Quinta Parte: 'Muerte'

VIOLENCE WARNING

*El siguiente capítulo contiene material que puede herir la susceptibilidad de algunos lectores. Guardar discreción y leer bajo propio consentimiento.*

Si en caso no vas a leerlo para preservar tu estabilidad emocional, lee esto: (Spoiler)

- Varios chicos descubren la relación de Yeonjun y Soobin, estos sufren acoso físico (no sexual). Más adelante habrá un disclaimer para que puedas seguir leyendo la trama ajena a las descripciones explícitas.

(Fin de Spoiler)

Esta es un historia que se enfoca en la cruel realidad y en la morbosa sociedad sexista de aquellos años, en un país tan conservador como Corea. Tristemente ha sido la realidad de muchas personas e incluso peor :c

+ Inspiración: Película "Apocalypse Now".

"Les dije que eran unos maricas"

La pareja dejó de besarse apenas escucharon aquella tercera voz cincelando el asco.

El auténtico pánico que se construyó en ambos rostros fue simplemente deleitoso para los intrusos que ahora eran conocedores de su precioso secreto.

"Mierda" salió apenas como un suspiro ahogado de la boca del mayor, su primera reacción siendo ponerse delante de Soobin, protegiéndolo de alguna forma mientras este se escondía detrás de su mayor como un gatito asustado.

Eran seis idiotas, seis idiotas que detestaban a Yeonjun con todo su ser como la mayoría de bravucones envidiosos del lugar. Todos ya tenían historial con él, pues eran de su antigua división y habían tenido bronca con él por defender a otros chicos de su división. Estos habían intentado cobrarle la paliza en grupo puesto que entre dos o tres siquiera podían contra él, pero cuando fueron a buscarlo, Yeonjun ya no estaba más en su pabellón.

El chico que los observó por error en la ceremonia, había decidido seguirlos y se había encontrado con la sorpresa que estos se escabulleron en el almacén, les avisó a sus amigos.

Era sospechoso, las miradas, el brillo en sus ojos, la intensidad de ello. Podía hacerse una idea de la razón, pero se llamó a sí mismo loco porque no había forma de que el mejor de los mejores fuera una rata asquerosa depravada. No había forma que cayera tan bajo como para ser un maricón.

Irónico, porque resultaron ser la mierda más enferma y repulsiva del planeta; dos depravados despreciables, dos existencias que deberían ser exterminadas cuanto antes.

Yeonjun era superior en todos los sentidos, menos en uno; en número, porque Soobin no peleaba, por lo tanto, no contaba.

Y era obvio que esos seis no querían conversar. Ellos querían hacerle daño desde antes, y ahora que habían visto que eran unas aberraciones, sentían que tenían la obligación de matarlos; gente como ellos no debería existir, bueno, si es que se les podía decir gente a esos animales degenerados.

"Te lo tenías bien guardado, ¿no Choi?" dijo el peor de todos con asombro y burla en su voz, la cabecilla de la pandilla, Hyunwoo.

Los seis empezaron a avanzar lentamente, disfrutando paso a paso, haciéndolos retroceder. Los atacantes sonriendo maliciosamente porque literalmente, esta vez no habría escapatoria.

Los tenían entre la espada y la pared.

Las respiraciones de Yeonjun y Soobin altamente alteradas, irregulares. Soobin temblando al borde del llanto, su mano temblorosa aferrándose con una dolorosa fuerza al brazo de Yeonjun, como si estuviera seguro de que él lo protegería. 

Yeonjun no hubiera dudado en hacerlo si hubiera podido.

El gran problema era que Yeonjun no estaba mejor, y jamás creyó decirlo y aceptarlo, pero tenía miedo. Estaba aterrado, total y absolutamente aterrado.

A pesar de habérselo repetido a Soobin mil veces, y de creer haberse convencido a sí mismo que su amor no era una aberración y que era solo inocente e inocuo amor, al final sintió que todo lo que estaba haciendo estaba mal. En ese preciso momento que aquellos seis chicos lo miraron con odio, repulsión e ira, entendió que en realidad todo había sido una cruel y sucia mentira creada por su cabeza. Porque él seguiría siendo un criminal pecador, ¿no es así?

Incluso si él no lo sentía de esa forma.

 Tal vez era porque de verdad ambos estaban enfermos.

Por primera vez se arrepintió de haberse dejado llevar y de haberse permitido llegar a amar tanto al chico débil y miedoso que temblaba tras él. 

En ese preciso momento, Soobin fue su peor y más preciado arrepentimiento, su más deleitoso y bonito pecado. 

Se arrepintió de haber conocido a Soobin, y era una mierda admitirlo.

Jamás debió desviarse del camino correcto por unos ojos bonitos. Por la mierda, ¿qué carajo tenía en la cabeza? ¿Qué pensaría su padre de él? ¿Qué pensarían los superiores de él ahora que era público? ¿Sus sueños, su vida, su imagen y reputación? Todo estaba en juego por un chico alto, algo inútil y encantador. Yeonjun de verdad no quiso preguntarse si valía la pena porque de algún modo sentía que estaba traicionando a su dolorido corazón que latía con tanta fuerza cuando estaba con el menor, con su bebé.

Pero lo hecho, hecho estaba. Los arrepentimientos no servían de nada.

Tendría mucho tiempo para recapacitar y reflexionar por el miedo irracional que le provocó el súbito descubrimiento. Pero eso sí, de lo que Yeonjun estaba más que seguro era que jamás dejaría que le hicieran daño a Soobin.

No lo permitió antes de conocerlo, ahora que lo amaba era tan solo impensable.

Él haría todo lo posible para protegerlo del sufrimiento, todo lo que estuviera en sus manos. Sin embargo, en esta desafortunada situación, ambos sabían que esta se les saldría de las manos.

Es algo triste e irónico que Soobin justo en ese mismo momento que Yeonjun deseaba internamente jamás haberse relacionado con él a pesar del dolor que le causara intentar convencerse de ello, mientras a Yeonjun le quemaba por dentro rompiéndolo todo, llamándolo error, Soobin solo podía pensar en lo agradecido que estaba con el universo por haberlo puesto en su camino.

Irónico, pero triste, sobre todo triste. Porque los papeles se invirtieron de la forma que jamás debieron hacerlo.

Habían pasado menos de 10 segundos, pero estos fueron suficientes para que cada uno tuviera una avalancha de pensamientos, cada uno de ellos siendo impulsados por el fervor miedo que se construía en ellos, el peligro, el saber que las cosas solamente irían en picada desde ahora.

Pero para su buena suerte, juntos.

Y a pesar de sus contrarios pensamientos y del miedo. De alguna forma tenerse al otro hasta en la peor situación, era lo mejor.

Ninguno de los seis se perdió la manera en la que el cuerpo de Yeonjun se sobreponía al de Soobin, como este lo protegía, como si fuera un niño, aunque bueno, era como si fuera uno honestamente.

Por el pánico que ambos sentían en diferentes magnitudes, no pensaron bien, mucho menos se dieron cuenta que inconscientemente, habían revelado el talón de Aquiles del mayor.

Soobin.

Yeonjun entendió su error cuando su temblorosa mirada conectó con la brillosa de Hyunwoo, su maliciosa mirada acompañada de una sonrisa ladina perversa, mirada que pronto se desvió a Soobin como diciendo: "Me voy a divertir con él".

Ahí fue que Yeonjun sintió verdadero terror, sus ojos abriéndose en demasía, trémulos. Pegando su cuerpo a más no poder al de Soobin.

La maya los frenó de seguir retrocediendo, el sonido del metal contra la espalda del más alto hizo que sus latidos se dispararan como si fuera a tener un infarto.

Con una mirada proterva, Hyunwoo le dijo a su séquito lo que quería que hicieran.

Y así lo hicieron.

De varios jalones, que ambos chicos enamorados intentaron resistir entre lágrimas, terminaron por separarlos.

Dos chicos sosteniendo a Soobin, los otro cuatro a Yeonjun.

Soobin ya hipaba con desesperación, Yeonjun sentía que se iba a desmayar en cualquier momento.

Jamás debió acercase a Soobin. No lo salvó, no. Solo empeoró las cosas hundiéndose a sí mismo con él. Lo sentía tanto...

Yeonjun sentía que le habían arrebatado todas las fuerzas. Hyunwoo lo soltó permitiendo que sus otros tres fuertes amigos se encargaran de retenerlo.

A él no le importaría que lo muelan a golpes, que lo dejen inconsciente. Él siendo un chico orgulloso jamás hubiera rogado por piedad, antes muerto.

Pero Soobin. Todo valía una mierda si estaba Soobin. A la mierda su orgullo y dignidad. Él sería capaz de lamerle las botas al hijo de puta de Hyunwoo con tal que no lo lastime.

"Por favor..." musitó en un ruego débil Yeonjun cuando vio que Hyunwoo se había girado hacia Soobin, a nada de poner sus sucias manos sobre él.

El aludido se giró con una mueca burlona en su rostro.

"¿Qué pasa Choi?" tanteó burlón.

"N-no le hagas daño." volvió a pedir con la voz rota "A él no, por favor. No lo lastimes." su garganta cerrándose, ardiendo y asfixiándolo.

Jamás sintió tanto miedo en su vida.

"¿Ah, no quieres que lo toque?

"Hyunwoo, por favor te lo ruego por lo que más quieras. Y-yo haré lo que sea, pero por favor, déjalo ir, déjalo en paz." suplicó con la voz inestable, lastimera,

El agresor se acercó a Soobin, ignorando las suplicas del mayor.

"Por favor, por favor." rogaba ya desesperado "Te lo suplico."

Una oleada de impotencia y rabia pura se filtró en su cuerpo al ver su sucia y áspera mano en la blanquecina suave piel de Soobin, este último temblando notoriamente al sentir el áspero tacto de Hyunwoo en su cuello, su mano pesada.

Ninguno podía moverse, estaban inmovilizados en su totalidad, como dos muñecas

"¿Tanto amas a esta princesita, maricon de mierda?"  Hyunwoo dijo jalando con rudeza de los cabellos azabache de Soobin, obligándolo a levantar la cabeza. Yeonjun lloró con más fuerza al sentir la humillación y al ver a Soobin atragantarse con sus propias lágrimas, la mano de ese imbécil aún en sus cabellos.

Yeonjun ya no estaba asustado, seguía sintiéndose débil, pero estaba furioso, completamente fuera de sí.

"¡¿QUE MIERDA QUIERES DE NOSOTROS?!" ¡DÉJANOS IR!" gritó sintiendo que su voz lo desasistiría en cualquier momento. Dolía gritar así, la garganta le ardía, le apretaba.

"El asunto, mi querido Yeon..." dijo con total tranquilidad, como si le estuviera explicando a un niño pequeño, alejándose de Soobin para decirle exactamente a la cara "Es que lo único que quiero de ti, es verte sufrir, retorcerte en el suelo de dolor por toda la puta humillación." Hyunwoo rió y volvió al costado de Soobin, intercambiando miradas tranquilas pero espeluznantes entre Yeonjun y Soobin "Pero ambos sabemos que no te hubieran bastado un par de golpes, ¿cierto?" La mano de Hyunwoo acariciando la nuca de Soobin. El menor encogiéndose en su sitio como podía. Yeonjun sintió que vomitaría bilis por la rabia.

"Quiero que te duela, Yeon." espetó escrutando el rostro de Soobin. Una de sus manos tomó con rudeza el rostro de Soobin obligando a que lo mire, su mano abarcando gran parte del rostro del más alto. Yeonjun podía ver el temblor en su labio inferior a pesar de que este estaba cubierto por dos dedos de Hyunwoo.

Al parecer Hyunwoo apretó con fuerza, porque vio la piel hundirse y se escuchó un gemido de dolor por parte de Soobin.

Por su culpa, porque no pudo protegerlo.

Ya no iba a soportar seguir viendo sin hacer nada.

Yeonjun jamás se había sentido tan enojado y fuera de sí en toda su vida. Sus ojos se abrieron el doble, su pecho subía y bajaba con descontrol, su corazón parecía que no latía por lo rápido que iban sus latidos. El odio y el deseo de querer matar a Hyunwoo a golpes devolviéndole en parte fuerza.

"NO LO TOQUES. NO TE ATREVAS A TOCARLO, MALDITO IMBECIL."

Yeonjun empezó a removerse con todas sus fuerzas, estaba a punto de soltarse de esos tres pares de manos que lo tenían sujeto en llaves, Yeonjun podría contra ellos tres por más que fueran buenos. Pero eran seis, no tres.

Hyunwoo al ver a los suyos teniendo inconvenientes, con una mirada, les dijo a la dos que sujetaban a Soobin que fueran contra Yeon.

Y la verdad incluso de cinco les costó mantenerlo quieto. Eventualmente empezaron a golpearlo. Yeonjun cayó al suelo, recibiendo los golpes.

"¡NO!" chilló Soobin "Basta, por favor..."  sollozó intentado buscar los ojos de Hyunwoo, para implorar por piedad.

Cuando Soobin vio que Yeonjun recibió una patada en la cabeza, sintió como la presión se le bajaba. Pálido y con los ojos llorosos abiertos como dos platos, intentó zafarse de los brazos de su captor con todas sus pocas fuerzas. Casi lo logra, pero Hyunwoo era demasiado fuerte, así que le bastó abrazarlo por la espalda en una llave para inmovilizar sus piernas y brazos. Eran chicos experimentados, todos.

Soobin jamás se sintió tan mísero, roto e inútil como en ese momento. Jamás creyó experimentar un dolor similar, ni siquiera las palizas que solían darle meses atrás dolían de aquella forma. Lo que estaba presenciando se lo estaba comiendo vivo, era como si le arrancaran la piel, aunque no le estuvieran tocando un pelo a él.

"Basta, por favor, por favor, ya no. Deténganse." balbuceaba entre hipidos, pero la paliza no paró. Era jodidamente personal; insultos y golpes, no cesaban. 

Sangre, había mucha sangre.

" ¡MIERDA, POR FAVOR, VAN A MATARLO!" gritó Soobin paniqueándose al borde de la insania.

"Suficiente." dictaminó  Hyunwoo cuando vio que la golpiza ya estaba tornándose brutalmente salvaje. Él sería quien le diera el último golpe. "Quiero a Yeon de pie."

Entre dos pudieron cargarlo de nuevo para que quedara en la misma posición.

Era increíble que después de la tunda que recibió, todavía podía ponerse de pie. O bueno, más o menos.

Labio roto, ojo morado, pómulos morados también, sangre proveniente del oído.

Yeonjun toció un poco.

Soobin se quebró al verlo en ese estado. Intensificó su llanto, pero trató de ser silencioso al darse cuenta que sus alaridos estaban molestando a Hyunwoo.

Hyunwoo soltó a Soobin, pero inmediatamente otros dos lo sostuvieron como antes.

El temblor en el cuerpo del menor era evidente. Ya no quería seguir viendo a Yeonjun así, era tortura para él. Soobin prefería ser el que recibiera los golpes como antes.

Yeonjun solo había sido un alma samaritana que se había apiadado de su dolor y sufrimiento, ¿por qué tenía que pasarle esto a Yeonjun? Todo era culpa suya. Él jamás quiso transferirle ese dolor a él, pero era demasiado tarde.

Los ojos llorosos de Soobin que apenas podían enfocar imagen, conectaron con los hinchados rojizos secos de Yeonjun. Y Yeonjun sonrió, le sonrió como todos los días, le sonrió como si no hubiera pasado lo de hace unos minutos atrás, como si no lo hubieran molidos a golpes. Le sonrió como si todo estuviera bien.

Y Soobin no soportó el dolor que le causó esa sonrisa tan sincera.

"Estoy bien." dijo para él "Estoy bien."

 Soobin negó con la cabeza y se negó a seguir aguantando su triste mirada.

Pero la cosa aún no terminaba.

Hyunwoo se puso enfrente de un inmovilizado y lloroso Soobin, Yeonjun ya no podía ver qué ocurría, solo estaba la espalda de quien quería ver muerto.

La mano de Hyunwoo subió lentamente cerca del rostro de Soobin, y con delicadeza, con sus nudillos delineó el rostro de Soobin como si fuese porcelana, barriendo las nuevas lágrimas que recorrían el mismo desgastado camino.

"Ahora entiendo tú obsesión con este chico." dijo bajito, escrutando las facciones casi femeninas de Soobin "Es tan bonito que parece una chica. ¿Seguro que no lo es?" Hyunwoo bajó su mano, y con la misma, apretó en su entrepierna con fuerza, haciendo a Soobin abrir mucho los ojos, pero no emitir sonido alguno aparte de su respiración jodida. Ahora solo lloraba en silencio.

Yeonjun cerró los ojos y dejó caer su cabeza. Él no iba a ver. 

Hyunwoo le proporcionó dos cachetaditas a Soobin, tan suaves que eran más como golpecitos.

"En este lugar de mierda tan aburrido, supongo que querías un poco de diversión. No te culpo" dijo dirigiéndose a Yeonjun "Vamos a jugar, ¿te parece Soobin-ah?"  le habló ahora al más alto como si fuera un bebé, burlándose también. "Voy a hacer lo que quiera con tu preciada putita y vas a disfrutar del espectáculo, Yeonjun" "Que vea, hagan que vea."

El otro chico que estaba parado sin hacer nada, fue hasta Yeonjun y le jaló los cabellos con tanta fuerza que su cuello dolió. Por más que intentaba, no podía bajar la cabeza por el jalón. Solo cerró los ojos y apretó los labios con todas sus fuerzas, estos goteando sangre por la presión. Quería tapar sus oídos, lo necesitaba.

"Vamos a aprovechar esa carita de muñeca que tienes, muy bien." Soobin estaba como en una clase de trance, escuchaba pero no escuchaba.

"Pónganlo de rodillas" Soobin se dejó caer. Pronto, Hyunwoo escupió directamente en su cara. Las manos de Soobin se removían ansiosas, desesperadas por limpiarse, pero las llaves no le permitían moverse. En ningún momento dejó de llorar. "Marica".

Con dos de sus dedos, pasó su propia saliva por todo el rostro de Soobin, como si fuera una crema humectante.

Yeonjun escuchó arcadas y se imaginó lo peor, se obligó a abrir los ojos y vio la escena frente a él, los volvió a cerrar como si quemara. Las lágrimas saladas haciéndole doler poro por poro, haciéndole escocer las heridas.

Hyunwoo por último pasó sus humectados dedos por los carnosos labios de Soobin y los presionó ahí hasta que eventualmente hubo sangre en la encía.

"Eres todo un espectáculo, preciosura" se burló. Soobin tuvo que aguantar la respiración para no vomitar ahí mismo. Tenía miedo de ver que le harían si lo hacía.

Hyunwoo tomó su cuello e hizo que se levantara del suelo, quedando de pie frente a él. Sus manos en su cuello cosquilleaban por presionar. Hyunwoo ansiaba ver la expresión de ese delicado rostro suplicando por aire.

"Suéltenlo" dijo, y ellos lo soltaron.

Hyunwoo sonrió con perversidad y empujó a Soobin del agarre en el cuello hasta que lo acorraló contra la maya metálica. El sonido de su cuerpo chocando la maya le pareció exquisitamente satisfactorio.

Entonces apretó, sus dedos se hundieron en la blanda piel y en cuestión de segundos, Soobin se encontraba respirando con dificultad, luchando por aire, sus manos se colocaron con desesperación por encima de las del agresor, con la mirada rogando que se detuviera. Cada vez el agarre se intensificaba para luego aflojarse y volver a empezar.

"Es una lástima que tengas pito, muñeco." presionaba con una mano el cuello y volvía a delinear sus labios con los dedos de la otra mano.

En ese momento, Yeonjun toció; decir que le dolió es un eufemismo. Esta vez escupió sangre al piso.

A pesar de tener la cabeza forzosamente levantada, Yeonjun no volvió a abrir los ojos de nuevo. Yeonjun solo quiso apagar su cerebro un momento.

Hyunwoo soltó el cuello de Soobin, sus dedos marcados e  su piel lo hicieron sentir orgulloso. "Bien, me aburrí." dijo "Pueden divertirse ustedes." se apoyó en la maya con despreocupación, sin una pizca de remordimiento por esos animales.

Golpes.

Pero ahora no solo a Yeonjun, sino a Soobin también. Mayormente eran patadas ya que ambos se encontraban gimiendo de dolor en el suelo.

"Sucio marica." escupitajos "Asqueosos puercos, los vamos a matar." más patadas.

Soobin pudo pensar un poco en lo que su cuerpo estaba siendo usado como pelota, ¿y si ya estaba muerto? Tal vez ya estaba muerto porque llegó un punto en el que dejó se doler tanto como antes, el dolor agudo ocasionado por las patadas por doquier, desapareció de repente.

Los minutos se perdieron, el tiempo no tenía valor. Ya ninguno sabía cuánto tiempo habría pasado exactamente.

Mientras Yeonjun se comía tierra logró ver entre tanto zapato y tierra a Soobin. Soobin estaba recibiendo los golpes sin reaccionar, Soobin jamás había recibido golpizas así de inhumanas.

Ellos de verdad querían asesinarlos, querían terminar con la plaga que cada vez se extendía más como tenían entendido.

Soobin estaba inconsciente, su cuerpo solamente se movía por el impacto. Pronto su rostro quedó  dolorosamente ornamentado por numerosos cortes.

Yeonjun quería ayudarlo, quería salvarlo, se moría por hacerlo, pero no podía.

Yeonjun no pudo.

No logró hacer nada.

Entonces se rindió, se dejó golpear sonriendo porque probablemente moriría pronto si no se detenían. Se lo merecía de todas formas, por romper su promesa.

*FIN DE DESCRIPCIÓN DEL ABUSO*

"¿Siguen respirando? No quiero problemas después si uno de ellos muere en serio. Vamos a co-"

"¡¿Qué carajo está pasando aquí?!.

El subteniente hizo acto de presencia en el lugar. Enojado.

Los seis cobardes se alejaron de los cuerpos en el suelo. Yeonjun apenas despierto, Soobin no.

Tomaron postura en fila, antinaturlamente rectos. "Señor" espetaron al unísono.

¿Qué mierda hacía ahí el subteniente si se supone que no salía de su oficina a esas horas?

Vio entre los espacio de sus piernas a Choi Yeonjun y Choi Soobin, totalmente destrozados.

Una inspiración por la parte del superior.

Hyunwoo al darse cuenta, se justificó rápidamente. "Señor, son maricas, los vimos." defendió con rapidez "Solamente estábamos haciendo limpie-

El zurriago se estrelló contra la mejilla derecha de Hyunwoo, con tal fuerza, que le volteó la cara dejándole el zurriago marcado en la piel rojiza e irritada, su labio roto. Este pasmado.

"¡AL SUELO!" gritó el superior casi en un tono endemoniado por el enojo.

Todos se tiraron al suelo.

Pornto la bota del subteniente aplastó la cabeza de Hyunwoo. Minhae lo defendió "Pero señor ellos son maricones" dijo casi con miedo.

El teniente lo había escuchado bien la primera vez, pero no se veía sorprendido. Su reacción era como si... como si alguien más se lo hubiese dicho.

"Esto queda entre nosotros siete, ¿entendido?" masculló el superior.

"¡Sí señor!"

"¡¿ENTENDIDO?!"

"¡SÍ SEÑOR!" exclamaron al unísono, miedo en sus voces.

Nadie podía enterarse que había enfermos en su academia militar, que era supuestamente la mejor. Perdería totalmente el prestigio y renombre que se había esforzado en ganar en los últimos años.

"A la primera que me entere que han abierto la boca, les aseguro que se quedarán sin visita familiar ni posibilidad de salida hasta que salgan de este maldito lugar, así sus padres no ven todo los que les voy a hacer, ¿quedó claro?"

Silencio, uno aterrador.

"¡¿QUEDÓ CLARO?!"

"¡SÍ SEÑOR!"

"Al primero que diga algo o vuelva a tocar a estos chicos, me aseguraré de dejarlos peor de como están ellos ahora e irán a la lista de desertores. No me interesa."

Eso había sido una clara amenaza.

"¡¿Quedó todo claro?!"

"¡SÍ SEÑOR!"

"¡¿QUE SI QUEDÓ TODO CLARO?!"

"¡SÍ SEÑOR!"

"A la cuenta de tres, si alguno está aquí todavía, voy a matarlo. Uno-"

Solo quedaron tres presencias en el lugar.

El teniente se puso de cuclillas a examinar primero a Soobin, sus dedos en su cuello, el pulso. Respiraba, bien.

Luego a Yeonjun.

Sus ojos se encontraron en cuanto el mayor miró hacia abajo.

Decepción.

Jamás había esperado eso de su mejor alumno, de su razón de presumir con orgullo. Se sentía tan decepcionado...

No podía echarlos porque crearían sospecha. El hombre bufó pensando.

La única solución que veía era pretender que nada habría ocurrido.

Yeonjun estiró la mano para intentar rampar hasta a Soobin, pero fue detenido por un botín que conocía muy bien.

"Soobin..." llamó en un susurro necesitado. Ronco, casi inaudible pues había recibido un golpe seco en el cuello.

El hombre se puso de pie y Yeonjun pudo ver el desdén y la decepción en su mirada incluso desde abajo.

Estaba tan jodido.

"¿Por qué Yeonjun, por que tú?" fue más como una queja. "Vamos a pretender que esto jamás pasó."

Yeonjun intentaba seguir moviéndose hacia Soobin, pero todo le dolía, cada minúsculo músculo.

El hombre se sintió aún más airado al ver su desesperación por llegar a Soobin. Él estaba dándole una oportunidad y a Yeonjun parecía importarle poco. Enojado, le piso los dedos de la mano. Yeonjun chilló.

"Choi te hizo esto, ¿verdad?" soltó con frustración "Ese inútil te ha contagiado" levantó su bota "Por tu propio bien, vamos a separarlos, no vas a volverlo a ver."

——No... ——se las arregló para decir apenas. Estaba por dormirse.

——Tú te quedarás en Delta, él irá a alpha, y se acabó.

La mano de Yeonjun se aferró a su tobillo antes de que el hombre se fuera.

——Por favor, no ——se escuchó apenas.

No podía enviarlo a donde estaban esos seis, por favor no.

——Agradece que les estoy dando una oportunidad más. Estarán viendo médicos especializados para ver su condición en secreto. Una vez curado, vas a pretender que esto nunca pasó.

Yeonjun todavía podía ser ese hijo que nunca pudo tener. Amaba mucho a Arin, pero él siempre quiso un hijo que le siguiera los pasos, y él confiaba en que Yeonjun, una vez curado, podría serlo, tal vez también podría casarse con su hija. Sus planes no se verían arruinados.

Con ese enfoque positivo abandonó el lugar. Fue a su oficina a llamar a asistencia médica.

Yeonjun volvió a llorar cuando vio a Soobin boca arriba, magullado aún peor que los primeros días.

Las cosas habían cambiado tanto... Porque antes solo sintió pena por él, pero ahora sentía amor, un amor que lo consumía por completo.

Hablaría luego con el superior para suplicarle que lo envíen a otra división por lo menos.

Porque en la parte de la separación estuvo de acuerdo. Él no era bueno para Soobin, recién lo había demostrado.

¿Con qué cara iba a verlo ahora? ¿Que si los demás hablaban? ¿Qué les iba a pasar a ellos? Lo mejor era irse mientras aún podía, salirse antes de que fuera más doloroso.

No pudo protegerlo, no cumplió sus promesas.

Soobin tal vez solo fue un síntoma de su enfermedad.

Yeonjun quería regresar su vida meses atrás donde él y Soobin solo tenían dos cosas en común, el apellido y que ambos eran extremos en la lista de rendimiento, nada más.

Hubiera sido mejor que no cruzaran caminos para ahorrarse todo el dolor. Porque al final, Yeonjun solo terminó por ser cómplice del sufrimiento, propio y el de su precioso bebé.

Yeonjun se arrastró un poco y tomó su mano, la respiración tranquila de su pequeño intensificando su llanto.

Soobin no se merecía una despedida unilateral, pero era lo que había. Él no hubiera podido dejarlo si esos ojitos brillantes lo miraban mientras de su boquita salían palabras como: "Hyung quédate, por favor." "Pero tú me dijiste que-" "Te amo."

Yeonjun tenía que corregir su error. Y al hacerlo él, también ayudaría a Soobin a enderezarse.

No se sentía enfermo, pero de nuevo, el síntoma al parecer era felicidad infinita e inmensurable.

Hermoso síntoma para algo tan supuestamente perverso "Lo siento, Binnie" lloró Yeonjun acariciando su mano, todo su cuerpo doliendo, pero no tanto como dentro de su pecho "Lo siento tanto, mi amor." "De verdad lo lamento." "T-te amo." sollozó por último antes de que sus lágrimas se secaran en su rostro, cayó profundamente dormido.

Al despertar, sería diferente.








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