O15

pov's jeon jungkook

«Felicidades, JungKook. Has conseguido familia.» Quién pensaría que... una simple frase te dejaría tan marcado. Pasé por muchos hogares de acogida, decían que era por un tiempo hasta que alguien quisiera adoptarme o mis padres pudieran ser lo suficiente decentes como para cuidar de un niño pequeño. De todas formas, al final siempre estaba solo, con o sin padres. Antes de llegar a la puerta de los Shin, el Estado me asigno a la familia Nam, conformada por dos padres, tres niños y dos niñas. Dos niños eran adoptados y una niña era igual que yo, una intrusa.

Me sentía de esa forma. Y odiaba con todo mi cuerpo al Señor Nam, el bastardo era dueño de un restaurante no tan conocido pero con buenos ingresos anuales, y su esposa se dedicaba al hogar, solían llevar niños debido a lo que el cobraban para mantenerlos. Sin embargo, el dinero siempre se iba en otra cosa, nosotros nunca recibimos ni un centavo. Por más que la mujer no era desagradable, se dejaba usar, cuando él la golpeaba me tocaba verlos o escucharlos. Odiaba estar allí, y odiaba ser débil, si fuera fuerte entonces ayudaría a los niños que sufrían al igual que yo.

JookHee, mi padre de tránsito, se hartó de cuidarnos meses después, nos hecho a mi y a la niña, al tiempo ya estaban buscándome nuevo hogar donde quedarme. De esta forma llegué a los Shin, eran diferentes al resto de las familias, el dinero les sobraba, y si bien siempre estuve en lugares donde podían ser económicamente estables para cuidarme, ellos sin duda sobrepasaban lo pensado. Desde el primer día sentí la calidez de sus brazos, ellos me recibieron con una sonrisa e incluso juguetes para mi, me dieron una habitación propia, con cosas que nunca nadie me dio.

Me sentí protegido, y querido. Era triste pensar que eso sólo dudaría cinco meses, lo acordado. Me divertía jugar con inocencia, las gemelas que conocí eran distintas, muy distintas. Mientras que Gyeong-Hui luchaba conmigo en el gran jardín, o en la sala, JiYu solo permitía que este a su lado si le servía el té en su tetera de plástico. Vestía a su hermana de Principe y yo usaba trapos viejos, así me vería como un esclavo.

Seria poco decir que no era realmente consciente del asunto, hacer lo pedido por la 'Princesa JiYu' era mi forma de ganar su aceptación. Estaba tan feliz de estar allí, que no me importaba esforzarme más por quedarme. Entonces llego el día, «Felicidaded, JungKook. Fuiste adoptado por los Shin.» Yo... pensé que ellos me querían más allá de todo, que me veían como un hijo más, no dudo en que ahora tal vez me tengan cariño. Pero en esos momentos, yo era la carta maestra, el chico pobre que los llevaba a la gloria.

Papá tenía planes a futuro, y en esos estaba yo. Al salir por primera vez frente a las cámaras me di cuenta de algo: soy un muñeco en exhibición frente a los ricos. Y para los pobres, soy un ejemplo a seguir, la muestra de que incluso ellos podrían tener lo que yo tengo.

Patético. Una vez deje de ser útil papá me enviará a Japón, viviré allí para darle renombre, seré el huérfano que pudo triunfar.

—Las criadas dijeron que estás enfermo. —la puerta ni siquiera fue tocada, mamá entró directamente con una fuente en sus manos— Te preparé sopa, para que mejores.

—Ah, no hacia falta, madre. Yo...

—Me sentiría triste si un hijo mío sufriera dolores, es mejor que te quedes en la cama hasta estar mejor. Y si no mejoras llamaré al médico de la familia. —me senté en la cama bajo las colchas en mi regazo, con algunas almohadas atrás de mi, coloco la bandeja sobre la pequeña mesa de apoyo y me sonrió con calidez— Sé que hablaste con tu padre.

Deje a medias el recorrido de la cuchara a mis labios. Suspiré, dejándola a un costado en la bandeja de plata. Irónico.

—Sí, charlamos un poco.

—Supongo que te habló sobre su postulación y tu viaje.

—Es de lo único que hemos hablado desde hace años.

—¿Y cómo te sientes al respecto? —se sienta al borde de la enorme cama.

—Mamá... ¿Qué es lo que quieres saber? —fui al grano.

Ella hizo un mechón de su largo cabello castaño hacia atrás de su oreja, y sonrió sin mostrar los dientes.

—Necesito que me ayudes con JiYu.

—No sé de que forma te sería de ayuda, ella y yo no tenemos una buena relación.

—Verás, JiYu se encuentra estudiando para su examen de ingreso a la Universidad, pero no es a la que nosotros esperamos. Ella quiere aplicar como diseñadora.

—¿D-Diseñadora?

—¿Te imaginas a la hija del futuro presidente rebajándose al nivel de una simple costurera? Dios mio, de solo pensarlo nos entra un colapso. Por eso necesito de tu ayuda, debes convencerla de entrar junto a Hui a la misma Universidad.

Convencerla... no suena nada fácil. Mucho menos cuando se trata de ella, es la persona más dura que he conocido, nunca fue fácil tratar de ayudarla, sus padres desde pequeña quisieron que sea de cierta manera particular –la versión saludable más parecida a JiYu– y nunca pudieron. ¿Es increvantable? ¿Ó es decidida? Cualquiera que sea, no ayuda a los planes de su familia.

—Esta bien, lo intentaré... mamá.

—Gracias, JungKook. Sabía que puedo confiar en ti. —levantándose de la cama, corre los mechones de mi frente para besar esta, se fue de la misma forma que llegó.

En la madrugada, la femenina se encontraba en mi cama, desnuda y aferrada a mi pecho. Por mi parte, me dediqué a mirar cualquier parte de la habitación, sin aliento, dudando de mi mismo. Tengo miedo, mucho miedo. No quiero causar una mala reacción, o que sospeche de mi, ¿De qué lado estoy? ¿Dónde debería poner mi confianza? ¿En las personas que me dieron todo... o en la niña que me provocó pesadillas?

—He estado pensando... —comencé— la Universidad parece cada vez más cercana, ¿No tienes miedo de eso?

—Me gustaría irme de aquí, así que no realmente. —juega con mi piel, trazando marcas con sus uñas filosas.

—¿Irte? Pensé que la Universidad donde ustedes irían no es lejos...

—¿Dónde iremos? —se separa, y yo trago saliva.

—Es de lo que Hui no para de hablar, ya sabes, la Universidad más prestigiosa de Corea, donde papá estudió.

—No es lo que yo quiero. —frunce su ceño, puedo ver sentado como ella se levanta y comienza a cambiarse.

—Pero es lo mejor, y ahí van los mejores. Pensé que querías llegar lejos como...

—¿Cómo mi padre? Hui es quien llenará sus expectativas, yo iré lejos. Haré mi propia vida.

—JiYu, no sé si...

—Deberías hacer lo mismo, tenerte como una marioneta comienza a ser aburrido.

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