O2O
pov's shin jiyu
El silencio de la Mansión hizo que mi cabeza doliera más de lo pensado, la sostuve entre mis manos y cerré ambos ojos con desesperación. ¿Qué haré? ¿Qué haré? JungKook está loco, en verdad lo está. ¿Por qué le haría eso a papá? Él lo cuido tanto tiempo, le dimos un hogar aquí y lo salvamos de las calles o de terminar siendo adiestrado en un convento. ¡Es un desagradecido! Es cierto que mi padre no es el mejor hombre, ¿Pero qué es la política sin un poco de corrupción? Nadie en este país tiene las manos limpias, todos ocultan muertos en su armario.
Gruñí, subiendo las escaleras a mi habitación. El caos apenas acaba de comenzar, y ese chico estará muerto cuando amanezca.
—¡JiYu! —el grito eufórico de mi madre hizo que todo mi cuerpo se estremeciera con miedo.
Estoy perdida. Todos lo estamos.
( ... )
pov's jeon jungkook
La memoria usb guardaba unos, apropiadamente, tres años de información recopilada, desde los noventa hasta ahora, eran los años que el Señor Shin ha estado en la política, y los que sin duda engaño a la gente. Sé que JiYu o Gyeong-Hui no entienden ésto, ellas no saben lo que pase, o lo que estaba dispuesto a pasar para verlas felices, pero, ya no puedo soportarlo más. El lavado de dinero, o la gente que murió intentando seguir órdenes de una persona tan cruel no parecen significar nada para él. ¿Acaso la gente con menos dinero no merece un final feliz? Es algo a lo que me he visto pensante durante el último tiempo, sin evitarlo, me hallaba del lado contrario, traicionaria a la familia que me adoptó. ¿Y por qué? Porque son una basura. Gyeong-Hui es la única que, tal vez, podría considerar con las manos limpias, ella nunca hirió a nadie.
Al menos eso creo.
Mi atención volvió a la pantalla frente a mi, anunciaba la llegada de una nueva era, un nuevo comienzo, o el principio del fin. Remoje mis labios antes de presionar una tecla, luego, el video fue subido a cada red social disponible. En anonimato, queda claro. E incluso por correo les hice llegar las pruebas a los programas de televisión que siempre se encuentran hambrientos por problemas, y a la policía, aunque supiera que el Señor Shin ya los tiene comprados. Sé que el pueblo puede encerrarlo, si se lo propone, haría que una mala persona cumpla su condena. Y eso me liberaría de las cadenas que impone.
'Podrías conocer a tu familia.' ¿Qué clase de manipulación es esa? Mis ganas de conocer a la mujer que me dio a la luz me siguen desde que tengo memoria, y el Señor Shin ha sabido aprovecharse de eso. Sin embargo, jamás vi ni de cerca la mínima información sobre ella.
Treinta minutos más tarde de haber subido las pruebas sobre los documentos escritos del dinero debitado y las inversiones mal puestas, conjunto a los cheques dados a las familias de los hombres muertos, genera una llamada en específico a mi teléfono. Suspiré, atendiendo con la vista fija en el paisaje de la ventana.
—¿Quieres morir? —pronunció, con ese molesto tono burlón del cual su hija tomó como referencia— Porque si es lo que buscas, no era necesario todo ese espectáculo. Sólo salta por el río Han, nos harías un favor a todos.
—No le daré el placer, padre. —respondí, llevando una pequeña taza de té a mis labios. El asiento se siente cálido bajo mi trasero, es tanta la comodidad que me permití dibujar una sonrisa en los mismos, pues tengo el suficiente conocimiento suyo como para saber que le enfurece la indiferencia ajena.
—Jeon JungKook, donde quieras que estés, te encontraré. Acabas de traicionar a una persona poderosa, mocoso. ¡¿Qué harás, eh?! —su tono se eleva ante la desesperación, de fondo, puedo oír gritos femeninos, llantos y súplicas— ¡¿Cómo piensas vivir a partir de hoy?! Siendo menor de edad, sin terminar la escuela y sin nadie contigo. ¡Estás solo!
Negar la razón de sus palabras sería absurdo de mí parte, no hay nada más cierto que ello. Estoy solo, y este plan apresurado que he hecho solo demuestra mi desesperación por, de alguna forma, huir de una vida miserable. De qué sirve tener lujos, si nunca nadie me verá a los ojos con sinceridad. No es lo que quiero, y no es a lo que me obligare a vivir. Pero el Señor Shin no sabe algo.
Y es que Jeon JungKook odia perder.
—¿Estás seguro de todo eso? Porque aquí, el único que parece perdido, eres tú. En poco menos de unas tres horas tu rostro estará en cada medio de comunicación, y la palabra 'corrupción' te acompañará. Nadie quiere a un delincuente como Presidente, no al menos a sabiendas. Estás acabado, admitelo. Y ni siquiera todo el dinero del mundo podrá tapar lo podrida que está tu familia.
—Eres parte de esta familia. —dijo, la tenue verosimilitud de sus suspiros en ruego de compresión— Te adoptamos, te dimos todo, y aún así...
—Y aún así, siempre fui como una mascota exótica para ustedes. Un niño pobre traído para alimentar su codicia y narcisismo, te molesta saber que este niño nacido de una mujer pobre pudo pensar más ágilmente que tú, y que este niño, te dejó.
—No sólo me traicionas a mi, Jeon. También a Gyeong-Hui y JiYu, ellas...
—Ellas se librarán de tí, y de mí. Ahora, olvida que tuviste un hijo. No estoy dispuesto a volver hacia ti.
—¿Ni siquiera por la información que rogaste toda tu vida? —mi mano está apretada alrededor del móvil. Tensé todo mi cuerpo— Vamos, sé que quieres saber sobre ellos, ¿No llorabas por tu mami?
Mamá...
Ni siquiera sé cómo es ella. ¿Vale la pena?
—Puedo encontrarla por mi cuenta. —finalice al decir, tomando fuerzas para verme duro al rechazar su última propuesta llena de desesperación.
—¡Vas a arrepentirte! ¡Osaste destruir esta familia. Meterte con mi heredera, y traicionar todo un apellido lleno de poder!
JiYu debe estar sufriendo en estos momentos, y es lo único que me genera satisfacción. Saber que al fin, después de todo, pude verme victorioso en el final. Y que pese a mi amor hacia ella, fui yo quien la hizo llorar esta vez.
Pero sé que nos volveremos a ver, y en esa ocasión, puede que los papeles se inviertan nuevamente.
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