Llegó la hora...

Con mis últimos suspiros maldigo a Saw Guerrera XD.

Pero al final no me preocupo, se petateo el puto jajajaja.

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Mandalore.

Todo estaba en curso, ya nada podía evitarse, dos bandos en colisión, solo uno se llevará la victoria en esta gran contienda por el dominio del planeta.

Satine peleaba cómo toda una guerrera, que ese a ser pacifista se defendía bastante bien, siendo superada solo por su hermana.

-¡Aquí viene la segunda oleada!. -dijo Satine enterrando su Vibrohoja en el corazón de un Sith Trooper.

Los de la guardia formaron una línea de defensa para reagrupar al resto de los hombres y empezar a replegarse a la ciudad.

Bo-Katan activó su escudo de su muñeca derecha y con su lanza de Beskar empezó defenderse.

Algunos droides de batalla usaron esa gran fuerza que tienen para jalar a algunas mujeres y matarlas entre golpes, pisotones o incluso les quitaban parte de la armadura que protege su pecho para llenarles de agujeros el cuerpo.

Ursa Wren lanzaba golpes al rostro de sus oponentes, cómo los Sith Trooper, soldados modificados para poder emplear sables de luz, los antiguos enemigos de la Antigua República.

Su hija, Sabine Wren tenía sostenido de la cabeza a un droide y sin dudarlo le azotó esa parte contra el suelo con fuerza.

-¡Ataquen!. -gritó Gar Saxon aterrizando con todos los miembros de su clan.

Todos se unieron a la línea de defensa para reforzar.

Un poco más atrás de ellos se encuentra una línea de fuego al mando de Pre Vizsla usando los lanzacohetes de sus Jetpack para frenar a cuántos puedan.

-¡Resistan!. -gritó Satine siendo empujada y derribada al suelo.

Con su rodilla separó lo suficiente al enemigo para dispararle un total de diez veces en el pecho y estómago.

-Debemos replegarnos a la segunda línea!. -dijo Bo-Katan recibiendo un golpe en el rostro que la aturdió unos segundos.

Miró al droide B-2 y con furia de quitó el casco para saltar sobre él y golpearlo hasta desbaratarlo.

Rápidamente todos corrieron o volaron hasta la segunda posición para cubrirse en la trinchera.

-¡Cubranlos!. -gritó Saxon arrojando granadas.

Los demás teniendo a su disposición el tipo de explosivo que sea la ocuparon para crear una brecha de diez segundos, eso será tiempo suficiente.

-¿Dónde están los expositos?. -dijo Ursa recargando sus armas.

-No nos están respondiendo. -dijo Pre Vizsla suspirando.

-Debemos suponer lo peor, si no responden quiere decir que están muertos. -dijo Gar Saxon agitando un poco su cabeza ya que una explosión se produjo cerca de ellos.

-Nos preocuparemos luego de eso, activen las minas. -dijo Satine tronando su brazo izquierdo ya que lo tenía tenso.

-Listo. -dijo Tristán Wren presionando un botón de su muñeca.

Al instante en que los batallones enemigos se acercaban varias minas salieron disparadas del suelo y explotaron a la altura de sus rostros.

-¡Disparen!. -gritó Satine asomándose por la trinchera junto a los demás para masacrar a miles de hombres y droides de todo tipo.

Claro que solo podían retrasarlos por cuestión de minutos ya que el número lo tienen ellos.

-¡Cuidado!. -gritó un guardia empujando a la hermana de Satine.

Una pierna robótica aplastó al hombre por la cabeza, apenas se sostuvo a la conciencia mientras trataba de levantarse.

-Escoria Mandaloriana...-dijo el General Grievous activando tres sable de luz mientras su pie derecho aún pisa la cabeza del sujeto.

-¡Matenlo!. -ordenó Gar Saxon disparando.

Rápidamente el General droide rompió el cráneo del guardia e hizo girar sus sables de luz para desviar todos los disparos.

-Tenemos que replegarnos al último punto de defensa, Grievous acaba de atravesar y romper nuestra línea de fuego, será cuestión de tiempo para que los tanques nos ataquen. -dijo Pre Vizsla alejándose.

-¡Ya oyeron!. -dijo Bo-Katan saliendo de la trinchera.

Al mismo tiempo, el Sith'ari estudiaba los planos que rodean todo el domo de Sundari.

-¿Por qué no atacamos aquí?. -dijo el Lord Sith señalando la parte trasera del domo.

-Ese camino lleva a las montañas del sector sur, apostar fuerzas en ese sitio sería un desperdicio. -dijo el súper droide táctico.

-No lo creo...-dijo el Sith'ari ingresando una tarjeta de información.

Al instante una serie de túneles se mostró.

-Esas montañas conectan con unos viejos pasajes que van por debajo de la ciudad, cuando el domo se construyó los primeros líderes acordaron tener una vía de escape, si cavamos ahí podremos ingresar tropas para sitiarlos y darle tiempo a la flota de alistar el golpe final. -dijo el Sith'ari.

-Yo mismo me aseguraré de llevar a los demás batallones, le aseguro que tendremos una victoria aplastante sobre estos herejes. -dijo el súper droide táctico saliendo de su puesto de mando.

-Bueno... creo que es hora de que me una a la fiesta, si los demás se están divirtiendo es justo que yo haga lo mismo. -dijo el Sith'ari tronando sus huesos.

Era su momento de brillar...

Mientras tanto.

-Rápido, retirada!. -dijo Satine corriendo junto sus hombres.

Ellos pasaban al otro lado de la colina para escapar de las fuerzas de ataque que los seguían de cerca.

Claramente la inferioridad numérica ya era clara para el bando de la Duquesa.

Una vez se apostaron en su última línea de defensa se alistaron para descargar lo último de sus municiones.

-¡Tiren!. -gritó Satine a los soldados.

Barriles de combustible rodaron por sobre la inclinación de la colina, todos ellos con el líquido saliendo de sus contenedores.

-¡Rápido!. -dijo Bo-Katan ayudando a empujar.

El apoyo aéreo fue cancelado, las pocas naves que aún quedaban recibieron la orden de retirarse, si no fuera el caso las usarían para ataques a tierra con mira infrarroja.

Una vez que la mayoría de barriles quedó en puntos específicos los prendieron.

-¡Disparen!. -dijo Sabine usando su lanzallamas.

Algunos droides y hombres quedaron ardiendo en llamas, unos gritando por el dolor y otros simplemente cayeron inertes.

Grievous por su parte corrió con todo para embestir a las defensas.

Por consecuencia muchos quedaron vulnerables a los disparos.

-Hasta aquí llegaron. -dijo Grievous apunto de matar a Satine.

Para sorpresa de muchos, Paz Vizsla llegó corriendo, ya no tenía parte de su armadura y por ende su cara era visible para ojos del resto.

De un golpe fuerte alejó a Grievous, tomó a la Duquesa y se unió con los demás.

-Dame eso. -dijo Paz Vizsla tomando el hacha que uno de los armeros tiene en sus manos.

De un solo tajo asesino a un hombre, después se agachó para evitar que un sable de luz lo matara.

(Uso algunos GIF de otros series o películas para dar una descripción de la situación).

-¡Ayuda!. -dijo la Armera llegando con un Din Djarin totalmente herido.

-¡Din!. -dijo Bo-Katan corriendo.

Durante la batalla estuvo preocupada por él, afortunadamente está con vida, pero ambos sabían que eso no hiba a durar mientras no reciba ayuda médica urgente.

-¡¿Qué pasó?!. -dijo Gar Saxon exigiendo una respuesta.

El mismo sabe de la habilidades de los expositos y ellos son grandes guerreros que son de gran importancia.

-Gri-Grievous... fue Grievous... él y sus ejércitos nos rodearon... acabaron con todos... apenas logramos salir. -dijo Din Djarin con voz entre cortada.

-¿Y la flota?. -dijo la Armera sosteniendo su brazo por el dolor, además de tenerlos dislocado.

-Tuvieron que trazar una ruta completa, hay flotas de Destructores en todos los sistemas y saltos de hiper-espacio conocidos. -dijo Ursa sacando algunas vendas para usarlas cómo absorventes, salía mucha sangre de su cabeza.

-Tendrán que quitarle el casco. -dijo Paz Vizsla recogiendo un arma del suelo.

-¿Qué harás tú?. -dijo Bo-Katan.

-Darles tiempo. -dijo Vizsla antes de salir corriendo e ir a pelear contra Grievous.

-Descuida, te sanaremos. -dijo Bo-Katan retirando el casco.

Tuvo que sostener un nudo en su garganta por el estado en que se encontraba.

-Carajo, necesita atención urgente. -dijo Satine viendo a uno de sus hombres de confianza y amigo de hace años.

Entonces una ráfaga de misiles pasó cerca de ellos causando explosiones.

-Diablo...-dijo Din Djarin intentando tomar su arma para disparar pero no podía por la gravedad de sus heridas.

-¡Cubranse!. -dijo una mujer viendo cómo un gigante venía corriendo contra ellos.

Atrás de él venían miles y miles de hombres más

El campo ardía en llamas en puntos específicos.

-¡Ya casi no tengo municiones!. -gritó Sabine disparando lo último que tenia.

-¡Otra celda Tristán!. -dijo un Vizsla arrojándole más munición a la hija de Ursa.

Ya los tenían en el punto de quiebre.

-Nos están acorralando Duquesa... nos van a acorralar. -dijo Din Djarin gruñendo del dolor.

-No te dejaré aquí. -dijo Satine quitándose el casco al igual que su hermana.

Por su parte Paz Vizsla apenas y podía sostener una batalla contra Grievous.

-Duquesa, saquelos de inmediato. -dijo Din Djarin mientras tierra caía en su cara.

-Olvidalo, no te dejaremos. -dijo Bo-Katan negandose.

-Saquenlos de inmediato!. -dijo Din Djarin con más fuerza, casi implorando por ello.

-¡No te dejaré!. -dijo Bo-Katan con fuerza.

-¡Saquenlos de inmediato!. -gritó Din Djarin mientras la sangre salía por montones de su cabeza y boca.

-¡Ya te dijeron que no!. -dijo Satine desesperada.

-Hay una bolsa de detonadores térmicos doscientos metros por detrás de las líneas, llevense a todos al domo y larguense de este maldito infierno... es una orden. -dijo Din Djarin entregándole su Mitosaurio a Bo-Katan.

Ambas hermanas se miraban con ojos rojos, llenos de miedo y en cierto punto lágrimas.

Sobre todo Bo-Katan, quién es conciente de la situación, debe pensar en la seguridad de su hermana por sobre la de todos, el que ella viva es garantía de reunificar su mundo.

Y para eso debe abandonar al hombre que ama...

-Bo... déjalo ir. -dijo Satine tomando a su hermana del hombro para llevársela.

Podía entender su dolor, más de lo que podía imaginar.

-Tranquila Bo... yo voy detrás. -dijo Din Djarin colocándose el cascos y levantarse con dificultad.

Los demás cubrían la retirada, la avanzada enemiga era demasiado para ellos.

-Te veré en la otra vida. -dijo Bo-Katan sin tiempo de decir algo más.

Ella junto a Satine huyeron dejando al exposito rodeado de enemigos.

-Cubran a Mando!. -dijo Bo-Katan a los francotiradores.

Al menos lo suficiente para que llegue a los explosivos.

Sacando sus armas empezó a disparar, eliminando a los que realmente representan una amenaza.

-Sin importar el final...-dijo Din Djarin recibiendo varios disparos en la armadura que le hacían tambalear.

Por otro lado, Paz Vizsla cayó con fuerza al suelo, recibió un total de siete cortes de los sables de luz.

-Seguiremos peleando...-diría Paz Vizsla alcanzando el hacha de Beskar.

Grievous lo miraba impacible, estos hombres son de los pocos que se ganaron su respeto y admiración.

-En el nombre del honor...-dijo Din Djarin cayendo.

Cómo pudo empezó a arrastrarse, ya le faltaba poco.

Con esfuerzo se fue poniendo de pie mientras un suspiro de agotamiento y dolor salió de su boca.

-¿Eso es todo maldito droide con tuberculosis?. -dijo Paz Vizsla retando a Grievous.

-Eres valiente, eso te lo reconozco... muere. -dijo Grievous atravesando su corazón de lado a lado.

Al mismo tiempo Din Djarin pudo llegar hasta los explosivos, todo ante la mirada de Bo-Katan, Satine y el resto de hombres que seguían en retirada.

-Aquí voy. -dijo Din Djarin activando todos los detonadores y enlazarlos con un detonador que el mismo debe accionar.

Se quitó otra vez el casco y dejó salir un suspiro enorme.

-Y así se contará en canciones... sabrán quienes somos y lo que hicimos... sabrán que no nos sometimos.... que no nos rendimos... que nos levantamos en este momento... en este instante... dispuestos a sacrificar absolutamente todo... para que ellos vivan libres... ¡larga vida Mandalore!. -gritó Din Djarin haciendo que todo exploté.

(Reproducir el vídeo a su gusto)

La onda explosiva hizo que todos cayeran al suelo, la fuerza de la explosión generada por esos detonadores fue tan brutal que todo en un radio de 15 Kilómetros a la redonda dejó de existir.

Droides de batalla de todo tipo, Sith Trooper, cuerpos Mandalorianos, todo fue pulverizado sin dejar rastro alguno.

Incluso los tímpanos de todos los que seguían con vida fueron reventandos por un tiempo indefinido ya que estaban muy cerca de la explosión.

Y en medio del gran cráter solo quedó una placa de Beskar puro abollado, con rastros de sangre.

Pues nisiquiera el cuerpo de quién alguna vez fue Din Djarin pudo ser visto, ya que desapareció para siempre.

-Din...-habló Bo-Katan con una voz apenas audible.

Sus sentidos no estaban en su mejor momento, se sentía aturdida.

Luego sintió cómo era arrastrada con dificultad.

-Esperen... él se quedó atrás...-dijo Bo sin ser escuchada.

Intentó librarse del agarre pero ya no tenía la fuerza necesaria para hacerlo.

Al final cayó dormida por el agotamiento físico.

Todo va de mal en peor, perdieron a casi todo el ejército en la batalla, las reservas fueron eliminadas.

El apoyo aéreo cancelado.

La flota tardaría mucho más de lo que esperaban.

Sólo un milagro podrá salvarlos.

-Obi... ayúdanos... eres nuestra última esperanza...-dijo Satine con su cara ensangrentada.

En resignación, todas las fuerzas restantes huyeron a la ciudad para tratar de refugiarse mientras la flota llegaba.

Perdieron a muchos en una batalla que ya estaba perdida mucho antes de empezar.

Cuándo uno se enfrenta a la muerte... ¿que se puede hacer?

¿Qué hacer contra un mal de esta magnitud?

Rendirse no era una opción y todos lo saben, debían resistir, tenían que vivir.

-Señor, lo último de las tropas Mandalorianas acaban de entrar en la ciudad. -dijo un B-1.

-Seguiremos avanzando, debemos hacer que conozcan la desesperación y el miedo. -dijo el Sith'ari caminando.

-¿Qué hacemos con los heridos?. -dijo el B-1 mirando a los que apenas si podían respirar.

De la mano del Lord Sith salieron los rayos de la fuerza que eliminaron a todos aquellos que representan un gasto innecesario de recursos.

-Ya no hay heridos, ahora, muevanse. -dijo el Sith'ari sin importarle lo más mínimo el haber matado a sus propios hombres.

La victoria lo es todo para los señores oscuros.

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Csilla.

-Todo está listo, al amanecer partiremos. -dijo el Gran Almirante Thrawn degustando una copa de vino mientras algunos músicos de una orquesta tocan melodías para relajarse.

-Finalmente podremos darle un giro a esta guerra. -dijo Cody mirando su copa.

Honestamente no tenía ganas de beber, solamente lo haría una vez que todo esté bien.

-¿Por qué estás tan relajado?. -dijo Rex notando la enorme tranquilidad del Chiss.

-Nosotros amamos la paz Capitán, somos tranquilos, nuestra única ambición es viajar, conocer, saber, algo que va más allá de las ambiciones convencionales cómo conquistar, asesinar e iniciar guerras sin ningún fundamento. -dijo Thrawn cerrando sus ojos por momentos para disfrutar de la calma.

-¿Entonces porque nos ayudan?. -dijo Cody viendo la contradicción de sus palabras.

-Nosotros defendemos un ideal comandante, somos leales, valientes, excelentes navegantes y guerreros, Skywalker una vez me hizo un favor que jamás podré pagar con años de servicio o mi intelecto, él nos dió una oportunidad. -dijo Thrawn recordando aquellos días dónde está su gente era secuestrada, violada, asesinada.

Ellos eran de los pocos que podían viajar por las regiones desconocidas, sus grandes capacidades intelectuales eran muy codiciadas.

-Y esos oportunidad es?. -dijo Rex interesado.

-Vivir, me ayudó a liberar a toda mi gente sin pedir nada a cambio, demostró valentía, determinación, inteligencia, alivió el dolor de todos los que estaban enfermos y sin importarle nada nos ofreció más para estar seguros. -dijo Thrawn viendo la foto de su hija.

-Entonces estás diciendo que aceptas dar la vida de tú propia gente por una sola persona. -dijo Cody con los ojos entrecerrados.

-Todos aceptamos eso, Anakin Skywalker nos demostró que la posibilidad de la paz es real, un universo dónde tengamos que escondernos, un mundo dónde podemos ser nosotros mismos y convivir con todos los seres vivos... una vida a lado de mi hija y esposa. -dijo Thrawn con sinceridad.

Después de eso se levantó, debía ir a disfrutar de la compañía de su pequeña y su amada.

-Vallan a descansar, mañana será el gran día que estuvieron esperando. -dijo Thrawn saliendo de la sala.

-¿Crees que ganemos?. -dijo Cody mirando a su hermano.

-No lo sé, la única manera de saberlo es enfrentando a las fuerzas enemigas. -dijo Rex viendo el emblema de la 501 en su casco.

-Esto es algo irónico. -dijo Cody riendo un poco.

-Explícate. -dijo Rex sabiendo que Cody no es de los que rían mucho..

-Por años estuvimos luchando contra droides de batalla, contra los Separatistas y ahora que estamos en esta situación me doy cuenta de lo equivocados que siempre estuvimos. -dijo el comandante del 212 viendo el anochecer, las luces brillando en medio de tanta oscuridad.

Risas de niños corriendo, de personas viviendo una vida normal.

-Afuera peleamos con el rival equivocado... porque la lucha siempre fue con nosotros mismos, decimos anhelar una paz duradera cuando obedecemos ciegamente órdenes auto-impuestas por personas ignorantes, la República, los Jedi, todos dejaron de ser lo que representaban años atrás, solo miranos, yendo y viniendo sin poder hacer un cambio verdadero. -dijo Cody sintiendo envidia de esta gente.

-Puede ser... pero sin la guerra... nosotros no estaríamos aquí... se qué hemos estado luchando en vano porque esa es la realidad, lo único que agradezco de todo esto es que pude formar una familia con ustedes, con algunos Jedi que están dispuestos a dar su vida por simples clones como nosotros... doy gracias por estar vivo. -dijo Rex saliendo rumbo a su dormitorio.

En la habitación más grande del complejo.

-¿Me llevarías contigo?. -dijo una pequeña de unos 6 años acostada en su cama.

-Será en otro momento mi niña, papá debe ir a pelear con hombres malos. -dijo Thrawn acomodando el fino pelo de su hija.

-Esos hombres malos le hicieron algo al tío Anakin?. -dijo la niña con duda.

-Algo así, es por eso que debo ayudarlo. -dijo Thrawn mostrando una sonrisa pequeña por la inocencia de su hija.

-¿Y mamá irá contigo?. -dijo la niña.

-Claro, sabes bien que mamá siempre cuida de mí. -dijo Thrawn.

-De acuerdo. -dijo la niña tomando un cristal Kyber que tiene en su cuello.

-En cuánto esto acabe le diré al tío Anakin que te enseñe todo sobre la fuerza, te convertirás en una gran Caballero Jedi. -dijo Thrawn viendo cómo su hija hace levitar algunos juguetes con sus manos.

-¿Y crees que pueda tener mi propia flota?. -dijo la niña usando su mirada linda para extorsionar a su padre.

-Solo si demuestras tener las actitudes dignas de un líder. -dijo Thrawn sin verse afectado por esa mirada.

-Y para eso debo seguir con mis estudios, verás que algún día seré tú igual, algún día venceremos a los hombres malos juntos. -dijo la niña cerrando sus ojos para poder dormir.

Luego de unos minutos la puerta se abrió.

-Esa niña es astuta. -dijo una mujer sonriendo.

-No quiero imaginar de quién heredó eso. -dijo Thrawn saliendo con su esposa para dejarla dormír.

-Vamos, no me digas que también usas el sarcasmo de Anakin. -dijo su esposa riéndose por la respuesta de su marido.

-No es tan malo usar este tipo de respuestas, además no todo debe tener sentido para significar algo coherente. -dijo Thrawn ingresando a su habitación.

-Puede ser... ahora que te parece si descansamos, mañana será el gran día. -dijo su esposa tomando lugar a su lado.

-Si... el gran día. -dijo Thrawn en voz baja.

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Mortis.

-Bien Elegido, prepárate, mañana será tú última prueba antes de que puedas irte. -dijo el Padre con Anakin frente a él.

-Entendido maestro. -dijo Anakin haciendo una reverencia.

-Ahora disfruta de este descanso, ya te enseñamos todo lo que sabemos, deja que tú cuerpo repose y se acostumbre a tu fuerza. -dijo el Padre procediendo a salir.

-Ya casi, solo esperen un poco más. -dijo Anakin pensando en sus amigos, en su esposa.

Solo esperaba que Rex y el resto pudieran encontrar a Thrawn.

-¿Se te ofrece algo?. -dijo Anakin viendo a la Hija.

-Debemos hablar. -diría ella con voz firme pero tranquila.

-Vamos afuera, quiero caminar un rato. -dijo Anakin tomando rumbo al bosque que creció gracias a él.

-Aún conservas ese gusto. -dijo ella a su lado.

-Supongo que sí, quiero decir, recuerdo algunas cosas pero otras no. -dijo Anakin mientras de forma inconsciente creaba una flor y de la daba a la Hija.

-Siempre me gustó esto, verte crear vida, vegetación y las flores que hacías para mí. -dijo la Hija oliendo el dulce aroma de la flor.

-Pasábamos la mayoría del tiempo en el bosque, disfrutando de nuestra libertad. -dijo Anakin mencionando lo poco que recuerda.

-Si...-dijo ella apareciendo en la cima de una colina en un destello.

Al instante le siguió él.

-¿Recuerdas esto?, muchas veces hacíamos esto, ver el amanecer cada día, estar juntos riendo, planeando una familia juntos. -diría ella tomando con delicadeza la mano del Jedi que le miraba impacible.

-Estuvimos aquí juntos... nuestro último día antes de que me fuera. -dijo Anakin sosteniendo su frente por el dolor que sentía al recobrar más memorias.

-Tú me pediste que nos viéramos aquí, me llamaste a la cima del mundo, recuerdo que estabas nervioso ese día... eso fue aquí Anakin. -diría la Hija haciendo que él la mire a los ojos.

-Dijiste... hecha un vistazo... y te...-la Hija se detendría por lo que escuchó.

-Y te enseñaré el futuro. -dijo Anakin haciendo que ella le mire sorprendida.

Más y más imágenes aparecían en su mente.

-Tenía un anillo en la mano. -dijo Anakin recordando cada detalle de ese día.

Anillo que la Hija le mostró.

(Este es el ejemplo del anillo que la Hija tiene en su posesión)

-Y tú dijiste...-diría Anakin abriendo los ojos en grande.

-Dije "sí" y después de tanto tiempo aquí estás. -diría ella sintiendo unas tenues lágrimas bajar por sus mejillas.

Ese día ambos se reunieron debajo del árbol de la vida que Anakin pudo hacer.

(Ojo, en esta historia estaré ensayando con Anakin ¿en qué aspecto? darle su relación poliamorosa para adquirir experiencia y llegado el momento de hacer la historia del Elegido en Marvel ya no tener contratiempos)

(Si tienen algún concejo ayúdenme XD, quiero darle algo único)

Realizaron la misma rutina de siempre, solo que Anakin se miraba ansioso, así que llegado el momento le dijo a la mujer que ama cerrar los ojos.

Una vez que estuvo listo atrajo una estrella que comprimió y colocó sobre la sortija, con eso siempre sabrá en dónde por muy lejos que esté.

-No sé que pasó después de tú última batalla, pero me alegra saber que finalmente puedo estar contigo. -diría la Hija.

-Lo siento... no puedo... tengo a alguien que me espera en casa y la amo más que a nada en el mundo, yo agradezco tú honestidad conmigo pero jamás dejaría a mi esposa. -dijo Anakin apartando con delicadeza las manos de la Hija.

-Descuida, se que no puedo pedir volver a la normalidad cómo si nada hubiera pasado, después de todo yo fui quién te dejó pero.... aún así deseo estar contigo. -diría ella con honestidad.

-Pero eso se verá raro... digo... tengo una esposa, no puedo tener otra, eso me hará ver cómo un maldito mujeriego y mi mamá me enseñó a qué solo debo estar con una sola persona, ni que fuera un rompe corazones único en la vida. -dijo Anakin con la cara pálida.

-Deja que yo me ocupe de eso, descuida, no le haré nada a ella, se que la amas y ella a tí, además... todos los Elegidos siempre han tenido relaciones poligamicas. -respondió ella.

-Genial... simplemente magnífico. -dijo Anakin fastidiando.

Simplemente se fue, tenía ganas de maldecir en 30 idiomas diferentes y no quería que lo molesten.

-Estás loca, debiste abordar ese tema con preocupación, lo asustas, si gustas puedo hacer que tenga sueños horribles de por vida. -diría el Hijo con burla.

-Mejor no digas nada, mejor alístate, ya falta poco para que su último reto empiece. -dijo ella alejándose.

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Csilla.

Las calles de la ciudad se veían más solas de lo que normalmente se ve, la falta de gente era muy notable para todos los que vivían ahí y los otros pocos que se están refugiando.

Todos los puertos espaciales fueron cerrados, toda actividad que involucre naves en el cielo fue suspendida.

Seguía siendo de noche claramente ya que los días duran poco y las noche más, esa era una de las razones del porque los Chiss cuentan con la vista roja, ellos desarrollaron sus ojos e instinto de supervivencia a niveles más altos que los de un humano normal.

-Comiencen. -dijo el Gran Almirante Thrawn desde la nave de mando.

En ese momento las alarmas resonaron con fuerza, el tan esperado día final empezó para ellos.

-La flota de la 501 y la 212 espera en órbita Gran Almirante. -dijo la comandante de la nave insignia.

-Todas las naves están en formación, generadores de escudo activados, sistemas de navegación en línea, artillería preparada. -dijo otro oficial.

-Muy bien... nuestro primer objetivo será llegar a Mandalore, ellos están más cerca, mientras tanto los clones se ocuparán de llegar a Anaxes y asegurar la flota de reserva en caso de que aún exista. -ordenó el Gran Almirante Thrawn.

-Si señor. -dijo la comandante.

(Reproducir el vídeo a su gusto)

Parado en el puente de mando, activó el canal abierto para transmitir las órdenes correspondientes.

-En cuánto acabe esta guerra estaré cosechando mis cultivos, imaginen dónde estarán y así va a ser. -dijo Thrawn con voz firme.

Todos estaban atentos a las palabras de su líder.

-Todos los Destructores en línea y quédense conmigo. -dijo Thrawn siendo ovacionado por sus tropas.

Gritos de euforia y gritos de guerra eran oídos en todo el planeta.

-Si se ven así mismos caminando por los campos verdes con el sol en sus caras... no sé preocupen... ¡porque ya están muertos!. -dijo Thrawn elevando la moral de sus hombres.

Los rayos producidos por la presencia de toda la flota en órbita era una clara señal de que los Chiss finalmente se darán a conocer.

-Hermanos... hermanas... lo que hacen en vida... resuena en la eternidad. -dijo Thrawn endureciendo su mirada.

Tenía que salir con vida, por su hija, por su esposa, por su hogar.

-¡A la Guerra!. -gritó Thrawn con fuerza.

Al terminar su discurso toda la flota activó sus motores.

-Llegó la hora. -dijo Thrawn con toda una armada saliendo de Csilla.

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Mortis.

Su momento finalmente había llegado, todo ese entrenamiento, todas esas horas de estudio, todo lo que tuvo que aguantar para llegar a la recta final lo han traído aquí.

Nuevamente se encontraba dentro del coliseo dónde liberó a sus amigos de los Hijos, dónde su aventura por llegar a ser el más poderoso de la existencia empezó.

-Muy bien Elegido... tú momento es ahora... entrenaste... aprendiste... mejoraste... te hiciste más poderoso de lo que pensé... llegó el momento de poner aprueba tus capacidades. -habló el Padre en la cima.

Tanto la Hija como el Hijo se colocaron en posición.

-Si logras vencer a mis hijos una vez más tendrás todo lo necesario para obtener la victoria contra tus oponentes, la vez anterior ellos simplemente se limitaron en capturar a tus amigos, pero ahora... ellos lucharán con todo lo que tienen. -dijo el Padre recibiendo un asentamiento del Elegido.

-Estoy listo. -dijo Anakin relajando sus músculos.

-Eso lo veremos... ¿están listos?. -diría viendo a sus hijos.

Ellos también asintieron en confirmación.

Al lado del Padre se encontraba Qui-Gon observando la última prueba de su padawan.

-Te has vuelto fuerte y poderoso... justo como lo imaginé. -dijo Qui-Gon recibiendo la atención del padawan.

Nunca dudó de él, siempre lo supo, su padawan está destinado a lograr grandes cosas.

-¿Crees que eres el Elegido?. -preguntó Qui-Gon con calma.

-Lo que yo crea no es importante maestro... Elegido o no mi meta es clara... matar a los Sith... traer equilibrio. -dijo Anakin dejando en claro sus objetivos.

-Te diré lo que yo creo... le darás equilibrio a la fuerza... que enfrentarás tus demonios y salvarás al Universo... busca en tu interior... encontrarás la manera... recuerda tu entrenamiento... confía en tus instintos. -dijo Qui-Gon deseándole suerte con la mirada.

Ante eso, el Elegido asintió.

(Canción recomendada por un seguidor, pueden ponerla si gustan panas)

-Bien... ya es hora... comiencen. -dijo el Padre mirando expectante.

Ante eso sus hijos empezaron a caminar en círculo, rodeando al Elegido que permanece en el centro de la arena.

Sus miradas estaban conectadas, un solo parpadeo era suficiente para dar comienzo a una gran batalla.

Entre la Encarnación de la Luz y la Encarnación del Lado Oscuro... contra el Elegido... el balance... el heredero de la fuerza.

"Sólo a través del sacrificio de múltiples Jedi logrará la Orden erradicar el pecado infringido sobre quienes carecen de nombre"

Anakin también empezó a moverse para no quedarse en medio, siendo un blanco fácil antes los ataques de los hijos del Padre.

¿Cuántos han sido dejados de lado para que Jedis y Sith jueguen a ser dioses?

El problema en la Galaxia es que nadie se ayuda entre sí, una frase que su madre le transmitió y el lo hizo con Qui-Gon y todos aquellos que lo conocen.

En un último instante el Hijo se transformó en su mítica forma demoníaca, enseguida voló contra Anakin para darle un fuerte golpe que le hizo retroceder hasta dónde la Hija lo esperaba.

No tardó ni un segundo cuándo ella arremetió con una increíble fuerza bruta que provocó una mueca de dolor en el Elegido que poco pudo hacer ante la gran experiencia de estos dos usuarios de la fuerza.

-¿Acaso es todo lo que puedes hacer?. -habló la Hija seriamente.

Es cierto que el hombre que ama ha perdido gran parte de su fuerza total, pues este nivel no sería nada para un Elegido en plena potencia.

-Al parecer todo ese entrenamiento, todo ese martirio, todo el dolor fue para nada, creo que Padre se equivocó contigo Jedi. -diría el Hijo viendo al Elegido tirado en el suelo sin moverse.

Todo fue para nada...

Esas malditas palabras como las odia.

No pasó un infierno siendo un esclavo para nada.

No vió morir a su madre por nada.

No dejará que todos mueran por nada.

-Knigthfall Vader. -susurró Anakin en voz baja.

En un destello, el Hijo fue tomado por el cuello y llevado contra el extremo derecho de la arena.

Los ojos del Elegido ahora eran totalmente amarillos, demostrando ser un depredador al acecho de su presa.

La mirada asesina de los Siths es una técnica para imponer miedo sobre tus enemigos, hacer que pierdan el enfoque y se rindan

Con el Hijo no se aplica ya que el es la Oscuridad en persona.

"El peligro del pasado no ha pasado sino que duerme en un huevo. Cuando el huevo eclosione, toda la galaxia se verá amenazada"

Sin necesidad de ver tomó su sable de luz y lo arrojó a la Hija, ella al ver esto lo atrapó en pleno vuelo, armas de este tipo no pueden hacerle daño.

Lastima que no pudo ver lo siguiente, los rayos de la fuerza impactaron de lleno haciendo que soltara el arma y por consecuencia acabe incrustada en uno de los muros.

El Hijo rápidamente reapareció atrás del Elegido con una lanza creada con el poder del lado oscuro, después la arrojó contra Skywalker.

Anakin dejó que esa arma se acercara para tomarla con sus manos, lo que no esperó fue que la Hija lo tomara de los brazos y tire de ellos en sentido opuesto, es decir, que trataba de arrancarlos usando su espalda cómo punto de apoyo para ejercer más fuerza.

"Cuando la mismísima Fuerza se tambaleé, el pasado y el futuro deberán discurrir y combinarse"

Una fuerte explosión resultó de aquella técnica, que levantó una nube de polvo que nubló la vista del Padre.

Los Hijos optaron por sus formas ancestrales, siendo la Hija una combinación de Águila Real impregnada de luz.

Y el Hijo siendo un demonio lleno de energía oscura que estaba corrompiendo el suelo.

Los dos se vieron mientras asentían, era momento de dar el golpe final para acabar con esto.

En sus manos aparecieron en símbolo Ying y Yang que amplificó su poder aún más allá de los límites conocidos.

Ambos dejaron salir una gran liberación de energía que una vez más impactó en la ubicación de Anakin, su objetivo era hacerlo desaparecer de la existencia tal cuál su Padre les Ordenó en caso de que esto no funcione.

"Un Elegido surgirá, sin necesidad de un padre, y a través de él, el equilibrio final de la Fuerza se restablecerá"

Una respiración irregular de escuchó en la arena, después un potente grito se pudo oír mientras los ataques eran repelidos.

Anakin con una mirada sería invocó una serie de runas que se esparcieron por todo el lugar creando un domo alrededor.

Los Hijos sintieron sus fuerzas ser suprimidas por esta técnica que puede arrebatarle el poder a tanto Jedis como Sith.

Usando sus manos los obligó a caer de forma violenta contra el suelo.

Varias raíces los sujetaron por sus extremidades y algunos rayos cayeron sobre ellos con una fuerza abrumadora.

Ya que ese tipo de ataques puede dañar severamente la superficie de todo un planeta.

"La Oscuridad y la Destrucción..."

La temperatura descendió en todo el lugar.

"La Luz y la Creación..."

El flujo del tiempo mismo se vió alterado, dónde los días se hicieron noches y al revés.

"El Equilibrio y la Paz..."

Más y más vegetación estaba creciendo en todo el planeta, incluso todo empezó a tener un efecto de bioluminiscencia.

"El Desequilibrio y el Caos..."

Todo crece... todo muere... al final la luz se congela y muere.

Dando paso a vida y creación.

Todo cómo parte del equilibrio.

-Está hecho. -dijo Anakin dejando libres a los Hijos.

Aplausos se escucharon de la nada.

-Excelente Elegido, excelente. -felicitó el Padre satisfecho con los avances de Anakin.

-¿Y ahora?. -preguntó Anakin suspirando.

-Terminamos, ya te enseñamos lo que necesitas para tu pelea, llegó el momento de que salgas y enfrentes el mal, una tarea que solo ustedes pueden hacer, es tú destino Skywalker, traer el equilibrio. -dijo el Padre mostrando respeto ante su igual.

-No irás solo padawan, muchos otros te seguirán, los Sith'aris nunca dejarán que todos los hombres y mujeres libres se unan bajo una sola bandera, será tu debes unificarlos, solo entonces podrás obtener la victoria. -dijo Qui-Gon.

-¿Y ustedes?. -dijo Anakin viendo a los Hijos.

-Iremos contigo, esto nos afecta a todos, debemos unir y vencer. -diría la Hija.

-Además, ¿en qué otro lugar tendremos la oportunidad de matar Sith'aris?. -diría el Hijo arrogantemente.

-Vallan, no pierdan tiempo, si las cosas se complican yo mismo me uniré a ustedes. -dijo el Padre caminando a su monasterio implorando que ellos ganen.

-Suerte padawan, estaré de cerca vigilando tu progreso. -dijo Qui-Gon esfumandose en el aire.

-Ya oyeron... tenemos una Orden Sith'ari que matar. -dijo Anakin caminando con los Hijos atrás de él.

-¿Cuál será nuestro primer destino?. -diría la Hija.

-Debemos unirnos a mi Legión, después tomaremos rumbo a Malachor, Korriban, Exegol, acabaremos con el enjambre de refuerzos enemigos que están siendo creados. -dijo Anakin mostrando su nueva faceta.

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Mandalore.

-Aseguren sus posiciones, que los Destructores apoyen el bloqueo con ayuda de los Lucrehulks, quiero todo este sistema bajo control. -diría el Almirante de la flota Imperial.

Los droides de batalla se limitaron a transmitir las órdenes de su líder, lo menos que quieren es ser destruidos por su mano.

En ese momento la alarma de proximidad empezó a sonar.

-Tenemos varias naves saliendo del hiper-espacio señor. -informó un droide táctico.

-Deben ser los refuerzos que el Sith'ari dejó esperando, el asedio ahí abajo se debió complicar. -dijo el Almirante haciendo chocar sus dientes.

-Señor... esas naves no son nuestras. -dijo el B-1.

El Almirante de levantó de su asiento y enfocó su vista al frente.

Inesperadamente una flota de Destructores clase Xyston aparecieron frente a ellos.

La batalla entre los Chiss contra el Imperio Oscuro estaba por empezar.

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Aquí tienen otro capítulo panas, espero que les guste.

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