Escena 11
—Ah...ahhh—sus suaves gemidos masculinos inundaban la habitación. Era de madrugada, la servidumbre estaba dormida cada quien en sus aposentos, el rey dormía en su propia habitación y el caballero escolta que debería de estar cuidando la puerta de la habitación de la princesa, se encontraba adentro con ella, siendo ferozmente montado por la dama a quien debería estar cuidando—Oooh—soltó un gemido más cuando las caderas femeninas cayeron con más fuerza sobre su miembro y sus paredes carnosas lo apretaron de manera deliciosa—Ah Ellie...—
Quién diría que la princesa sabía follar tan bien...
—Ahhh meliodas—ella sonaba como las mismas diosas. Sus senos rebotaban con cada movimiento, estaban perlados por el sudor y parecían deslumbrar gracias a la luz de la luna. Su cabello albino revuelto sobre su espalda, su cara de absoluto éxtasis, sus labios abiertos. Ella estaba tan hermosa mientras montaba a su caballero escolta que la realización de eso solo hizo que el vientre de Meliodas se encogiera por el placer.
Llevó sus dos manos hasta aquellos pechos turgentes y no dudo en apretar sus pezones con dulzura, adorandola como la princesa que era, aumentando su propia excitación cuando la albina gimió alto debido a tal acto.
—Ooh su majestad—gimió el rubio, tan sonrojado que no pudo evitar hundir el rostro en la almohada. Pese a estar en aquella bochornosa situación, no dejaba de ser un caballero y no quería desatar sus más grandes deseos contra la princesa. Anhelaba ponerla en cuatro, follarla con dulzura para acariciarla y luego con fuerza para reclamar a la querida princesa, una manera de demostrarle que era suyo en cuerpo y alma y que le entregaría su parte más tierna, pero también su parte más ruda. Pero no podía hacerlo...no debía, solo podía dejarse someter por la albina y disfrutar de sus deliciosos movimientos de cadera—E-Ellie detente...detente hermosa por favor...—suplicó en bajo, tratando inútilmente de detener las caderas de la princesa con su mano derecha, sin dejar de apretar su seno con la mano izquierda. Meliodas le dedicó una rápida mirada a la ventana, notando como la posición de la luna había cambiado.
El cambio de guardia estaba cerca, el caballero que iba a remplazarlo no tardaba en llegar, si no lo encontraba en la puerta montando guardia se le haría sospechoso, pero si llegaba a escuchar los sonidos del interior de la habitación se meterían en graves problemas. La princesa teniendo sexo con su caballero escolta, entregándole su pieza a un simple plebeyo que solo era parte de la corte por su gran talento con la espada, nadie especial, con un título no oficial. ¡Sería un escándalo!
—P-Para, el cambio de guardia...Oooh—volvió a suplicar, pero sus ojos se pusieron en blanco por el placer, clavó sus dedos en la cadera femenina y gruñó. La princesa estaba tan mojada, tan calida, no tenía la fuerza de voluntad como para sacar su miembro de su interior e irse. La polla le dolía, estaba demasiado duro como para poder simplemente vestirse, salir de la habitación y aparentar que no había sucedido nada, pero se les acababa el tiempo. Tragó saliva para evitar babear y volvió a gruñir está vez más alto, un escalofrío recorrió a la princesa, los gemidos de Meliodas eran hermosos—Ahhh mi Ellie...que bien te mueves—la halago y el pecho de la princesa se infló de puro orgullo al tener a su hombre temblando y gimiendo por ella.
Pero antes de que Meliodas pudiera suplicar por piedad, el escolta sintió un hueco en el pecho cuando la princesa se detuvo súbitamente. La observó sacarlo de su interior sacándole un gemido y, pese a que eso era lo que debía de hacer, Meliodas no pudo evitar sentir que su corazón se partía al verla separarse. Mierda, le dolía bastante su miembro, necesitaba correrse y la quería cerca, no quería que ella se pusiera su camisón y se acostara a dormir, la necesitaba, necesitaba poseerla aunque sonara egoísta.
Quería poseer a la princesa del reino. ¿A dónde carajos se había ido el caballero? El instinto carnal lo había consumido.
Ante aquellos ojos verdosos llenos de lágrimas, Elizabeth se inclinó para poder besar los labios de su caballero escolta. Chupó el labio inferior del blondo absorbiendo los sonidos que salían de su boca y disfrutó de aquel contacto íntimo. Luego volvió a separarse dejando a Meliodas aturdido cuando observo a la dulce princesa recostar su pecho sobre la cama y levantar su trasero hacia él.
—Ven a mi Mel...—suspiró la albina, dedicándole una mirada llena de luz y amor que lo derritió por dentro—Hay que darnos alivio a ambos—
—Pero Ellie, el cambio de guardia...—
—Entonces hazlo rápido—era una invitación abierta para desatarse, para romper con el poco autocontrol que le quedaba—Sé que lo deseas mel—le sonrió y abrió las piernas para permitirle admirar su flor rosada completamente mojada. La vista nubló los ojos de Meliodas, oscureciendolos de deseo y el caballero refinado se fue al carajo—Asi que házmelo fuerte y rápido y no te...¡Ahhhh!—no tuvo que decirlo más, en un segundo ya lo tenía detrás de ella, con su miembro bien enterrado en ella y una de sus manos sobre su cabeza.
Fue delicioso, Meliodas se permitió estallar y demostrarle la intensidad con la que la amaba. Sus caderas se movieron a un ritmo poderoso y fuerte, entrando y saliendo del interior de la princesa con tal rapidez que ella apenas podía soportarlo. La follaba con rudeza, como solo alguien tan fuerte como él podía hacerlo, pero a la vez la estaba adorando, tanto que las lágrimas salieron de aquellos ojos azules por tantos sentimientos que no podía controlar.
Se sentía exquisito, se sentía amada, se sentía completamente plena, se sentía tan llena.
Los gemidos suaves fueron sustituidos por los deliciosos gritos de placer de la princesa y ambos agradecieron a las diosas porque no hubiera nadie de la servidumbre cerca como para que pudieran darse cuenta.
—¡Oh diosas! ¡Meliodaaaaaas!—gritó la joven, sintiendo que veía al cielo. Quién diría que su caballero cogía tan bien. Cuando el rubio hizo un movimiento circular, ella sintió que perdía la cabeza. Justo con esa rudeza era como lo queria—¡AHHHHHHHHH!—gritó cuando su liberación fue tan fuerte que un chorro de agua salió de ella haciéndola delirar y mojando todas las sábanas debajo de ella.
—¡Mi princesa! ¡Ahhhhhh!—gimió el blondo cuando las paredes de la albina se ajustaron demasiado sobre él, apretándolo tanto que inevitablemente también se corrió de manera explosiva, sacando toda su semilla dentro de la princesa del reino y gimiendo en bajo con cada última estocada que daba.
Se quedaron en silencio por varios segundos, solo escuchando sus respiraciones agitadas tratando de que cuerpo y alma terminarán de procesar lo que había sucedido.
Meliodas le dio la vuelta con cuidado a la princesa, para poder observar su hermoso rostro cubierto por lágrimas y aún teniendo espasmos de placer, se inclinó para poder besarla queriendo darle la vida a través de sus labios y hubiera disfrutado de seguir de no ser porque se tenía que ir. Justo cuando comenzó a hacer las caderas hacia atrás para salir de ella, la princesa colocó sus piernas alrededor de la cintura masculina para obligarlo a permanecer dentro.
—Ellie...—
—Por favor no lo saques—rogó y un escalofrío recorrió a Meliodas, si seguía así seguro volvería a ponerse duro y está vez no tenían el tiempo como para poder darse alivio—Dejame sentirte un poco más, no me dejes—el rubio acaricio su mejilla, limpiando las lágrimas en el proceso y se inclinó hasta poder dejar un beso sobre la frente de la albina, la joven suspiro por el contacto y le dedicó unos ojos suplicantes, pero al observar la mueca de Meliodas, supo que la respuesta sería "no".
—Debo irme—le susurró. Elizabeth suspiro de nuevo, resignada a tener que dejar ir a su amado escolta, lentamente comenzó a retirar las piernas de su cadera, permitiéndole al joven finalmente salir de su interior y la sensación de vacío que la inundó la hizo soltar más lágrimas. Al ver eso Meliodas la cargó hasta abrazarla contra su pecho y comenzó a llenar su cuerpo desnudo de caricias—Tranquila preciosa, no llores—
—No quiero que te vayas, quiero que te quedes—
—Solo se paciente—besó su frente—Cuando todo esto termine, le pediré tu mano al rey frente a todo el reino...—el corazón de Elizabeth lago con rapidez ante aquellas palabras, totalmente emocionado—Y en ese momento te aseguro que no tendrás que dejarme ir jamás, me quedaré a tu lado todas las noches y todos los días de mi vida, velando por tu seguridad—
—Te amo—murmuró, el rubio sonrió contra su cabello enternecido y alzó el mentón de la princesa para poder depositar un último beso en sus rojos labios.
Lo siguiente que sucedió fue rápido, el blondo se deshizo de las sábanas mojadas y ayudo a la adormilada princesa a colocarse su camisón, luego la cobijó con sábanas secas que había encontrado de su enorme clóset, se colocó su ropa, tomó su espada, beso la frente de su princesa y se apresuró a salir.
Para su suerte el otro caballero todavía no llegaba, se permitió exhalar todo el aire que sus pulmones habían contenido debido a la presión y se relajó contra la puerta.
—Sir Meliodas—escuchó la voz de su remplazo, sonriéndole mientras se acercaba y nunca pensó que sentiría bien de solo ver al otro joven llegar. El rubio le sonrió, y tras un pequeño choque de puños Meliodas comenzó a caminar por el pasillo para poder retirarse a sus propios aposentos, justo cuando estaba por dar vuelta en el pasillo, aquella voz lo llamó de nuevo—¿Todo en orden Sir Meliodas? Se ve algo sudoroso y agitado—el muchacho parecía realmente preocupado, la sonrisa del de ojos verdes se hizo más ancha y solo le dedicó un asentimiento en respuesta.
Anhelaba el día en el que ya no tendría que salirse en medio de la noche de su habitación, anhelaba el momento de poder dormir al lado de su hermosa princesa y llenarla de besos todas las noches sin miedo a los chismes del pueblo.
*
Uf esta escena me salió más larga, pero estaba por dormir cuando se me vino a la mente está situación.
Un Meliodas sumiso ante Elizabeth, pero con todo el deseo de darle con fuerza, manteniendo su autocontrol a raya hasta que ya no pudiera más y terminara por cogerla con rudeza y amor.
Espero haber transmitido esa sensación de amor y calentura a la vez ;3✨
Aunque creo que varios se dieron cuenta de las similitudes de esta escena con cierta historia mia, un caballero y una princesa 👀
Ahora, ¿Esta escena llegará a "The Princess with sacred power"?👀 No lo sé, puede que si, puede que no, ya veremos como se dan las cosas...
Sin más que decir espero les haya gustado y disculpen faltas de ortografía ✨
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