detenerlo, pero no quería molestarlo. Él no podía hacer nada por Taeyong, eran los sentimientos del menor los que sí podían hacer algo.

Pero Jung no amaba a Taeyong en esta vida.

...

Al siguiente día, Taeyong no apareció en la escuela y lo entendía, era muy sensible. Doyoung estuvo aburrido, y un poco molesto.

Johnny no paraba de molestarlo siempre, con el tailandés Ten.

Doyoung empezó a odiar un poco a Johnny, habían muchas razones por las cuales odiarlo, pero no pensó que alguna vez llegaría a hacerlo.

—¿Quieres un dulce?– preguntó Johnny.

—Uhm...no.– dijo Doyoung.

—¿Y un chocolate?– esta vez preguntó Ten.

—No, gracias Ten.– le sonrió un poco, causando que el menor se sonrojara al instante, era gracioso para Doyoung.

—Doyoung, quiero hablar contigo...a solas.– dijo Johnny, mirando a Ten, este rodó los ojos y se levantó y se fue.

—¿Qué quieres hablar, hyung?– preguntó Doyoung.

—¿Por qué me evitas?– le miró con el ceño fruncido, dolido.– desde el día en que celebraste tu cumpleaños, he notado un comportamiento extraño en ti.

—No te evito, no sé de qué hablas, hyung.– dijo Doyoung.

—Eso es lo que digo. Sigues con tus palabras cortantes, no quieres verme, no quieres hablarme, huyes siempre, me echas de tu casa, ni siquiera...ni siquiera quieres abrazarme...

Doyoung solo lo miró, miró sus ojos. ¿Por qué Johnny tenía esos ojos? Esos, de los que se enamoró alguna vez, solo le causaban dolor profundo.

"Te odio." Quiso contestar. Pero debido a la circunstancias, él no podía decirlo. Johnny no había hecho algo todavía como para poder odiarlo, era un odio incomprensible.

Recordó las palabras de Jaehyun en ese momento. "Esperé una confesión por tantos años que jamás llegó."

Doyoung siempre esperó la confesión de Johnny en su vida anterior, pero terminó confesandose él, ahora el mayor quería estar cerca de él y le parecía irónico.

—¿Por qué no respondes?– preguntó Johnny.– Yo pensé...yo pensé que me amabas.

Doyoung lo miró un poco sorprendido. Luego frunció el ceño, siempre se trataba de Johnny, siempre Kim se tenía que doblegar a los deseos del mayor. Aún recordaba que tuvo que renunciar a su trabajo en su vida anterior solo porque el mayor quería mudarse.

Tantas veces fueron, que ni siquiera podría contarlas. Estaba harto de que le manipulara.

—Bien has dicho, pensaste.– dijo firmemente.

—Yo sí te amo, por eso me acerco a ti, quiero estar contigo.

—Yo...no quiero estar contigo.

Johnny le miró con el ceño fruncido y desvió la mirada.

—Te extraño, la persona que eras antes de tu cumpleaños. Quiero poder abrazarte y besarte tus mejillas como solía hacer, quiero poder llegar a tu casa y pasar mis días contigo. Incluso, podría ir a la misma universidad que tú con tal de verte todos los días.

—Johnny, por favor, cállate. Te he dicho que no quiero estar contigo ya, no sé porqué dices cosas como esas.

—¿Tienes a alguien en tu corazón ya?

—Sí.– Doyoung respondió sin pensar. Entonces asintió, se levantó y se fue.

Doyoung pudo respirar tranquilo, esperando que el mayor lo dejara en paz y no tuviera problemas con él.



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