Capítulo 3 : Presentación

El vuelo de Yugi y sus amigos había logrado aterrizar con éxito y sin ningún tipo de problemas, además, tenían la ayuda de Rebecca la cual más pronto que tarde colaboraría con ellos.

Todo parecía haber sido un camino fácil por los grandes y lujosos edificios de New York, con los cuales Anzu quedaba fascinada. Pero, Yugi aún seguía intrigado acerca del mensaje de Pegasus y sabía que Yami también lo estaba, además que, en medio del viaje su dragón legendario había comenzado a brillar sin motivo aparente...

Pero, en una de las gasolineras que fueron a parar, su viaje dejó de ser tranquilo, ya que, una banda de motociclistas comenzó a seguirlos.

Sin saber ellos que ese iba a ser el reencuentro con una amiga...

Por suerte lograron desviarlos a tiempo, y, lograron llegar a un lugar que parecía haber sido cerrado, pero, aquella era la ubicación...
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Por otro lado, se encontraba Mai, la cual, al perderlos de vista se enfadó, ella quería demostrarle que se había convertido en una persona más fuerte, ella ansiaba el poder, y, quería mostrarles lo que sus arpías eran capaces de hacer...

Así que, algo aburrida decidió llamar a Marie, la cual sabía que seguramente estaba ocupada en cosas de entrevistas y sandeces varias, pero, decidió hacerlo.
-Marie Anderson, ¿qué necesita?- preguntó la rubia, el bullicio a su alrededor se notaba.

-Neh, Marie, déjate de formalismos. Conseguí detener a la pandilla de Yugi, se me escaparon, así que, necesito refuerzos.- dijo, mientras oía a la contraria chasquear la lengua.

-Esto se terminará pronto, así que, en seguida iré, mientras avisaré a los demás.- dijo, mientrae sin ella saberlo una sonrisa se posaba en su rostro.

Pronto con tan solo marcar el número de Varon, Raphael y, para su desgracia Amelda, sobre aquello, con tan solo llamarlos serviría, no le apetecía entablar conversación.

Cuando todo terminó, rapidamente se escabulló del lugar, corrió lo más lejos posible, aún escuchando el escándalo que había comenzado a hacer su "madre".

Hasta que, logró encontrar el lugar secreto de su amiga, Hikari. Cuando se vieron, se abrazaron, pero, algo estaba mal con ella, Hikari no parecía tan animada como siempre.

-Hiki, ¿qué te ocurre?- pregunta la rubia, mientras la mira a los ojos, preocupada. Con esas palabras, terminó haciendo que la pelirroja comenzase a llorar desconsoladamente.

-Es por mi hermano, no quiero que nada le pase...- dijo, mientras las palabras se le trababan. -No quiero que él sea parte de esto, no quiero que tú seas parte de esto...- esa parte la descolocó ; nunca habló con ella sobre aquello, nunca le había dicho eso.

-Trabajamos para crear un nuevo mundo, lleno de felicidad y sin problemas.- dijo simplemente, mientras su mirada se desviaba.

-¡Es que no entiendes! Vosotros simplemente arriesgais vuestras vidas para después quitárselas a otros...- dijo, mientras su voz se comenzaba a quebrar.

-Te lo repito, lo hacemos para formar un mundo nuevo, uno en donde todos seremos felices.- volvió a decir, casi repitiendo algo que se le había inculcado y que no iba a desobedecer.

-Marie, no lo entiendes, nunca lo vas a entender...- dijo, mientras se levantaba repentinamente de donde se encontraba sentada, las lágrimas solo se volvieron aún más presentes.

Y, así, ella salió corriendo, solo con una idea : Iba a encontrar a Amelda y lo iba a sacar de ahí, sea cual fuera el riesgo.

-¡Hikari, espera!- gritó Marie, pero, ella ya se había ido.
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Y, aún sabiendo por donde caminaba la pelirroja, ella se había logrado perder por las calles de New York, así que, casi tambaleante, descansó en uno de los callejones y, casualmente encontrándose con Varon.

-¡eh, tú! Soy Hikari, hermana menor de Amelda, llévame a dónde quiera que él esté.- dijo, Varon la observó por un momento, sabía que Amelda había hablado acerca de que tenía una hermana, y, aún cuando podía dudar sobre la chica delante suyo, sus ojos grisáceos y pelo rojo la delataban.

-¿Qué quieres con él?- preguntó, no iba a subir a una completa desconocida a su moto.

-Yo quiero hablar con él, es mi hermano. Creo que no nos hemos presentado muy bien, pero, creo que te conozco.- dijo, entrecerrando los ojos, pensante, esa chica lo iba a sacar de quicio más pronto que tarde.

-Oh, si, eras Varon.- dijo, mientras sin él darse cuenta, ella se posaba en la parte trasera de su moto, esperando a que él se subiera y conduciera.

-Lo que sea, vamos.- dijo, mientras que, con un rugido arrancaba su moto.

Y, sin ellas saberlo, su separación no iba a durar mucho...

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Marie logró colarse por la parte trasera de aquel gran edificio, no había sido una tarea fácil descubrir dónde podrían estar, pero, después de varia falla y error, los logró encontrar gracias a la indicación que Mai le dio anteriormente.
No dijo nada, más bien intentó hacer el menor ruido posible, no quería que se enterara de que estaba,su llamada con la rubia contraria todavía no había sido cortada así que, en casi un susurro, dijo :

-Estoy dentro, es seguro estar. Ellos no saben a dónde ir, es tu momento.- ni siquiera espero respuesta para cortar la llamada, mientras la conversación con su amiga seguía en su cabeza.

No tardaron mucho en llegar, y, ahí fue cuando supieron que esto era una emboscada...

-Oww, yo quería ver a mi stupid rich boy...- dijo, en un tono algo infantil la rubia, por un momento, todos se quedaron perplejos ante esas palabras, no sabían muy bien de quién se trataba.

-¿Estás hablando de Kaiba?- preguntó Jounouchi, a lo que solo recibió un asentimiento de la rubia.

Mientras tanto, Hikari escuchaba todo atentamente, mientras veía como las posibles víctimas estaban allí reunidas, casi como si esto fuese una masacre.

-Pero, ¿tú quién eres?- preguntó ahora Yami, algo temeroso de acercarse, la reconoció al instante por su largo cabello rubio que sobrepasaba su cadera.

-Mi nombre es Marie Anderson, y, creo que os interesará con quien vas a luchar, Jonouchi...- dijo, antes de esfumarse, de repente, Mai pasó a ser el centro de las miradas.

-¡Mai!- exclamó Jonouchi, sorprendido y, al mismo tiempo teniéndose lo peor.

-¡Tú! Dime dónde se ha metido Marie- dijo una voz extraña, saliendo Hikari de su escondite, casi siendo detenida por Varon, pero, solo logró salir junto a ella.

De repente, notó como la chica lo había agarrado de la mano, casi sintiéndose como un apoyo para la pelirroja en ese momento.

-No sé ni siquiera quién eres ni porque tienes a Varon al lado tuyo, pero, escapa ahora antes de ser aniquilada.- dijo con frialdad la rubia alta, mientras la miraba con algún tipo de desprecio.

-Mai, ella es mi hermana, y no permitiré que le hables así.- dijo un ahora enojado Amelda desde arriba.

-Mai, ¿por qué, por qué te uniste a ellos?- pregunta Jonouchi, confuso, con las lágrimas casi cayendo por sus ojos.

-Nunca podrías entenderlo Jonouchi y, ahora, ¡es hora de un duelo!- gritó, mientras los demás se alejaban y, así comenzó todo...
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Por otra parte, se encontraba Kaiba, decidido de ir en busca de Anderson, ella no podía escapar por toda su vida de él, pero, seguía preguntándose : ¿qué hacía esa chica que lo hechizaba tanto?

Quizás eran sus ojos, que, no contenían brillo alguno, pero, cuando estaba junto a él, sus ojos brillaban como una noche estrellada.
Quizás era su labia, el como al hablar lo dejaba en un trance, o, quizás era simplemente ella...

Todo aquello solo le producía dolores de cabeza, hasta que, notó un papel tirado en su mesa, no recordaba haber dejado nada ahí, con curiosidad lo agarró, encontrandose con algo inesperado...

"Te quiero♡. Sigamos con este juego, Seto
Atentamente : Tu querida Marie Anderson ;3~♡"

Por un momento, su mundo se paralizó por completo, solo volviendo a leer esa nota denuevo, estúpida y escurridiza hermosa chica rubia...

Ahora, estaba seguro, jugar el juego que le había propuesto la ojinegra iba a llevarlo a sitios que no esperaba. Oh, y Pegasus también estaba metido en todo esto...

-Mokuba, nos vamos.-
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-Entonces, Marie, ¿ya se te ha pasado el enfado?- exclamó Amelda, mirándola, al notar su voz, Marie lo miró por un momento, casi con desprecio, solo negó con su cabeza, mientras observaba todo el panorama.

Extrañamente, no notó a Varon por ningún lado, y, menos a Hikari, aunque, escuchaba sus voces en algún sitio. Y, la pelirroja parecía feliz de alguna forma...

Mientras veía como Mai le pateaba el trasero a ese chico, de repente, Varon estaba denuevo y, Hikari siguiéndolo, se miraron por un momento las dos amigas, pero, no se dijeron nada.

Aún cuando era doloroso escuchar a Mai decir esas palabras y sentirse identificada con su soledad, lo que más le dolía es que, ella ahora estaba sola, su amiga estaba enfadada con ella (y con razón) y había terminado con su novio...

Lo necesitaba tanto...

Y, como si hubiese hecho una llamada a los mismo cielos, él apareció, y, eso, le hizo sentir la chica más feliz en esos momentos.

-¡Stupid rich boy!- exclamó la rubia, mientras sus manos se agarraban fuertemente a la barandilla, sus ojos volvieron a brillar como los de una niña pequeña.

Kaiba simplemente la miró, ella era la alegria pura en ese momento, un pequeño ángel compasivo que había bajado para ser su única compañía junto a su hermano.

Salió de ese trance cuando todo se quedó en silencio y todos los miraban, Marie más acostumbrada a ese hecho que él mismo.

-"Eres más importante que un novio Hikari"- exclamó de repente su amiga, rompiendo la burbuja de Anderson, se quedó perpleja ante esas palabras, esas palabras se las había dicho hace unos meses...

-Mentirosa...-

Continuará...

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