Entrenamiento y avanzada enemiga.

Hola a todos mis queridos lectores, lamento si tardé en actualizar esta historia.

Tuve que reorganizar la información que tenía y traspasarla en limpio.

Sin más que decir, disfruten del capítulo.

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Mortis.

El viento ondeaba el fino y largo cabello del caballero Jedi, el sol iluminaba todo el paisaje frente a sus ojos, el sonido de los árboles con el flujo del aire le transmitía una gran tranquilidad.

Aquí no existía la guerra, la hambruna, enfermedades, muerte y dolor.

Lo único dominante aquí era una enorme y relajante paz, un paraíso desde su punto de vista.

Desde que subió a la parte alta del monasterio del Padre, estuvo pensando en todo lo que se le reveló, en todo lo que hizo durante su vida, en todo lo que perdió y en lo único que le queda.

Si aceptaba la oferta del Padre tendría el poder de acabar con la guerra, de darle fin a los Siths, traer equilibrio a la galaxia.

No más muertes en vano, todos en el cosmos disfrutarían de una vida saludable y larga.

Pero si acepta esa opción, tendrá que hacer cosas que serán mal vistas por muchos, se le va a considerar un asesino, un tirano.

Ahora, si se niega, puede quedarse aquí, traer a su esposa, tener una familia aquí lejos de los peligros que acechan en la infinidad del universo.

Y eso era lo que hace que se estrese, el no es de los que abandonen su deber como si nada, muchos creen en él, no puede defraudarlos.

-¿Qué es lo que debo hacer mamá?. -dijo Anakin en voz baja mientras veía sus manos.

-Te diría que escuches a tu corazón Ani. -diría Qui-Gon apareciendo a su lado.

-Maestro...-dijo Anakin impresionado de verlo.

-Siento tu confusión, que es lo que te aterra hijo. -dijo Qui-Gon apoyando su mano sobre el hombro del Elegido.

-Tengo un mal presentimiento, no sé que debo elegir. -dijo Anakin suspirando.

-Es raro... yo no siento nada. -dijo Qui-Gon apreciando el lugar.

-No hablo de la prueba maestro, es algo que me evade. -dijo Anakin sin poder dar con la respuesta.

-No te concentres en tu ansiedad padawan, que tú concentración esté aquí como tiene que ser. -dijo Qui-Gon señalando el lugar en el que están.

-Yo pensaba que uno tiene que ver hacia el futuro. -dijo Anakin usando la fuerza para hacer crecer una flor.

-Pero no ha expensas del momento, no olvides la fuerza latente joven padawan o debería llamarte Elegido?. -dijo Qui-Gon haciendo que Anakin soltará una pequeña risa.

-No me siento listo para cargar con una responsabilidad de esa magnitud, tengo miedo de lo qué pueda ser capaz de hacer. -dijo Anakin recordando ese pequeño fragmento de la prueba.

En dónde su poder se liberó en exceso sin que el pudiera controlarlo.

-Nadie jamás está preparado Anakin, la gente le tiene miedo a lo que no entiende, lo único que puedes hacer es adaptarte y aprender durante el proceso, Yoda guío a la orden Jedi por más de 800 años ¿que han logrado en ese tiempo? ser soldados, por eso creo que llegó el momento de un cambio que creo que tú podrás dar. -dijo Qui-Gon señalando la flor.

-Se supone que un Jedi debe tener el compromiso más serio, la mente más seria, gran parte de mi vida he tratado de ver el futuro, el horizonte y temo que terminé siendo igual que la orden, un títere en una guerra sin propósito. -dijo Anakin mirando el cielo.

-Aventuras, emociones, nada de eso influye en el camino de un Jedi, ese fue uno de los motivos por los cuáles nunca fui parte del concejo, yo no compartía sus puntos de vista sobre privar los sentimientos de aquellos que recién iniciaban el camino de la fuerza. -dijo Qui-Gon.

-Pero, estarás de acuerdo que eso beneficia de forma indirecta, en mi caso, el miedo de perder a Padme me puede llevar a realizar actos inhumanos. -explicó Anakin.

-El miedo es algo común en todos Anakin, la diferencia radica en dejarte dominar por el sentimiento, en nuestro caso, la fortaleza se basa en la fuerza y voluntad misma, por el lado de los Siths, está la ira, dolor, temor, agresión, es por eso que debes recorrer ambos caminos, para entenderlos y usar lo mejor de ambos. -dijo Qui-Gon.

-¿A dónde quieres llegar?. -preguntó Anakin observando a su maestro.

-De que eres el ejemplo de que tanto luz y oscuridad coexisten dentro de nosotros, se que utilizas el lado oscuro desde hace un tiempo, por eso te digo que debes estar en ambos bandos para tener una mejor percepción de la realidad. -dijo Qui-Gon mirando los ojos amarillos de Anakin.

-Se me dijo que debo entrenar para dejar atrás todo lo que no quiero perder, si no entreno, mi temor aumentará y no quiero... no quiero fallarle a nadie. -dijo Anakin suspirando.

-Debes entender que la muerte forma parte del equilibrio padawan, aquellos que se unen a la fuerza debes recordarlos, ahí estarán por la eternidad. -dijo Qui-Gon.

-¿Por qué sacrifican tanto por mi? siempre me dicen que soy en Elegido, que tengo un trabajo qué hacer... pero que hay de lo que yo quiero. -dijo Anakin.

-Dimos mucho por salvarte, yo, Shmi, incluso otros más que están dispuestos morir con tal de que logres el equilibrio... porque tú eres la clave, de lo que hay entre la vida y la muerte, tu simplemente llegaste al vientre de Shmi Skywalker y naciste, es una prueba de que no eres de ningún lado, solo apareciste. -dijo Qui-Gon.

-Y si no la quiero ser. -dijo Anakin temeroso de si mismo.

-No podría culparte hijo, la carga que llevas es demasiado para cualquiera pero tú no eres alguien normal, eres más especial de lo que imaginas y tengo que creer que tú... fuiste enviado por una razón... todos los cambios por los que estás pasando, todo tu poder lo verás como una bendición y cuando ese momento llegue tendrás que tomar una decisión... la de presentarte con orgullo frente al universo entero o no. -dijo Qui-Gon.

Y con eso se fue desvaneciendo en el aire poco a poco hasta dejar en total soledad al Elegido.

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Luego de aquella charla con su maestro, decidió ir a su cuarto para meditar, lo que el Padre, el Hio, la Hija, e incluso Qui-Gon le dijeron crearon un mar de profundidad en sus ideologías, sus valores, todo lo que representa se esfumó.

Cuándo abrió la puerta se llevó una gran sorpresa al ver quién se encontraba en ese lugar.

-El verte de pie, siendo un adulto fuerte, admirado, respetado, amado e incluso temido... es una pena que me perdiera los mejores años de tu vida. -dijo Shmi sonriéndole con un amor maternal.

-Madre...-dijo Anakin en un susurro apenas audible.

Rápidamente un nudo en su garganta se hizo, era ella y no una ilusión creada por el Hijo.

Realmente su madre estaba aquí frente a él.

Rápidamente caminó para tomarla de la mano pero al hacer "contacto" pudo ver cómo la suya la atravesó.

Al ver que esto era un sueño apretó su puño con tanta fuerza que terminó por sangrar, sus lágrimas eran notables y su tristeza lo consumió.

-Solo soy un reflejo de mi misma mi niño, soy una proyección de tu subconsciente. -dijo Shmi tratando de consolar a su hijo.

-¿Es cierto lo que dijo Qui-Gon? ¿que yo nací de la nada y que no eres mi madre?. -preguntó Anakin sin importarle que ella no fuera real.

-Si, nadie sabe de dónde vienes, solo pudimos tratar de averiguarlo. -dijo Shmi.

-¿Lograron algún avance?. -preguntó Anakin.

-Tuve que pedirle a Qui-Gon que analizara más a fondo tu sangre, cuándo nos dijo que tenías un conteo de midiclorias más alta que cualquiera en el universo supimos que debíamos hacer un estudio total, al examinar más a fondo nos llevamos una sorpresa... tu ADN almacena mil millones de años de conocimiento, eso quiere decir que tienes más edad de la que tú crees. -dijo Shmi.

-Insinuas que puedo reencarnar cada cierto tiempo?. -dijo Anakin sin entender.

Nada tenía sentido.

-Es lo que deducimos, de algún modo estás en simbiosis directa con la red de la vida del Universo y más allá de esas fronteras, un poder infinito bajo tu mano. -explicó Shmi.

-Eso explica el porque había vegetación en nuestro hogar... a dónde quiera que valla la vida me sigue. -dijo Anakin tocando la pared.

Al hacerlo pudo ver cómo salían flores.

-¿Soy el único Elegido?. -preguntó Anakin.

-... no... hay más cómo tú ¿dónde? es lo que no sabemos. -dijo Shmi.

-Tal vez yo pueda dar respuesta de eso. -dijo el Padre entrando.

-¿Sabés dónde están los demás Elegidos?. -preguntó Anakin.

-Durante cien mil años estuve buscándolos en el cosmos, jamás tuve resultados, solo se que quién los creara estableció un sistema de control, cada Elegido fue creado dentro de la Matrix, un punto más allá al vacío del final del tiempo. -dijo el Padre.

-Pero cómo lo puedes saber, se necesitan pruebas. -dijo Anakin.

-Las encontró en tu sangre, al parecer tu tienes las coordenadas exactas de la Matrix en tu ADN, solo que no sabemos cómo hacer que recuerdes. -dijo Shmi.

-Es dónde no entiendo, dices que se estableció un sistema de control, por ende pueden saber dónde está esa Matrix, ustedes tienen la capacidad de sacar esa información de mi. -dijo Anakin confundido.

-Ese sería el caso, contigo es diferente, existe algo llamado evento Génesis, por lo poco que se es que todos los Elegidos fueron creados para cumplir con un rol predeterminado dentro del Multiverso, cómo conquistador, filósofo, líder y demás. -explicó el Padre.

-Fue dónde nos dimos cuenta de que tuviste la oportunidad de elegir, tener libre albedrío, ¿que tal si un Elegido soñaba con ser algo más que lo que dictaba el sistema para el?... ¿qué tal si uno de ellos aspiraba a algo mejor?. -dijo Shmi.

-Tu representas esa ideología, eres el primer nacimiento natural de los Elegidos, fuiste creado de la misma vida, fuera del control de todos, mientras que los demás son creación artificial. -dijo el Padre.

-Por eso arriesgamos tanto para salvarte. -dijo Shmi.

-¿Por qué nunca me lo contaron?. -preguntó Anakin tomando asiento.

-No podíamos hijo, por más que lo quisimos, ni cuanto te queremos... Qui-Gon, el Padre y yo fuimos producto del fracaso al mantenerte esta información en secreto, ahora Darth Sidious sabe de esto y dará todo lo que tiene por tenerte bajo su mando. -dijo Shmi.

-... entonces... ¿estoy sólo?. -dijo Anakin refiriéndose a qué es el único Elegido en este Universo.

-No, eres un hijo de la luz como de la oscuridad, bien y mal, vida y muerte, todos los seres vivos tanto muertos están vinculados contigo... representas lo mejor de ambos caminos. -dijo el Padre.

-Eres diferente a todos en el Universo y al final eso es bueno, no necesariamente dejarás que los habitantes de la galaxia comentan los mismos errores que nosotros... no si los guías hijo... no si les das esperanza. -diría Shmi señalando el corazón de su hijo.

-Eso es lo que tú representas, el Elegido representa esperanza. -dijo el Padre.

-Y en ti recae la creencia fundamental en el potencial de cada persona para ser una fuerza del bien, es lo mejor que puedes darles. -dijo Shmi.

De un momento a otro aparecieron en el campo de la prueba.

Todas las estrellas brillaban, toda la naturaleza empezó a crecer, seres vivos se acercaban para rodear al Elegido.

El sol y la luna estaban iluminando toda la zona.

-¿Por qué soy tan diferente al resto de Elegidos?. -preguntó Anakin.

-Eres más joven y brillante que todos, tu potencial no tiene límite alguno, tus células absorben todo tipo de luz, radiación y fortifican tu poder, tus sentidos, tu cuerpo, te alimentas de la energía vital de todos los seres vivos del universo, estrellas, planetas, agujeros negros. -explicó el Padre.

-Has crecido más grande y fuerte de lo que imaginamos, la única forma de averiguarlo es seguir probando tu potencial. -dijo Shmi tomando las manos de su hijo y ponerlas en cada símbolo.

Ying y Yang.

El Elegido cerró sus ojos, inhaló y exhaló con firmeza.

-Acepto tu propuesta... me convertiré en quién siempre debí ser, no quiero que me compadezcan, no quiero lastima, no tengo tiempo de ser una víctima, las amenazas, la publicidad barata de allá afuera... no... yo decido quién soy... seré un interprete... que le dará a este Universo lo que necesita... yo soy Anakin Skywalker... el Elegido. -dijo Anakin al Padre.

-Eso me gusta... empecemos. -dijo el Padre.

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Regiones Desconocidas.

Sobre algún punto más allá de los límites conocidos, vemos como una estación de batalla orbitaba un planeta.

Cientos de cazas de combate patrullan la zona, naves capitales estaban en formación y listas para ir a la guerra.

-El Elegido finalmente sabe la verdad...-diría Darth Sidious en voz alta.

En la sala que estaban salían pequeños destellos que alumbran el lugar.

-Si el logra alcanzar su máximo potencial estaremos en peligro. -dijo Sidious mirando al resto de los presentes.

-¿Que hay de los demás Elegidos? ¿lograste dar con su paradero?. -se escuchó una voz en la oscuridad.

-No, solo Skywalker puede encontrar ese lugar, al parecer es una especie de plano celestial al cual solo los Elegidos pueden entrar. -dijo Sidious.

-Ustedes que opinan... ¿creen que ya llegó el momento de revelarnos?. -diría aquel hombre oculto por la oscuridad.

En ese momento el pequeño destello iluminó a varias personas con túnicas negras.

-Llegó el momento... hemos pasado más de un milenio en las sombras, preparándonos para esto...-dijo uno de los tantos presentes.

-Llamalos. -dijo otro de ellos.

-¿Ha cuántos?. -preguntó Sidious seriamente.

-Llamalos a todos. -dijo el mismo hombre.

(Favor de reproducir el vídeo)

-Nuestro tiempo ha vuelto a llegar, la sombra de la muerte los alcanzarán... la llama de la guerra!. -dijo el Sith en voz alta.

-Nada detendrá el retorno de los Sith... ni siquiera Skywalker y su orden Jedi podrán contra nosotros. -dijo Sidious alzando sus manos.

De sus manos liberó la tormenta de la fuerza, cientos de rayos salieron disparados en todas las direcciones de la Galaxia y Regiones Desconocidas.

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Malachor.

Un Lord Sith yace iluminado por el sol, al mirar arriba pudo ver la señal... había llegado la hora.

Chocando las palmas de sus manos murmuró unas palabras en el lenguaje Sith.

Del suelo se abrieron varios túneles y de los mismos se empezó a escuchar la marcha de cientos de miles de hombres.

Y naves caza empezaron a volar...

-¡A la guerra!. -gritó el Lord Sith alzando su sable carmesí en lo alto.

Sin esperar más, todo el ejército comenzó con su marcha.

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Korriban.

De la órbita del planeta salieron Legiones de destructores clase Resurgente armados hasta los dientes.

Y desde el puente de mando de una de las naves una persona miraba todo con ojos amarillos, con un sentimiento serio y oscuro.

-No más Jedis... no más República... la temporada de muerte ha llegado. -dijo el Sith ordenando que toda la armada tomara rumbo.

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Exegol.

La luz carmesí de un sable de luz apareció entre la oscuridad, lentamente una persona caminó hasta lo que parece ser un precipicio.

-Miedo... el miedo atrae al temeroso... al fuerte... al débil... al inocente... al corrupto... el miedo... el miedo es nuestro aliado. -recitó el Lord Sith despertando a sus seguidores.

Atrás de él se encendieron un sin fin de sables rojo escarlata, pues tal era la cantidad de Siths que la luz sangrienta deslumbró todo el lugar.

-Estamos listos mi Lord. -habló uno de los seguidores Sith.

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Coruscant.

En el templo Jedi se pudo sentir una gran perturbación en la fuerza, cada miembro de la orden fue testigo de una sensación de muerte, frío y perdida.

Repentinamente la luz se empezó a ir, era como si de una ola de oscuridad opacara la vida misma.

Algunas personas cayeron al suelo de la nada, los servicio médicos rápidamente fueron desplegados al ver tal suceso.

Una vez dejaron la protección de su estación y entraron a la oscuridad cayeron muertos cómo el resto de la población que poco a poco hiba muriendo.

Una persona miró al cielo y para su miedo y el de todos, vieron como el sol estaba siendo cubierto por un objeto súper masivo.

Toda la capital de la República estaba siendo atacada con viejas técnicas de la Alquimia Sith.

-Llamar a los demás deben, retirarse de los frentes de batalla tienen que. -dijo Yoda con una expresión de total seriedad.

-Miles de sistema estelares quedarán desprotegidos si hacemos eso maestro. -dijo el maestro Mundi.

-Pregunta no fue, una orden dictaminé y cumplirla deben. -dijo Yoda sin dejarse sermonear.

-Avisen a los generales en las otras partes de la galaxia, todos los frentes de batalla deben ser abandonados de inmediato. -dijo Windu estando de acuerdo con Yoda.

-Contactaré con el bloqueo en órbita, ordenaré que todos los cruceros tomen posición de defensa y las naves caza deberán patrullar las 24 horas. -dijo Shaak Ti.

-Yo localizaré a la Duquesa de Mandalore, debemos advertirle y enviar Legiones para la protección de Sundari. -dijo la maestra Depa Billaba.

-Usaré el sistema de emergencia para avisarle a todos los que estén de pie que vengan al templo, aquí estarán a salvo!. -gritó el maestro Windu saliendo de la sala del concejo.

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Mandalore.

Un mundo lleno de tribus guerreras, portadores de un gran legado, usuarios del acero Mandaloriano o como ahora le llaman... Beskar.

Este era un sistema totalmente independiente y neutral, en pocas palabras no podían ser atacados por ningún bando de la guerra.

Este mundo era el representante de miles de sistemas neutrales.

Meterse con ellos no era una buena opción, ya que si bien son pacifistas, no quiere decir que no puedan defenderse de cualquier tipo de ataque.

La economía estaba en constante crecimiento, tenían alianzas comerciales y una infraestructura autosustentable.

Las casas se mantenían en Sundari por petición de su gobernante, la Duquesa Satine de la casa Kryze.

Ella es una mujer hermosa, altamente codiciada por muchos, amadas, respetada y querida por otros.

Lo que pocos saben, es que una mujer tan importante y poderosa como lo es ella, sostiene un amorío oficial pero secreto con un miembro del alto concejo Jedi.

Obi Wan Kenobi, aquel hombre que era dueño de su mente, de sus pensamientos, de todos esos suspiros de jóven enamorada.

-¡Te estoy hablando!. -gritó su hermana sacudiendola con fuerza.

-Ya te escuché!. -dijo Satine haciendo un puchero.

Su hermana interrumpió sus pensamientos sobre su querido Obi.

-Recuerda que debemos ir a Coruscant, en estás fechas es la asamblea de ayuda humanitaria que los Republicanos realizan para brindarle ayuda a los mundos pobres. -dijo Bo-Katan entregándole su armadura a su hermana para que se proteja.

-De acuerdo, solo dame unos minutos y nos vamos, avísale a nuestra escolta que prepare la nave. -dijo Satine comenzando a equiparse.

-Ya lo hice, solo te estamos esperando. -dijo Bo-Katan negando.

Ese Jedi la tiene como loca.

-¿Llevarás a tu novio?. -preguntó Satine burlándose de su hermana.

-Estupida... no es mi novio. -dijo Bo-Katan con un tenue sonrojo en su cara.

Hace cinco años que conoció a Din Djarin, un expósito que acogió el credo de Mandalore el Grande, con el tiempo se ganó su armadura de Beskar, se hizo de un nombre y reputación en todo el planeta.

Se volvió un Mandaloriano de pies a cabeza, hasta que pudo tener el gusto de participar en una misión con el en Nevarro.

Ahí si amistad inició y con el tiempo en ella surgió un sentimiento por el hombre.

No lo admitiría en voz alta frente a su hermana, jamás la dejará en paz si lo sabe.

La conversación de ambas se vió interrumpida cuándo la guardia entró rápidamente.

-Duquesa, debemos sacarla de inmediato!. -dijo Din Djarin dirigiendo la guardia real.

Un total de doce elementos entró y aseguró el salón del trono.

-¿Que está sucediendo?. -preguntó Satine al ver la seriedad de los hombres y mujeres presentes.

-El sol está muriendo, sea lo sea, la oscuridad que anda cubriendo Sundari deja muerto a todo aquel que se adentre en ella. -dijo Din Djarin ingresando un código en una pintura de la pared.

Frente a todos se abrió una puerta.

-Sabine, Tristán, lleven a la Duquesa con ustedes, Bo-Katan, Ursa, el resto y yo iremos a preparar la nave. -dijo Din Djarin dejando pasar a los jóvenes con su gobernante.

Y dicho eso todos tomaron acción.

Por sobre el domo de la ciudad, ocurría lo mismo que en Coruscant.

Un objeto cubría el sol...

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Naboo.

En la capital de Theed, vemos a los padres y hermana de Padme.

Ellos decidieron salir de paseo, hoy era un día hermoso, cálido, perfecto para salir.

-Ojalá todos los días fueran así. -dijo Sola suspirando con calma.

-Pronto lo serán hija, la República está haciendo lo mejor por ganar esta guerra. -dijo Ruwee Naberrie con una calidad sonrisa.

-Querrás decir que Anakin está haciendo lo posible por ganar esta guerra. -dijo Jobal.

-Aquí vamos de nuevo. -dijo Sola algo nerviosa.

Hablar con ellos sobre este tema era delicado.

-El diálogo en el Senado también ayuda, no solo se trata de ir al frente de batalla y destruir droides de batalla. -diría Ruwee.

En ese momento se escuchó un gritó que llamó la atención de todos, los Naberrie al voltear de llevaron una gran sorpresa.

Una sombra estaba cubriendo todo y un montón de personas caían muertas apenas hacen contacto con la oscuridad.

-Al refugio subterráneo!. -gritó Ruwee llevando a su familia.

¿Qué era lo que estaba pasando?

Solo espera que su hija Padme se encuentre bien.

Por instinto alzó su mirada para ver cómo su estrella estaba siendo absorbida por algo.

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Coruscant.

-¿Cómo llegamos a esto?. -diría Shaak Ti viendo el cielo.

-No es el cómo, sino el por qué. -dijo Mundi acercándose.

En los pasillos del templo había cientos de civiles siendo atendidos por los médicos y clones.

Todo fue tan rápido e inesperado.

Gran parte de la ciudad estaba en llamas, esto debido a que algunos Venator se estrellaron sobre zonas transitadas.

Al parecer todo aquel que se exponga a los efectos del eclipse termina muerto en el instante.

Esa era de una de las razones por las que al menos un total de siete Venator terminaron cayendo.

Afortunadamente lograron advertirle al bloqueo en órbita, toda patrulla queda suspendida y se modificó el sistema de escudos para que los efectos del momento no repercutan en sus tropas.

-Solo un Lord Sith sería capaz de realizar tal proeza y salir en su búsqueda no es una opción, no tenemos idea de dónde pueda estar. -dijo Adi Gallia.

-Sin mencionar que no sabemos cómo siguen los demás sistemas de la República. -dijo Shaak Ti.

-¿Pidieron contactar con el maestro Plo Koon y la maestra Aayla Secura?. -habló Mace Windu.

-No, solo hay estática en todas las frecuencias. -dijo Kit Fisto.

-¿Y que pasa con la 212 y 501? ellos llevan más tiempo sin hacer contacto con nosotros. -dijo Luminaria no muy contenta cuándo se enteró de que Barris se fue con ellos dejándola con toda la responsabilidad de su misión.

Ante la mención de las dos mejores Legiones del ejército hubo un vacío.

Todos los civiles prestaron atención a los que la Jedi dijo.

No era secreto que todos tuvieran puestas sus esperanzas en el General Skywalker.

-No lo sabemos, el último reporte que recibimos fue sobre su estado actual. -dijo Jaro Tapal cruzado de brazos.

-Si me permiten preguntar... ¿cuál es el estado de las Legiones?. -diría una persona muy conocida en todo Coruscant.

-Fueron atacados por cinco flotas completas bajo el mando del General Grievous, Senadora Amidala. -dijo Depa Billaba.

-Eso fue hace casi dos rotaciones y no hemos podido hacer contacto con ellos. -dijo el maestro Mundi.

-Ellos están bien, Skywalker volverá más fuerte que nunca, descubriendo su propósito en la vida haciendo está y con él vendrán muchos dispuestos a pelear. -dijo el maestro Yoda.

Ante las palabras del Jedi, muchos sintieron su ánimo levantarse.

Anakin siempre luchaba con todo por mantenerlos con vida.

-Ellos estarán bien, el General Kenobi y las comandantes Barris y Tano están con el. -dijo Bail transmitiendo su tranquilidad a su amiga.

El sabía de la relación del General con la Senadora y tiene que apoyarla en estos tiempos difíciles por su condición.

-Nosotros tenemos la parte más fácil, la que es resistir, los Generales de la 501 y la 212 siempre han logrado vencer sobre cualquier pronóstico, no debemos flanquear, debemos mostrar fortaleza. -dijo Riyo Chuchi.

Todos asintieron, deben resistir, ser fuertes y salir adelante.

Y antes de que el sol desapareciera, Padme tocó su vientre mientras ponía sus esperanzas en su esposo.

-Estaremos esperando tu regreso amor mío, vuélvete el más fuerte de todos y salvanos una vez más. -diría la Senadora en un susurró.

Todo Coruscant quedó a oscuras...

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Límites del Borde Exterior.

Todos los ejércitos Sith se reunieron, ya era momento de someter a la galaxia ya vez más.

-La primer fase del plan está hecha, todas las Legiones Clon regresaron a Coruscant y Kamino. -dijo el Conde Dooku en medio de la sala.

-La segunda fase dará inicio con la invasión y conquista de todos los mundos libres, tomaremos todas las rutas de comercio y contrabando para movilizar a las tropas. -dijo el General Grievous tosiendo.

-La tercera fase consiste en someter los mundos aliados de la República, destruir todas sus estaciones médicas en el camino y cortar sus líneas de suministros. -dijo el Almirante Trench.

-La cuarta fase será ocupar todos los mundos neutrales, el único que puede presentar problemas es Mandalore, esos clanes guerreros no serán fáciles de vencer. -dijo el Gran Moff Tarkin.

-Destruyan toda Sundari en caso de que no puedan tomar la superficie, si Mandalore cae, enviaremos un mensaje de que todo acto de insurgencia será castigado con la destrucción de ciudades enteras. -dijo Darth Sidious.

-Y al final la fase más importante de todas, invadir toda Coruscant, atravesar ese bloqueo de un millar de cruceros Venator, acabar con la orden Jedi y proclamarnos gobernadores del universo. -dijo otro Lord Sith tomando la palabra.

-Entonces... llegó el momento... cómo uno de los nueve señores Sith, debemos honrar nuestra tradición...-dijo el más fuerte de los nueve dando un paso al frente.

Nueve sables de luz carmesí se encendieron en medio de la sala.

-Tres cristales sagrados para los creadores del todo...-susurró uno.

-Siete cristales primordiales para los guardianes de la paz...-diría otro en el lenguaje de los Sith.

-Y nueve para hombres destinados a morir...-terminó de decir otro señor oscuro.

Lentamente un velo de oscuridad los cubrió, su mirada amarilla pasó a ser roja y sus sables de luz desprendían materia oscura.

-Que todo nuestro ejército avance, no quiero prisioneros, matenlos a todos. -ordenó el más alto de los nueve.

Nadie discutió las órdenes de su señor.

Todos los Destructores se dividieron en flotas y tomaron rumbo a sus destinos.

Si golpe será rápido, letal, inesperado, nadie podrá detenerlos.

-Espero que me des batalla Elegido, otros como tú lo intentaron y terminaron muertos. -dijo el más poderoso de todos tomando asiento en su trono.

De su ropa sacó un símbolo tallado en un trozo de cuarzo, si quieren tener éxito en abrir esa prisión tienen que tener al Elegido.

Sólo el puede abrirla.

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Mortis.

Un nuevo día llegó y con ello un inicio para Anakin.

Los tres de Mortis estaban presentes en el patio dónde la prueba de realizó hace poco.

-Primero entrenarás con mi Hija, ella te enseñará todo lo relacionado a la luz y como dominarla a tal punto de que tú seas mejor que ella. -dijo el Padre señalando a la mujer.

-¿Por qué debo entrenar con ella?. -preguntó Anakin.

-Tu lado luminoso será más fácil de perfeccionar y controlar, te ayudaré a controlar tus sentimientos, tus miedos, tener un mejor enfoque. -explicó la Hija.

-Suena lógico... ¿empezamos ya?. -dijo Anakin con una sonrisa determinada.

-Sigueme, iremos a mis dominios para dar inicio. -diría la Hija tomando su forma de águila celestial.

Y con eso se elevó al cielo.

-Se olvidó de mi. -dijo Anakin con un tic en el ojo.

Después suspiró y comenzó a correr, eso le ayudaría a calentar un poco.

-Él no puede recordarla, supongo que su última batalla contra el mayor de los nueve lo dejó con perdida de memoria total. -diría el Hijo.

-Sus recuerdos fluyen en su sangre, él jamás olvida, lo único que necesita es ayuda para recordar. -dijo el Padre retirándose.

-¿Entrenarás a los otros?. -preguntó el Hijo.

-No, de eso se ocupará Qui-Gon, yo tengo algo que hacer. -dijo el Padre desapareciendo.

El Hijo no diría nada, simplemente se fue volando a sus dominios, tiene que preparar una prueba para Skywalker.

Al cabo de unos veinte minutos llegaría Anakin a los territorios de la Hija.

-Tardaste en llegar, pensé que no sabrías dónde estoy. -habló la Hija sentada en flor de loto sobre el símbolo Yang.

-Perdóneme su magnificencia, de haberme llevado no habría tardado tanto. -respondió Anakin con su típico tono sarcástico.

Ella negó con una diminuta sonrisa, todavía conserva ese sentido del humor.

-Toma asiento frente a mí. -indicó la Hija invitándolo.

Skywalker se acercó y tomó asiento en flor de loto.

-La naturaleza es el corazón, el corazón es la vida y la vida eres tú, tu fuerza radica en el fulgor de la batalla, mientras más tiempo luches, más poderoso te vuelves. -explicó la Hija usando parte de su energía para crear una proyección del corazón, naturaleza y vida.

-Si lo pones así quiere decir que todo está conectado. -dijo Anakin mirando con detalle.

-Así es, para mantener ese equilibrio debes entrenar, dejar de lado tus impulsos y con el tiempo... crear... vida. -dijo mientras cientos de árboles salían del suelo

Flores, todo tipo de animes y lagos se formaron.

-¿Qué debo hacer?. -preguntó Anakin mirando de forma impresionada todo lo que ella hizo.

-Debes aprender a reunir la energía vital de todos los seres vivos, incluso de tú interior, una vez que hagas esto podrás sentir cada forma de vida, por muy diminuta que sea. -diría la Hija.

Ella lo tomó de las manos y las puso sobre el suelo.

-Siente la fuerza, deja que ella te guíe. -explicó la Hija.

Inhalando aire procedió a cerrar sus ojos.

Dejó que su mente fluyera con libertad, relajó sus brazos, sus piernas.

En lugar de tener control de sus acciones, cedió el control a su subconsciente, que su cuerpo se mueva por si solo y haga lo que tenga que hacer.

"Si tú, estrella de la tarde, te unes a mí, también tendrás que renunciar al crepúsculo"

Unas imágenes algo distorsionadas se empezaron a proyectar en su mente.

Había un bosque hermoso con un efecto de bioluminiscencia.

Y en sus brazos se encontraba una mujer, que lo miraba con un amor incondicional.

Uno que es eterno...

Ambos se encontraban sobre un pequeño puente que se eleva dejando pasar un lago por debajo.

"A ti me uniré, Dúnadan, y me alejaré del crepúsculo, aunque aquella es la tierra de mi gente y la morada secular de todos los de mi raza"

Ambos mostraron un cristal en sus manos y los unieron creando uno nuevo.

Repentinamente abrió los ojos, su respiración era algo acelerada.

Miró y se dió cuenta de que era rodeado por un muro de agua que se levantó por sobre su cabeza.

-¿Estás bien?. -preguntó la Hija con preocupación en sus ojos.

El agua cayó dejando libre al Elegido.

-Tuve una visión...-dijo Anakin respirando con fuerza.

-¿Sobre de...?. -dijo con duda.

-No lo sé, ni siquiera creo que sea una visión... creo que era un recuerdo... de una vida pasada. -dijo Anakin tratando de tranquilizarse.

Ella le ayudó a levantarse para que se relaje un poco.

-Había alguien conmigo... una mujer... no pude ver su cara pero ví un Kyber en su mano y en la mía... le dije algo... "Si tú, estrella de la tarde, te unes a mí, también tendrás que renunciar al crepúsculo". -dijo Anakin explicando lo poco que recordaba.

Los ojos de la Hija se abrieron en grande...

-Nos vemos mañana, fue suficiente por hoy. -dijo ella mientras se hiba.

Rápidamente fue a sus apocentos dónde cerró con fuerza.

Se acercó a su cama y debajo de ella sacó una pequeña caja.

La agarró y la abrazó con fuerza mientras algunas lágrimas caían de sus ojos.

-"A ti me uniré, Dúnadan, y me alejaré del crepúsculo, aunque aquella es la tierra de mi gente y la morada secular de todos los de mi raza". -recitó la Hija las palabras que una vez dijo ante alguien que buscó por mucho tiempo.

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En otro lado vemos a Obi Wan con las dos padawan.

-¿Qué es lo que vamos a hacer?. -preguntó Obi Wan a su maestro.

-Tranquilo padawan, recuerda que la paciencia es un don. -dijo Qui-Gon meditando.

-Pero... llevamos una hora esperando!. -dijo Ahsoka algo inquieta por saber.

-Debo suponer que Ani te contagió esa desesperación y energía por aprender algo. -dijo Qui-Gon negando con algo de diversión.

Se puso de pie y los miró.

-Mi entrenamiento para ustedes es diferente, no obtendrán poder... obtendrán conocimiento. -dijo Qui-Gon.

-Algo cómo la Alquimia?. -dijo Barris.

-Si, usarán los pensamientos de sus enemigos contra ellos mismos, aprenderán algunos trucos que los primeros Jedi usaban para combatir a los Siths. -dijo el Jedi mientras les señalaba dónde debían pararse.

Lo divertido apenas empieza...

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Aquí les dejo el capítulo mis panas.

La razón por la que tardé fue porque tenía tarea, exámenes y demás.

Además de que para subir capítulos de esta historia debo investigar mucho, editar imágenes y ver qué videos poner para hacer que las escenas sean más imponentes.

Si gustan dejar alguna idea, adelante.

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