OO8

pov's jeon jungkook

—Ya no lo soporto. —con mi respiración agitada y pene palpitante, moví una de mis piernas entre las suyas para separarlas más, estando sobre ella. Levanté su pierna derecha para descansarla sobre mi hombro, inclinando su cuerpo hacia la izquierda.

—H-Hazlo, quiero tenerte dentro mío.—sus ojos negros me observaron desde abajo, pestañeando inocentemente.

¡Joder! ¿Por qué se ve tan bien? Odio que sea hermosa.

Sumergí dos dedos dentro de ella nuevamente para recolectar un poco de su esencia, use de esta para acariciar mi polla un par de veces de una forma sucia y morbosa, teniéndola así, me aseguré de alienarla con su abertura. Hice una pausa para mirarla, asegurándome de que estuviera lista. Finjo ser experimentado, cuando en realidad esta es mi primera vez, sería mentira decir que no estoy nervioso, pero el deseo recorre mis venas, pasando desde la punta de mi polla que ruega estar dentro de esta perra. Asintió, humedeciendo sus labios carmín, solo bastó aquello para que primero deslizará la punta notablemente hinchada, antes de empujar más hacia adentro y finalmente tocar fondo.

Oh, mierda. Esto se siente... como ninguna otra cosa.

JiYu agarró una almohada de las suyas para cubrirse el rostro, así amortiguando los fuertes gemidos. Por más que quisiera escucharla gritar mi nombre, estamos a solo una hora de que nuestros padres despierten para irse a trabajar. Si, incluso un fin de semana. En esta posición nueva, podría decir que mis más oscuros deseos se están cumpliendo, tener a mi 'hermana política' gritando por el placer que le producen mis penetraciones, y yo sujetando sin delicadeza su cuerpo. Juro a Dios que nunca he estado tan erecto, estoy seguro de que mis venas y hasta cada contractura de mi polla roza sus paredes, la estiro perfectamente, casi al extremo de la incomodidad, pero muy, muy bien.

Me moví un poco hacia atrás antes de deslizarme otra vez, sintiendo como sacude sus caderas, ansiosa por más.

—¿Te gusta?

Hhmg, J-JungKook...—mordía la almohada, quería ver su rostro.

Animado por su respuesta, repetí el movimiento a un ritmo tranquilo y relajado, entrando y saliendo de ella, dándole la oportunidad de acostumbrarse a mi tamaño. Sin embargo, no poseía la misma paciencia que yo. Quitando la almohada de su cara, me miró fijamente.

—Rápido, no lo hagas lento.

—Lo que mi Princesa ordene.

Y lo hice. Mis caderas se estrellaron contra la pelinegra de mejillas rojas, con toda la fuerza de mi lujuria detrás de ellas. El armazón de la cama gimió y crujió por la inercia, pero no estaba dispuesto a disminuir la velocidad. Una serie de improperios salió de su boca en susurros bajos, era agradable verla tan perdida en el placer, como una perfecta muñeca con repetidos usos. Envolví un brazo alrededor de su pierna levantada y la use como palanca, impulsándome con más velocidad. Mordí la piel de su muslo al inclinarme un poco, dejando una marca que tardaría en irse.

—Tomas mi polla tan bien. —gemidos eran los que salían de entre mis labios hinchados, en voz baja murmuraba cuanto rogué por esto. 

Bajé mi mano a su cuello, presionándolo con mi mano libre, la otra todavía envuelta en su pierna. No la estaba asfixiando del todo, pero era una advertencia de lo que podía ser capaz de hacer solo poniendo un poco de mi fuerza. Ella solo sonreía, pidiendo más con sus ojos en blanco.

—Joder, JungKook. —jadeó— Vamos, arruiname, llename de ti. —su lenguaje sucio provocó un fuerte gemido y que acelerará aún más rápido, escuchando el ruido de la cama. El sonido de nuestras pieles chocando resonó en la habitación, si alguien nos escucha...— ¡Dios! ¡Justo así!

—Cierra la boca. —exaltado con la adrenalina al tope, salí de ella momentáneamente, empujando su pierna hacia abajo para darle la vuelta en la cama, con su rostro enterrado en la almohada que mordía. Agarré sus caderas marcadas para colocarla específicamente donde sería más conveniente, golpeé su blanco trasero con fuerza antes de impactar mi polla contra su coño una vez más.

Una y otra vez, golpe su coño, mientras su mano se extendía para frotar su clítoris en círculos. A ese paso, sabía que llegaría en cualquier momento.

Ahmg, sí. —susurraba de nuevo, apenas audible por encima de los sonidos de mis caderas golpeándola.

—Necesito que llegues rápido al orgasmo, nos queda poco tiempo. ¿Puedes hacerlo? —JiYu asintió con la cabeza, pero eso no fue suficiente para mí, la agarré del cabello y la dejé en posición vertical para poder repetirlo mientras la miraba a la cara— ¿Estás segura de que puedes hacerlo? —cuestione.

—Sí.—gimoteo.

Su cuerpo fue empujado hacia abajo en la cama, coloque ambas manos en su redondo trasero de porrista, arañando con mis uñas esa tersa piel de porcelana. Mi pene entró en una profunda estocada, hasta lo más hondo en ella, hasta donde dolía. Verla sufrir... es de mi agrado.

Divisé como lágrimas escapan de sus bordes, brotando de las comisuras de sus ojos, abrumada por el dolor y el placer de cada penetración. Sus paredes fueron apretándose a mi grosor, podía reconocer cada signo a esta altura, con una nube de placer tapando mi visión, me es imposible estar con cordura. Los músculos se me tensan con cada agarre, lleno de desesperación por el clímax. Nada más importa en estos momentos, solo quiero joderla, dejarla hecha un desastre en esta cama. Que sepa quien es el único que puede lastimarla.

—E-Estoy... estoy apunto...—susurré.

—Yo también. —gimió.

Mi primer orgasmo explotó sobre ella y rebotó sobre sus terminaciones nerviosas, escapando de los costados. El clímax de JiYu llegó a los segundos, sacudiendo su delgado cuerpo en una oleada de calor, con su cuerpo sudado y lleno de marcas se apretó contra mi polla, gritando lo único que necesitaba. Al ir saliendo, sin nada de protección, mi semen caliente cubría hasta las paredes de su coño. No bastó mucho más entre nosotros para que cayéramos exhaustos, rendidos y sin poder abrir los ojos en la cama. Uno al lado del otro, pude sentir su mano extenderse para tomar mi pecho, pegándose.

Dibujó en mi hombro besos lentos y suaves, antes de acercar sus labios a los míos, envolviendolos en algo delicado. Rompió el beso para mirarme, completamente jodido, así es como estaba, cubierto de sudor. Ella, repleta de moretones y mi semen.

—Eres hermosa. —dije al abrir los ojos.

—JungKook, te quiero. —susurró, sin verme.

Ya había caído en los brazos del morfeo.

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