6. ¿Y si conocernos no fue casualidad?

 Lana Del Rey - Summertime Sadness (1:45 – 2:45)

Mis hermanos y yo no somos unidos. Cada uno creció en su propio mundo. Solo nos reuníamos todos en ocasiones especiales como navidad y acción de gracias.

Nos mentimos diciéndonos que es mejor así.

Porque las veces que nos vemos y reunimos son caóticas. Nosotros somos caos, ¿qué se puede esperar? Si desde que somos niños mi abuelo nos puso a competir unos contra otros para ver quién es el mejor. Solo éramos importantes para él o nuestro padre, cuando ganábamos algo. Nuestro valor como personas recaía en nuestros logros.

Ningún logro o talento era igual a ningún valor.

No le servíamos si perdíamos y el abuelo era cruel al mostrarnos como al perder, no valemos nada, ni siquiera valemos para recibir amor.

Nos los escuches —me decía Eliza, la esposa de mi padre—. Sigues siendo valiosa, aunque no ganes.

Eliza era una buena persona y jamás entendí como estaba a lado de alguien como mi papá. Ella merecía más. La vida fue muy injusta con Eliza, cuyo sueño era ser madre y jamás lo consiguió y, por el contrario, se tuvo que conformar con los hijos bastardos de su esposo. Pero ella jamás nos sacó en cara que éramos bastardos, nos trataba como supongo trataría a sus propios hijos. Nos consentía y nos hacía sentir especiales.

Pero Eliza murió y solo nos quedó nuestro padre y el abuelo. Un padre cobarde y un abuelo cruel y despiadado. Aunque según mi terapeuta, también tengo a mis hermanos y siguiendo su recomendación estoy intentado llevarme mejor con ellos, es difícil, pero lo intento y he notado que ellos están haciendo lo mismo, en especial Lena.

—¿Por qué estamos fingiendo que no sabemos que Colin y Lennox están en una relación falsa? —le pregunto a Katie mientras nos acomodamos en una de las mesas de su restaurante para esperar a Lennox y dirigirnos al concierto.

Katie es una de las mejores chefs en San Francisco, su restaurante Milis posee una estrella Michelin. Ella también es, sin lugar a dudas, la más hermosa de los seis.

Tiene el cabello negro, muy largo y rizado, aunque ella lo alisa y recoge en un moño o coleta alta.

Y no hay nada que Katie no haga bien o es lo que todos decimos, porque no hay mucho que sepamos de Katie, a ella le gusta mantener su vida en privado y solo deja saber lo mínimo.

—Porque Lennox nos lo contó cuando estaba borracha y en un momento vulnerable —me explica—. Y si ella necesita esa relación falsa para superar que se enteró justo minutos antes de su boda que su futuro esposo le estaba siendo infiel, nosotras la vamos apoyar y fingir que no sabemos la verdad.

—¿Te agrada Colin?

Katie se encoge de hombros.

—¿Que importa mi opinión?

—A todos nos importa tú opinión, eres la más centrada y analítica de los seis. No das un paso sin haber previsto el riesgo, yo por el contrario me lanzo sin fijarme si llevo paracaídas.

Ella rara vez sonríe o muestra emociones en su rostro, es estoica y tal vez por eso al abuelo le agrada, porque en eso Katie se parece a él.

—Parece ser bueno con Lennox.

—Sí y el mejor amigo de Colin te gusta.

—Remy no me gusta.

Pongo los ojos en blanco.

—Te gusta. Él te invitó a su concierto y vas a ir. ¡Vas a ir a un concierto que no es de música clásica! Lo haces porque te gusta, señorita solo escucho música clásica.

Y es verdad, es lo único que escuchaba hasta que Remy apareció.

Desde que Remy vio a Katie, quedó flechado con ella, tanto así que le escribió un álbum a mi hermana.

Y de cantante a cantante, eso no se toma a la ligera.

—También escucho tu música, Drea.

—Porque soy tu hermana y me amas.

—¿Vas acompañarme al concierto de Remy?

Sonrío.

—Por supuesto que voy acompañarte al concierto de tu futuro esposo.

La estoy molestando, es algo que disfruto hacer, me gusta molestar a mis hermanos y ver cuánto tardan en perder la paciencia. Él más difícil de hacer que caiga en mi juego es Stefan y jamás lo hago con Lena.

Es el turno de Katie de poner los ojos en blanco.

—Voy a romper su corazón —murmura Katie.

—¿Por qué lo dices?

—Soy el ojo de la tormenta, Drea y él es...

—Una tarde de verano —completo por ella.

—Sí.

Stefan me contó —no tengo idea de cómo él se enteró, pero siempre se entera de todo—, que Katie suele esperar a Remy después de cerrar el restaurante y que cocina para él.

Y si hay algo que si sabemos sobre Katie, es que cocinar para otros es su forma de demostrar que le importan.

—Drea, ¿cuándo fue la última vez que comiste?

Parpadeo un par de veces y miro los ojos verdes de mi hermana, que son los característicos ojos de los Reagan.

—¿Qué?

—Dime, ¿cuándo fue la última vez que comiste? ¿O la última vez que dormiste? —Katie me mira, es un poco frustrante no poder leerla y saber que piensa. —No lo sabes, ¿verdad?

—No, no lo recuerdo. He estado ocupada —respondo, tratando de esbozar una sonrisa, aunque mis ojos revelan mi cansancio.

Las fechas para mis conciertos se acercan y he estado postergando mi reunión con Henry Bauer, el productor musical y dueño del sello discográfico Moon Records al que pertenezco. También fue él quien me "descubrió" gracias a su empresa de gestión de talentos y puso a Marcus, su perro faldero como mi manager. Y ahora, tanto Henry como Marcus, creen que les debo todo a ellos.

Malditos infelices.

Katie llama a uno de los camareros y ordena varios platos.

—Nos vamos a sentar aquí y vas a comer algo conmigo.

—No tengo hambre, Katie —respondo, sintiendo cómo mi resistencia flaquea ante la mirada de mi hermana.

—Drea, entiendo que estés ocupada y preocupada por tus conciertos, pero necesitas cuidarte a ti misma.

Mi hermana se cruza de brazos y me observa, conozco bien esa postura, ella no dará su brazo a torcer y no estoy de humor para discutir con ella.

—Bien. —cedo ante su petición.

Lennox o Lena me darían una sonrisa victoriosa, pero Katie no hace nada y solo espera a que el mesero regrese con nuestra comida.

Mantenemos una plática superficial mientras comemos y una vez que Lennox llega, nos dirigimos al concierto.

Llegamos al lugar donde se realizará el concierto y sonrío ante el grito de algunas fans. Me detengo a dar un par de autógrafos, me gustaría poder firmar más de lo que hice, pero no es del todo posible y este es mi tiempo libre, mi momento en familia. Por supuesto, hay quienes no lo entienden y piensan que es mi obligación ser una máquina que sonríe y hace lo que ellos piden, pero sigo siendo humana y merezco mis momentos de ocio.

Mi equipo de seguridad nos escolta por el lugar hasta el área VIP que Remy reservó para nosotras y nos entrega un gafete que coloco alrededor de mi cuello.

El lugar está lleno. Muy lleno. Mi mente empieza a ir hacia mi último concierto y los comentarios en las revistas ante mi fallo en los ensayos.

—¿Disculpa? ¿Podrías traerme un par de cervezas? Gracias —le pido a uno de los hombres de mi equipo de seguridad, consciente de que el alcohol es solo un vago refugio en mis momentos de duda y ansiedad.

Si voy a sobrevivir a este concierto y a mis pensamientos autodestructivos, necesito alcohol. No me voy a emborrachar como tal, solo quiero calmar mi mente.

El guardia regresa con un par de cervezas y le ofrezco una a Lennox, ella en respuesta, levanta una mano y dice que no porque van mal con sus pastillas.

—Oh, me pasa igual —le digo y le doy un sorbo a mi cerveza.

Y es todo lo que consigo porque Katie me quita la bebida de mi mano con un aire desafiante mientras le devuelve las bebidas al guardaespaldas.

Se que ella tiene buenas intenciones, pero no puedo evitar enojarme.

—Oye, ¿por qué hiciste eso?

Katie suspira, su preocupación se refleja en sus ojos solo por un par de segundos, unos tan cortos que, si no hubiera estado observándola con atención, me lo podría haber perdido.

—Porque el alcohol tampoco es bueno para ti y tus pastillas, Drea. Ahora compórtate como una niña grande y no llores porque te quité tu bebida.

Mi enfado cede ante el tono de voz suave y preocupado de Katie. A pesar de la rabia inicial, sé que ella solo quiere cuidarme. Mi adicción a las pastillas es un peso constante sobre mis hombros, y después de mi madre, Katie es la única persona que sabe sobre aquella adicción y recaídas.

Katie sabe que aquellos viajes donde me desaparecía por un tiempo eran en realidad viajes a rehabilitación.

—No puedo creer que te estés acostando con Remy —suelta Lennox con un ligero puchero.

Sonrío ante la expresión de Katie, me divierte cuando hay algo que la hace dejar caer la máscara estoica que suele llevar casi todo el tiempo.

—No me acuesto con él, solo somos amigos —responde—. Y no entiendo porque eso te molesta tanto.

Tarareo "quien dijo amigo si te conozco mucho mas sin la ropita se que tienes ganitas", y mi hermana entrecierra los ojos en mi dirección.

—Porque es Remy y es el mejor amigo de Colin y si tú sales con él, yo no podré dejar de ver a Colin.

Kelly, la mejor amiga de Lennox, llega en ese momento. Luce feliz, aunque rara vez la he visto de mal humor, eso solo sucede cuando está en la misma habitación con Stefan.

¿Cómo los dos logran trabajar juntos? Porque tanto Kelly como Stefan trabajan en el departamento legal de Reagan Corp. En las empresas también trabajan Lennox quien de forma reciente fue nombrada CFO y Andrew quien es el director ejecutivo de las mismas.

—¿De qué me perdí? —pregunta Kelly.

—Que, al parecer, Lennox va a terminar con Colin —respondo y Katie me da una mirada que dice: no debiste decirlo.

Me encojo de hombros y le guiño un ojo a mi hermana.

El concierto aun no empieza y algo de drama no nos viene mal. Además, no en vano soy conocida por ser la oveja negra de los Reagan, tengo que mantener mi papel.

—¡¿Qué?! Pero si te veías muy feliz con él. ¿Qué pasó? ¿Te hizo algo? Debo golpearlo, porque no me dejaste golpear a Niall, así que al menos déjame golpear a este.

Lennox pasa una mano por su cabello rubio y un sinfín de emociones cruzan su rostro, ninguna se queda el tiempo suficiente y al final ella suelta un suspiro.

—Len, si vas a dejar a Colin, hazlo y avísame donde para ir a buscarlo —le digo en son de broma.

—Cállate, Drea —me regaña Kelly, pero no hay más que cariño en su tono—. Len, ¿él hizo algo?

Mi mente se desconecta un momento cuando un cabello rubio en la parte posterior derecha del escenario llama mi atención.

¿Por qué sigo buscando esa cabellera rubia entre la multitud? ¡Es solo una rubia más! Tal vez lo que sucede es que necesito sexo, no juegos, si no una noche de sexo para sacar esos malditos ojos azules de mi mente.

—... Ahora Colin tiene la oportunidad de tener algo bueno con Jazmín, con otra persona o con nadie si él así lo prefiere, ¿cómo puedo ser egoísta y quitarle esa oportunidad?

—¿Quién es Jazmín? —pregunto, captando solo el final de su conversación.

—La hermanastra de Remy —responde Katie.

—¿Como es que no sabías que Remy tiene una hermanastra?

Ladeo la cabeza y busco un cigarro en mi chaqueta, pero Lennox lo quita de mis dedos antes que lo pueda llevar a mis labios.

—No es justo. ¿Por qué no pueden dejar a una chica ser feliz con sus vicios? —murmuro y Lennox me dice que no he respondido su pregunta— Bueno, Len, quizás dormí con Remy, pero no somos los mejores amigos.

—¡¿Tú qué?! —espeta Katie.

Mierda. Mierda. Mierda.

¿Por qué a veces no pienso antes de hablar?

Piensa Drea, piensa en cómo puedes salir de esto.

—No me mires así, Lennox también sabía que había una posibilidad que haya tenido sexo con Remy. ¡Pero solo fue una vez! Estábamos en una fiesta que terminó en una orgia. ¡No es mi culpa!

—No, no. Ella miente, bueno, si lo sabía, pero ella es la que tal vez se acostó con Remy no yo —se defiende Lennox.

—¡Oye! —interviene Kelly—, no la asustes, ella está chiquita, hay que protegerla.

Una idea viene a mi mente.

—Estamos olvidando cual es lo importante aquí y es que Lennox va a terminar con Colin porque ella cree que él debería estar con Jazmín. Y eso va a romper el corazón de nuestra querida hermana. Piensa un poco en ella, Katie, no seas tan egoísta. No todo gira a tu alrededor —le digo a mi hermana mayor.

—Primero, yo no dije que él deba estar con Jazmín, a menos claro, que él quiera y segundo, yo no tengo problema en hablar sobre Katie y Remy.

—Cállate, Lennox. Ven, ya ni sabe lo que dice, el dolor la tiene delirando.

Katie no parece feliz con mi explicación, pero tampoco tan enojada y no le da tiempo a seguir con el tema porque las luces cambian y el concierto esta por empezar.

Fue un buen concierto que Remy le dedicó a Katie y para sorpresa de nadie, ella sonrío durante casi todo el show.

Al finalizar el concierto, Katie se va con Remy, quien menciona que primero debe ir a dejar a Jazmín, su hermanastra que vino al concierto a verlo. Kelly se despide de nosotras y me ofrezco a llevar a Lennox al pequeño apartamento de Colin donde ella también vive.

Apartamento que hay que mencionar, no tiene jacuzzi.

—Al parecer no es necesario que te lleve a casa, Len.

—¿Qué? ¿Por qué?

Señalo con el mentón hacia Colin, quien, hasta hace solo unos meses atrás, era su chofer.

—Adiós, Len. Cuídate, no hagas nada que yo no haría.

—Esa es una lista muy amplia.

Le guiño un ojo.

—Lo sé, ahí está la diversión.

*******

Me siento en la oficina de mi casa en San Francisco y reviso las revistas que mi asistente a dejado apiladas con cuidado para que las revise a la llegada de mi viaje, ni siquiera me dejó relajarme de las semanas que he tenido, porque desde que fui al concierto con mis hermanas. He estado de un lado a otro.

—Apilé las revistas desde la más problemática hasta la de menor impacto.

Pudo ponerlas en mi tablet, pero no, quería el drama de ponerlas de esta manera.

Releo el anuncio de los conciertos y la acogida que ha tenido por parte del público. Porque, aunque solo tengo 24 años, soy una de las estrellas más importantes de la actualidad, no solo por mi talento, sino también por la familia de la que vengo.

Y tengo todo lo que alguien de mi edad podría querer: fama, dinero, belleza y un apellido que me abre muchas puertas.

Sería una hipócrita si dijera que no soy feliz, el problema viene cuando me bajo del escenario y toda la euforia se apaga. El mundo se desvanece y la felicidad que sentía, se va. Me quedo vacía. Hueca. Y estoy intentado formas de calmar ese vacío, de llenarlo o al menos poder aprender a lidiar con él.

Por eso voy a terapia.

—¿Sabes? Hay niños que te adoran —comienza Jeny, mi nueva asistente. Asistente que debo señalar escogió mi madre como una forma de mantenerme controlada.

Ya no se puede tener un par de sobredosis porque ya no vuelven a confiar en una.

—¿Y cuál es tu punto?

—No hay necesidad de ser hostil, solo estoy intentado decirte que tal vez quieras intentar ser una mejor persona, mostrar otra imagen. Los niños se mueren por ser como tú y tú no eres una buena persona para ser un modelo a seguir.

Deja caer una de las revistas frente a mí y señala la portada con la mano.

No me molesto en ver la revista y mucho menos la fotografía en la portada.

—Primero, no soy la madre de esos niños. Segundo, mi música no está dirigida para niños. Tercero, lo que consuman o dejen de consumir dichos niños es responsabilidad de sus padres, no mía, yo hago música, no soy niñera. Y cuarto, que te jodan. Lo que haga o deje de hacer con mi vida es asunto mío y de nadie más.

Ella abre los labios para decir algo más, pero levanto mi mano y la silencio con la mirada.

Mi teléfono suena con un mensaje de Henry Bauer, recordándome que debo ir a verlo.

¿Acaso este día puede ir peor?

—Y Marcus llamó, dijo que a él y al resto del equipo no les gustó las propuestas musicales que hiciste. Dijo que lo llames.

Sí, esto puede ir peor.

*******

Escucho el distintivo sonido de los zapatos de tacón de Lennox mientras aún sigo escribiéndole al imbécil de Marcus.

¿Cómo se atreve a ignorarme? ¡Yo soy la estrella!

No eres nadie sin nosotros —estoy segura que él respondería, haciendo alusión a Henry y él.

Par de idiotas.

—¿Cómo digo de forma pasivo-agresiva jodete con flores?

Porque Marcus dijo que debía agradecerle, pero nunca me dijo como.

—Hola, Drea. ¿Cómo estás?

—Estoy queriendo que me digas cómo mando a alguien a la mierda y le digo que es un imbécil con flores, para hacerlo con clase —le explico mientras ambas nos subimos a su auto, porque le dije a mi chofer que podía irse.

—Puedes arreglar un ramo con diferentes flores —responde—. Por ejemplo, los geranios de herradura simbolizan la estupidez y locura.

—Oh, eso es perfecto. ¿Qué más?

Anoto lo que ella me dice y se lo mando a mi asistente.

Jeny podrá meterse en asuntos que no le corresponden —como opinar sobre mi vida—, pero sabe seguir órdenes.

—Algo de flores de dedalera que simbolizan la inseguridad. También puedes poner un poco de reina de los prados que quieren decir inutilidad y terminar todo con unos cuantos claveles amarillos en el centro.

—¿Y esos que significan?

—Decepción o en algunos casos es rechazo o desdén. Algunas flores amarillas tienden a tener ese significado.

Ladeo la cabeza.

—Lo anotaré, pero no creo que me sirva ahora. Este ramo es para Marcus mi estúpido manager.

—¿Qué te hizo?

—¡Vetó todas las ideas que tenía para mi siguiente disco! ¿Puedes creerlo? Y me dijo que debía agradecerle por no dejarme sacar basura que nadie va a querer escuchar.

No sé cómo explicar la frustración que siento al verme reprimida de esta manera. Y es que la única forma que tengo de expresar abiertamente mis emociones o problemas es mediante mi música, ¿qué me queda si ni siquiera ahí puedo hacerlo?

Me atan de manos y pies y esperan moverme a su antojo por el escenario, como la perfecta marioneta que esperan que sea.

Mi música, lo único que verdaderamente considero mío, es prostituido de la peor manera. Es doloroso de ver.

—Pero ya no quiero hablar de eso, cuéntame, ¿cómo estás? ¿Qué ha sucedido?

Me cuenta sobre la reunión que tuvo con el abuelo y cómo debió despedir a papá por lo que han dicho las revistas.

Y ese es otro drama con el que debo lidiar.

Mi padre pensó que era una idea brillante salir con una mujer que tiene la edad de una de sus hijas. Y eso no es lo peor, Cristal, la nueva novia de mi padre y que tiene la edad de Katie, solía ser amiga de Lennox. Una muy buena amiga.

Es obvio que ni mi abuelo o la prensa tomó muy bien la noticia y a mí ya me han preguntado sobre el tema. Hasta ahora he tenido suerte en evitarlo, no sé cuánto más va a durar dicha suerte.

—¿Por qué no vas a venir a la fiesta que estoy organizando? Tenía pensando que las cuatro nos podíamos disfrazar de las casas de Hogwarts.

Halloween ya pasó, estamos a cuatro de noviembre, pero me da igual.

—Sabes que no me gusta Harry Potter.

—Podemos elegir otros disfraces.

—Mi respuesta sigue siendo no, Drea. No insistas.

—Está bien. Está bien. Entiendo.

Hago un gesto con la mano mientras me bajo del auto en el garaje donde ahora vive Lennox y cambio de tema, eligiendo contarle sobre las músicas que Marcus vetó.

Mi hermana me escucha con atención e interés, algo que me hace sonreír y sonrío aún más cuando me da su opinión sobre ciertas canciones.

—¡Carlos! Te he extrañado tanto mi hermosa bolita de pelos. Pero mira que lindo gatito eres. Oh, no, estás tan delgado. ¿No te están dando de comer bien? Mi pobre gatito, seguro te están matando de hambre.

—Si alguien me dijera que te vería así con una mascota, no le creería.

—Y ese gato no está desnutrido —interviene Remy, desde la escalera de incendios donde está sentado con su guitarra—. Come demasiado e incluso está más gordo que antes. Uno de estos días nos aplastará a todos.

—¡Ya te dije que no le digas así! Hieres sus sentimientos. Y él está trabajando en su cuerpo de verano. ¡No lo juzgues!

Es interesante ver este lado de Lennox, menos cerrada he intentado ser perfecta en todo momento como se supone que un Reagan debe ser. Ahora está sentada relajada en el sofá azul —que no combina con nada del resto de la decoración—, pero en su mirada, hay un toque de tristeza.

Katie también tiene esa mirada. A veces Lena igual.

¿Mi mirada es igual a la de ellas? Si lo es, no lo sé. Nunca me quedo con alguien el tiempo suficiente para que se dé cuenta... Y todo el resto de pensamientos, se detienen, porque la puerta se abre y justo ahí, en el marco con una radiante sonrisa que he estado viendo en mis sueños, está la rubia de aquel día.

¿Es realmente ella?

—¡La mujer que me salvó de la policía!

"Al considerar una colisión no nos interesa tanto lo qué ocurre durante la colisión, sino la relación entre el estado de las partículas antes y después de la colisión."




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top