1. Mejores amigos

—¿De verdad estás saliendo con ella? —preguntaba el mayor de los dos chicos, recibiendo una respuesta afirmativa por parte de su compañero.

—Si... y estoy muy feliz por ello —respondió el pelirrojo, sonriente como siempre lo veía su amigo.

—No pensé que la tomaras enserio —dijo el pelinegro, quien fumaba un cigarrillo, sentado en su habitación junto a Kakyoin.

—Ya ves que si, Reimi es una chica muy linda —contestó el menor, suspirando y girando la vista hacia otro lado.

Jotaro Kujo y Noriaki Kakyoin son dos adolescentes de preparatoria que se conocieron en la escuela desde que tenían 10 años.
El menor llegó a la ciudad aquella vez para quedarse a vivir ahí con su familia, y desde entonces se volvieron amigos. Era raro que el ojiazul fuera sociable con el resto de las personas, pero un día vio que estaban molestando al menor (cuando este recién había llegado a la escuela) y fue en su defensa.

Gracias por ayudarme... —decía entre sollozos el más pequeño de los dos, agradecido de aquel chico que lo había ayudado.

Ahora, ya con 18 años, habían crecido bastante y se habían convertido en jóvenes muy apuestos, y por lo demás, eran inseparables

Me dijo una profesora que habías ayudado a un compañero nuevo —decía en aquel entonces la madre del pelinegro, Holly. Le enternecía que su pequeño fuera tan noble, aun cuando no lo demostrara abiertamente.

Estaban molestándolo, no podía dejar que le hicieran daño —respondió sin chistar el aquel entonces joven Jotaro, molesto aun por la situación vivida aquella mañana.

¡Eres adorable! —exclamó enternecida la rubia, apretando una de las mejillas de su hijo en señal de cariño.

[...]

¡Tu amigo es adorable, Jojo! ¡invítalo más seguido! —eran las palabras que Holly dijo la primera vez que Kakyoin fue de visita a la casa. Algo vio en ese chico que le encantó, y quería que siempre estuviera cerca de su pequeño.

No jodas mamá —le respondía él, sin imaginar siquiera que aquel pelirrojo se convertiría en su mejor amigo de toda la vida.

[...]

Y aquí estaban ahora, 8 años después, sentados en el cuarto del mayor como solían hacer, viendo televisión como la mayoría de las veces.
Tenían una rutina acostumbrada, pero no por ello, desagradable. Les agradaba estar juntos.

—Te ves molesto —comentó el pelirrojo al ver a su no tan entusiasmado amigo al enterarse de que tenía novia.

—No estoy molesto, ¿por qué lo estaría? —contestó de inmediato el mayor, como si quisiera esconder algún sentimiento que estaba reprimiéndose, el cual era un evidente miedo de que el contrario dejara de frecuentarlo por salir con una chica —solo me extrañó, es todo. Me habías dicho hace tiempo que estabas enamorado de un chico.

Aquella palabra fue expresada con énfasis por el de ojos celestes. Y no porque le molestaran las personas homosexuales (sinceramente le daban igual), sino porque no pensó que los gustos de su amigo cambiaran tan drásticamente de un día a otro.

—Eh... s-si... —titubeó el pelirrojo, mientras un leve rubor le cubría las mejillas. ¿Acaso Jotaro ya sabía algo de eso? —p-pero... no creo que funcione.

—¿Se lo has dicho a él? —preguntó el más alto, pareciendo interesado en la respuesta del contrario.

—Todavía no —respondía apenas audiblemente Kakyoin —me da miedo que me rechace.

—Pero si no se lo dices nunca, ¿cómo sabes si tu también le gustas? —Jotaro quería ayudar al menor, no le parecía la idea de que saliera con alguien sólo porque sí y no se atreviera a decir lo que realmente sentía solo por temor a ser rechazado.

—No lo voy a hacer, Jotaro, no insistas —dijo con firmeza el contrario, algo poco común en el.

—Oye, no te enojes... solo quiero ayudar —se defendió el aludido —eres mi mejor amigo.

«Mejor amigo»

—Si... y tu el mío —comentó el menor, esbozando una vaga sonrisa. No se veía alegre como otras veces, y era algo que solía pasar cuando tocaban aquel tema— en fin, ya tengo que irme, es tarde.

—¿No te quedas a cenar? —preguntó el más alto, acostumbrado a que su amigo se quedara siempre con ellos a comer— mamá seguro te pedirá lo mismo.

—Estoy algo cansado —le responde Kakyoin —además quiero hablarle a...

—Tu novia —completó Jotaro —no te preocupes, entiendo —dicho esto, apagó su cigarrillo y palmeó la espalda del contrario —¿nos vemos en la escuela mañana?

—Si, claro —respondió afirmativamente Kakyoin— iré a despedirme de tu mamá.

Luego de que Holly se despidiera efusivamente del amigo de su hijo, como solía hacerlo, siguió preparando la cena para luego servirla en la mesa con una impecable presentación. Así era ella.

—Noté a Kakyoin extraño... —comentó Holly durante la cena —¿está todo bien?

—Ahora tiene novia —respondió Jotaro— me lo contó hoy.

—¿¡De verdad?! —la madre del joven prácticamente gritó de sorpresa. En los años que llevaban siendo amigos Kakyoin y su hijo, jamás le conoció una novia.

—Que perra más escandalosa —le reclamó Jotaro a su progenitora —como si fuera tan raro que la tuviera, ya tenemos 18 mamá.

—Es que siempre pensé que Kakyoin estaba enamorado de ti —le dijo Holly sin una pizca de duda— por eso me extraña tanto.

—¿Enamorado de mi? —una inevitable risa llegó al mayor, quien no concebía aquella idea —estás loca.

—Una madre nunca se equivoca~ —presumía Holly, sonriente, como si supiera algo que su hijo nunca notó —en fin, espero que esa muchacha lo haga feliz. Kakyoin es un chico adorable y una persona maravillosa. Por eso me gusta que estés cerca de él

—Yo también espero que lo haga feliz, sino se las verá conmigo —el semblante del mayor de pronto se tornó oscuro. Aunque no lo demostrara abiertamente con otras personas, Kakyoin era alguien muy importante para él. Y, aunque no quisiera admitirlo ante ella, Holly tenía mucha razón con lo que le decía: él era un chico maravilloso que sin duda quería tener cerca por un largo rato —bueno, me voy a dormir —avisó una vez concluida la cena —hasta mañana.

—Hasta mañana querido, descansa —se despidió de su hijo con un beso en la mejilla y fue a limpiar los trastes.

————————————————————————

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top