Infectado
Los ocho participantes están en el estacionamiento, aunque ninguno lo quiera decir todos tienen la misma sensación, uno de ellos acabara muerto, quien sea dependerá totalmente del juego.
Las luces del estacionamiento empiezan a titilar. ocho personas con sus túnicas negras y mascaras de cuervo aparecen de un lado, mientras que del otro aparece uno con la misma ropa a excepción de su túnica que es de un rojo sangre.
Todos miran al de la túnica roja nerviosos. — Cuando Whatkill tenia cinco años se dio cuenta de que todos lo miraban diferente, algo había en el que causaba que los niños no quisiesen aproximarse, ese sentimiento lo sentía en sus padres igualmente pero mas que un vació era la atención que recibía su hermano menor, no comprendía la razón del por que tenia tanta atención, esto causo un vació a su alrededor, a los cinco años conoció a la aveces dolorosa soledad.
Los ocho acompañantes del relator se acercan a cada jugador.
— Les ruego que se queden quietos, ellos colocaran unas musleras en sus piernas. — Vio el rostro molesto de uno de ellos. — ¿Algo te molesta Reed?
— Si ¿ Para que es esto?
Guardo silencio ante la pregunta, una vez todos fueron colocados se alejaron de los jugadores, cada uno saco un celular.
Dentro del bolsillo de las musleras se escucha como si algo se hubiese encendido, Rodrigo también empezó a inquietarse . — ¿ Que hay dentro del bolsillo?
— En estos momentos llevan una bomba en sus muslos, sus respectivas bombas explotaran de acuerdo al botón que presione.
Todos empezaron a mirar sus muslos o palparlos para sentir la pequeña bomba.
— ¿Por que en las piernas? — Pregunta Lan
— Para entenderlo. — Contesta. — Ustedes son los amigos de Whatkill, pero un amigo debe comprender al otro, esta es la manera por la cual busca que lo comprendan, su deber es conocerlo.
— ¡¿Que espera que comprendamos haciéndonos volar las piernas?! — Sara ya ha perdido la calma en este punto.
— Sentirán la soledad que experimento, comprenderán lo desvalido que se hallaba aquel niño de cinco años, uno lo representara, mientras que los otros serán testigos de semejante acto de impotencia.
— Están enfermos de la cabeza.— Reclama Noelia horrorizada por lo que acaba de escuchar.
— ¿Enfermos de la cabeza? — Contesta uno de los vestidos con túnica negra. — No somos los únicos, somos el resultado de esta sociedad que han creado, nuestro amo es una victima de su "mundo igualitario"
El anfitrión toma las riendas de la conversación. — No importan sus quejas, el juego comenzara apenas acabe de dar las instrucciones. Jugaremos a las traes con ciertas reglas especiales:
1. - Cada uno de ustedes carga una bomba enlazada a un cronometro que sostiene uno de los ocho aquí presentes.
2. - Uno de los jugadores tendrá su cronometro retrocediendo, la cuenta partirá desde el minuto cinco. aquel que tenga el cronometro en retroceso se llamara "infectado".
3. - Si el infectado esta cerca de un jugador activara el cronometro de este, pero si se aleja dejara de retroceder su tiempo.
4.- Para que el infectado se libere, debe tocar a una persona, de ese modo habrá pasado la infección y su cronometro dejara de retroceder una vez se aleje.
5.- No puedes infectar a la persona que te infecto al instante, debe infectarse a otra persona primero.
Ya que las reglas están claras, empezaremos con el segundo juego, la cuenta se activara en la ultima persona que acabo la competencia anterior.
Sara escucho como su bomba se activa, sus ojos se llenan de lagrimas por la situación, su pierna aun no sana de la mordida del perro, no existe modo de que alcance a los otros.
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