Árboles verdes y rosas rojas

Newt retiró la venda que cubría sus ojos y se encontró en un bosque, con altos árboles de hojas verdes; arbustos de hojas verde oscuro; pájaros cantando en algún rincón; ardillas corriendo y saltando de árbol a árbol; rosales, con hermosas rosas rojas llenas de espinas.

-¿Qué hacemos aquí? -preguntó a Thomas. El castaño sonrió e indicó que guardara silencio. Anduvieron un rato por el bosque, tomados de la mano y disfrutando de la paz que había en el lugar.

Thomas lo guió por senderos imaginarios y rutas inventadas, llegando a un claro. Se mantuvieron al borde de este, ocultos entre arbustos, hasta que llegó.

Un pequeño ciervo, esbelto, motitas blancas como la nieve adornando su lomo café claro que brillaba como la más fina madera al recibir los cálidos rayos del sol. Newt abrió los ojos sorprendido por tanta belleza y los ojos se le llenaron de lágrimas.

Thomas volvió a tomarlo de la mano y con cuidado salieron al claro. El ciervo se asustó, mas se quedó quieto. Se fueron acercando poco a poco hasta que bastaba estirar un poco los dedos para tocar el hocico del animal. Newt estiró la mano y el ciervo la olió. Acarició suavemente el café hocico y el ciervo se fue saltando por donde vino. Thomas capturó el momento sin que Newt se diera cuenta.

Aún emocionado, recibió el papel que le estaba entregando Thomas:

Veo arboles de verdes hojas y rosas de rojos pétalos.
Los veo florecer para ti y para mí.
Y pienso "¡qué maravilloso mundo!"

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top