⚜️El hijo⚜️

Luther envolvió sus pequeños brazos alrededor mío, su risita llenaba la sala en la que nos encontrábamos, yo me limité a suspirar discretamente... esa risita era tan calmante, tan llenadora y tan relajante, solo Luther puede hacer que mi estado de ánimo cambie tan abruptamente. Ojalá pudiese tenerlo en mis brazos por siempre, eso es lo que rezo al Dios-Emperador antes de cada batalla, el poder volver y tenerlo entre mis brazos...

-Mamá... ¡mamá! ¿Que te pasó?- Luther había dejado de sonreír, cambiando su tierna y preciosa mirada a una de preocupación, de confusión, de... miedo. -Te- te lastimaron...- Luther cubrió su boca, estaba horrorizado, él era muy inteligente, claro que llego a una conclusión cercana a la realidad

Soy un monstruo... mi hijo me tiene asco

-¡Mamá mamá!- Mi hijo me tomó de las mejillas, su rostro de preocupación me rompía, me destrozaba por completo -¿Te- te duele? ¡Puedo ponerte banditas, pero por favor dime si te duele mucho!- Estas emociones me estaban consumiendo, quería llorar, Luther es una luz, una brillante luz, tan perfecto, tan puro, era un regalo del Dios-Emperador... un regalo que no me merecía

No te mereces a una excusa de madre

-Estoy bien... mi pequeño luchador- comencé a revolver sus cabellos, quería que él dejase de pensar en lo que me pasó, eso no importaba en lo absoluto, lo único que importaba era que estaba aquí -Solo fue un incidente sin importancia-

-Pero mamá... siempre dices eso, y siempre vienes más lastimada... ¿Son los malos quienes te lastiman? ¿Los herejes?- el frunció el ceño, y comenzaron a salir lágrimas de sus ojitos -¡Ellos siempre te lastiman, ellos siempre te hacen mucho daño, los odio!- por favor Luther, no llores, por favor, por favor...

Intentaba limpiar sus lágrimas, pero solo salían más, no quería esto, no quería que mi Luther estuviese así... esto es mi culpa

Solo podía abrazarlo de nuevo, revolviendo lentamente su cabello, tal como le gustaba para intentar calmar sus lágrimas -Estoy bien, mi pequeño, no ocurrió nada...- mi mente fue invadida con los recuerdos de ese día, como mis hermanas morían por montones, como suplicaban por una muerte rápida al Emperador... -Estoy bien mi niño... no te preocupes por mi...-

Lo siento Luther...

No se cuanto tiempo había transcurrido desde que mi niño dejó de llorar, no me importo cuánto tiempo había pasado, pero fue lo suficiente para que el tragaluz indicase que la noche había arribado. Me encontraba revisando los compartimentos de la "cocina" del refugio para alimentar a mi hijo, él ya debía estar harto de alimentarse de la misma comida mal cocinada... o de la falta de compañía. Esta habitación conjunta a la sala no era más que una estufa vieja y pequeña junto a un contenedor de combustible para encenderla, las estanterías en donde debería haber latas de raciones del Astra Militarum se encontraban vacías... Luther no era la clase de niño que comería todo en apenas días, el sabe que las latas deben ser racionadas para que duren hasta que yo vuelva con más...

-Luther cariño... ¿que pasó con la comida?- pregunté girando mi cabeza hacia un sofá viejo, en donde Luther se encontraba sentado y agitando sus piernas hacia adelante y atrás

-Ah... unas cosas rompieron la pared y se comieron casi todo- Mi corazón se detuvo inmediatamente cuando Luther dijo aquello

-¿Unas... cosas?- él asintió, y con su mano señaló a una pequeña parte de la pared que había sido tapada improvisadamente con trozos de madera podrida y latas

Esas cosas debieron ser topos de Ophelia... esas malditas bestias podían ser pequeñas, pero aún así causan derrumbes y se comen a los desprevenidos en interiores inhabitados. ¿Y Luther tuvo que enfrentarse a esas malditas cosas el solo?

El asintió, continuando -¡Sí mamá! Esas cosas daban miedo, casi me comen el brazo, pero fui más fuerte y logré matar a una– -

Corrí hasta el, mi corazón latía con rapidez, tome sus brazos buscando algún indicio de una herida, un rasguño, lo que sea

-¿No te hicieron nada? ¿No tienes algún malestar?- Mi voz era tan descontrolada, mi calma había muerto ante el posible escenario de que mi bebé pudiese haber salido herido y que dada la carencia de medicamentos fuertes, su posible herida se haya infectado, podría haber perdido el brazo, podría haber muerto, y yo no estaba aquí ¡Mierda, yo no estaba, no estaba para mi bebé!

-¡Maaaaa, estoy bien!- Luther me agarró de las mejillas, logrando que mi atención volviese a él -Yo salí bien parado... aunque desde hace 4 días no he comido nada-

Oh Luther, mi bebé, mi niño... solo puedo abrazarte con todas mis fuerzas, no quiero soltarte, no quiero romper mi abrazo por ningún motivo. Has pasado por algo tan terrorífico para un niño, y has sufrido por la falta de comida... mi pequeño, mi angel, mi luz...

Emperador, perdona a esta pobre excusa de madre...

Lleve a Luther a la única cama del lugar y lo recosté, arropándolo entre las sábanas, hoy no traía raciones porque estaba tan segura de que las últimas que traje durarían lo suficiente... pero con lo ocurrido no puedo hacer más que intentar robar algo mañana de la cocina del templo.

Entonces Luther bostezo, cerrando sus ojitos y respirando cada vez más lento -Mamá... ¿cuando te vas a ir?- mi corazón se rompió cuando escuché esto... ¿ya te acostumbraste a que no este, verdad?

Comencé a revolver su cabello de nuevo y le sonreí lo mejor que pude -No, mi pequeño guerrero, esta vez me quedaré, no sé por cuánto tiempo, pero te aseguro que será un buen tiempo- No podía decirle que el verdadero motivo del porqué me quedaba era porque casi muero tras mi última salida y no me permitirán irme hasta que sane por completo... JAMÁS podría decírselo.

Me recosté a su lado, envolviéndolo con mi brazo derecho y acercándolo a mi -Descansa bien, pequeño soldado del Emperador...- le di un beso en la frente, mirando como se quedaba dormido poco a poco entre mis brazos. Mañana por la mañana haré que las novicias purguen a todos y cada uno de esos monstruos, pero por ahora solo puedo asegurarme que mi bebé duerma bien.

No permitiré que vuelvas a estar en peligro, lo juro...





































Hace 8 años: 23 años y 2 años de edad.
Cuando la hermana Minerva era una Hermana de batalla recién ascendida al rango.

Arte original hecho por Luth, https://x.com/boltertokokoro?s=21
en Twitter

AVE IMPERATOR

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top