Mandalore vs Imperio Oscuro.

Antes de empezar les quiero avisar que tengo otros cinco arcos listos para darle un buen cierre al What'if.

1. Los Yuuzhan Vong

2. La historia de Revan

3. La Nueva Orden Jedi de la maestra Rey Skywalker (será una adaptación mía con muchas modificaciones)

4. La Gran Alianza del Multiverso

5. Guerra Multiversal

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Mandalore - Entrada Norte de la Forja.

"El mundo ha cambiado"

Su mirada estaba perdida, su armadura llena de sangre y llena de abolladuras.

Algo de tierra salpicó su cara por las explosiones causadas por la batalla que empezó no hace más de un día.

El ataque relámpago del ejército enemigo fue brutal y en extremo peligro.

Todos fueron tomados desprevenidos al no saber las capacidades del enemigo.

Un error que les está costando muchas vidas, no solo de los clanes, de la guardia, sino civiles también.

Miró el domo de Sundari ardiendo en llamas, con partes de la estructura callendo parte por parte.

"Lo siento en el aire"

Entonces un destello hizo que entre cierre sus ojos por unos cuantos segundos.

Por momentos naves caza pasaban sobrevolando su ubicación ya que se encuentran luchando en el aire.

Sus oídos presentan un grave zumbido, señal de que perdió temporalmente sus sentidos auditivos.

¿Por qué ellos eran tan buenos peleando?

Se llevó sus manos a la altura de su estómago, zona que tenía herida por un sable de luz que pudo atravesar su Beskar puro.

Algo que pensó era imposible.

"Lo siento en la tierra"

Aún veía los cuerpos de los cientos de hombres y mujeres de los clanes de Mandalore.

Cada uno de ellos murió con honor, en el campo de batalla rodeado por sus hermanos, sus compal de armas.

Sentía mucho dolor, una sensación indescriptible que le impedía caminar con rapidez.

Aún así, se movió con dirección al cuerpo inerte que se encontraba cerca de ella, puede que no tenga nada que decir en ese momento, pero le llena de tristeza y dolor el ver cómo terminó por la pelea.

Se dejó caer de rodillas para intentar mover el cuerpo, sabía que era inútil ya que el Sith'ari se encargó de quitarle la vida frente a ella, que por más que imploró y rogó no funcionó.

Sintió unos brazos tomarla por la cintura y llevarla sobre sus hombros, a su vez el resto de las tropas que restaban comenzaban con la retirada.

"Mucho de lo que fue Mandalore... se ha perdido"

Todo lo que empezó como un faro de esperanza se convirtió en un infierno seguro.

Un campo lleno de muertos y heridos.

Un lugar ancestral pintado de rojo por la sangre derramada en batalla.

Sentía que en cualquier momento caería en el mundo de los sueños, algo que no podía permitir, ya que juró por su armadura y sus antepasados que protegería este planeta hasta el último suspiro de su cuerpo.

¿Cuánto poder tiene la Orden Sith'ari?

¿De dónde venían?

¿Que querían?

Su mente no podía procesar todo lo que vió desde que esta guerra comenzó ayer durante la mañana.

"Y temo que nadie quede vivo para que recuerde lo que una vez fuimos"

Pudo ver a Ursa Wren llorando sobre el cuerpo de su hija Sabine, una jóven guerrera que falleció por culpa del general que viene con el Lord Sith.

Esa abominación que es conocida en la galaxia y que solo sabe crear muerte, destrucción y dolor.

El sonido de los droidekas persiguiendolos era algo que la tendrá traumada de por vida.

¿Esto era todo?

¿Así terminaría su pueblo?

Estaban siendo masacrados por los ejércitos enemigos que no dejaban de llegar.

Por cada uno que mataban aparecían mil hombres más.

"Siento la crueldad... el rencor y la voluntad del enemigo por dominar a todo ser viviente..... con un ejército para conquistarlo todo"

24 horas antes.

La tierra resonaba...

Todos lo sintieron, el como la zona parecía emitir el rugido de una criatura llena de furia y odio.

Los gritos del enemigo llegaban hasta sus oídos, era claro que venían motivados por la idea de la matanza y la sed de sangre que sus cuerpos reclamaban.

Se están jugando el destino de su hogar, de sus familias, de su futuro.

-¡Ustedes son hijos de Mandalore y les quiten arrebatar su hogar!. -gritó Satine con fuerza.

Con pasos fuertes y firmes se movía de derecha a izquierda mirando a sus hombres.

-¡Estoy harta de ver cómo el miedo y un maldito sentido de inferioridad nos hagan pensar que la victoria es imposible!. -gritaba Satine mirando como la montaña frente a ellos parecía que estaba por caer en cualquier momento.

El enemigo estaba por cruzar el obstáculo que eligieron como punto de entrada al sector de la Forja.

-¡Hoy, debemos cambiar ese maldito derrotismo que nos invade y nos humilla como un pueblo guerrero!. -dijo Satine empuñando el sable oscuro en su mano.

Sobre el cielo aparecieron criaturas del Imperio Oscuro, creadas para la guerra y que fueron llevadas para matar a todo aquel que se interponga en los intereses de la Orden Sith'ari.

-¡Este día, enfrentaremos a un ejército que se asume cómo invencible y es así porque nunca se habían encontrado con Mandalorianos como nosotros dignos de combatirlos!. -dijo Satine señalando al frente esperando a que ellos salieran.

Del otro lado de la zona se ve al ejército del Sith'ari avanzar por los túneles que fueron creados por aquellas bestias que el temible usuario del Lado Oscuro había invocado.

Pronto se decidirá el destino de Mandalore.

-¡Hombres y mujeres de Mandalore, como nuestros ancestros, como los que estamos reunidos hoy aquí!. -dijo Satine tomando de los hombros a las tropas para hacerles ver y oír lo que significa ser hijo de Mandalore.

Del suelo comenzaron a salir enormes bestias que soltaron un gran y poderoso rugido mientras miraban a los enemigos.

-¡Este planeta se ha desangrado desde su creación por las luchas internas entre Regentes, expositos, extranjeros y clanes!. -dijo la Duquesa mencionando la era oscura que el mundo atravesó generaciones atrás.

Otras dos bestias emergieron de la tierra mostrando su gran tamaño, tratando de imponer un sentimiento que en esos momentos ningún hombre o mujer es capaz de sentir.

-¡Hoy... ustedes... tienen la gran oportunidad de unirse, de ser verdaderos Mandalorianos!. -gritó con furia la Duquesa cargando sus armas.

Todos en coordinación hicieron lo mismo, ya que vieron cómo esas bestias de hundieron otra vez dando a entender que los ejércitos ya vienen.

-¡Que no les preocupe luchar contra un Imperio lleno de hombres, guerreros y máquinas!. -gritó Satine siendo el centro de atención.

En ese momento se escucharon unas trompetas y una voz que gritaba desde lo lejos.

"¡Qué avancen mis ejércitos!"

El resonar de los pasos eran oídos por todos.

-Pues nosotros... somos guerreros también. -diría con voz tranquila.

La gran sombra que representa el mal se acercaba con rapidez a ellos que pese a ser superados en número permanecen en calma.

-¡Somos valientes... pero sobre todo... somos libres!. -gritó Satine golpeando su pecho con fuerza, demostrando que su sangre pide una pelea.

Una sensación digna de ellos, un pueblo que siempre sobresale frente a todos.

-¡Y los libres... no conocemos el miedo... ni reconocemos rivales!. -dijo Satine tomando la bandera con el estandarte del Mitosaurio en lo alto.

Uno a uno fueron azotando sus lanzas de Beskar en el suelo.

-¡Este día... los invasores... van a respetar al Mitosaurio!. -dijo Satine caminando con paso lento hacia el enemigo.

Bo-Katan y toda la guardia siguieron su ejemplo, caminando atrás de su líder.

-¡Y van a mirar nuestra bandera en lo alto hundidos en su sangre!. -dijo Satine aumentando el paso.

Había llegado el momento...

-¡Viva Mandalore... pero viva Mandalore libre!. -gritó Satine corriendo con todo seguida de sus tropas.

-¡Por Mandalore!. -gritaron todos mientras corrían contra las tropas del Imperio Oscuro.

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Regiones de Expansión.

Dentro de la nave de mando que comanda a la flota de avanzada en el sector podemos ver destellos apareciendo en un punto y en otro de forma consecutiva.

Algunos gritos de frustración y de enojo son escuchados.

El sonido del choque entre sables de luz era fuerte y rápido, dando a entender la magnitud del dueño que se está llevando a cabo.

En menos de un segundo se puede apreciar al Conde Dooku caer al suelo y deslizarse por el mismo hasta chocar contra un muro dentro de la nave.

-Vamos, me están aburriendo con lo mismo. -dijo Revan imponiendo sobre sus adversarios.

Malak respiraba con fuerza y dificultad, su maestro era demasiado poderoso, talentoso y experimentado.

"Debes apresurarte, el combate ya empezó"

-Ok, acabemos con esto. -dijo Revan comenzando con su ofensiva.

Uno, dos, tres, cuatro y cinco fueron los ataques que el Sith'ari realizó con la intención de matar a su aprendiz, que como podía usaba el Makashi para defenderse.

-No importa lo que hagas, no puedes salvar a la Duquesa y a su hermana. -dijo Malak resintiendo el dolor en su brazo izquierdo que fue fracturado en varias partes por culpa de su maestro.

En cambio Revan, simplemente no hizo caso a las palabras que salen de la boca de su aprendiz.

-El Elegido o podrá ganar, él, tú y todos aquellos que lo sigan van a morir. -dijo Malak aumentando su velocidad.

En dos ocasiones tuvo que permanecer agachado y moviéndose de derecha a izquierda para evitar ser cortado por el sable de luz.

Después bloqueó elevando el arma a su derecha y atacar rápidamente por la izquierda.

Al ver que su estrategia no rinde frutos decide dar un salto adelante para usar otro método que le dé ventaja.

Debía reconocer la terquedad de su aprendiz a la hora de pelear, ya que lo está obligando a pelear un poco más serio.

-¿Haces esto por ellas?. -dijo Malak esperando ablandar al Lord Sith.

Usando más fuerza lo obligó a retroceder unos cuantos pasos para reanudar el combate.

-¡Jamás las vas a recuperar!. -dijo Malak burlándose mientras se acercaba para atacar.

Esas palabras estaban haciendo enojar al Sith'ari, que poco a poco accedía a un poder antiguo que el descubrió milenios atrás.

Algo que mantiene en secreto y que si lo siguen provocando se verá obliga a usar para demostrar que con él nadie se mete.

-Hubieramos detenido la matanza si te arrodillabas ante él, pero no, tu orgullo ocasionó esto. -dijo Malak aparentando llevar la ventaja sobre su mentor que perdía terreno ante su increíble ofensiva.

Y eso le gustaba mucho, llevar a sus enemigos a la locura, hacer que pidan piedad, que dejen de usar su pasado para torturarlos.

Sabía el gran apego que Revan tiene con su familia, con su esposa y su hija, por eso no dudó ni un segundo en usar eso a su favor para atormentarlo por sus errores.

Un total de siete veces tuvo que bloquear los ataque hasta que detuvo el sable de luz a escasos centímetros de su cabeza.

-¡Por tú culpa Bastila Shan y Satele Shan están muertas!. -gritó Malak con locura en su cara y voz.

Esa fue su sentencia de muerte, que sin saber provocó por su arrogancia, su sed de poder.

La pelea parecía haber terminado, ninguno de los dos se movía o emitía algún sonido.

Todas las cosas que acaba de escuchar eran ciertas, su orgullo, su necedad, no le dejaron ver que su familia, lo que más ama en este mundo quedó en peligro cuando el intentó matar a aquellos que llegaron para reclutarlo por las buenas.

Su amada esposa, una gran mujer, digna maestra Jedi, poderosa en los ámbitos de la fuerza y gran duelista, pero sobre todo... la mujer más hermosa de todas.

Extrañaba sus abrazos, su voz, sus ojos, las palabras alentadoras que siempre le decía para salir adelante.

Su hija, tan parecida a su madre pero con su carácter, poderosa en la fuerza y con un potencial para ser mucho más poderosa que ellos dos.

-Tienes razón... fue mi culpa. -dijo Revan bajando su guardia.

Todos esos bellos momentos fueron reemplazados por su hogar en llamas, su jardín hecho polvo.

-De haberme rendido tal vez seguirían con vida, pero tal vez no, con tu señor nada es seguro. -dijo el Sith'ari mirando a las estrellas.

Su pequeña siempre le pedía que le dijera alguna historia sobre sus aventuras en los confines del espacio.

"Algún día seré tan fuerte como tú"

En su mano se encontraba el cristal Kyber que buscó para ella y que nunca le pudo dar, ya que en su cumpleaños le ayudaría a crear su sable de luz.

-Pero finalmente se presenta una oportunidad que llevo esperando desde hace bastante tiempo y ni tú, ni nadie, ni siquiera tu señor podrán detenerme. -dijo Revan mirando a Malak.

El aprendiz tomó esto como una burla, pensaba que se iría para no aceptar su destino que le esperaba.

Así que en un arranque de furia se acercó con rapidez para matarlo de una vez por todas.

Lo que no esperó fue que el se agachara en un último segundo y le hiciera un gran corte en su espalda que lo dejó de rodillas.

-Durante este tiempo que le serví a tu amo me hice más fuerte, mentí, asesiné y quemé mundos, todo con la esperanza de encontrarlas en los universos que visitamos para finalmente huir, pero ustedes me quitaron eso, ahora... yo les quitaré todo lo que han construido con esfuerzo. -dijo Revan presionando el detonador de su muñeca.

Inesperadamente toda la flota de Destructores comenzó a explotar.

-Son tan ingenuos que no vieron lo más obvio, perdidos en su arrogancia no se dieron cuenta de que tomé posesión de su Forja Estelar que ahora es mía, no quiero imaginar el castigo que van a recibir por este fracaso. -dijo Revan desactivando su sable de luz.

Ya no tenía caso seguir peleando, es mejor que se de prisa y valla en ayuda de la Duquesa.

-¡Te atreves a darme la espalda!. -gritó Malak lleno de furia.

Lo vencieron de la forma más patética posible, pensando que tenía todo de su lado cuando en realidad siempre tenía todas las de perder.

Años y años de entrenamiento para nada.

-¡No importa a donde vallas, una vez que sepamos que hallaste a ti familia la mataremos frente a ti!. -gritó Malak activando su arma para atacar.

Revan simplemente activó su sable de luz y dando media vuelta le hizo un corte tan rápido que no vió venir.

-La próxima vez que levantes tú arma asegúrate de ser el único en pie. -dijo Revan marchandose dejando a un Malak humillado.

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Mortis.

-Creo que escuché mal, ¿puedes repetir lo que dijiste?. -dijo Anakin mirando a su maestro.

Tenía ojeras en los ojos por la falta de sueño, el agotamiento físico y mental.

El entrenamiento con el Hijo es más pesado de lo que se imaginó, nada que ver con la Hija.

-Mi parte aquí está hecha, ahora debo irme. -dijo Obi Wan portando su vestimenta de Maestro Jedi.

Algo le decía que debía hacerlo, tal vez era su instinto o su mente que le gritaba que debía salir de hay cuanto antes.

-Supongo que no puedo detenerte, si la voluntad de la fuerza es que te vallas que así sea, solo ten cuidado hay afuera, no sabemos que ha sucedido desde nuestra ausencia. -dijo Anakin aceptando la decisión de su maestro y hermano.

-Si no es mucho pedir, me llevaré a tu padawan y a Barris. -dijo Obi Wan pidien este favor.

-Puedo entender lo de Barris, ¿por que Ahsoka?. -dijo Anakin esperando una explicación.

-Solo confía en mí, cuidaré de ella. -dijo Obi Wan deseando que eso sea suficiente para convencerlo.

-De acuerdo, no se cuánto tarde ya que me falta mucho por hacer aquí, pero si logro acabar antes iré con ustedes tan rápido como pueda. -dijo Anakin ofreciendo su mano como despedida temporal.

-Lo sé. -dijo Obi Wan estrechando la mano de su mejor amigo.

Fue así como lo vió partir, con una esencia diferente a la que normalmente estaba acostumbrado.

Era como ver una nueva versión de Obi Wan Kenobi.

Aunque tuvo que agachar la mirada ante las palabras que su mente repetía en cada momento.

"Es su destino"

Él como Elegido debe ser imparcial ante los hechos que van a dar inicio en los próximos días.

Normalmente le habría dicho que no, pero poco a poco estuvo recuperando sus recuerdos, memorias de su antigua vida enfrentando a la Orden Sith'ari y sabe mejor que nadie su responsabilidad para con la vida.

No le responde a nadie, ni a la República, ni a la Orden Jedi, el solo hace su trabajo que consiste en crear vida, quitarla y equilibrar todo.

-¿No le dijiste?. -diría el Hijo apareciendo de la nada.

-No lo creí necesario. -respondió Anakin con sus ojos amarillos.

-Me sorprendes, nunca pensé que los dejarías ir así de fácil. -expresó el Hijo con interés.

-Como sea, debemos seguir. -dijo Anakin activando su estado Knigthfall Vader.

Ese estado le ayuda a desbloquear habilidades del lado oscuro que puede potenciar y perfeccionar.

Y todavía quedaban otros tres niveles que recién descubrió, uno más fuerte que el otro.

Lo malo de todo esto, es que tenían un punto en su contra.

-De acuerdo, si quieres vencer a los más poderosos Sith'aris del Multiverso debes obtener más poder. -diría el Hijo.

-Poder, llámese poder a la capacidad de hacer cualquier cosa, ser casi una deidad cómo los fueron ciertos individuos en la fuerza, Sarasu, Darish y Exar-Kun. -dijo Anakin mencionando todo lo que estuvo leyendo en la biblioteca del Hijo.

-Al igual que tu hijo en otro Universo y otra persona...-pensó el Hijo sin parpadear.

-También de forma física, Krayt es el más poderoso en ese aspecto por su descendencia Yuuzhan Vong que le permite ser casi invulnerable a cualquier ataque. -respondió el Hijo creando una lanza de materia oscura y arrojarla contra el Elegido.

-Ser un gran duelista, cómo lo fue Tulak Hord, el ya mencionado Exar-Kun y el Sith'ari Darth Revan. -dijo Anakin haciendo lo mismo que el Hijo, solo que en esta ocasión el uso el poder de la luz para anular el ataque.

-Bien, bien, parece que estudiaste... pero dime... ¿que tanto poder destructivo puedes usar?. -diría el Hijo elevándose unos cuantos metros.

Señalando al cielo con sus palmas unidas creó un exoplaneta del tamaño de una luna de Geonosis y la arrojó contra el Elegido.

-Poder destructivo, los Sith'aris Darth Nihilus y Darth Sidious son quienes más destacan aquí, con su habilidad de crear hipernovas, tormentas de la fuerza y absorber la energía vital de un planeta entero podrían aniquilar el Universo entero, no son invencibles pero Nihilus es diferente por su falta de cuerpo físico. -respondió Anakin deteniendo el exoplaneta con la fuerza, después lo señaló con su palma abierta para después cerrarla.

El resultado fue que todo se comprimió hasta dejar de existir.

-Conocimientos, Darth Sidious, Darth Plaguies y Darth Valkorion son capaces de preservar sus existencias mediante la transferencia de alma o esencia de un cuerpo a otro, manipular midiclorias, corromper seres vivos, crear flotas enormes y ejércitos completos. -comentó el Hijo desapareciendo rápidamente.

En ese momento una espesa niebla roja rodeó al Elegido, mostrando eventos de otras versiones de él.

"Eras mi hermano Anakin"

En esa visión se ve pelando contra su mentor.

"Te convertirás en un poderoso Sith"

Se ve de rodillas ante el Emperador Palpatine.

"Ejecuten la orden 66"

Matando niños de todas las edades.

"¡Te odio!"

Y al final se muestra una máscara con una respiración irregular.

-Y potencial, yo soy superior en todo. -dijo Anakin disipando esa falsa realidad.

Dió media vuelta y anuló el ataque de los rayos de la fuerza que el Hijo lanzo desde lo lejos.

Unos aplausos se escucharon en el campo de entrenamiento.

-Debo felicitarte Elegido, te has vuelto poderoso. -dijo el Padre alabando al Jedi.

-Ha que debo el placer Padre. -habló el Hijo un tanto molesto de que interrumpan.

-Ninguno en realidad, vine por interés. -se limitó a dar esa vaga respuesta.

De forma instantánea el Elegido apareció a su lado usando su "aparición" o "teletransportación" cómo el Padre lo hace.

-No te veo satisfecho, ¿acaso todo lo que tienes no es suficiente?. -diría la Hija notando el estado del Elegido.

-Tengo un problema que me impide perfeccionar dos estados a los que puedo acceder y necesito ayuda con eso. -respondió Anakin suspirando con pesadez.

-No desesperes, debes dejar que tú cuerpo de relaje y se acostumbre al poder que acabas de obtener. -dijo la Hija colocando una mano en su hombro.

-Eso suena de maravilla, llévalo a que descanse, ustedes tienen mucho de que hablar. -dijo el Padre dándoles permiso para que se vallan.

-De hecho ya me encuentro allá. -dijo Anakin mostrando ser una imagen residual.

-No esperes que te perdone, él ama a alguien más. -diría el Hijo viendo la expresión decaída de su hermana.

-No puedo seguir fingiendo, necesito recuperarlo pero no sé cómo hacerlo, además está esa mortal que espera dos hijos de él. -diría la Hija sin saber que hacer.

-Bueno, tiempo es lo que les sobra a los dos, cambiando de tema... tenemos un problema. -mencionó el Padre ganando la atención de sus hijos.

-¿Que sucede?. -preguntó la Hija mirando la seriedad de su Padre.

-Tuve una premonición, he visto el plan del enemigo y tengo miedo de que logren su objetivo. -dijo el Padre mostrando preocupación.

-Supongo que involucra el hecho de que Nihilus esté reuniendo energía vital de cientos de mundos. -diría el Hijo mencionando al Sith'ari.

-Y que los demás Sith'aris estén eliminando a todos los que representan una amenaza directa a ellos. -diría la Hija.

-Si, todos esos puntos nos llevan a una sola respuesta. -dijo el Padre haciendo que ellos abran los ojos en shock.

-¡No, ellos no pueden hacerlo!. -se expresó el Hijo dejando que la oscuridad hiciera un caos alrededor.

-Si lo hacen todos estaremos muertos...-dijo la Hija temblando ante la posibilidad de ese resultado.

-El Bendu me notificó de esto, porque el también lo ha visto, es por eso que debemos estar listos, si llegado el momento ese Imperio Oscuro logra abrir su prisión tendremos que intervenir. -dijo el Padre de forma neutral.

-Pero ya no estás en condiciones de pelear. -mencionó el Hijo.

-Algo podré hacer, ahora más que nunca el Elegido debe frenarlos o todos estaremos muertos. -diría el Padre alejándose.

Lo que el Imperio Oscuro y la Orden Sith'ari planeaba era algo terriblemente oscuro y poderoso.

Ellos quieren liberar a Abeloth...

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Planeta Csilla - Regiones Desconocidas.

-¿Qué saben sobre este enemigo mutuo?. -diría el Gran Almirante Thrawn mirando a sus invitados.

-Nada en realidad, solo que salieron de varios mundos que los antiguos enemigos de los Jedi habitaron. -dijo el Comandante Cody tomando su taza de té que le ofrecieron.

-Sus tácticas no son algo que halla visto antes, son más rápidos, tienen mejor armamento y nos superan en número. -dijo Rex mirando su reflejo en el contenido de la taza.

-Por eso hemos venido, el General Anakin Skywalker nos entregó la información necesaria para llegar hasta aquí. -dijo Cody notando el increíble lugar y la paz que lo caracteriza.

-Además, no tenemos idea de cómo vencer tal ejército. -dijo Rex sintiendo impotencia.

-Ellos son una Orden de Sith'aris, los Elegidos de la Oscuridad, esta es la misma profecía de los Jedis solo que basada en sus creencias, dónde dicta que un Sith'ari nacerá entre los Siths y los ayudará a ser más poderosos o destruirlos según se dé el caso. -dijo el Gran Almirante Thrawn impresionando a los clones.

-Eso explicaría el cómo pudieron conquistar todos los sistemas de la Galaxia en cuestión de solo días. -dijo Cody tratando de asimilar esto.

-Sus Destructores fueron construidos en la Forja Estelar, un astillero de enormes proporciones capaz de crear la flota que ellos están usando contra ustedes y en un tiempo relativamente corto. -explicó el Gran Almirante Thrawn mostrando una imagen de la Forja Estelar.

-Por eso su armamento es superior al nuestro, de algún modo lograron estabilizar una gran cantidad de energía en el arsenal de su flota. -dijo Rex admitiendo que ellos hicieron un buen trabajo.

-Normalmente usan la formación en lanza, un ataque rápido y preciso usando el hiper-espacio como medio, que toma por sorpresa a las defensas de los planetas ocupados. -diría el Chiss.

-¿Cómo sabes tanto sobre ellos?. -dijo Cody impresionado por la capacidad intelectual del hombre.

-Comandante Cody, para vencer a un enemigo hay que conocerlo, no solos sus tácticas de batalla sino su historia, su filosofía, su arte. -respondió el Chiss.

Se levantó de su silla y les indicó a los clones que lo sigan.

-Yo me especializo en el arte de la guerra, lo estudio y lo perfecciono. -dijo el Gran Almirante Thrawn entrando a un elevador.

Después de eso seleccionó el sub-nivel 66.

-El General Skywalker y yo compartíamos la idea de que una fuerza desconocida llegaría a nuestra galaxia algún, durante su estadía aquí llegamos a la conclusión de que formar una alianza era lo mejor para darle cara a la amenaza y para eso tomamos medidas. -dijo el Gran Almirante Thrawn.

Los dos soldados pudieron ver cómo bajaban más y más hasta que se encontraban debajo de la tierra.

-Con la magnitud de la situación debemos darnos prisa, el que esos ejércitos continúen aquí con la Orden Sith'ari representa un peligro. -argumentó el Chiss pacientemente.

-Bueno, eso lo sabemos. -dijo Cody medio rodando los ojos.

-Creo que no lo entienden, el que ellos estén aquí desestabiliza nuestra realidad ya que están haciendo una incursión en este plano, si continúan dejando una impresión de ellos aquí crece el riesgo de la incursión que les platiqué. -dijo el Gran Almirante Thrawn.

-¿Incursión?. -dijo Rex sin entender nada.

-Las incursiones ocurren cuando las fronteras entre universos erosiona, haciendo un choque entre realidades, incursiones eternas, dónde lla guerra entre universos da comienzo y solo pocos sobreviven.... o ni uno. -dijo el Chiss viendo que estaban por llegar.

-Entonces por eso no atacan la Capital, están esperando el momento indicado para que la estructura misma de la realidad se empiece a desmoronar. -dijo Cody observando a Rex.

-Y así poder pasar al siguiente universo. -dijo Rex con los ojos bien abiertos por la impresión.

-Necesitaremos una gran flota si queremos evacuar a cuántos podamos. -dijo Cody esperando que Anaxes siga teniendo la flota de reserva.

-No se preocupen, mi gente tiene una gran armada. -diría el Chiss tratando de aliviar la preocupación de los soldados.

-Pero no seremos suficientes aún y con su ayuda. -dijo Rex sin más ideas que les sean de utilidad.

-Y por eso mandé a construir una armada en secreto que será para el General Skywalker. -dijo el Gran Almirante Thrawn señalando adelante.

Bajo tierra se encuentra una gran concentración de Destructores que está terminando la fase pruebas para entrar en servicio.

Eran naves gigantes que imponían poder y respeto.

-Les presento lo último en flotas de combate, son Destructores Estelares clase Xyston. -dijo el Gran Almirante Thrawn saliendo del elevador que abrió sus puertas.

Todos los Chiss que trabajan rápidamente saludaron a los invitados y a Thrawn.

-Impresionante. -dijo Cody maravillado con lo que estaba viendo.

-Tienen una longitud de 2,406 metros, una altura y profundidad de 682 metros. -dijo Thrawn explicando las especificaciones de las naves.

-Cuenta con tres motores de iones APK de tercera generación, cuatro motores de iones Gemon-4 de los talleres especiales Cygnus y otros tres de emergencia. -diría un Chiss encargado de supervisar la construcción de la flota.

-Dos reactores de ionización solar, dos domos de generador de escudo deflector y otros dos de emergencia en el interior. -dijo Thrawn señalando la estructura del Destructor.

-Su sistema de mira consiste en una Matriz de orientación de rayo tractor más la reserva. -dijo el Ingeniero en Jefe.

-El armamento principal conforma un total 40 baterías pesadas turboláser, 40 cañones de iones, otros 40 cañones láser de defensa puntual, 10 protectores de rayo tractor pesados, 35 lanzaojivas de artillería variable y cómo cereza del pastel, un Superláser axial alimentado por un cristal Kyber. -dijo el Gran Almirante Thrawn dejando boquiabiertos a los clones.

-También cuenta con cazas de primera línea TIE, son de nueva generación. -explicó el Ingeniero en Jefe.

-Y una tripulación de 29, 585 hombres listos para combatir. -dijo Thrawn mirando con orgullo el trabajo de su gente.

-Si sumamos esta flota más la de reserva en Anaxes seremos suficientes para evacuar Coruscant. -dijo Rex aliviado.

-Debemos avisar a la flota, pronto partiremos. -dijo Cody alejándose con Rex.

-¿No les dijo de los otros 13 que construimos?. -diría el Ingeniero en Jefe.

-Dejemos que asimilen esto, esas naves harán que se infarten. -dijo Thrawn de forma neutral.

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Mandalore.

La actual situación parecía ser favorable para los locales, con la guía de Satine, la experiencia de Bo-Katan y la eficacia de la guardia real lograron acabar con la primera oleada que avanzó campo atraviesa.

Antes de que colisionaran ambas fuerzas la Duquesa ordenó un alto total, después avanzó la primer línea que apuntó y disparó sus armas a la cabeza de los enemigos que cayeron por montones.

Mientras recargaban la segunda línea pasó al frente y disparó.

Luego de eso Bo-Katan le ordenó a los tiradores que se queden atrás para que realicen tiros certeros para ayudar a quiénes lo necesitan.

Esto fue una sorpresa total para el líder de las tropas, no se esperaba una fuerte resistencia que le está cobrando la vida de miles de sus hombres en tan solo cuestión de minutos.

-Manden a las bestias guerreras, que tomen a las fuerzas por el flanco y las encierren en un cuello de botella, que las naves se encarguen de matarlos a todos. -ordenó el Sith'ari.

-Entendido. -dijo el súper droide táctico.

De su cabeza salió una ante de comunicación que transmitió la orden al otro batallón apostado cerca de la posición de Satine.

-¡Cuidado!. -gritó Bo-Katan señalando a la izquierda.

Otros diez mil hombres salieron acompañados de enormes bestias que tan pronto llegaron rugieron de furia y hambre.

-¡Replieguense!. -gritó Satine activando su jetpack para elevarse y disparar el cohete que lleva en su espalda.

La explosión levantó una capa de tierra que nubló la vista de algunos por breves segundos.

Inesperadamente tuvo que moverse ya que la mano de un gigante se alzó con tal de atraparla.

-¡Disparen a las articulaciones!. -gritó Bo-Katan disparando los proyectiles de su muñequera.

-¡Se aproximan más por la derecha!. -gritó un soldado de la guardia.

-¡Llamen a la reserva rápido!. -dijo Satine atravesando a un droideka que intentó matarla.

Estaban siendo rodeados y necesitaban crear un camino.

-¡Reserva, los necesitamos ahora!. -dijo una mujer llamando a la tropa de Din Djarin.

La respuesta fue pura estática.

-¡Respondan!. -gritó la mujer arrojando una granada.

La respuesta era la misma.

En el otro extremo de la batalla se podían ver ruinas, escombros y llamas por todos lados.

Soldados muertos, droides de batalla hechos pedazos.

Cráteres de explosiones, naves derribadas, sangre por doquier.

Y en medio de aquel escenario maldito se encontraba una silueta de color blanco.

No era hombre, ni mujer.

Tampoco un droide de batalla.

-Encontramos a los escuadrones Mandalorianos, se ocultan en las nubes del planeta. -dijo un droide B-2 disparando a la cabeza de un niño.

-Manden a los cazas, quiero esas naves ardiendo en llamas. -ordenó el General Grievous.

Derrepente sintió cómo alguien le sujetó su pierna, miró abajo encontrándose con una mujer que tenía su cara llena de sangre.

Ella como pudo intentó tomar el blaster que se encontraba a centímetros de su mano.

Movió con sumo esfuerzo su mano quebrada y tomó el mango del arma.

Cuando intentó disparar pudo ver y sentir su mano siendo cortada por un sable de luz.

-¿Enserio?. -dijo Grievous apuntando su arma a la frente de la mujer.

-Pu-pudrete. -escupió la Mandaloriana antes de que su cabeza fuera aplastada por la pierna del General droide.

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Aquí les dejo el capítulo que siempre si pude terminar jajajaja.

Dejen sus comentarios y nos vemos la siguiente semana.

Recuerden que actualizo una vez por semana, en esta ocasión subí dos capítulos para compensar el tiempo de espera.

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