4. ¿Te hubiera reconocido en un sueño?

Rag'n'Bone Man - Human (1:30 – 2:30)

Reviso de nuevo el número de apartamento en el mensaje que me mandó Remy y compruebo que estoy en el apartamento correcto antes de tocar, haciendo malabares con la canasta llena de magdalenas en mis manos.

Una mujer rubia de ojos verdes abre la puerta.

¿Miré bien el número de apartamento?

—Disculpa, ¿en qué te puedo ayudar?

—¿Este es el apartamento de Colin?

La puerta en efecto dice veintisiete y es el mismo número que me dijo Remy y juro que si él me mintió, lo voy asesinar.

—Sí, es aquí.

Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo.

—Oh, genial, soy Jazmín. La hermana de Remy, no sé si te han hablado de mí.

—Sí, me han hablado de ti. ¿Buscas a Remy?

No entiendo porque buscaría a Remy en el apartamento de Colin, pero le sonrío y niego con la cabeza.

—No, de hecho, busco a Colin.

La expresión de la mujer cambia de forma ligera, casi me pierdo el cambio si no lo hubiera visto en mi madre varias veces cuando tiene que enfrentarse a los medios.

No comprendo que pude decir, que la molestó de esa manera.

—Soy Lennox —finalmente me dice y extiende su mano hacia mí.

Acomodo la canasta con magdalenas y tomo su mano para estrecharla.

Se hace a un lado para dejarme pasar y entro en el apartamento, sonriendo al notar el toque de Colin en el lugar.

—¿Quieres una magdalena? Yo misma las hice, tengo de diferentes sabores, pero las de arándanos son mis favoritas.

—No, gracias —responde en un tono seco y cortante.

No le agrado. Lo entiendo, no suelo agradar a las personas cuando recién me conocen, a veces incluso después de conocerme.

—Está bien.

—Llamaré a Colin y le diré que estás aquí.

—¡No! Quiero que sea una sorpresa. Si no te importa, claro. Es que llevo meses sin verlo y estoy muy feliz, además traigo buenas noticias para él que estoy segura que le gustará escuchar.

Los labios de Lennox se juntan hasta formar una fina línea, sus ojos verdes están fijos en mí y me siento, de alguna manera, pequeña ante su mirada.

—No me importa.

—¡Perfecto! Horneé sus magdalenas favoritas y espero que sigan buenas después del viaje en tren. No me gusta volar, lo evito a toda costa a menos que sea de vital importancia.

Son contadas las veces que he volado en un avión y ninguna de esas veces fue por decisión propia.

—Es un lindo apartamento y... ¡Carlos! No tienes idea cuanto te extrañé, Carlos. Espero que hayas he estado cuidando muy bien de Colin. ¿No es el gato más lindo del mundo?

Tomo en mis brazos a esta linda bola de pelos que ronronea feliz contra mi mejilla.

—Lo es.

—Como compañera de apartamento de Colin, seguro ya sabes que Carlos y Remy no se llevan. Y la forma que Carlos tiene de molestar a Remy hace que yo ame a este lindo gatito aún más.

—No soy su compañera de apartamento.

Me detengo en seco.

—Pensé que vivías aquí.

Dejo a Carlos en el suelo y regreso a ver a Lennox.

—Vivo aquí, soy la novia de Colin.

¿Colin tiene una novia y no me contó? La parte racional de mi mente me dice que está bien, que él que no me haya contado algo como eso, no quiere decir que al estar lejos se haya olvidado de mí, pero mis miedos gritan más fuerte que esa voz y me dicen que de alguna manera, ya no formo parte de la vida de mi amigo.

¿No sé supone que los amigos se cuentan ese tipo de cosas?

—¿Novia?

—Sí.

¿Por qué Colin no me contó nada o Remy? Me hubiera alegrado por Colin, lo hubiera animado.

¿Por qué no quería que yo sepa?

Detengo aquel tren de pensamientos cuando la puerta del apartamento se abre y entra Remy, como siempre, con su guitarra colgando se su hombro.

—Jazmín, ¿qué haces aquí?

Muerdo mi labio y sigo sosteniendo la mirada de Remy.

—Vine a visitar a Colin.

Me sostiene la mirada otro par de segundos antes de girarse y cerrar la puerta, no miro a Lennox cuando suelta una excusa y nos deja a Remy y a mí solos en la sala.

Lo veo dejar la guitarra, tratando de hacer tiempo y evitar la discusión que sabe que va a venir

—¿Por qué no me dijiste que Colin tenía novia?

—No surgió el tema.

—¿Esa es tu respuesta? ¿En serio?

—Sí y será mejor que tomes tus cosas para que regreses por dónde viniste. No te puedes quedar aquí.

Me dijo que él no quiere sonar tan serio como suena, pero es un poco difícil.

No me quiere aquí y duele escucharlo.

—No me mires así, no es por lo que estás pensando. Es solo que te conozco y lo último que quiero es verte herida de nuevo. Así que no, no te puedes quedar. La vida de Colin es muy complicada en este momento y necesitas mantenerte lejos de este caos.

Paso mis dedos por la cadena que Colin me regaló.

—No puedo dejar que te quedes he intentas salvar a otra persona que amas.

—No lo hagas sonar como si yo estuviera enamorada de él. Sabes que no es así —le digo con molestia, pero Remy se ríe y niega con la cabeza—. ¡¿Y crees que yo quiero amarlo?! Por los dioses, Remy, eso fue hace años.

—Baja la voz, Jazmín. ¡Jesús! Recuerda que no estamos solos aquí.

—No estoy enamorada de él, aprendí mi lección, Remy. Tú, mejor que nadie, deberías saberlo.

Él hace un gesto con su mano para restarle importancia a la situación.

—No te puedes quedar, Lennox Reagan, la novia de Colin no le gustan los extraños.

—Bueno, en ese caso... espera, ¿Reagan? ¿Es hermana de Drea? ¡Lo es! Es una de sus medias hermanas. Vaya coincidencia. No me mires así, te juro que no lo sabia antes de venir aquí. En mi defensa, ni siquiera sabia que Colin tenia novia y mucho menos que era una Reagan.

—No te vas acercar a ningún Reagan.

Voy a decir algo más, pero Remy me hace una seña y veo por encima de mi hombro a Lennox, que acaba de salir.

—Debo ir a las empresas. Hay un pequeño...

La puerta del apartamento se abre y veo a Colin, al verlo, olvidó mi discusión con Remy o que tal vez Colin me está sacando de su vida y corro hacia sus brazos, él, al escucharme levanta la cabeza y sonríe en mi dirección, abriendo sus brazos para recibirme.

Oh, cuento extrañé a mi amigo.

—Colin, estoy tan feliz de verte, pero espera, déjame verte bien.

Él se ríe ante la forma que sostengo sus mejillas para inspeccionar su rostro.

—Estoy bien, Jaz. Estoy muy bien y no es que no esté feliz de verte, porque lo estoy, pero, ¿qué estás haciendo aquí? Ya que, si mal no recuerdo, justo ahora deberías estar preparándote para tu programa de radio.

Me río y hago un gesto con la mano.

—Y después me llamas a mi irresponsable —susurra Remy en mi dirección.

—Debería sí, pero ya no, porqué, ¿recuerdas lo que hablamos sobre la felicidad a medias? Bueno, así me sentía, entonces renuncié y vine aquí.

—Si viniste a quedarte aquí, Jaz, déjame decirte que no hay espacio. ¿Verdad, Lennox?

Hay un toque de familiaridad en la forma que Remy dice el nombre de Lennox y no puedo evitar sentir celos.

Lennox, quien físicamente se parece a mí —excepto por el color de ojos—, tiene a mi amigo y hermano de su lado en solo unos meses.

—Es bueno tenerte aquí, Jazmín. Y ven, quiero presentarte a alguien.

—Ya nos conocimos y, me gustaría quedarme, pero como les estaba diciendo antes que Colin llegara, tengo que ir a las empresas.

No le agrado y, aunque ella es amable e intenta disimularlo, lo noto. Tal vez porque estoy familiarizada con esa forma cortes de evitarme. Mis padres son iguales.

—Lee, ¿estás segura que no quieres que te lleve?

—Sí.

No dice nada más, ella simplemente toma sus cosas y se va. Colin se queda mirando la puerta después que Lennox se ha ido.

Comparto una mirada con Remy antes que él vuelva hablar.

—¿Colin? ¿Te importaría darme un momento a solas con mi hermana?

—Remy, no seas duro con ella.

Remy se cruza de brazos sin apartar sus ojos de mí.

—No prometo nada.

—Y Jaz, aunque es un apartamento pequeño y solo hay una habitación, eres más que bienvenida a quedarte aquí.

—Gracias, Colin, pero, ¿Lennox estará de acuerdo?

—Le mandaré un mensaje para preguntarle.

Le sonrío y veo como escribe en su teléfono y la respuesta tarda unos segundos en llegar.

—Ella está bien con que te quedes —responde.

Me devuelve la sonrisa que no llega a sus ojos y le recuerdo a Remy que no sea duro conmigo antes de irse y dejarnos solos.

—Bueno, empieza a hablar.

—Veras, estaba en mi apartamento viendo una entrevista de Drea y algo que dijo me hizo darme cuenta que si quiero un cambio en mi vida, no puedo obtenerlo si sigo haciendo lo mismo, así que renuncié y vendí mi apartamento para venir aquí y poder tener mi propia radio. Vine a hablar con Colin sobre eso porque siempre ha sido nuestro sueño. Nuestra propia radio, ¿lo puedes creer? Es una locura.

—¡Por supuesto que es una locura! Por favor, dime qué no tomaste esa gran decisión porque alguien que no conoces lo dijo en una entrevista.

—Si lo pones así, suena mal, dije que me inspiró. Eso es todo. No hagas tanto drama.

Cierra los ojos y aprieta el tabique de su nariz.

—Por eso vine y también es la razón por la cual no me puedo ir. Eso y la falta de dinero en mi cuenta bancaria, eso me recuerda, ¿me puedo quedar en tu apartamento? No puedo pagar un hotel.

—¡No tengo apartamento! Me estoy quedando aquí.

—Espera, ¿qué? ¿Aquí? No, no. ¿Y dónde voy a dormir? ¡Pensé que tenías un apartamento! Tienes el dinero suficiente para incluso tener dos.

—¡Tú ni siquiera deberías estar aquí! Pero ya que insistes en quedarte, te toca dormir en el piso.

Me señala el suelo con una sonrisa.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Porque solo hay un sofá y es donde yo duermo.

—Y no sería mejor irnos a un hotel.

Lleva una mano a su barbilla y finge pensar.

—Buena idea, adiós, ahí está la puerta.

—Te estoy diciendo que no tengo dinero. Si me prestas podría ir a un hotel.

—¿Recuerdas lo de mi guitarra?

Otra vez con ese tema.

—Sí.

—Entonces ya sabes mi respuesta a esa pregunta.

Me lanzo hacia el lado vacío del sofá, cayendo sobre mis rodillas y provocando que se mueva. Reprimo una sonrisa al ver la expresión de disgusto en la cara de Remy.

—Vamos, Remy. No sabía que te estabas quedando con Colin, pensé que tendrías tu propio apartamento y me podría quedar contigo porque soy tu querida hermana.

Si soy honesta, de saber que Remy se está quedando aquí y que Colin tiene novia, de la cual no me han contado nada, al último lugar al que hubiera venido es a este.

—Y te quiero, sabes que sí, pero, ¿sabes a quien quiero más? A mí, y no pienso dormir en el suelo.

—¡Hace tiempo me dijiste que matarías por mí y que morirás por mí!

—Sí, porque si muero no siento nada y si mato por ti el que siente es el muerto, no yo. Pero si duermo en el piso voy a sentir mucho dolor y no gracias.

Se cruza de brazos, dándome a entender que no va a ceder.

—Soy tu hermana menor.

—Hermanastra.

Resoplo.

—Claro, cuando te conviene soy tu hermanastra, pero cuando quieres que prepare algún postre para ti en la madrugada porque tuviste un concierto difícil soy tu querida hermanita.

—No, no lo recuerdo, mi memoria me está fallado.

—¡Remy!

Lo empujo un poco y él me mira con los ojos entrecerrados.

—Elige, el suelo o dormir debajo de un puente por ser irresponsable y seguir los consejos de alguien que no conoces y que viste cinco minutos en televisión.

—Pensé que estarías orgulloso de mi por seguir mis sueños.

—Lo estoy y también estoy enojado por tu irresponsabilidad.

Sí, está bien, admito que fui un poco impulsiva, pero me conozco, si me detenía a pensar demasiado en aquello, al final no hubiera hecho nada.

Mis miedos ganarían como siempre y estaría en el mismo lugar, siguiendo mi rutina y sintiéndome infeliz.

—¿En serio no me vas a prestar para un hotel? Prometo pagarte. Lo juro por lo que más quieras. Que te mueras tú si no te pago.

—Muy divertida, Jaz. Espero que sigas manteniendo ese sentido del humor mientras pides dinero en las calles.

Pasa un brazo sobre mis hombros.

—Uno de estos días, me sacarás canas verdes, patito.

—Yo también te quiero.

—Aun así, dormirás en el piso.

La discusión continua un poco más, pero al final, es él quien termina durmiendo en el piso y Lennox no viene a dormir esa noche y tampoco las noches que le siguen a esa.

Le cuento a Colin mi idea de la radio y él se emociona al respecto, pero me dice que debemos ir con calma y así es como empezamos a planear todo al respecto.

Es emocionante y algo esperanzador.

*******

—Tengo un nuevo álbum que quiero que escuches —me dice Remy al entrar a la cocina y coloca un pequeño parlante en el mesón.

Levanto una ceja, pero le hago una seña para que ponga la música.

—Es mi nuevo álbum, Ravenette.

La voz de Remy suena de fondo, no puedo evitar sonreír al escuchar las letras del álbum que escribió para Katie, la hermana de Lennox. ¿Remy enamorado a tal punto de escribir un álbum para ella? Es algo que jamás creí ver. Él no suele escribir canciones para nadie en específico, las únicas excepciones a eso ha sido su mamá y yo.

Intento evitar mirar de reojo a Remy mientras me concentro en la masa para el pan de banana, y tarareo de vez en cuando algo de la letra que aprendo.

—¿Te gusta? —pregunta cuando la tercera canción finaliza.

Coloco el pan en el horno y me limpio las manos en el delantal, antes de girarme hacia Remy.

—Me gusta mucho, creo que es tu mejor álbum hasta ahora.

Me había mandado partes de las canciones, pero no había tenido la oportunidad de escuchar las versiones de estudio.

Me sonríe.

—¿Pensaste que no me iban a gustar? No sabía que mi opinión era tan importante para ti.

—A veces eres tan insoportable y eso me recuerda, ¿cuándo te vas?

—Cuando tú te vayas. Te recuerdo que no tengo dinero, estoy sin un centavo en mi bolsillo, pero con muchos sueños en mis manos.

Junta sus manos sobre su pecho de forma exagerada y se ríe sin humor.

—¿De verdad? Eso es tan bueno y yo aquí preocupado por ti y tu futuro, pero me hubieras dicho que tenías sueños para vivir y pagar el alquiler, la comida, tus gastos y...

—Ya entendí. Soy irresponsable, un desastre andante y bla, bla, bla. Pero no estás así por eso. Aún crees que estoy aquí por Colin, ¿Verdad? ¿Crees que le voy a confesar un amor que no siento y arruinar la relación que él tiene? Pero no haré eso, Remy, soy consciente de que él no siente lo mismo y es feliz con ella.

Aprendí mi lección: debo dejar de soportar el infierno por alguien que ni siquiera soportaría una llama por mí. No correr detrás de alguien que no me está esperando. Lo entiendo.

—Pero quieras saber porque con ella sí y contigo no. ¿Cierto, Jaz?

Aprieto mis labios y ladeo la cabeza.

—Tal vez, pero no estoy aquí en este apartamento por ese motivo.

—Entonces dime, ¿qué te mantiene aquí?

—Quiero conocer a Drea.

Descruza sus brazos y levanta un dedo de forma acusatoria hacia mí.

—No.

—¿Por qué no?

Lo conozco lo suficiente como para saber que aquello que va a decir, no me va a gustar.

—No le vas agradar —responde—. No eres el tipo de persona que le agrada a Drea, ella es... Mira, Jazmín, te quiero, lo sabes, pero a veces es difícil estar cerca de ti, porque eres bueno, tú.

—¿Yo?

Asiente despacio con la cabeza.

—El problema es que eres el sol, Jazmín y a veces al estar contigo por mucho tiempo, nos damos cuenta de lo grises y apagadas que son nuestras vidas y es duro. Así que por eso tratamos de mantenernos lejos del sol, pero, tú no eres el problema, somos el resto de nosotros que vivimos en las tinieblas y que sentimos envidia de tu luz.

—No si es un cumplido o un insulto.

—Un cumplido —responde—. Y me gustaría que estés lejos de aquí, porque no hay mucha luz alrededor y la oscuridad que envuelve a las personas como Drea, podría volverse adicta a tu luz y, ¿qué sería de ti? Soy toda la familia que tienes, si yo no te cuido, ¿quién lo hará? Tú no, estás demasiado preocupada por brindarle luz a los pobres que vivimos en la oscuridad, como para cuidar de ti misma.

Deja un beso en mi frente y me recuerda como lo apoyé y creí en él cuando estaba sacando su segundo álbum y todos decían que sería un fracaso, me recuerda como no lo dejé darse por vencido y lo acompañé en todo momento.

El sonido de la alarma para incendios nos hace mover y maldigo en mi mente mientras abro el horno y dejo salir el humo.

—Se quemó el pan.

—Que observador eres, no se te escapa nada.

Pongo los ojos en blanco e intento contener una sonrisa.

Así es mi relación con Remy, pasamos de hablar de corazón a corazón a pelear, luego nos ponemos otra vez sentimentales y después estamos discutiendo de nuevo por alguna tontería.

—Ahora tengo que hacer todo de nuevo y se me hará tarde para ir a comprar.

—Te estás poniendo muy cómoda aquí y no solo hablo del apartamento.

—¿Aun quieres que me vaya?

Me mira como si le ofendiera mi pregunta.

—¿No escuchaste el hermoso discurso que te di? Me inspiré tanto para nada. Sí, te quiero lejos del caos, de por si tú buscas los desastres y eras como un imán para las personas rotas y con problemas. Así que si, te quiero lejos de nuestro apartamento.

—¡Este ni siquiera es tu apartamento!

—Es el apartamento de mi mejor amigo, lo que, por regla de mejores amigos, también lo vuelve mío.

Lo ignoro y me giro para volver a preparar el pan.

Remy sigue hablando, pero yo no le digo nada.

Es más tarde de lo que estoy acostumbrada cuando finalizo de hacer el pan y tomo mis cosas para salir a comprar al mercado artesanal, pero antes decido pasar por la floristería.

—Hola, pequeña, ¿en qué te puedo ayudar?

La mujer detrás del mostrador me dedica una gran sonrisa que yo devuelvo.

—Me gustaría un ramo de tulipanes, por favor —le digo, porque hasta ahora, son mis favoritos.

—Oh, gran elección. ¿Algún color en particular?

Pienso por un momento y recuerdo que Colin siempre tiene flores amarillas para Lennox en el apartamento y si es un color que a ella le gusta, tal vez no le moleste si hay tulipanes del mismo color.

—Amarillos —respondo.

—Esos tienen un significado interesante.

—¿De verdad?

La mujer asiente con la cabeza, pero no me cuenta que significan, en su lugar, me cuenta sobre el primer ramo de tulipanes que vendió.

Una vez que termina de arreglar el ramo, me lo entrega y yo le entrego el dinero.

—Es un hermoso ramo, muchas gracias. Que tenga un buen día y que venda muchas flores.

Me despido de ella y salgo de la tienda y es ahí, cruzando la calle que un perro con un collar eléctrico llama mi atención.

Pero, ¿quién le puede hacer eso a un pobre perrito? El pobre animalito luce tan triste y asustando.

—Disculpe —llamo al dueño—, lamento molestarlo, pero no está bien que tenga un collar eléctrico en su perro. ¿Sabe el daño que le hace?

El hombre me mira de pies a cabeza y dice algo entre dientes que no alcanzo a entender.

—Es mi perro y yo veo lo que hago con él.

—Sí, sé que es su perro, eso no quita que no está bien lo que le está haciendo.

—El perro está bien.

Intenta alejarse, pero yo no sé lo permito.

—¿De verdad? Entonces, ¿si usted tuviera ese collar también estaría bien?

—Sí y no entiendo el alboroto, no es como si ellos tuvieran sentimientos. Es solo un perro.

Sonrío, dejo las flores junto al perro y en un rápido movimiento, le quitó el collar.

—¿Qué crees que estás haciendo?

—Poniéndole el collar al único animal que veo por aquí —respondo antes de poner el collar alrededor de su cuello.

—¡Policía! ¡Oficiales! Está mujer está loca.

—¡¿Qué?! No grite. Usted mismo dijo que era solo un collar y que no entendía tanto alboroto.

El hombre sigue gritando y mueve sus manos hacía unos oficiales que están cruzando la calle.

Oh mierda.

Si me llevan detenida de nuevo, Remy no me va a querer sacar.

Bueno, es mejor aquí corrió, que aquí agarraron.

—¿A dónde crees que vas? ¡Oficiales se escapa!

Giro la calle y unas gotas de lluvia empiezan a mojar mi cara. ¡Lo que me faltaba! Y los oficiales están muy cerca, a lo lejos, veo a una mujer de espalda hablando por teléfono frente a un auto que asumo es suyo, porque parece lista para subirse en él. Bien, podría pedirle de favor que me deje esconder ahí o que me lleve lejos de aquí.

Me acerco a ella y toco su hombro, cuando se gira, todo parece suceder a cámara lenta porque frente a mí no tengo a otra que a la misma Drea Reagan.

El destino es una cosa bastante curiosa —pienso, con cierta ironía.

"Hay estrellas que se alejan y luego se vuelven más cerca unas de otras. Estos fenómenos se denominan estrellas binarias y ocurren cuando dos estrellas están atraídas la una a la otra por la fuerza gravitatoria".

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