O21
pov's yeo baeky
Mis lágrimas inundan la habitación, cada sollozo hace que SeokJin suspire en señal de cansancio mientras intenta quitarme los mocos con sus pañuelos blancos. En su cama matrimonial, con la pura elegancia al rededor, me siento como una idiota. Por más que trate de pensar bien las cosas, nada evita que la situación ya haya pasado. No puedo remplazar lo que dije ni lo que él dijo, haberme ido de esa forma no fue lo correcto, estaba cegada por el enojo.
No quería terminar de esa forma con TaeHyung. ¡Lo amo mucho!
—Baeky, piensa con optimismo.—el pelinegro apartó mechones de cabello de mi rostro húmedo por las lágrimas que no se detienen, abracé una almohada con fuerza, mirando el techo sobre nosotros.
—¿Qué hay de bueno en esta situación?
—¡Hola! Literalmente hay mucho, acabas de librarte de un posible traidor, o peor, un ladrón. ¿Cómo crees que consiguió ese auto? No creo que tenga el dinero para pagarlo.
—Él no es así, Jin.—negué, Tae siempre ha sido un buen chico, jamás robaría— Debe tener otras razones, solo que no quería decírmelas.—eso es lo que más me duele.
No soy confiable para TaeHyung, así como él lo es para mi. Volví a romper en llanto, sacandole un gruñido a mi mejor amigo.
—Por favor, chica. ¿Por qué sigues queriendo a ese ogro? No vale la pena, tienes a tantos atrás de ti, ¿Y lo eliges a él? No tiene dinero, ni modales, mucho menos la capacidad de conseguir una beca universitaria. Estas perdida a su lado, Baeky. ¿Qué te hizo elegirlo?
—Supongo que... —lo pensé, ¿Cuál fue la primera razón que me hizo estar con TaeHyung? Tras un vergonzoso momento donde él me ayudó, simplemente nos hicimos más cercanos con el tiempo, hasta que sus sentimientos se me fueron confesados y yo caí a sus pies—... es todo lo que quería.
A su lado nunca he tenido que fingir ser delicada, o amable de sobre manera, era yo misma. Incluso malhumorada o siendo brusca, a TaeHyung le gustaba. No me pedía sonreír o ser cariñosa, puede que por ello me enamore en un inicio.
—¡Ahg! Que tonta.—bufo, arrabatandome su almohada— Odio las cursilerias. Mejor duerme.—me dio la espalda— Luces fuera.—con sólo decir eso el cuarto se fundió en un profundo negro.
Por más que intentará dormir, se me hacía imposible, es doloroso.
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