La Esposa

Las recámaras de las Sororitas no solían estar muy decoradas, algunos adornos religiosos y poco más, eran en cierto modo aburrido y recordaba al estilo de un monje, que en cierto modo era lo que trataban de simular.

–Déjame ver si entendí bien– una de las mujeres presentes que portaba un velo blanco característico de las hermanas hospitalarias limpiaba las heridas en el labio de una de las presentes –¿Enviaste a sus amigos a la enfermería?–

–¡Lo estaban acosando, pensé que era una pelea! ¿Cómo iba a saber que esos idiotas eran de su escuadrón?– la mujer sentada en la cama trató de responder, aún molesta por lo ocurrido hacía horas

–Hermana Celestaya... te lo diremos de otro modo para que entiendas; enviaste. A los amigos. De tu esposo. A la enfermería– otra de las hermanas presentes se cruzó de brazos, mostrándose decepcionada –¿qué clase de primera impresión es esa?–

Chasqueo los dientes –¿me creen alguna clase de bestia salvaje o que?–

–Honorable hermana no sé si yo sea la adecuada para decírselo pero... tuvieron que detenerla entre siete soldados y un comisario– una joven que llevaba una armadura distinta a la de sus "hermanas mayores" se atrevió a hablar –aunque no estuve ahí, he oído los cotilleos de los soldados y cito: "esa mujer parecía que iba a matar a alguien"–

–No estaba tan enojada...– se quejó levemente del dolor al sentir el tacto del algodón en su labio

–¿Pero lo hiciste?–

Celestaya a pesar de su orgullo se mantuvo callada, era lo mejor pues estaba tres contra una y definitivamente las cartas no estaban a su favor. "Quizás" había zarandeado un poco fuerte a esos tontos, "quizás" los golpeó, "quizás" dijo que los iba a matar ahí mismo... ¿quien recuerda voluntariamente sus momentos más bajos? Ella en definitiva no lo hacía.

La hospitaller suspiró –Y todo por un hombre...– continuó limpiando la herida

–Ese hombre es MI esposo, así que hermana ¿podrías respetarlo un poco?– Celestaya miró levemente molesta a la hospitaller, que solo se rio levemente entre dientes diciendo "si lo respeto"

–Sigo sin entender que ves en ese guardia, digo... es bastante estándar, bendito trono por que este vivo hasta hoy día ¿pero casarte con el?– la hermana Selane quien previamente se había mostrado decepcionada de su hermana continuaba de igual forma, peor esta vez con cierto grado de escepticismo –Eres más alta que el, más fuerte que el, muy seguramente más lista y sabia que el... ¿qué le vez a ese muerto viviente? ¿Le tuviste lástima o algo?–

Celestaya apretó los dientes y cerró su puño molesta
–Solo soy uno o dos dedos más alta, cualquier hermana es el doble de fuerte que un soldado estándar y créeme hermana, que mi esposo es una de las personas más listas que he conocido– defendió a su esposo en cada punto que este fue atacado sin dejar de ver a Selane con molestia –Y te pido por favor en nombre de nuestro divino Emperador, hermana... que retires esas palabras de tu boca en este instante–

Ambas hermanas de batalla se veían con irritación palpable a los ojos la una a la otra. Tras unos segundos Selane fue quien retrocedió, levantando las manos como señal de rendición –Esta bien, retiro lo dicho– se rindió pero se notaba que no lo decía enserio

Celestaya apartó su mirada de su hermana, su molestia era evidente y siendo que ella no perdonaba rápido Salane tendría que hacer mucho para que su hermana llegase a si quiera reconsiderar su enojo.
La hospitaller tomó el mentón de Celestaya con fuerza para forzarla a volver a mirar hacia adelante "actúan como niñas de schola, ni siquiera la hermana novicia Catella se comporta así" dijo para poder terminar de sanar la herida

–¡Hace años que no pisó la schola!– la joven hermana Catella se defendió a sí misma

–¿Y no te has replanteado volver? Con tu estatura bien podrías pasar desaparecida-–

–¡Honorable hermana Salena, le pido que por favor en nombre de nuestro divino emperador retire sus agravios en este instante!– la joven replicó con exactamente el mismo tono a su hermana mayor, la cual no pudo evitar reírse de ella, después de todo era una joven novitiate ¿que iba a hacer? ¿Morderle el dedo?

La hospitaller suspiró molesta al ver cómo otra discusión iniciaba, por lo que solo se centró en quien debía ser de hecho el centro de atención –¿Cómo te sientes?–

–Me duele el labio–

–Es normal, mañana el dolor pasará– se retiró los guantes, dejando sus manos desnudas al descubiertos
–¿y entonces me hablaras de tu príncipe?–

El semblante molesto de Celestaya cambió poco a poco de irritación a calma, teniendo un leve sonrojo en sus mejillas casi imperceptible –El es... especial– su voz se había apaciguado –Es un oasis en el desierto, una roca a la que aferrarse, una luz en la oscuridad...– su sonrojo se acrecentó un poco más

–Esperaba algo más...– La hospitaller fue interrumpida

–El siempre sabe qué decir– se había apresurado a decir –sabe escuchar...–

–¿Oh?– la hospitaller se sintió interesada y se acercó más para escucharla mejor

–Se que lo amo, mi corazón arde cuando lo veo, cuando lo abrazo siento como si todo desapareciera y solo existiéramos él y yo– Celestaya sonrió con cariño al hablar de su esposo

La hospitaller se contagió con la sonrisa de su hermana y colocó una mano en su hombro –Eso es hermoso... quizás lo más bonito que has dicho en años– bromeó ladeando su cabeza un poco

Celestaya chasqueo los dientes pero entendía su broma, riendo con un leve tono sarcástico. "¿Y cuánto tiempo llevan casados?" La pregunta la tomó desprevenida y se notaba en su semblante al levantar la ceja

–Si... ¿ya sabes? ¿Cuánto tiempo?–

–... Bueno... el me dio un anillo– se retiró su guante revelando su mano, magullada y repleta de llagas pero con un anillo simple de ornamentos plateados

–Ajá...– la hospitaller tomó con cuidado la mano de su hermana y observaba el anillo en su mano –hermoso anillo... pero no te pregunté eso ¿cuánto tiempo llevan casados?–

–No lo sé ¿una semana?– dijo viendo hacia otro lado y rascando la parte posterior de su cabello, para desconcierto de la hermana hospitaller. Esta respuesta provocó que las dos hermanas que estaban discutiendo a gritos dejasen de hacerlo inmediatamente

–Una seman- ¡hermana Celestaya!– Selane se apresuró y tomó de los hombros a su hermana
–Hace una semana estabas en el frente, no pudiste haberte casado–

La hermana de ojos dorados continuó rascándose el cabello –No creo estar entendiendo–

La hospitaller sintió una necesidad de golpearse su cara con la palma abierta
–Hermana... ¿qué entiendes por matrimonio?–

–¡No me traten de estúpida! Es un estado cívico y religioso donde una pareja se compromete a estar unida a los ojos del Emperador de forma oficial–

–¿Y cómo te casaste?– Selane se había frustrado "si que eres estúpida" pensó

–El me pidió matrimonio y yo acepté-–

–¡No estás casada cerebro de grox!– las tres hermanas presentes le gritaron al mismo tiempo























Son tan para cual, comparten la única neurona que les queda

¿Tienen alguna idea o situación que les gustaría ver?

Ya se ven

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