Capítulo 5 : Fugitiva
Aún cuando las palaras de Jonouchi lo habían dejado impactado de alguna forma, nunca se esperó que ese maldito chucho lo defendiera pero, algo más importante estaba en sus brazos y, aquella era Marie.
No podía huir, y, pronto lo iban a encontrar, intentó pensar rápido pero, maldita sea, tener a la rubia le dificultaba pensar de alguna forma que ni él mismo entendía.
De repente, notó como ella se despertó, quizás eso podía ser de ayuda...
Cuando sus ojos se abrieron, las lágrimas fueron instantáneas, mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro, pero, algo en su rostro decía que nada estaba bien.
-Todo estará bien...- dijo en casi en un susurro, mientras se soltaba de algo que, por dentro, quería que fuese eterno. -Te protegeré aunque no lo sepas, recuérdalo, porfavor...- dijo, mientras las lágrimas cubrían su rostro, por un momento extendió su mano hacia ella, intetando detenerla, pero, sabía que eso no era lo correcto...
-Marie, promételo.- dijo el Kaiba menor, intentando poner una sonrisa la cual no logró, ella solo atinó a asentir, mientras le lanzaba una pequeña piedra a Seto.
-Vámonos de aquí, ahora.- exclamó la rubia, mientras veía todo el espectáculo que ella misma había provocado de alguna forma.
Nadie dijo nada, simplemente, desaparecieron...
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-Te dije que no era buena idea, Varon- dijo Hikari, mientras vendaba el brazo del ahora herido castaño, el cual solo miraba los ojos de la pelirroja, los cuales tenían algo que lo alarmó de alguna forma, ella parecía carecer de aquella felicidad que tanto destelló por un momento en ella.
-¿A dónde se ha ido Marie?- preguntó Amelda de repente, serio. Nadie contestó,pero, todos querían algo en común : acabar con Marie Anderson.
Todos se habían dado cuenta de que ella en cualquier momento se podría poner en contra de todos, y, todo por culpa de Seto Kaiba. Y, ella debía de pagar...
Por un momento, Dartz los miró algo intrigado por lo que había causado una de sus caballeras, aún cuando vio todo, se sintió fascinado con el simple hecho de ser el que, acabase con la rubia sin los demás saberlo, pobrecita, no sabe lo que le espera...
Después de contarle todo, él acordó cualquier a ataque hacia ella era bien recibido, lo que ellos no sabían es que, ella era demasiado buena escondiéndose...
Marie cuando quería era como una ave rapaz, capaz de aniquilar a sus presas en cuestión de segundos, y, sin ningún tipo de pudor alguno, ella era a veces agresiva y algo cruel, pero, eso nunca lo vieron realmente.
A no ser que alguien que ama esté en peligro....
Cuando la noche alumbró por New York, Marie ya había pasado más de 6 horas fuera de su hogar, sabía que ya se había dado por desaparecida hace unas horas, todo debido a su "madre" a cual llamó a la policía.
Ella puso una mueca al ver una foto donde salía ella como perdida, le daba asco ver como su madrastra simplemente la usaba para ganar dinero que mintiese de esa forma tan descarada a la gente. Le parecía simplemente repugnante...
Pero, una idea algo loca cruzó su mente, sin saber muy bien qué hacer, decidió llamar al único teléfono que tenía junto al de Hikari -el cual pensó en eliminar-
Y, ese no era otro que el de Kaiba...
No se sentía muy orgullosa de aquel logro, pero, después de tantas cosas malas que ha hecho, esto es lo menos dañino que habrá hecho en una cantidad considerable de tiempo.
Cuando de repente escuchó como un sonido de fondo se escuchó, supo que él había acogido su llamada.
-¿Qué quieres ahora? Estoy ocupado.- preguntó, algo serio y con una contonación de estrés en su voz.
-No estarás tan ocupado cuando has cogido mi llamada. Sé que sonará estúpido y realmente sé que lo soy pero... solo quería darte las gracias.- dijo, mientras una sonrisa se posaba en su rostro y, se aguantaba las lágrimas, demonios, ¿de dónde habían salido esas lágrimas?
-Marie, no tengo tiempo para tus juegos.- dijo la voz algo cortante de Seto.
-No estoy jugando, lo juro, ahora soy una fugitiva que no tiene a donde ir, y, solo quería darte las gracias por todo, Kaiba, por hacerme sentir humana de nuevo...- dijo, mientras las lágrimas se desataban sin ella poderlo evitar -sayonara...- dijo, antes de colgar, ni siquiera le dejó terminar la frase al contrario, no quería, sabía que eso le iba a doler y, eso sería simplemente la última pieza para desprenderla por completo de su corazón.
Sabía que el castaño la iba a odiar por esto, por simplemente desaparecer pero, no podía, simplemente no podía llevarlo por la vida que ella llevaba, y, menos con todo lo acontecido, aún cuando su corazón le gritaba que volviera a llamarlo o, verlo frente a frente y aclararle sus sentimientos, una parte de ella le gritaba que no dijera nada y huyera.
Y, en ese momento se dio cuenta de lo desacostumbrado que sonó apagar su corazón, de no sentir, de no sonreir por nadie, solo por obligación, se dio cuenta de cuanto lo amaba todo su ser, pero, ya no había vuelta atrás...
Corrió por las calles, hasta que, un mounstruo que supo de dónde venía la reconoció casi atacandola al instinto, al instante utilizó uno de los poderes otorgados por la dichosa organización : desaparecer a estos mounstruos. Con tan solo humo se desparecieron, sabía que Dartz estaba tras de ella y, eso no era nada bueno...
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Por otro lado, se encontraban Yugi y los demás pero, esta vez, Yugi tuvo que tomar manos en el asunto para salvar al abuelo de Rebecca, así que, a escondidas de todos, simplemente se marchó al lugar del duelo, el cual iba a disputar contra Raphael.
Pero, aún los amigos del tricolor se preguntaron quien era esa chica que se hacía llamar Marie, y, qué tipo de relació tenía con Kaiba, pero, en estos momentos el oji amatista no podía pensar en eso, ya que, sabía que seguramente su otro yo y él se iban a disputar en un duelo con la barrera de los Oricalcos, y, sabían que eso era un mal presagio para la batalla...
Por otro lado, se encontraba Kaiba, el cual, estaba dispuesto a encontrar a la rubia y decirle a la cara todo, ella no podía irse sin más de su vida, ella, sin él quererlo se había convertido de alguna forma en una persona especial para Seto.
No supo ni siquiera qué fue exactamente lo que le cautivó de aquella chica, solo sabe que, nada ni nadie le dentendrá para estar con ella, por mucho que le cueste, Marie estará sana y salva...
Continuará...
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