Ya había oscurecido sobre el ambiente de una carretera, una carretera que aunque, en el principio se veía soltaría, luego se alcanza a ver como un auto pasaba por la misma.

Dentro del auto había una familia de cuatro personas, o bueno cinco ya que ahí había alguien que podría decirse es... inesperado.

-Pete, ¿seguro que no quieres que te releve? -pregunto con algo de preocupación una mujer de piel morena, cabello castaño recogido y ojos oscuros.

Pete pro su parte, era una hombre caucásico, con cabello y barba pelirrojos, y se le notaban unas pequeñas ojeras del cansancio por el cansancio.

-Ya sabes como hago las cosas Sharon, admito que es un reto el tener que viajar desde Brighton hasta Gravesfield pero, no importa si así podemos ver a una tan buena amiga como Camila. -dijo Pete con lo ultimo mientras en su rostro se formaba una sonrisa melancólica.

-Lo se querido, la verdad es que me sorprende que ya hayan pasado casi 10 años desde la ultima vez que la vimos, y la verdad es que si me siento mal por eso. -dijo Sharon con lo ultimo mientras su expresión cambiaba a una de tristeza.

Al ver el cambio en la actitud de su esposa, el pelirrojo no tarda en darse cuenta del motivo de eso, por lo que detiene el auto a un lado de la carretera para poder tratar mejor el tema.

-Lo estas diciendo por Manny, ¿cierto? -pregunto Pete al mismo tiempo en que posaba una mano sobre la de su esposa.

-Si, se que ya han pasado años Pete, pero tu sabes mejor que nadie el gran hombre que fue Manny, me duele no haber estado para el y Camila cuando... -decía Sharon hasta que se detiene, como si un nudo se formara dentro de su garganta.

-Se bien lo que dices, el fue de mis amigos mas cercanos en el tiempo que estuvimos en Gravesfield, pero ahora tenemos la oportunidad de poder hacer algo mas, de recrear lo que dejamos de lado. -dijo Peter con lo ultimo mientras posaba una mano sobre el hombro de la mujer.

Aquellas palabras, hicieron que el corazón de Sharon se sintiera menos pesado, para luego dejar salir un suspiro y voltear a ver hacia atrás junto a su marido.

AMbos vieron, que en el asiento de atrás estaban dormidos un chico de 11 años con el cabello castaño peinado hacia arriba, y una chica de 14 años con el cabello castaño atado en una cola de caballo, y ambos estaban recostados en la puerta que cada uno tenia a su respectivo lado.

-Aun sigo pensando en la llamada de Camila, es increíble pensar que su hija y la nuestra puedan ser tan similares. -dijo Sharon quien tenia la mirada puesta de manera fija sobre su hija dormida.

-Se de que hablas, a veces uno se parece a una persona mas de lo que puede creer como posible, y en el caso de Molly puede que sea una muy alta probabilidad la que tiene de que ella y la hija de Camila se puedan entender. -dijo Pete con una leve sonrisa en su rostro.

-Ni me lo digas, porque es como Manny diría si aun estuviera aquí... los raros deben de apoyarse. -dijo Sharon con lo ultimo mientras en su rostro una expresión nostálgica.

Y sin mas, ambos adultos decidieron dormir aunque fuera un poco, pues tenían un viaje que aun los aguardaba pero, desde lejos se veía a alguien que los estaba mirando desde arriba, ese alguien se deja ver como un fantasma de color azulado, con ojos amarillos y una expresión de fastidio y cansancio.

-Ah, nunca pensé que me iba a tocar ver mas allá de Brighton, y eso que apenas ha pasado poco mas de un par de días desde que nos fuimos. -dijo Scratch con algo de fastidio en su tono de voz.

Sin embargo, en ese preciso momento, el espectral ser se fija mas que nada en la hija de la familia, y no pudo evitar que un suspiro terminara por salir de su boca.

-A veces no entiendo como es posible que ahora estamos donde estamos, mucho ha pasado desde el día en que nos conocimos, incluso fuiste capaz de ir al mundo fantasmal para ayudarme. -pensaba Scratch y, casi sin darse cuenta, una leve sonrisa se forma en su rostro. -No cabe duda de que eres especial Molly McGee, y tengo la sensación de que este viaje, es solo el comienzo de algo mas... para todos. -termino de pensar al mismo tiempo en que alzaba su mirada para ver el cielo nocturno con la luna de por medio.

Sin duda aun quedaba camino por recorrer.

...

De regreso a Gravesfield, ya todos se encontraban durmiendo y en paz, pero Luz no pudo evitar el sentir algo de sed, por lo que ahora mismo se encontraba saliendo en silencio de su habitación para poder bajar a la cocina.

Al estar ya en su destino, la chica saca un vaso para poder servirse un poco de agua, y justo cuando estaba por dar el primer sorbo, escucha un ruido que le llama la atención.

Un sollozo.

Con precaución, se asoma hacia la sala y, ve a Eda quien en ese momento aun estaba despierta, sentada sobre el sillón de la casa, usando la ropa que ella siempre usa para dormir.

Pero en ese momento, veía a la Dama Búho de una manera que nunca espero: estaba con las manos sobre su rostro, y se escuchaba que ahí estaban los quejidos de dolor y tristeza, ella era la que estaba sollozando.

-¿Eda? -pregunto Luz al acercarse hacia donde estaba su mentora.

En ese momento con ese llamado, la mencionada bruja regreso a la realidad, para alzar la mirada y ver a su aprendiz, al mismo tiempo en que dejaba sus ojos de los cuales las lagrimas salian como si de cascadas se trataran.

-¿Que haces levantada a esta hora niña? -pregunto Eda mientras se quitaba las lagrimas de los ojos.

-Me dio sed y baje a tomar un vaso con agua, ¿estas bien? -pregunto Luz mientras se sentaba a un lado de la mujer, mirándola con preocupación.

En ese momento, por la mirada en los ojos de la bruja, Luz notaba que dudaba sobre si hablar, pero antes de poder decir o hacer algo al respecto, escucha como la pelianaranjada deja salir un suspiro profundo para hablar.

-Luz, a pesar de ya no ser presa de la maldición, la verdad es que aun no me quito de encima as cosas que me pasaron desde el día en que despertó en mi, es como si estuviera fresco en mi... y no me quiere dejar. -dijo Eda mientras se llevaba una mano al pecho. -Una vez, no mucho después de que pasara, estaba en casa y mi padre regreso de un viaje, yo en serio estaba muy feliz de verlo pero... -decía hasta que siente que un nudo se formaba dentro de su garganta.

Al ver el lenguaje corporal de su mentora, y sabiendo de primera mano como es que ella se llegaba a poner a causa de la maldición, ya sabía a donde se llegaba a ir la conversación en este momento.

-La maldición termino apareciendo, ¿verdad? -pregunto Luz al mismo tiempo en que posaba una de sus manos encima de la de la mayor.

Eso fue como una daga directo al corazón para Eda, las lagrimas comenzaban a salir de sus ojos con mas frecuencia y, parecía que quería empezar a arrancarse el cabello.

-El se dedicaba a tallar taliamigos Luz, era lo que a el le gustaba hacer pero... -decía Eda para llevarse de nueva cuenta una mano directo a su pecho, a la zona donde se encontraba su gema. -Cuando lo ataque, ya no fue capaz de hacerlo y, han sido casi 30 años desde eso y, aunque el lo ha intentado yo no me siento capaz de verlo a la cara, ni de perdonarme a mi misma por haber arruinando su vida. -termino de decir  mientras alzaba su mirada hacia el techo.

Para Luz, la culpa que resaltaba de Eda era mas que evidente, y entendía lo que es, y para ella, el que algo malo pase y sea fuera de su control que sabía que mas o menos era lo que estaba sintiendo ahora mismo su mentora.

Y, justo ahí es cuando la cara de un hombre de piel morena, cabello y barba castaños con ojos de color avellana, aparece en su mente.

Entendía como es que esa clase de sentimiento tenia su similitud con la de la Dama Búho.

-Se que a lo mejor no soy quien para decirte esto Eda, pero es bueno que al menos aun haya oportunidad de que trates de hablar de nuevo con tu padre. -decía Luz con una leve sonrisa en el rostro, pero esa sonrisa cambia a una expresión triste de manera casi inmediata. -El mio murio cuando yo tenia 8 años. -termino de decir al bajar la mirada hacia el suelo.

Esas palabras hicieron que Eda saliera de sus pensamientos, mirando a su aprendiz con desconcierto e incredulidad.

-El siempre nos daba flores a mi y a mama en nuestros cumpleaños, después de que murió hubo un momento en el que sentía que mi vida no estaba del todo claro, y me refugie en los libros de Azura, la magia y fantasía que transmitían se volvieron mi compañía el me regalo el primer libro de la saga y cada que leo ese o cualquier toro libro... -decía Luz hasta que lleva ambas manos a su pecho, justo en donde estaba su corazón. -Siento como si el y su recuerdo siguieran conmigo, ya sea que este aquí o no, y se que eso jamás va a desaparecer. -termino de decir mientras sentía que sus ojos se comenzaban a humedecer.

Eda veía a la chica y, sentía la sinceridad saliendo de ella; Luz nunca hablaba de su padre durante el tiempo que ha estado con ella, y ahora notaba el motivo de eso.

-Eda, se que para ti el ver a tu padre, es como tener que revivir el pasado pero, en tu lugar yo si trataría de pro lo menos verlo a la cara, porque algún día tal vez ya no lo puedas hacer... y se que lo terminaras lamentando. -dijo Luz con lo ultimo mirando a la mujer directamente.

De repente, la menor siente a su mentora que la abraza, acto que la sorprendió por lo repentino pero, al final con gusto lo correspondió.

Después de todo, no hacían falta las palabras para saber, que el desahogarse era lo que ambas necesitaban, ahora mas que nunca.

...

Y Fin.

Bueno, hasta aquí llega el capitulo, espero que les guste.

No hay mucho que decir, pero planeo algo sumamente emotivo para el próximo capitulo, por lo demás los invito a que dejen sus votos si les gusta el capitulo, ademas de que también los invito a que escriban sus opiniones sobre el capitulo en los comentarios, sigan disfrutando del maratón de actualizaciones.

Que lo disfruten.