Capítulo 12 : Amenaza
Las dos se miraron, sintiendo furia la una de la otra, su amistad se había terminado para siempre, solo una ganaba este duelo, solo una iba a quedar con vida...
-Tu reinado acaba aquí y ahora, Mai...- dijo Marie, mirándola con odio, mientras sus palabras decían lo mismo, ella estsba dispuesta a ganar esto, por muy sin aliento que estuviera, ella no se iba a rendir, no, no podía perder ante él, no podía dejarlo solo...
-¿Y cómo siquiera estás tan segura, Marie?- dijo Mai, comenzando el duelo.
Cuando el duelo comenzó, Jounouchi y Kaiba sabían una cosa realmente clara : alguien de las dos iba a perder, haciendo el sufrimiento del otro.
Pero, ni siquiera se esperaron cuando Jounouchi quedó en el suelo, debilitado, causando que la rubia se comenzara a sentir culpable.
-Porfavor, resiste- dijo, cerrando los ojos conteniendo las lágrimas.
-Este es tu problema Marie, te preocupas por todo el mundo, queriendo mantenerlos a salvo siempre, intentando estar a su lado sin conocer ni siquiera tus propios límites, patético...- dijo Mai, rodando los ojos con seriedad.
-Yo solo quiero que la gente a mi alrededor sienta lo que yo nunca pude sentir, el amor, el cariño, el saber que tienes a alguien a tu lado... yo quiero protegerlos...- dijo ella, con una sonrisa algo dolorosa, dejando atónito a Seto.
-Nunca fui criada desde el amor, tuve miedo de darles amor a la gente por perderlas después, pero, cuando lo conocí sentir que eso estaba totalmente correcto...- dijo, entre lágrimas la chica, con una sonrisa, mientras se dirigía hacia Kaiba.
-He sido una mentirosa toda mi vida, pero, lo que siento es verdadero...- dijo, mientras se acercaba una de sus manos a su pecho.
-Me aburres con tus estupideces, Marie... eres simplemente débil, y punto.- dijo ella, mientras el duelo se ponía un poco a su favor.
Hasta que, cuando la rubia robó tuvo la carta que iba a decidirlo todo, su piedra brilló por unos instantes, mientras ella suspiró fuertemente.
-Aquí vamos de nuevo... ¡Activo la barrera de Orical-!- ni siquiera puedo terminar de decirlo, cuando sintió una presión en su brazo, alguien deteniendola de hacer aquello, cuando se giró pudo ver a Seto, deteniendo lo que para él era una locura.
-¡Suéltame! ¡Tengo que hacer esto! - Ella forcejea, intentando safar la presión en su brazo.
-No te voy a soltar Marie, ¿es que si acaso no fuiste tú la que me dijo que ganar no era lo más importante?- dijo él, mientras Marie se detenía por un segundo, olvidando el agarre en su brazo.
-Pero, en esta circunstancia necesito hacerlo, no queda de otra...- dijo ella, bajando la cabeza, sintiendo como aquel dolor tan reconocible volvía, Dartz intentaba controlar otra vez su mente...
Marie, olvídate de él, desata todo tu poder, caballera...
-Yo... no puedo olvidarme de él...- dijo, cogiendo su cabeza con una de sus manos. -Si entonces dejo de ser una de tus caballeras, entonces, lo dejaré de ser, solo por favor, no le hagas nada...- dijo ella, mientras las lágrimas rondaban por su rostro, haciendo que Seto sintiera preocupación por ella, algo malo le estaba pasando...
-¡Marie!- gritó Mokuba, preocupado por la rubia, mientras a Mai se le escapaba una lágrima al ver eso, recordando los momentos que pasó junto a Jounouchi y sus amigos, recordando al rubio con una sonrisa, mirándola, ella no supo lo que tenía...
Dejó todo lo que quería por el poder, por la ambición de la victoria, ella simplemente fue consumida por ello...
Sintiendo culpa de ella, de sus acciones de todo, pero, ya no había vuelta atrás, sabía que, por mucho que quisiera, no podía enmendar nada y, sabía que la oji negra se había sentenciado diciendo esas palabras.
-Estoy bien...- dijo, librándose del agarre de Seto por fin, activando la barrera y sintiéndose débil por unos instantes, haciendo que Kaiba recibiera un golpe por estar cerca de ella.
-¿Estás bien?- preguntó, mirándolo por un momento, con culpa y tristeza en sus ojos, sabía que él no aprobaba esto, pero, era su última opción...
-Mai, ¡te atacaré!- dijo ella, con determinación, una determinación que Seto nunca había visto antes en ella, pero, que la hacía brillar de alguna forma...
El simplemente se quedó fascinado...
Mai mientras tanto la miró con odio, mientras Marie sentía el poder en sus manos, algo que la hacía sentir sedidnta por más y al mismo tiempo débil.
Y, de repente, algo hizo que ella estallara en odio, vio como Hikari se aproximaba hacia Kaiba, cosa la cual la hizo arder en furia y, sin siquiera pestañear la agarró con sus hilos desde el cuello...
-¿¡Y tú quién te crees que eres como para intentar herirlo!?- Ella gritó, completamente en cólera, mientras sus ojos destilaban aquella furia y sed de sangre contenida.
Hikari intentaba conseguir el aire, cosa la cual se le hacía faltante, mientras el kunai que intentó usar caía el suelo y, la rubia lo recoge.
-¿Osea que lo intentaste matar? Despreciable...- Marie dijo, sus ojos negros parecían ahora un agujero negro, mientras la furia iba creciendo con cada paso que ella daba.
-¡Pensé que así te tendría de vuelta!- Hikari gritó, mientras las lágrimas caían por sus ojos.
-¿Pensaste que matándolo a él ibas a conseguir que volviéramos a ser amigas? Ibas a lograr todo lo contrario...- Anderson dijo, mientras su agarre se apretaba más y, Hikari empezaba a toser, buscando el aire.
El brillo rojizo en los ojos de Marie solo se extendió más, mientras una sonrisa maniática se extendía por su rostro y ella comenzaba a reírse psicoticamente.
-¡Todos ahora están en mi control, JAJAAJAJA!- ella gritó, mientras reía locamente, la cordura totalmente pérdida, su corazón resquebrajándose en pedazos.
Hasta que, sintió como alguien la agarraba, deteniendolo todo por un momento, y, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
-K-kaiba...- Susurra, mientras los hilos se detienen, las lágrimas cayendo por sus mejillas, recordando su promesa...
Todos ahí quedaron sorprendidos, mientras que Marie simplemente contemplaba lo que estaba a punto de hacer, Hikari todavía estaba tosiendo en el suelo y, Varon corrió a socorrerla con las pocas fuerzas que le quedaban.
Aún cuando su objetivo era atrapar a Marie, aquello lo hizo sin pensar, mientras el odio hacia su ahora antigua compañera simplemente aumentaba.
Nadie ahí presentes entendía qué sucedía con el oji azul, ¿por qué se acercaba a la amenaza? ¿Por qué quería a la amenaza?
Los sentimientos que él sentía hacia ella nadie lograría nunca entenderlo, ni siquiera la devoción de la rubia, porque nunca nadie sabría lo que ellos vivieron en aquellas noches las cuales dejaron de ser solitarias para los dos...
Aquello que parecía ser un duelo salvaje, había comenzado a ser de todo menos un duelo, todo aquello era un completo caos lleno de desesperación, como el tiempo corría para todos ahí dentro, Marie sin saberlo había creado una bomba la cual ella era quien decidía cuando detonaba.
Marie por un momento recupera su cordura, respirando aceleradamente, llorando por el hecho de que casi hiere a la que consideró su mejor amiga en un momento.
Hikari se había quedado sola, sin los dos pilares de su vida yendose, solo quedando un hueco completamente vacío, en el que por mucho que ella hubiera intentado buscar, un hermano no puede ser reemplazado y, las locuras de Anderson nunca podrían ser hechas por otra persona.
El espirítu de libertad de la rubia era algo inigualable, tenerla a ella como tan solo una amiga ya era considerarse suertudo y, aquello era una cosa que había comenzado a envidiar de Kaiba, el como él era el único ahora que salía beneficiado de aquello, y, como el amor de Marie era un arma de doble filo ; era tan bueno y al mismo tiempo traía tantas cosas malas...
Marie en sí debería ser considerada para él una amaneza, alguien a quien derrotar pero, la ironía en sí misma de la vida hacinedo de las suyas de nuevo...
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El duelo continuó aún cuando Marie sentía su corazón partiendose en pedazos y como las energías le eran arrebatas lentamente, aún cuando sentía como en cualquier momento se desmayaría, la sonrisa seguía en su rostro, mientras sus respiraciones eran pesadas, ella seguía manteniendo su sonrisa, cosa la cual solo enfadó aún más a Mai.
-¿Por qué sigues sonriendo? No tienes nada, Marie.- Ella dijo, mirando a la oji negra, la cual negó con la cabeza, sonriendo.
-Lo tengo a él, y, por eso, seguiré luchando, hasta mi último suspiro...- ella dijo, sonriendo, mientras un sonrojo se apoderaba de sus mejillas. -Y eso, no fue una mentira...- añadió en un susurro, sonriendo.
Hasta que, el duelo terminó, las lágrimas cayeron de los ojos de Marie, viendo como Mai y Varon desaparecían, sus cuerpos fueron lo único que quedaron, pero, la culpa se apoderó lentamente de ella, carcomiendola por dentro.
Pero, ni siquiera le dio tiempo a pensar cuando un tricolor, una chica de cabello castaño y ojos azules y junto a otro chico de cabello castaño se acercaban hacia Hikari, ahora solo eran ellos, Hikari, Seto, Mokuba, Jounouchi y Marie...
-¡Hikari! ¿Estás bien?- Preguntó el chico tricolor, viendo como la pelirroja comenzaba a llorar debido a la repentina muerte de Varon, solo mirando su cuerpo sin alma, temblando, mientras los tres la socorrían. Su cuello aún dolía un poco, Marie había dejado una marca rojiza en uno de los lados de su cuello.
Por un momento las dos chicas se miraron, Marie concertada por aquello.
-¿Me querías quitar a la única persona en mi vida y tú teniendo nuevos amigos?- Dijo la rubia, totalmente decepcionada, una lágrima cayendo por sus ojos.
-¿Qué ocurre aquí?- dijo Yami, mirándola. -¿Qué hiciste, Hikari?-
-Más bien que no hizo...- dijo, tirando el kunai a su lado. -Pude detenerla antes de que cometiera una locura, la cual no iba a perdonar...- dijo lo último con un tono completamente serio.
Los cuatro amigos de Hikari se quedaron sorprendidos por aquello, mirando a Hikari.
-Ese kunai no era para Kaiba... era para ti...- Dijo en un susurro la chica, mirando hacia abajo, solo concertando más a Marie, las lágrimas corriendo por sus ojos.
-¿Creéis que soy una amenaza? ¿¡Crees que soy vuestra enemiga!?- ella exclamó, en cólera, mientras las lágrimas corrían por sus ojos.
-Lo eres para nosotros y, ahora, Kaiba lo es...- dijo Yami, mirando hacia abajo, enfureciendo a Mokuba.
Marie sintió como su corazón se rompía, todo era por su culpa...
Todo había sido su culpa desde el principio...
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