A la mañana siguiente, Jotaro se fue caminando a la escuela como de costumbre. Él y Kakyoin vivían casi al lado y siempre se iban juntos, pero esa mañana, aunque lo esperó, el menor no apareció. Le pareció un tanto extraño aquello, sin embargo recordó lo que su amigo le había dicho el día anterior.

«Estoy saliendo con Reimi Sugimoto»

Aun le costaba acostumbrarse a esa idea.
Al llegar al establecimiento educacional y entrar por la puerta principal, se encontró con una imagen aun más extraña: su amigo abrazando a aquella pequeña chica de cabello rosa quien reposaba en el pecho del menor con una amplia sonrisa. No se equivocaba, estaba con ella. Era lo normal, después de todo eran novios, ¿no? podían abrazarse y besarse si así lo deseaban.
Es solo que era extraño. Muy extraño, a decir verdad

—Mira amor, es Jotaro —le dijo la chica a su novio, señalando al chico de gorra que yacía ahí parado sin decir nada.

¿Amor? ¿apenas llevaban un día de novios y ya le decía 'amor'?

—Hola —saludó el mayor— ¿qué tal?

—¡Muy bien! —respondió feliz la pelirosa —¡Kakyoin y yo somos novios! —se veía muy feliz a decir verdad, sonreía mucho.

—Me lo dijo ayer —afirmó Jotaro —felicidades a ambos —asintió en señal de aprobación y le dirigió la mirada a su amigo.

—Así es —corroboró Kakyoin, quien cruzó miradas con el mayor, el que parecía buscar algún comentario de su parte —disculpa no haberte esperado en la mañana como siempre, pero quedamos de vernos con Reimi aquí temprano.

—No te disculpes —Jotaro le restó importancia. Porque no era importante, ¿verdad? —me voy al salón. ¿Nos vemos después de la escuela? recuerda que quedamos de terminar el videojuego que empezamos la semana pasada.

—No creo que pueda —el menor parecía afligido— voy a ir a comer algo con Reimi por ahí

—¡Pero puedes acompañarnos! —agregó la novia del pelirrojo, extendiendo la invitación al mejor amigo de su novio.

—No gracias, no quiero incomodar a los novios —ahora Jotaro se oía algo molesto. Pero debía evitar que lo notaran —te hablo luego —le dijo al menor antes de retirarse rumbo al salón de clases.

El día transcurrió sin muchas novedades para el de cabello oscuro, salvo el hecho claro, de que su amigo ahora tenía novia.
Si ya se le hacía rara la idea, más raro le parecía verlo abrazándola. Pero era parte de la vida, ¿no? al fin y al cabo, Kakyoin tenía derecho a ser feliz, y él también tendría novia en algún momento de su vida, como cualquier chico de su edad.
Pero... ¿la tendría? ¿él tendría novia? no era algo en lo que pensara constantemente, la verdad no se lo había planteado muchas veces. Suponía que era lo normal. Después de todo, en su salón casi todos tenían novia o novio.
Quizá lo que más le intrigaba al mayor era la repentina decisión de su amigo por tener novia, ya que jamás le comentó de ella, que él recordara. Se preguntaba por qué no le comentó de su interés en la chica, el cual parecía ser bastante grande dado su repentino noviazgo.

—Oi, Jojo —una voz lo distrajo de sus pensamientos, el inconfundible tono francés que lo saludaba no podía ser de nadie más que de...

—Polnareff —respondió el más alto, al ver a aquel compañero de platinados cabellos se le acercaba a saludar, ya a la salida de la escuela.

—¿Como que andas solo? ¿y Kakyoin? —le preguntó enseguida, algo extrañado de ver al mayor solo.

—No es como que necesite estar junto a Kakyoin todo el día, ¿o si? —le interrogó el de cabello oscuro. Como siempre, Polnareff y sus preguntas poco atinadas.

—Que genio, sólo decía —el de extraño cabello soltó una risita. Que francés tan molesto, dios.

—¿Qué es lo que quieres? —Jotaro francamente no quería seguir hablando con él.

—Avdol y yo vamos a ir a mi casa a jugar videojuegos, iba a invitarlos a ti y a Kakyoin que nos acompañaran.

La verdad es que aquellas tardes de videojuego junto a Polnareff y Avdol eran bastante divertidas, siempre se la pasaba bien cuando él y Kakyoin iban para allá.
Pero antes de que Jotaro pudiera responderle al francés si acaso iba o no, tanto él como el francés vieron pasar al pelirrojo de la mano de Reimi, ambos hablando y sonrientes. Se veían felices, a decir verdad.

—Ya veo por qué estás sin Kakyoin —el albino parecía sorprendido cuando pronunció esas palabras —ahora tiene novia.

—Sí, apenas ayer me contó —contestó Jotaro, sin quitarle la vista de encima a su amigo y a la chica que iba junto a él.

—No pensé que él fuera a tener novia —comentó el francés, sintiéndose algo confundido.

—¿A qué te refieres? —le preguntó Jotaro, sin entender a qué se refería su amigo.

—A nada, nada —Polnareff le restó importancia— ¿vas a venir entonces? Avdol está esperando en el auto.

Jotaro lo meditó un poco antes de responder, aunque no sabía por qué lo pensaba tanto. No tenía otro panorama ya que no era una persona muy sociable, y la única persona con la que se veía a diario además de Polnareff y Avdol, ahora tenía novia.

—Que va, no tengo nada mejor que hacer —contestó el de cabello azabache— vamos.

Ya en la casa del peliplata, los amigos bebían unas cervezas y comían unas pizzas mientras conversaban, luego de una larga sesión de videojuegos.

—Así que Kakyoin tiene novia —dijo Avdol, luego de un buen rato hablando de cualquier cosa —jamás lo habría creído

—Ni yo —empatizaba Polnareff, quien tenía la cabeza apoyada en el hombro del moreno. Había algo especial entre ellos y lo sabían, y no temían demostrarlo al mundo, aunque no fueran novios o "más que amigos".

—¿Por qué dicen eso? Polnareff dijo lo mismo esta mañana —Jotaro no entendía el por qué todos se sorprendían tanto. Es decir, sí era algo inesperado por parte de alguien que jamás había tenido novia, pero no tanto como para que fuera casi un hecho inexplicable de la naturaleza que causara revuelo en todos sus conocidos.

—Bueno, siempre hemos creido que Kakyoin estaba enamorado de ti —afirmó el Egipcio, a lo que el albino respondió con un asentimiento de cabeza.

Aquellas palabras de pronto le recordaron al ojiazul la conversación que tuvo con su madre la noche anterior:

«"Siempre pensé que Kakyoin estaba enamorado de ti, por eso me extraña tanto"»

Eran casi las mismas palabras que usó Holly... ¿Por qué todos creían eso? ¿Sería porque era cierto y él nunca lo notó? ¿O simplemente era una creencia colectiva por el hecho de que llevaban una amistad desde muy jóvenes?
Jotaro creía que era imposible que el menor sintiera algo por él. Él y Kakyoin siempre habían sido amigos, nada más que eso, ¿verdad?

—Están locos, enserio —respondió el más alto de todos, tratando de, nuevamente, restarle importancia al asunto, sin embargo, no podía dejar de darle vueltas en la cabeza.

—No lo creo —Avdol negaba con la cabeza —es obvio, sólo basta con verle los ojos cuando te mira o habla de ti.

—¿Quieres parar? —Jotaro ya comenzaba a enfadarse, pero, ¿Por qué le molestaba tanto? era una tontería.

—No insistas, Avdol —Polnareff lo detuvo— con ese carácter de mierda que tiene está claro el por qué Kakyoin no le ha dicho nada —comenzó a reír como siempre lo hacía, para él todo era una broma.

Ya cerca de las 8 de la noche, el ojiazul volvía a casa con aquel típico cigarrillo en la boca y su caminar característico, con las manos en los bolsillos y la gorra casi cubriéndole los ojos.
En la caminata de la casa de Polnareff a la suya (que no eran más de 20 minutos), seguía pensando en lo que sus amigos y su madre le dijeron.
¿Habrá sido cierto eso que le dijeron? ¿Era cierto que Kakyoin estaba enamorado de él? Jotaro jamás había pensando en él como algo más que su mejor amigo, al que sin duda quería conservar por un largo tiempo, por eso la idea de que el menor pudiera sentir algo más por él lo desconcertaba.
Aunque, si lo pensaba bien... Kakyoin no era como nadie que hubiera conocido. Era sumamente generoso, tierno y buena persona, siempre dispuesto a ayudar, algo que no se encontraba muy a menudo.
¿Acaso Kakyoin era su prototipo de persona ideal? aunque parezca extraño, jamás se lo preguntó. No era algo en lo que solía pensar.

—¡Jotaro, hijo!— exclamó Holly, corriendo a abrazar a su adorado hijo —¿cómo estás?

—Bien mamá, gracias —respondió monótono, como siempre —por qué eres tan escandalosa —añadió.

—Ay, mi Jotaro, ¿Sucede algo? te ves decaído. Y esta vez no puedes negarme por que soy tu madre, sé cuando te pasa algo —se puso una mano en la cintura, mientras esperaba que su hijo le contara sus pesares.

—No estoy decaído, solo me quedé pensando en algo que me dijeron Polnareff y Avdol el día de hoy.

—¿Algo que ellos dijeron? ¿Y que fue lo que dijeron, que tanto te alteró?— preguntó la rubia.

—Ellos... —comenzó a decir Jotaro, recordando lo que le dijeron en la tarde.

«"Bueno, siempre hemos creído que Kakyoin estaba enamorado de tí"»

—Que ahora que Kakyoin tiene novia tendremos menos tiempo para vernos —mintió. No quería que su madre le restregara en la cara lo que le había dicho la otra noche, aun cuando el mismo Jotaro no lo creyera posible.

—Oh, era eso—Holly ladeó levemente hacía un lado su cabeza, y sus rubios cabellos cayeron con suavidad— debes que comprender que una buena chica como ¿Reimi, dijiste ayer? puede hacer bastante feliz a un chico como Kakyoin, ¡es solo cuestión de tiempo para que vuelvan a tomar sus rutinas habituales! Tómalo con calma —concluyó dando un pequeño beso a su hijo en la mejilla.

—Sí, supongo que tienes razón —suspiró el azabache—me voy a dormir, estoy cansado. No cenaré ya que comí pizza en casa de Pol y Avdol. Buenas noches, mamá.

—Está bien, querido. ¡Buenas noches! yo ya cené, solo te esperaba para ver si tenías hambre —la mujer se despidió de Jotaro en ese momento, y se fue a su habitación.

Camino a su habitación, un mensaje le llegó a Jotaro, el cual venía de Avdol.

Chat:

Avdol: "¿Todo bien? lo lamento..."
21:58.

Avdol: "No era mi intención incomodarte, lo sentimos, ambos."
21:59.

Jotaro: "Hola Avdol, no me incomodaron, solo me dejaron pensando en ello. Mi mamá me dijo lo mismo anoche y me pareció extraño."
22:00

Avdol: "Está bien, supongo. Pero, ahora que hablamos solo tu y yo, aquí entre nos, no podía creer que nunca te hayas dado cuenta de lo de Kakyoin..."
22:02.

Jotaro: "¿Seguirás con lo mismo? ¿cómo se les puede ocurrir que Kakyoin esté enamorado de mi?"
22:03.

Y es que no se lo creía, para nada. Aun cuando se lo habían dicho ya 3 personas cercanas, no lo podía creer.

Avdol: "¡Pero no somos solo nosotros!"
22:04

''Escribiendo...''

Avdol: "Kakyoin nos lo dijo..."
22:05

Leer aquel mensaje dejó a Jotaro prácticamente helado. ¿Avdol le estaba tomando el pelo o era cierto? fuera como fuera, no dejaba de darle vueltas en la cabeza.

Jotaro: "Avdol enserio, basta. No quiero hablar más del tema, ¿ok? no quiero hablar más del asunto."
22:08

Avdol: "Está bien, Jotaro. Te veo mañana, descansa."
22:10

Jotaro arrojó su teléfono a la cama mientras iba a ponerse su pijama y se recostaba posteriormente en ella.
¿De verdad esto estaba pasando? ¿De verdad Kakyoin lo quería? Y si era así, ¿Por qué jamás se lo dijo? ¿O por qué se hizo novio de Reimi?
Miles de preguntas asaltaban su cabeza cuando su teléfono vibró nuevamente, notificándole de un nuevo mensaje, esta vez de Kakyoin.

Chat:

Kakyoin: "¡Hola, Jotaro! ¿Como te fue hoy?"
22:13

Jotaro: "Bien, Polnareff me invitó a su casa con Avdol para jugar videojuegos. Te lo perdiste."
22:14

Kakyoin: "Lo siento, Reimi me trae de un lado a otro. Cuanto lo siento, solo quiero parecer un buen novio, pero prometo ser mas dedicado a ustedes."
22:16

Jotaro: "¿Estás feliz con ella?"
22:18

Kakyoin: "Creo que si, la verdad estoy algo inseguro, nunca había salido con nadie y temo no hacerlo bien. Pero, Jojo, te hablaba porque quería saber como estabas, me siento mal por haberte dejado así a la salida de clases".
22:19

Jotaro: "No te te preocupes, ¿te parece si vamos mañana a comer algo por ahí?".
22:20

Kakyoin: ".... Perdóname, quedé con Reimi para salir al parque, ¿no quieres venir?"
22:21

Jotaro: "No, la verdad acabo de recordar que tengo algo que hacer mañana—mintió, ya sintiéndose algo cabreado —que les vaya bien. Te dejo porque tengo sueño."
22:24

Kakyoin: "Está bien, ¡Descansa, Jotaro! nos vemos mañana."
22:25

Jotaro dejó su teléfono en la mesa de noche y apagó la luz, sin dejar de pensar.

Si este es el comienzo no quiero imaginarme que vendrá después.