ÚNICO
—¿Dubu? ¿Qué pasó, mi amor?—JooHyun preguntó en cuanto vio a su pequeña hija entrar a la casa con un helado de vainilla en mano y consecuente, la mano y boca pegajosa.
La mayor por eso sólo alisó el cabello de su bebé y después de limpiar la mejilla, besó ahí, manteniendo la pregunta—mi amor, ¿Qué pasó?
—Mami puso en su lugar a los niños que me molestaron—alzó sus hombros al mismo tiempo que señalaba detrás de ella a la mujer más alta, sonriendo, bajando su gorra un poco—llegó y comenzó a hablarles y en una parte amenazó con decirle a sus papás y los amenazó después de decirles.
JooHyun rió, negando, parándose a la altura de su esposa para pellizcar su mejilla en un intento de reprocharla, pero, ¿Qué le reprocharía si esos niños ni eran suyos y molestaron a su bebé?
Por eso la pelinegra sólo negó, viéndola, acariciando su mejilla. Dicha caricia fue correspondida con un suspiro, y una mano derecha, fuerte, venosa y más grande que la suya la acunó para llevarla a sus labios.
—Ese problema fue arreglado, conejita, Dubu ya no tendrá problemas con esos niños feos—entonces ahí supo que la mejor solución fue haber llevado a la calmada que se altera después de varios intentos, en lugar de la alterada natural. Relamió sus labios, riendo, no sabiendo qué decir.
En realidad si sabia qué decir, quería decir las cosas mas vulgares del mundo junto a describir actos sucios pero su hija de 6 años estaba en la sala, comiendo de su nieve mientras balanceaba sus pequeñas piernas en el sillón. Por ese motivo JooHyun se guardó sus palabras, apoyándose en la barrita cuando vio a la mujer más alta subir una bolsa y comenzar a guardar botes de nieve.
Le sonrió cuando volteó y le enseñó nieve de chocomenta, sabiendo que lo hizo para molestarla y hacerla torcer sus ojos pero sólo se ganó que se acercara, relamiera sus labios, y comenzara a ver los otros.
Antes de decirlo, volteó a ver a su pequeña para preguntar.
—Dubu, ¿No quieres ir a jugar arriba?—y su hija, que al parecer sabe todo, la vio, con la boca embarrada de vainilla.
—No quiero, quiero ver la tele mami...—no tiene más opción que dejarla. JooHyun ríe, asiente, y voltea a ver a su esposa torciendo la boca, y SeulGi sabe que hace ese gesto cuando está pensando, por lo que la veía confundida, sonriendo al tiempo que abultaba sus labios, pero después soltó una risa nasal.
Sólo se acercó a plantar un beso en los labios de su esposa, riendo. Dijo divertida.
—Mientras terminas de pensar yo iré a arreglar la cama de DaHyun, dijo que una pata había caído y que le dijiste que esperara a la fuerte de la casa para arreglarlo—toma su cintura, se acerca a besarla, y JooHyun no se puede negar, porque acaricia esos anchos hombros y la mantiene más tiempo en sus brazos para besarla, pero después la castaña alza sus cejas, en súplica—de verdad tengo que arreglar esto...
Y sí, JooHyun está en contra de separarse pero sólo palmea sus hombros y una mejilla, asintiendo, todavía viendo sus labios—sí, ve, yo tengo que destapar el-
—Termino de arreglar la cama y vengo a hacerlo yo, de todos modos es sólo es asegurar la pata caída.
—No cantes victoria que son dos.
—Entonces es arreglar las dos patas caídas, en cuanto acabe vengo a arreglar el lavabo, ¿si?—vuelve a besar los labios abultados de su esposa al momento que desenlazaba sus brazos de su nuca para que la pudiera soltar del agarre, sonriendo, agarrando la caja de herramientas para correr al cuarto de su pequeña antes de otro reproche.
Pero JooHyun ese día no le haría ninguno.
Hay que recapitular de forma rápida todo lo que ha hecho SeulGi, ¿Y qué no ha hecho?
Ser la madre, esposa, mujer y ser humano más perfecto del mundo que haría lo que fuera por su esposa y su hija, la pelinegra se tuvo que sentar junto a su pequeña para disponerse a ver de lo que sea que esté viendo.
Puede admitir que se siente falta de tacto, no porque su esposa no se lo daba, sino, no había tiempo.
¿Hacerlo con su hija en la casa? Ni lo piensan siquiera, ¿Cuando su hija sale? lo intentan, pero la mayoría de las veces la niña llega a casa sufriendo de mamitis cuando su mami está ocupada con la polla de mamá en su boca.
Las únicas veces que sinceramente podían, era cuando se iba con alguno de sus abuelos sus mamis podían tener, básicamente todo el tiempo del mundo, mínimo 3 días donde se saciaban sus cuerpos de ese hambre que ambas poseían, porque vamos.
Son pareja desde universidad, todo ese tiempo debe ser indicador de que mínimo las dos se quieren. Mínimo.
Porque se adoran, SeulGi adora a su pequeña, gruñona y mandona esposa y JooHyun adora a esa complaciente y amable mujer, con su sonrisa divina que hace sus ojos medialuna.
Ojos, mejillas, quijada, cuello... hombros, brazos y manos...
No tuvo que pensar más hasta levantar su celular y enviarle mensaje a sus papás sobre si, por si acaso, no extrañaban a su hermosa, desastrosa y pequeña hija.
Gracias a Dios o a cualquier entidad divina respondieron al instante, y JooHyun saltó, cargando a su hija en un arranque de energía para llevarla a su cuarto, riendo.
Después de dejarla en su cama y hacer su maleta, se acercó para besar sus mejillas un buen par de veces.
Tal vez SeulGi notó esa alegría, y después de despedir a su hija para que se subiera alegre a la camioneta de sus suegros, volteó a ver a su esposa, limpiando el restante del agua del lavabo de sus manos en su camisa, alzando la ceja.
—¿Y eso?
—¿Qué?—JooHyun preguntó, haciéndose la boba al mismo tiempo que se acercaba para acariciar su pecho con sus manos, divertida, mordiendo sus labios—sólo quiero pasar tiempo de calidad con mi esposa, ¿Hay algo de malo en eso?
Sus ojos brillaron, sus labios se subieron en orgullo, y suspiró.
—¿Ese tipo de 'tiempo'?—pregunta ansiosa, casi saltando, y en cuanto asintió su esposa, SeulGi saltó de verdad. La cargó para depositar un beso en sus labios, un beso donde JooHyun tuvo que llevar su mano a las mejillas de su esposa para acariciarla.
Pero unas manos cuidadosas la bajaron, y después llegó una sonrisa.
—Oh, quiero que me folles hoy en la cocina.
JooHyun se separó, alzando la ceja—¿De verdad?—fue la pregunta que hizo la menor mientras la veía sonrojarse, riendo, rascando su brazo. Después mordió su labio.
—Desde la universidad me veía en la cocina, haciendo algo, y que llegaras para hacerlo en la cocina, SeulGiie, ¿Me vas a negar mi más profundo y húmedo sueño?—entrelazó sus brazos en la nuca de la castaña, haciendo un pequeño puchero que poco a poco se acercó a sus labios para atraparlos, húmedo, sólo rozándolos.
—Este...
—Que llegaras y me follaras, comieras mi coño, me follaras en la alacena, ¿No te gustaría follarme en perrito, como antes?—ver a la castaña relamer sus labios y sus ojos melosos, asintiendo, totalmente embobada.
—Sí, sí, eso suena-eso suena muy-muy bien—JooHyun ríe, volteándose de espaldas, pero SeulGi casi salta a sostener su cintura para pegarla a ella, acercándose, acariciando el cuello de la menor con su nariz y después lo besó, para sostener sus manos con cuidado y de igual forma, besarlas.
La mayor como pudo volteó la mirada y trató de ver a su esposa—¿Y lo harás ya, osita?—volvió a besar su cuello repetidas veces , asintiendo—¿Lo harás como yo quiero?
—Sí, mi conejita, te lo haré como quieres, vivo para complacerte—la mayor sonrió, sintiendo sus dedos ser besados y casi relamidos. Por eso se separó, posó su dedo índice en la barbilla y con eso, la guió hasta la barrita. Volteó a verla mientras se sentaba en la mencionada, cruzando las piernas, viendo a los ojos a su esposa.
—Entonces de rodillas, amor—la menor al instante lo hizo, comenzando a acariciar sus piernas al momento que le quitaba sus zapatos, calzado deportivo, cómodo, para la casa. De todos modos no lo iban a necesitar en esa situación.
Es entonces, cuando JooHyun se siente realizada.
No hay que pensar mucho para descubrir la razón. El tener a su esposa en rodillas besando sus pantorrillas de forma húmeda sobre sus leggins hasta subir a sus muslos y suspirar, ahí, sonrosada por completo con ese gesto lleno de placer bochornoso.
Sus cejas alzadas, y agarra aire.
—Te adoro, JooHyun—lo hace por completo. El modo en que su esposa la ve con ese anhelo y deseo la llena simplemente de todo, que relame sus labios para pensar.
No pudo hacerlo por completo porque su esposa subió por completo para lograr ir a su centro sobre las mallas, donde al parecer, al sentirse desesperada, encontró la forma para trozarlas.
Después unos labios húmedos sobre sus bragas, anhelando tocar más allá. Vio a su esposa con completo deseo.
—¿Puedo, conejita?—un sólo asentir de la pelinegra hace a la castaña ahora, de forma civilizada, mueva un poco las bragas de lado pero de forma consecuente, troza más las mallas.
No tuvo que esperar para que la menor comenzara a chupar sólo como ella sabe, los movimientos y tiempos exactos para que su esposa llevara una de sus manos a su cabeza, gimiendo, al tiempo que sentía los labios y lengua de su esposa hacer completas maravillas en su coño.
Y es que mencionado antes, llevaban desde universidad casadas, ¿Cómo su esposa no iba a conocerla a fondo, si literalmente ha explorado cada rincón de ella? JooHyun por eso se encuentra agradecida porque SeulGi siempre folla lo que es suyo de esa forma.
Sus manos acariciaban sus muslos de una forma suave al mismo tiempo que su lengua se movía de una forma fuerte, suave, pero lenta, de la forma que totalmente conocía y que sabía que era totalmente del agrado de su esposa.
El placer, el placer en ella estaba totalmente desbordando porque JooHyun gimió al momento que sintió los dientes de SeulGi atrapar levemente su clítoris y después soltarlo para volver a tentar sus labios con su lengua.
Estaba acariciando los cabellos castaños de su menor al mismo tiempo que apretaba sus piernas, gimiendo, soltando pequeños quejidos llenos de placer, avisándole a la otra que estaba realizando, en realidad, uno de los mejores y excelentes trabajos de su vida.
Ha de ser que está realizando su fantasía número, ha de ser que está cumpliendo uno de sus sueños más húmedos y eso, la estimula, como la estimula el hecho de escuchar a su castaña suspirar, soltar ruidos lascivos y sorber, al mismo tiempo que llevaba sus dedos a separar sus labios inferiores.
Está híper estimulada, hay tantas cosas pasando en ese momento, tanto por su mente como en su físico, y por eso, jala los cabellos de SeulGi, diciéndole con esa acción que pare, pero mejor habla, porque sabe quién está bajo su control.
—Para, SeulGi, para ahora—la obedece sin chistar. La castaña lleva su muñeca a su boca para limpiarla de los fluidos que cayeron a ella y se levantó, pero antes de siquiera llegar a la altura de la mayor, la escuchó chistar—¿Quién te dió permiso de levantarte?
—Ah, sí, cierto...—JooHyun respiró agitada, viendo su malla trozada, y rió, volteando a ver a la culpable.
—Después de todo te convertiste en una chica mala, SeulGiie, wow—lleva su pie a la frente de la menor para obligarla a verla, levantando la mirada, sonrió—¿Y lo compensaras, o qué, qué harás?
—Te follaré tan bien y te compraré otras...
—Ah-ah-ah... falta algo—SeulGi sonrió, llevando una mano al pie de la otra y después de besar su tobillo y subir por toda su pierna hasta su muslo interno, habló, levantándose.
—Te llevaré a Victoria's Secret, y te compraré lencería cara que sé que te encanta que troce, como ésta—su dedo tentó en su entrada, pero en realidad mostró las bragas de su esposa que ignoró la acción y llevó su mano, la de SeulGi, de nuevo a su entrada.
Sólo que ahora se paró, para seguir guiando la mano de su esposa a su goteante coño.
Abrió la boca, totalmente de sorpresa, al sentir a su esposa mover sus propias caderas para frotarse con su mano como ella sabe, de la forma que le gusta.
Movía su pequeña cadera en círculos, la agitaba, y cuando soltó un gemido más como queja, SeulGi entendió, parando un poco para insertar sólo dos dedos dentro de ella. Lo agradeció.
Sus dedos sumergirse en la humedad, sus dedos que sintieron lo apretado que estaba ahí, y SeulGi sonrió, llevando su mano a acariciar el vientre de JooHyun al mismo tiempo que impulsaba un poco su mano y sus falanges para impulsar a su esposa al orgasmo placentero, y lo logró.
JooHyun tuvo que apoyarse en el hombro de su castaña al tiempo que gemía, soltaba pequeños quejidos y suspiros bajos, pero que al mismo tiempo subían hasta consumirse por completo en la oreja de SeulGi.
Ahí tuvo que quedarse parada un minuto para recuperarse por completo de los pequeños espasmos en el hombro de su esposa, y sonrió, viéndola.
—Ahora hazme por completo tuya...
Su pecho aterrizó en la barrita fría, al mismo tiempo que sentía las fuertes y venosas manos de su esposa bajar por completo su licra, después, escucha un cierre, algo de ropa, pero jamás el cinturón de la otra golpear el suelo.
Volta a verla, preguntándose por qué tarda tanto, pero se queda con una imagen que le da una sonrisa.
Otro sueño húmedo completado.
En las películas eróticas y manwhas algunas veces sólo sacan su polla por la ropa interior y el pantalón, y sí, puede sonar DEMASIADO nerd, lascivo y sucio de ella, pero no puede negar que ha sido un sueño húmedo, y se atreve a decir, mató dos pájaros de un tiro.
El sueño de que algún día SeulGi llegue de su trabajo, con algún pantalón elegante, y al llegar a saludarla, que la folle rápido, sin decir ni pedir nada, en la cocina.
Mordió sus labios ansiosa, atrayendo a la castaña al momento que meneaba su cadera, y así fue a ella.
SeulGi se frotó una, dos, tres veces contra JooHyun, mientras dejaba que el líquido pre seminal goteara desde su entrada a directamente caer al suelo, a bañar su polla en los fluidos de JooHyun que al mismo tiempo, al gotear contra la polla gorda de SeulGiie se consumían en el piso de madera de la cocia.
Después, sólo sintió cómo la menor elevaba más su cadera, cómo gruñó, golpeando un poco más su carne, y cómo llevó una mano a su boca, lamió dos dedos, y los llevó de nuevo a la entrada de su esposa.
El lubricante natural ayudó demasiado a que la polla de SeulGi se deslizara dentro de ella con esa facilidad que le hace gemir apenas sintió la mitad dentro, pero después la hace gemir alto, en un quejido, cuando en un impulso logra meterla, gruñendo.
No podía elegir su sonido favorito en ese momento, si los gemidos de SeulGi que indicaban 'Apenas entré y ya me quiero venir', si las estocadas nada suaves y salvajes que resonaban, las pieles chocando, escuchar los dientes propios rozarse de tanto que los apretaba o sus jugos, que a medida que SeulGi metía y sacaba se consumían en la polla de la menor.
SeulGi no se quedaba atrás.
Entre el placer de sentir su polla ser apretada, al sumirse en la calidez que JooHyun le ofrecía en bandeja de plata, al escuchar sus gemidos repetirse una y otra vez diciéndole que siguiera, que no parara, y ella no era nadie para desobedecerla.
La desobediencia, ¿cómo puedes decir que te vale un carajo algunas veces el obedecer a alguien? SeulGi no lo hacía con su esposa.
Achicó un ojo mientras cumplía el mandato 'Un poco más fuerte', y gruñó, de nuevo.
Su mano se acercó al muslo de la mayor y en un movimiento rápido, lo levantó, haciendo que lo apoye en la altura de la barrita y carajo.
Si antes la apretaba, ahora, estaba segura que estaba exprimiéndola al mismo tiempo que aseguraba que pudo llegar más profundo, y fue así.
Se dio cuenta que fue así al momento que una de sus manos llegó al vientre de JooHyun y logró palpar el bulto que se hizo.
Sonrió.
—Oh Dios, Hyun, Hyun, ugh...—se acercó a morder su hombro al mismo tiempo que sentía sus bolas querer explotar dentro de su esposa, pero ésta negó, ladeando su cabeza un poco para verla.
—Todavía no puedes venirte, SeulGiie—vio su rostro sonrosado de forma tierna, y rió, llevando una mano a su nuca para sentir de nuevo más embestidas con el mismo ritmo que las anteriores, y sonrió—un poco más fu-fuerte, SeulGiie, dámelo todo, osita...
—Oooh, te lo voy a dar todo, conejita—sus manos vuelven a parrar en su cintura al tiempo que sus vaivenes aumentaban de velocidad, justo como había demandado, y si que logró complacerla. Sólo una bajo del vientre al clítoris para escuchar un quejido alto, y una mano pálida que mantuvo la morena ahí mismo.
Por esa razón le gusta follar tanto lo que es suyo.
SeulGi tuvo que apretar sus dientes y a medida que escuchó a su esposa gemir un poco más alto, sonrió, aliviada, agradeciendo a todos los cielos el saber cómo complacer por completo a su mujer al punto de llevarla a un orgasmo en cuestión de segundos.
Sólo volvió a quejarse, gimiendo, rogando por venirse dentro de su mujer en cuanto sintió el interior de la otra apretarla, y rogó en voz alta.
—¿Puedo venirme?—JooHyun asintió repetidas veces sintiendo su orgasmo suyo, y ahora, el que se mezcla con el de SeulGi.
El sentir el líquido de su esposa correr y explotar dentro suyo y que se junta con sus fluidos, es lo mejor. De hecho, el hecho de sentir que su esposa la llenó ha sido algo gratificante que sonríe, acariciando la cabeza de su esposa que se encuentra mordisqueando su hombro entre lloriqueos y gemidos.
Volteó a verla.
—¿Otra?—ve la sonrisa orgullosa de SeulGi, que se remueve dentro de ella.
—Pero ahora en el dormitorio, quiero tener de vaquerita en reversa.
El simple hecho de que salió de ella hace a SeulGi bajar su mirada en busca de algo, y cuando lo encuentra sonríe.
Su líquido espeso saliendo del interior de la pelinegra es algo, lo admite, gratificante en ella que volvió a ponerla erecta, ver a su esposa, y cargarla a la habitación.
Limpiar iba a quedar para después, porque ahora, tenía todo el fin de semana para poder follar lo que es suyo y no lo iba a desperdiciar.
©HYUNFROGS
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