Un Nuevo Amigo
La pareja caminaba por los pasillos del instituto, hablando alegremente en dirección a la siguiente clase. Cuando de repente el pequeño zorro les saluda.
—Hola, Sonic. Amy, cuanto tiempo... Te veo cambiada, como más pálida...
—Claro, eso es porque estoy muerta—Responde con una sonrisa.
—Jaja, que graciosa eres.
—Claro, super divertida ¬_¬
—Oye, he oído que el profesor de química piensa ponernos un examen sorpresa hoy.
—¡¿Qué?! Jo, no me sé nada.
—No te preocupes, tengo unos cuantos apuntes del resumen que pueden servirte y...
Amy dejó de prestar atención a la conversación al ver a un erizo blanco pasar por su lado sin decir una palabra. Le asombra ese comportamiento por su parte, ya que ese chico solía ser muy sociable.
—¡Buenos días, Silver!—Grita para llamar su atención.
El erizo se para instantáneamente y mira a la chica sorprendido.
—Oye, Amy, ¿Con quién hablas?—Pregunta Sonic al oírla.
Amy se gira para mirar a Sonic extrañada sin entender por qué lo decía.
—Pues con Sil...—Cuando vuelve a girarse, el erizo ya había desaparecido.
¿Era su imaginación? O quizás...
—Nosotros ya nos vamos a clase. Te veo luego, ¿vale?
—Eeemm... Si, si, claro.—Contesta distraída.
Amy no estaba matriculada en el instituto y tampoco le interesa asistir a clases, por lo que cuando esta iba a acompañar a Sonic se hacía invisible para el resto de los mortales o se iba a dar vueltas por algún otro sitio. Esta vez, no le sigue clase pues siente curiosidad por lo que ha creído ver.
Mientras tanto, una gata de pelaje color lavanda, permanece sentada en una de las mesas de la biblioteca del instituto. Una vez a la semana les toca una hora de estudio en la biblioteca y eso es lo que hacía, estudiar. A diferencia de sus compañeros que chateaban con el móvil o usaban los libros de almohada para dormir.
—Aquí tienes. Estos son todos los libros de historia que he encontrado.—Suspira el albino de ojos dorados poniendo una montaña de libros sobre la mesa.
—... No me gustan, son demasiados. Trae las enciclopedias que hablen del siglo XI al XIII.
—¿Eeh? ¡Pero voy a tardar un montón en encontrarlos! ¿Tú has visto todas las enciclopedias que hay? Además, te recuerdo que no soy tu sirviente.
—Ajá.
—¡Ni siquiera me estás escuchando!
—Estás haciendo demasiado ruido. No puedo concentrarme.
El erizo gruñe molesto y se aleja de ella por uno de los pasillos de estanterías. De pronto, se vuelve a topar con la eriza rosa quien le mira sonriente.
—Amy...
—¿Qué tal?
—¿Eres un ángel?
—Sip. Y ya veo que tú también. ¿De quién cuidas?
El chico atraviesa una de las estanterías y le señala la gata que sigue leyendo.
—Se llama Blaze. No es muy sociable, ¿sabes?
—Ya veo...—Comenta con tristeza.
—¿Y a Sonic qué le ocurre? ¿Eres su ángel, no?
—Ah, si... Es propenso a deprimirse y la verdad es que no sé por qué... Pero ahora está bien.—Digo más alegre.—Posiblemente ya sepas nuestra historia, ya corren bastantes rumores de nosotros...
—Oh, por eso no te preocupes, no voy mucho por el cielo. Prefiero mezclarme con los mortales.
La chica sonríe alegre al saber que tendrá un nuevo amigo en el que confirmar y al que pedirle consejo, ya que Cream aún está en prácticas y Maria le estaba evitando, nadie le había enseñado correctamente a como usar sus nuevos poderes.
—¿Te apetece venir a la cafetería con nosotros? Puedes traer a Blaze.
—¿En serio? Suena genial, ahora mismo iré a convencerla.
El chico desaparece entre las estanterías dejando a la eriza sola. Esta se sorprende al oír el título del descanso del almuerzo. Sonic la estaba esperando en una de las mesas. Nos solía comer solo, pero ese día Tails tenía una reunión con su club de matemáticas avanzadas y Knukles entrenaba dos días a la semana en el gimnasio.
—¿Qué tal las clases?
—Un royo, como siempre. Oye, hazte visible, es muy penoso que la gente me vea comiendo solo, por no decir que volverán a mandarme con el psicólogo escolar pensando que he recaído.
A pesar de que este veía siempre a su ángel, sabía cómo distinguir cuando los demás podían verla y cuando no, mirando si sus alas se encuentran en su espalda.
—Entonces me mirarán a mí al ver que estoy sentada en cafetería sin comer nada, bobo. Además, pronto van a venir amigos.
—¿Eh?
En ese momento Silver llega revoloteando y se sienta al lado del erizo azul quien seguía mirando a Amy extrañado.
—Hola.
—¿Dónde está Blaze?
—No quiere venir...—Contesta apenado.
—Qué lástima...
—Eeemmm... ¿Amy?—Interrumpe el peliazul—¿Con quién hablas?
—Oh, se me olvidaba que él es mortal, que tonto—Anuncia Silver haciendo desaparecer sus alas.—¿Qué tal?
—S-silver, ¿Cuándo has llegado?
—Silver también es un ángel.—Explica la rosada.
—¿En serio? Jamás lo hubiera pensado...
—Es qué se actuar correctamente con un mortal normal.—Responde con orgullo.
—¿Y todas las veces que nos íbamos a jugar a videojuegos dejabas a tu protegido solo?
—¿Uh? P-pues...
—Oye, tampoco es tan malo, yo ahora te dejo solo todas las noches cuando te vas a dormir.—Salta la eriza para defender a su amigo.
—¿Eso quiere decir que antes te quedabas?
—Si, me pasaba las noches viéndote dormir.—Continua con total normalidad. Los dos erizos la miran con preocupación.—¿Qué pasa? ¿Es raro?
—Muy raro.
—Bastante.
—Ejem, cambiemos de tema. ¿Cómo es que tu protegida no viene?
—Ella no hace caso de nada de lo que le digo. Me ignora completamente...
—Tiene pinta de ser muy independiente.—Deduce el ojiverde.
—No tenéis ni idea. Ni siquiera soporta que nadie le ayude.
—Lo que necesita es confiar en alguien, tener un amigo.
—Yo soy su amigo.
—Ser amigo de tu ángel de la guardia es tan deprimente como ser amigo de tus padres.—Espeta el chico con tono sarcástico.
—Ni caso, lo necesita es una amiga, yo seré su amiga.
—¿Arias eso?
—Por supuesto. ¿No te importa que me ausente por unas horas, verdad, Sonic?
—Claro que no, diviértete.
Después de despedirse, el peliazul se dirigió a su taquilla para coger los libros necesarios para la siguiente clase. Su taquilla, a diferencia de las de sus compañeros estaba bastante vacías. Los demás las decoraban con posters, pegatinas o fotos. A él le habría gustado tener una foto de Amy pero ya lo intentó una vez y la cámara fue incapaz de captarla. Supongo que ese es el lado malo de que tu novia esté muerta.
—Hola.—A Sonic se le caen los libros de golpe al no esperar encontrarse con la ardilla—Oh, perdón, no quería asustarte.
—No, tranquila, es culpa mía, estaba pensando en mis cosas—Contesta recogiendo los libros.
La chica se agacha para ayudarle y sus miradas se cruzan a muy poca distancia. El erizo se aparta de un salto avergonzado.
—Esto... Yo ya me iba...
—¡Espera!—Exclama la ardilla agarrándole del brazo.—Q-queria preguntarte algo... ¿Tienes compañero para el trabajo de ciencias?
—Iba a ponerme con Tails pero creo que a final va a ayudar a Knukles...
—Entonces...¿te gustaría ponerte conmigo?—Pregunta con las mejillas encendidas.
—Eeemm...bueno, vale...
—Si no quieres no pasa nada.
—No, no, de verdad, me gustaría. Quedamos esta tarde.
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