Retomando el capítulo anterior.

Ambos chicos volvían a sentarse, miraban a Miushi quien peinaba una muñeca – Miushi, ¿tienes la otra historia? – pregunto el chico a su derecha

― La historia no la tengo, la historia se cuenta sola

― Pero Miushi, queremos saber que paso con Dazai y Chuuya después de eso – pidió el chico de la izquierda

― Después de eso... Chuuya visito a Dazai día tras día en el psiquiátrico. Pasan las horas platicando y riendo, todos los días

― Pero...

― Aunque puedo contarles otra historia mientras

― ¿la de Atsushi? – pregunto el chico de la derecha

― Si, la de Atsushi

... [Tres años atrás]

Al fin había logrado llegar a la universidad, aquel chico albino que paso de hogar en hogar, de lugar a lugar, al fin tenía un lugar al que llegar. Su nuevo hogar: la universidad.

Paseo por sus pasillos, aun no le conocía pero sentía más nervios porque su teléfono no sonaba aun cuando él había mandado cientos. Quería encontrarlo. Pensaba en él y sus ojos serenos, pensaba en él y su cabello desarreglado siempre, su forma seria de ser, aquella que tanto le cuidaba. Pensaba tanto en el que cuando miro de frente lo vio con su celular y casi de inmediato su teléfono sonó. - ¿si? – respondió al celular

― Jinko, ¿Dónde estás? Te estoy buscando

― Tan lindo como siempre... Ryu – dijo el albino sonriente – estoy frente a ti – menciono y pudo ver como el azabache miro a su alrededor

Aquel acto que tanto lo enamoraba, aquel acto que solo el presenciaba, cuando su amada pareja lo miraba, aquella serie expresión se convertía en una cálida y dulce, con una sonrisa perfectamente pequeña pero con tanto naturaleza que dejaba a cualquier hielo ser derretirlo y cualquier sol ser congelado. Su más amada y apreciada persona. Akutagawa Ryunosuke. Su pareja.

Conforme avanzaba el semestre, Atsushi y Akutagawa lo pasaban bien, el azabache era mayor que él pero eso no impedía que se amaran de verdad, el albino amaba el estar con él y eso, nada ni nadie lo impedirían.

...

Fue una noche trágica de mucha lluvia cuando Atsushi no llego todo el día a clases y mucho menos a los departamentos de la universidad. El azabache se dictó a encontrarlo. Atsushi llevaba desaparecido todo el día y eso era en extremo raro, sobre todo por que acostumbraba mandar cientos de mensajes de texto aun estando en clase pero el azabache tenía su bandeja vacía. Paso por los costados de la universidad, por un callejón mejor dicho, era profundo, solitario pero sería la forma más rápida de llegar a los dormitorios para preguntar entre los compañeros de Atsushi. Fue allí cuando encontró unos terrenos baldíos pero más aún, miro la mochila de Atsushi en una esquina, sin desconfianza, se acercó. Y se detuvo a escuchar. Parecía el lugar de una pandilla, pues tenían fuego y unos muebles rotos y viejos en el lugar

― Ooooi pequeño gay – expreso uno de ellos - ¿Qué tal te gusta estar así? ¿eh?

― Te dijimos que fueras normal, en verdad que estos niños no entienden

― Dejen al chico, que no ven que esta por llorar la pobre ne-ni-ta

― ¿Qué hay del otro?

Allí fue cuando Atsushi reacciono, miro a los 2 chicos que reposaban sentados. - ¡no pueden! – Grito Atsushi – prometieron no hacerle daño a Ryu – expreso molesto

― No nos ordenas, nena – dijo uno de ellos pateando a Atsushi en la cabeza - ¿tu noviecito vendrá?

― Lo dudo

Akutagawa salió del lugar, hizo un ruido a contra esquina, uno fuerte haciendo a los dos tipos salir del lugar, habían corrido como nenas. El azabache fue en busca de su pareja pero su sorpresa fue no encontrarle, tampoco su mochila.

El azabache corrió hasta el cuarto de Atsushi en los dormitorios de la universidad, abrió la puerta con gran fuerza y asusto al albino, allí fue cuando lo vio, todo mal herido y auto curándose sus heridas. Se acercó serio tomando el albino entre sus brazos - ¿Qué diantres haces? – pregunto molesto

― R-Ryu... e-es-esto yo... me ca-caí

― No te hagas el tonto, escuche a esos tipos, había creado una distracción

― ¿fui-fuiste? T-t-tu...

― ¿Por qué no me habías dicho? ¿Por qué desapareciste? Iba a llevarlos a la policía en cuanto te tuviera conmigo ¿Qué haces limpiándote? – decía molesto

― El-ellos...

― Atsushi, háblame

― Tienen tus cosas

― ¿perdón?

― Ti-tienen... tus documentos... - trago saliva – los robaron el otro día por que que-querían hacer que te echaran por tener antecedentes ilícitos

― Atsushi

― ¡N-no quería! E-e-ellos dijeron que si aceptaba y los entretenía ellos quemarían esos papeles – tallo su rostro llorando – tus padres por fin te aceptaron, nos aceptaron. El próximo año serás el heredero Akutagawa de cientos de empresas – lo miro sonriente – ellos no importaran más, estaremos juntos, siempre juntos...

― Atsushi... pero te están

― Lo sé... pero se limpia y se cura – trago saliva – estas en último año Ryunosuke... por favor, no hagas esto... no los provoques... y-yo aguantaré y

― No puedo hacer esto – dijo el azabache levantándose

― Ryu, Ryunosuke espera, Ryu – pidió Atsushi siguiéndole

El albino siguió al azabache pero no tardo en perderle, tenía un tobillo lesionado y eso le impidió llegar hasta él. Pero aun así sabía a donde iría: al terreno baldío. Atsushi llego, pero llegó demasiado tarde. El albino grito y lloro pues lo había perdido todo.

|| --- Crono --- ||

― ¿Qué paso con Atsushi? ¿se quedó solo? – pregunto el chico de la derecha

― No, podían verse de vez en cuando

― ¿en serio? – pregunto el chico de la izquierda

― Compartían un delicioso pudin cada tarde.

― Me gusta el pudin – sonrió el chico de la izquierda

|| --- FIN del Crono --- ||

Todo había sido rápido aquella noche, y todo había sido demasiado estruendoroso, capaz de crear una cara de demencia por los hechos, el albino no pudo alcanzar a su pareja hasta que el daño estaba hecho, el azabache había huido, el albino fue directo a la estación, Nakajima Atsushi fue culpado y encerrado en el hospital psiquiátrico de Yokohama, con una condena de 10 años esperándole a ser bajada por buen comportamiento. 

Para cuando el azabache se entero, ya era tarde. 

...

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