O16

HACE DIEZ AÑOS 

—Señores Jeon —la profesora frente a ambos adultos tenía una tensa expresión en su juvenil rostro, pero por debajo del escritorio jugaba con sus dedos. Tener en frente a figuras tan importantes era... aterrador—, quería hablar hoy sobre JungKook.

—¿Hay algún problema con él? ¿Tiene un mal carácter?—inquirió la mujer, preocupada. 

A su lado su esposo se hallaba de brazos cruzados, con los lentes bien colocados y el cabello echado hacia atrás con gel extra firme. No mostraba ninguna expresión cierta, solo una inquietud desinteresada.

—Al contrario, JungKook es un muy buen niño. Por ello me preocupa... —movió sus ojos por la habitación antes de volver a ellos— que se sigan aprovechando de él. —al notar que no la habían entendido, continuó— Como saben, las gemelas y él están en distintas clases, debido a ello Kook apenas ha podido hacer nuevos amigos. Los chicos se alejan de él, y las chicas suelen intimidarlo, le piden favores o lo obligan a hacer sus cosas. En este último tiempo ni siquiera quiere salir al comedor, tiene miedo.

—¿Miedo de las niñas?

—Exactamente. —asintió.

—¡Es absurdo! —JiYong se levantó estruendosamente de su silla, ambas mujeres se sobresaltaron— Salí del trabajo por esto, ¿Y me dicen que le tiene miedo a unas niñas tontas? ¡Es un hombre, debería comportarse como tal! 

El problema de JungKook, sin que ellos lo supieran, era más allá de solo sentirse intimidado por unas niñas. Más bien, todo provenía de su hogar. Desde el día que llegó aceptó el odio que una de las dulces gemelas tenía sobre él, llegando a provocar traumas irreversibles. Como esa vez que destruyó los dibujos que le hizo a Hui, o como cuando lo tomó del cabello e intentó ahogarlo en la bañera. Esa niña no era agradable, lo atormentaba en sus pensamientos, no quería estar cerca de ella por ninguna razón. 

Pero eso es algo que nadie le creería, sus padres piensan que su hija sólo tiene un carácter fuerte. 

La profesora se levanta del escritorio y camina hacía la biblioteca pegada a la pared del salón, toma uno de los libros, el álbum de fotos de ese año. Vuelve, y lo abre frente a ellos en cierta página. En esta, los adultos ven una foto grupal de todos los niños de cuarto grado. Sin embargo, JungKook no estaba feliz como todos, tenía una mirada preocupada mientras se abrazaba a sí mismo en una punta. A su lado había una niña sonriente. 

—Tiene miedo que le hagan daño. 

—¿Qué podemos hacer al respecto? —cuestionó el padre, sentándose otra vez más calmado— Sí alguien se entera de esto, sería mal visto. 

—Hay terapeutas infantiles, deberían llegar al problema de raíz. De lo contrario, esto afectaría en la vida adulta de JungKook. 

ACTUALIDAD

pov's jeon jungkook 

'... tenerte como una marioneta comienza a ser aburrido.' Su última oración había provocado algo incómodo en mi estómago. Incluso hasta el día siguiente, que estuve en la Escuela, no se fueron de mi mente. Hui camina a mi lado mientras mastica su manzana –no debería comerla por los frenos, pero lo hace aún así–, en medio de mis pensamientos pesimistas, escuche su voz dirigirse a mi. 

—Ayer papá discutió con JiYu. 

—¿En serio? —detuve mis pasos abruptamente por la sorpresa. 

Para nadie es nuevo que JiYu es la hija favorita, siempre llena los estándares de mamá, y cumple con los requisitos de buena apariencia y comportamiento social que papá necesita frente a las cámaras. Saber que posiblemente hayan peleado, es algo… Woah. La gemela me ve sin decir nada, asiente y desvía su vista.

—Pareces preocupado por ella. 

—¿Por qué no lo estaría? Es… mi hermana, como tú. 

—A veces me pregunto si es que JiYu es realmente muy buena manipulando, o tú estás tan ciego por su aceptación que nunca ves la realidad. —sus pasos avanzan, dejándome atrás viendola atónito. 

—¿A qué te refieres, Gyeong-Hui? —acelere hasta tomarla sin mucha fuerza por la muñeca, ella gira a verme— Responde, estas muy ex…

Hubo un tiempo donde Hui decía estar enamorada de Tom Cruise, decía que él se veía muy fuerte y capaz de protegerla en cualquier momento. Ese es su tipo de hombre, alguien de buen corazón que pueda ayudarla, debido a su poca fuerza física no es posible para ella correr o levantar cosas pesadas, yo la ayudaba. Sin darme cuenta, creo que…

Generé algo en ella. 

Sus labios estaban posados suavemente sobre los míos, era como un inocente pico de niños en preescolar. Quedé quieto, solté el agarre en su muñeca, tenía los ojos abiertos, pero los de ella cerrados. ¿Es su primer beso? ¿Y es conmigo? 

Me separé, disgustado. ¿Por qué produce algo tan diferente en mi? Cuando JiYu me besa a la fuerza siento pasión entre nosotros, la adrenalina golpeando mi estómago y las ganas de seguir adelante. Pero cuando Hui lo hizo, me sentí sucio, y culpable; ella ante mis ojos es mi verdadera hermana, alguien a quien quiero mucho. No puedo hacerla sufrir, ni corromperla.

Cuando abre sus ojos, me ve dolida. 

—Con ella si lo haces. —dice— ¡¿Qué tan desagradable soy?! 

—N-No —negué. A este punto, es absurdo seguir negándolo—... lo siento.

—Ella te hizo sufrir mucho, JungKook. Y yo estuve a tu lado, fui quien te apoyó, ¿Por qué la prefieres? —su mirada se vuelve roja por el llanto que se aproxima.

—No la prefiero, tú eres una persona muy especial para mi. Lo juro. 

—Continuarán teniendo sexo a nuestras espaldas, es tan… asqueroso.

'Asqueroso.' Sí esa palabra de verdad había salido de los labios de Hui, es porque no hay forma de negarlo, y ella tiene razón. Siempre tiene razón. En nuestro incómodo encuentro de miradas me decidí a dar un paso hacia atrás, pues algo en mi se tuerce con repugnancia. 

—No tienes derecho a decirlo. —enfatice.

—¿No tengo derecho, JungKook? Literalmente te estoy viendo ser utilizado, ¿Cómo crees que me siento? —mueve sus manos, está molesta y desesperada por hacerme 'recapacitar', soy consciente de mis actos, ya no soy el débil niño a quien JiYu podía dañar.

¿Cierto? Ya no soy ese niño que se deja utilizar. 

—Ella no es así. —mi respiración empieza a fallarme— No la conoces lo suficiente.

—¡He convivido con ella mucho antes que tú! ¡Sé como es! 

—¡No, no lo sabes! ¡Estás celosa, eso es! —tras gritar, cegado de la furia por pensar en que ella quiere arruinar todo, dije aquello, y sus ojos me vieron esta vez con dolor verdadero— Hui…

—Estoy celosa, es verdad. Pero, ahora que lo pienso… no quiera estar con una marioneta sin autoridad o personalidad, no hay nada que amar en un objeto. Puede ser desechado fácilmente. 

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