02.- Vergüenza


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¿Qué tenía de malo lo que yo quería?

En el fondo solamente quería llamar la atención, encajar, hacer que otros me vieran.

Pero no me importaba el método.

Solo quería entrar en ese mundo que prometía demasiado.

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02.-  Vergüenza.

— ¿Qué?.— Apenas y Memo reaccionó.

— No lo digas...

"Quiero que mantengas el secreto".

"Que nunca nadie sepa... de dónde venimos".

"Sería vergonzoso para ambos".

Lo que Javier le estaba diciendo a su hermano era una estupidez, desde el punto de vista de Memo obviamente. Pues no quería hacer eso.

Guillermo estaba igual emocionado con el estar en aquella escuela, que si, era una de las más caras e importantes de la ciudad, y si, los gastos eran considerables pero algo que sus padres siempre hacían era sacarlos adelante de un modo u otro. Y eso el muchacho siempre lo agradecía en especial después de que lo acogieron cuando era pequeño tras la muerte de sus padres. Por eso, Memo quería esforzarse como siempre en sus estudios y ayudarles cuando se graduará con honores.

Le gustaba el fútbol, pero también tenía habilidades para la administración. Si no era una cosa era la otra pero, quería hacer bien las cosas y salir adelante para ayudarles a sus padres. Por eso su emoción en estar en aquella escuela. Lo único que al joven le importaba era hacer amigos verdaderos y sobretodo aprovechar cada momento y estudiar arduamente para salir adelante con sus sueños.

Eso claro, no incluía el avergonzarse como lo estaba dejando ver Javier.

Al contrario, estaba orgulloso de dónde venía, eso lo dejaría ver con la cabeza en alto y orgulloso de quién es y de dónde viene.

No como su hermano.

— Lo que dices Javi.— Su voz se había escuchado ofendida.— No puedo hacer eso...

— ¿Qué?

— No...— Negó nuevamente.— Yo no puedo hacer eso... es como darle la espalda a lo que somos y yo no quiero hacer eso.

"Olvídalo Javier".

— Pero Memo...— Aunque Javier se quedó con la palabra en la boca.

Pues su hermano tomo sus cosas y se fue dándole la espalda.

Simplemente con eso que pedía...

¿De cuando a acá a Javier le importaba lo que otros dijeran?

En la secundaria nunca fue así... estar o no a la altura, presumir lo que no tiene... o avergonzarse...

Eso era algo que Javier nunca había pensado o querido poner primero, antes que a su familia...

Pero conforme los días y las semanas de las primeras clases pasaban... Memo se daba cuenta de lo que pasaba con Javier.

Se arreglaba lo mejor que podía... intentaba estar cerca de las personas populares, y dado a qué Javier tenía bonita cara...

Fue fácil comenzar a encajar.

— ¿Y de dónde eres Javier?

— De las afueras de la ciudad...

Siempre diciendo que vivía en una residencia exclusiva de la ciudad.

Algo que a Memo no le gustaba en lo absoluto.

Javier no era así. Y ahora se notaba lo cambiado que andaba comportandose no solamente en su manera de vestir y de actuar.

— ¿Podrían dejarnos aquí?

— ¿Qué?

Incluso se había atrevido a decirles a sus padres que no se tomarán la molestía en dejarlos con el auto en la entrada de la escuela, eso sería una vergüenza pues si auto no era de marca. Aunque no se los dijo de ese modo, había sido más sútil.

— ¿Seguros?

Dejarlos en el semáforo antes de llegar a las instalaciones de la Preparatoria, no era un trayecto largo, pero aún así.

Insistiendo en ello, los señores Hernández habían aceptado las peticiones de su hijo.

— Te estás pasando Javier.— Aunque Memo no tuvo reparo en decirle las cosas.

— Solo no quiero que me vean llegar en eso...

— ¿Cómo que en 'eso'?.— Se volvió a molestar Guillermo.— Ese auto nos a hecho felices...

A Javier no le importaba mucho seguir caminando mientras se revisaba su apariencia, todo perfecto y eso le gustaba.

— Déjate de estupideces, que tú no eres así Javier.

— ¿No lo entiendes o qué?.— Se detuvo para voltear y verlo.— ¡La preparatoria tiene personas de un mundo que yo quiero para mí! ¡Y en la universidad quiero seguir en ese mundo con lujos, cosas buenas y todo lo que merezco!

— Pero Javier...— Habló con calma pese a su molestía.— Eso no te llevará a nada...

— Me di cuenta que, esta vida que tengo no es suficiente.

— Pero mis papás... ellos siempre se esmeraron en darnos todo.— Y Memo sabía perfectamente que lo que su hermano quería no iban a poder tenerlo.

— Pero no es suficiente si quieres encajar en este mundo.

Eso era algo que a Guillermo no le terminaba de cuadrar. No entendía la actitud de Javier.

Y no lo iba a hacer realmente.

Pero parecía que su hermano de verdad se había sentido deslumbrado por el dinero y por la fama que no iba a conseguir más que a base de mentiras y de avergonzarse de dónde proviene.

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