Dónde se habrá metido Amy?, se preguntaba el peliazul mirando por la ventana de su salón de clase mientras que la profesora hablaba.

—...y espero que todos os llevéis bien con la nueva alumna. Puedes sentarte.

El joven se vuelve al escuchar eso de "nueva alumna". ¿Así de repente? ¿A mitad del trimestre?
Se trataba de una zorra pelirroja de ojos azules y llevaba un lazo amarillo. Esta hacia que todos los chicos prestaran atención en ella, provocando miradas de admiración y silbidos.

—¡Ya está bien, silencio!—Se queja la maestra.

La chica se sienta justo en el pupitre de al lado de Sonic después de dedicarle una amplia sonríe a este.

—Soy Fiona—Murmura tomándose el cabello de forma coqueta.

—Sonic—Responde neutral el erizo.

Aquellas clases pasaron de forma más lenta que de costumbre para el chico, ya que le nueva no le quitaba ojo de encima y eso le ponía de los nervioso. Al final de las clases de la mañana decidió preguntarle.

—Oh...es que... Quiero hacer amigos... Perdón si te he molestado.

—Bueno, no importa.—Dice colgando su mochila en su hombro.—En fin, hasta mañana...

—¡Espera! ¿Te importa si vamos juntos de regreso a casa? En el autobús, claro. ¿Qué me dices?

—Eemm... Está bien.—Suspira el chico.

Ambos salieron juntos hacía la parada pero por sorpresa, el autobús ya se había marcado.

—¿Qué? Que extraño, no suele irse tan rápido...

—Igual tenía prisa—Contesta alegremente.—Ven, iremos andando los dos juntos.

La chica le cogió de la mano al erizo y sonrió.

Mientras tanto, Amy se encontraba en el cielo, hablando con Cream, o más bien, Cream era la única que hablaba pues la rosada no se sentía con lo ánimos suficientes para bromear con su amiga.
De pronto, un terrible escalofrío recorre su cuerpo.

—Sonic...

—¿Mmm? ¿Pasa algo, Amy?—Pregunta curiosa la pequeña conejita.

—No, es que... Por un segundo me he sentido extraña.—Explica llevándose las manos a la cabeza.

—¿No va hoy con el señor Sonic?

—No... Si me ve en este estado sospechará que ocurre algo y no quiero que esté triste.—Murmura con la cabeza agachada.

—Pero... Algún día se dará cuenta de que has desaparecido, quiero decir...

—¡No!—Exclama elevando la voz—N-no pienso dejarle... No puedo....

—Pero Amy...—Dice preocupada.

Sabía que imaginar una eternidad sin Sonic la estaba matando de nuevo.

—Yo... N-necesito estar sola.

Tras decir eso, despliega las alas y desaparece entre los ángeles que sobre volaban la sala principal.
Mientras las chicas mantenían esa conversación, el erizo y su nueva compañera de clase ya estaban aproximándose a su casa.

—Bueno, yo vivo aquí. Es el momento de separarnos.—Empieza alejándose del lado de la zorra, pero esta le agarra del brazo deteniéndole.

—¡Espera!... M-me siento muy mal...

—¿Qué te ocurre?

—Debe de ser un golpe de calor.—Se queja dejándose caer encima de Sonic para que este le cogiera.—Me siento tan mal que no puedo ni caminar...

—P-pasa a casa, te daré una bebida o algo para que te mejores...—Le ofrece tímidamente.

—No sé qué haría yo sin ti.